Cuando en un país se crea una sucursal, o en una zona del mismo se quiere adquirir un nuevo Salón de Asambleas, se abre un proyecto a tal fin y se hace una especie de encuesta en las congregaciones afectadas (las del país o la zona en cuestión) solicitando el dinero que cada uno puede aportar mediante donación, préstamo, préstamo condicional, etc. Además de eso, cada uno ha de anotar cuánto dinero extra pondrá cada mes durante el tiempo que dure el proyecto, un año, dos, cinco... Cada publicador cumplimenta un papelito con esos datos y lo deposita en una de las cajas de contribuciones del Salón del Reino, entendiendo que lo que ha informado es un compromiso en firme ante Jehová, ya que se contará con ese dinero para llevar adelante el proyecto. ¿Podría afirmarse que "no se envían sobres pidiendo dinero a las personas, ni tampoco se contratan recaudadores de fondos"? A partir de ahí, se toman las decisiones, se lleva a cabo el proyecto y, una vez terminado, se "dedica", habiéndose registrado la propiedad a nombre de la Sociedad Watch Tower, la central de Brooklyn. En adelante el "perro" moverá esa parte de la "cola" a su antojo por la sencilla razón de que es "su cola". Otros han financiado el proyecto, en tanto que la propiedad pasa a incrementar el patrimonio de la Sociedad.
Efectivamente, por lo general, en las congregaciones únicamente se lee el informe de cuentas de la propia congregación una vez al mes. Salvo que haya déficit de dinero en alguno de los puntos en los que éste se recauda (o en los que se contribuye), no se menciona ese asunto. Pero eso no es precisamente una virtud. No estaría de más informar a las congregaciones de las cifras de cada proyecto, de cómo se gasta el dinero. Sería de desear que se hiciera un informe anual de gestión a todas las congregaciones de cómo se ha administrado el dinero de la sucursal cada año: cuánto se recibe por contribuciones, cantidades que se destinan a los superintendentes y precursores del país, lo que se recibe en la cuenta para préstamos a las congregaciones que no disponen de fondos para habilitar sus propios salones y cómo se emplea, etc. Es lo mínimo que se debe hacia quienes han aportado todos los fondos, tienen derecho a saber cómo se emplea su dinero.
¿Su dinero? Esa es otra cuestión. Una vez depositado el dinero en cualquiera de las cajas de cualquier salón del mundo, ese dinero ha ido más o menos directamente a manos de la Sociedad. En todo caso ha pasado a estar bajo su control. Ella tiene reglamentado cómo únicamente puede hacerse uso del mismo. No debe extrañar la opacidad, la falta de información concreta de cómo se utiliza una vez se traspasan los límites de la propia congregación.
La Sociedad Watch Tower utiliza muchos recursos para "sugerir" a las congregaciones que únicamente mantengan en la congregación el dinero necesario para los gastos de mantenimiento del Salón del Reino. El resto, aparte las donaciones directas, se recomienda enviarlo a la central del país a fin de que se "administre mejor" para la obra del Reino. Pero ese dinero, aunque se mantenga en "depósito" en una cuenta para la congregación, normalmente no volverá más a dicha congregación. Los ancianos no se sentirán capaces de pedir ese depósito o parte de él en caso de algún gasto extra. Preferirán acudir a los hermanos para recabar los fondos necesarios. Unicamente volverá en caso de que la congregación no disponga de salón "propio" o necesite de una reforma costosa. En el caso de que el salón sea de alquiler, los superintendentes de circuito, aleccionados desde instancias más altas, sugerirán a los ancianos la necesidad de comprar un salón y evitarse así el pago de un alquiler. El proceso es el mismo que se sigue para los Salones de Asamblea. El resultado final también es el mismo, la Watch Tower será la dueña del nuevo salón, con lo que el dinero ¿de la congregación? ahora se ha invertido para la Sociedad y la cola del "perro" ha engordado.
