Los Testigos de Jehová

Medicina de charlatanes



Medicina de charlatanes

AL IGUAL QUE MUCHOS OTROS JÓVENES del siglo XIX, a Russell le fascinaba enormemente la ciencia, la tecnología y el desarrollo. Esta fascinación le condujo a postular algunas ideas que fueron embarazosas, (como la piramidología), pero esta aproximación a la ciencia popular fue mayormente positiva. Russell era sobre todo un optimista. Las desilusiones que siguieron a las fallidas predicciones de un nuevo mundo pacífico en 1914, fueron probablemente la razón de que en las enseñanzas de la Sociedad Watchtower se desvaneciese el optimismo.

La dirección bajo el “Juez” Joseph Rutherford, que se convirtió en el Presidente después de la muerte de Russell en 1916, también estuvo fascinada con la tecnología y con la ciencia. Pero si Russell tuvo algunas ideas extrañas, Rutherford fue mucho mas allá. Más lejos todavía fue Clayton J. Woodworth, coautor del famoso séptimo tomo de la obra Estudios de las Escrituras, titulado “El Misterio Terminado” y publicado en 1917. En 1919 se convirtió en el editor de la revista llamada entonces “The Golden Age”, conocida actualmente como ¡Despertad!

Una descripción generosa de Woodworth sería llamarle lunático.

La revista The Golden Age se convirtió en un foro donde se publicaron las declaraciones más extravagantes sobre temas científicos. Sobre todo Woodworth fue defensor de sus ideas extravagantes sobre la medicina y la salud. Los Estudiantes de la Biblia de entonces disfrutaron de un caudal continuo de consejos insólitos sobre salud:

“No existe ningún tipo de alimento que sea apropiado para el desayuno. La mañana no es el momento de romper el ayuno. Mantengan el ayuno diario hasta mediodía... Beban mucha agua dos horas después de cada comida, no beban nada de agua antes de comer; y solo una pequeña cantidad si acaso durante las comidas. El suero de la leche es una buena bebida durante las comidas y entre ellas. No tomen el baño hasta dos horas después de haber comido, ni durante una hora antes de las comidas. Beban un vaso de agua entero tanto antes como después del baño.” (Golden Age, 9 de septiembre de 1925, págs. 784-785), [texto original en inglés]

“Cuanto más temprano por la mañana se toma el baño de sol, mayor será su efecto benéfico, pues se recibe más cantidad de rayos ultra-violeta, los cuales son curativos”. (Golden Age, 13 de septiembre de 1933, pág. 777), [texto original en inglés]

Un punto importante en toda la propaganda consistió en la idea de que los utensilios de cocina de aluminio eran la causa de toda clase de enfermedades horribles. Los Testigos de Jehová deberían ser reacios a comer fuera de casa, y a menudo le imputaban a los utensilios de cocina la culpa de algún envenenamiento por ingestión de alimentos, en lugar de hacerlo con la propia comida. Durante ese período, se pueden encontrar varias cartas de lectores explicando cuán maravilloso había sido que sus niños se había sanado de varias enfermedades, debido a la observancia de las advertencias de The Golden Age en contra de los utensilios de cocina de aluminio.

Otra falacia mucho más seria tuvo que ver con la idea de que los médicos eran agentes de Satanás.

“Hacemos bien en tener en mente que entre las drogas, sueros, vacunas, operaciones quirúrgicas, etc., de la profesión médica, no existe nada de valor, excepto alguna intervención quirúrgica ocasional…. Los lectores de The Golden Age conocen la desagradable verdad sobre el clero, y deberían conocerla también sobre la profesión médica, la cual se originó de los mismos chamanes (médicos sacerdotes) adoradores de demonios, de los que surgieron los ‘doctores de divinidad’” (The Golden Age, 5 de agosto de 1931 págs. 727-728), [texto original en inglés]

Una consecuencia natural de esta postura, fue el serio rechazo de la Sociedad Watchtower a la teoría de que las enfermedades eran producidas por gérmenes, denunciada como un engaño peligroso de parte de los médicos “adoradores de demonios”. La enfermedad, según ellos, se originaba de las “malas vibraciones” y la Sociedad Watchtower incluso comercializó una máquina especial, llamada Electronic Radio Biola, la cual, según se afirmaba, era capaz de sanar a enfermos enviando unas “ondas de radio” especiales, que corregían las vibraciones. Obviamente se recibieron muchas cartas de lectores que afirmaban haber sido sanados por ese artefacto. The Golden Age publicaba anuncios de esa máquina maravillosa, inventada por un Estudiante de la Biblia:

“La enfermedad es una Mala Vibración. Por lo que ya se ha dicho, debe ser evidente para todos que cualquier enfermedad es debida simplemente a que alguna parte del organismo está en un estado ‘fuera de sintonía’. En otras palabras, la parte afectada del cuerpo ‘vibra’ más alto o más bajo de lo normal…. Le he dado un nombre a este descubrimiento… la Electronic Radio Biola … La Biola diagnostica automáticamente y trata las enfermedades con la utilización de vibraciones electrónicas. El diagnóstico es cien por cien correcto, prestando en este respecto mejor servicio que los más expertos diagnosticadores, y sin ningún coste por la consulta. (Anuncio en The Golden Age, 22 de abril de 1925, págs. 453-454), [texto original en inglés]

Todavía más asombrosa que esta charlatanería fue el vínculo directo que tenía esa máquina con las prácticas ocultas. La denuncia de que la profesión médica había descendido de los “chamanes adoradores de demonios” se vuelve un tanto irónica, cuando se entiende como funcionaba esa Radio Biola. Al paciente se le pedía que escribiese su nombre en un papel. De ese papel se tomaba una porción pequeña que contuviese algo de la tinta con la que se había escrito el nombre y se introducía en la máquina. La máquina (o más bien su operador) respondía de algún modo “sí” o “no” a las preguntas sobre la salud del paciente, según las “oscilaciones eléctricas” de los órganos del paciente, basadas en el trazo de tinta sobre el papel. El uso que se le daba la máquina no se limitaba a realizar diagnósticos, sino que se empleaba también para responder preguntas sobre la expectativa de vida de los pacientes.

El lector estará en lo cierto, si piensa que esto suena como algo muy parecido a una Tabla Ouija encubierta. Un tal Roy Goodrich, un Estudiante de la Biblia tan respetado que fue autorizado a escribir un artículo de advertencia en The Golden Age, estaba convencido de que esa máquina era una sutil trampa espiritista. La dirección de la Sociedad Watchtower estaba en desacuerdo, y Goodrich fue expulsado (vea The Golden Age 22 de abril de 1925 págs. 606-607, y 5 de marzo de 1930 págs. 355-362).

Como se ha visto anteriormente, la Sociedad Watchtower sostenía que las enfermedades eran producidas por un “desequilibrio” eléctrico en los órganos (que podía ser reparado: “Encargue una Biola hoy mismo. Precio $35. Pago en el momento de realizar el pedido.”) La idea de que la causa de las enfermedades eran los gérmenes no se aceptaba en estos círculos:

“la medicina se originó en la demonología, y se dedicó hasta la mitad del siglo pasado a exorcisar demonios. Durante la última mitad de siglo ha estado intentando exorcisar gérmenes.” (The Golden Age, 5 de agosto de 1931, pág. 728), [texto original en inglés]

La revista también advirtió a los amigos contra los rayos X (23 de septiembre de 1936, pág. 828), y aunque consecuentemente no negaba el beneficio de todo tipo de cirugía, la extirpación de las amígdalas era peor que el suicidio:

“Si cualquier médico demasiado celoso condena sus amígdalas, vaya y suicídese con un cuchillo. Es más barato y menos doloroso.” (The Golden Age, 7 de abril de 1926, pág. 438), [texto original en inglés]

Llamamos la atención a esta información, no para poner en evidencia a la Sociedad, sino para demostrar el nivel de ignorancia en los campos de la ciencia y de la medicina, y para permitir a los lectores comprender la fuente y el origen de la actual prohibición del uso de la sangre.

Nota:

La información contenida en esta y en las siguientes secciones, se apoya en el libro del Prof. M. James Penton Apocalypse Delayed - The Story of Jehovah's Witnesses (University of Toronto Press, 1985), y en citas y comentarios extensivos publicados por Ken Raines en su revista JW Research.



Primera página.




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