Como dice el suplemento citado:
El empleo que se les dé lo decide «el mayordomo fiel» y cada una de las sucursales; por eso, donde lo permite la ley, puede que el dinero depositado en una caja de contribuciones de un país apoye las actividades de los testigos de Jehová de otro país a miles de kilómetros de distancia.Como dije antes, hay que entender el lenguaje de la Sociedad WatchTower. En este caso, cuando el dinero se destine a otros países, debe entenderse que pasará a ser invertido en alguna Sucursal, Salón del Reino o Salón de Asambleas de otro país, pero con el mismo titular, la Sociedad Watch Tower de Brooklyn. Una vez más, debido al control absoluto que ejerce la Watch Tower, con la autoridad de la que se ha dotado y el poder que le confiere el manejo exclusivo del dinero, se hace patente que una obra espiritual queda necesariamente subordinada a ese montaje, el grupo editorial que conforman las sociedades del grupo Watch Tower.
Es muy difícil conciliar esa concentración de riqueza en manos de una oligarquía con el espíritu del cristianismo, ajeno a que la riqueza material y su manejo estén tan íntimamente ligados al desarrollo de la actividad espiritual para la obtención "gratis" de la vida. Ya se sabe que los caminos del Señor son insondables, sobre todo cuando corresponde identificarlos con grupos como la Watch Tower. En todo caso, por aquello de que todos los caminos conducen a Roma, el dinero que por ellos fluye siempre encuentra el destino final, el patrimonio de la Sociedad Watch Tower. No importa que su destino esté en Africa, Rusia u otro lugar. El resultado final será siempre un incremento en el número de Sucursales o Salones, el patrimonio inmobiliario de la Watch Tower. Nada para comida, ropa o medicinas. Cuando, debido a grandes desastres naturales, han coordinado algún tipo de ayuda a los testigos damnificados, lo han magnificado en sus propias revistas, y lo han sacado a la luz pública cuando alguien señala su falta de altruismo humano. Pero esas acciones aisladas son superadas ampliamente por la respuesta de la población ante esas mismas circunstancias. Basta echar un vistazo a los programas de ayuda que espontáneamente surgen de la sociedad civil en esas ocasiones.
El suplemento que consideramos tiene otros matices que necesitan siquiera de un breve comentario. Aunque la razón última en la toma de decisiones generalmente llega a los testigos disfrazada en el lenguaje y, en ocasiones, el motivo verdadero queda oculto al grado que cada uno pueda desvelarlo si dispone de datos adicionales, queda patente que son motivaciones estrictamente económicas las responsables en esas decisiones. Es lo lógico, la Watch Tower funciona, mientras le funcione la economía. Así la fusión de las plantas impresoras a las que se refiere el suplemento obedecen a criterios de eficiencia en el coste y, quizá, también en previsión de medidas desfavorables que pudieran tomarse en ciertos países, medidas de tipo económico, por supuesto. Pero mientras únicamente se habla de las fábricas que dejan de producir, cabe pensar que eso también afecta a personas. Acostumbran a facilitar poca información sobre el personal de las sedes nacionales. Su reclutamiento se desarrolla en un ambiente de extraordinario ensalzamiento hacia esa selección por parte de los jóvenes. La condición de "betelita" está considerada como de gran entrega y goza de un grado muy elevado de valoración de la persona. Muchos eligieron esa opción de servicio animados únicamente por la exposición de la parte positiva, teniendo en cuenta que "el fin está cerca".
Pero el tiempo ha pasado y se ha encargado de derribar ese falso razonamiento. Lo que no ha cambiado es la propia naturaleza, la inexorable exigencia de los criterios económicos por los que se rige cualquier empresa. La Watch Tower no es una excepción. Las repercusiones en el aspecto humano que el proceso de reestructuración lleve consigo no las van a "airear". Por tanto es difícil aportar datos. Sin embargo, sí que se conoce algo ocurrido en la sede española: recientemente unas 50 personas han sido "invitadas" a abandonar dicha sede. Algunos habrán sido asignados como precursores especiales u otros "destinos" Otros ni eso. Después de diez, quince o más años de trabajo, sin cotización a la Seguridad Social, tienen que rehacer su vida en un mundo altamente competitivo a una edad difícil para la adaptación. Para ellos, aunque no lo confiesen, su paso por el "paraíso" no parece que les haya reportado muchas ventajas. De momento, ese retraso en la vida laboral (con los beneficios sociales acumulados), lo arrastrarán por el resto de su vida. ¿Cabe pensar que Dios diseñe una organización de tal manera que su funcionamiento exija ese sacrificio para las personas? ¿Es posible concebir que la administración de "los bienes del Amo" comporten daño para quienes se entregan a él?. Cierto que la falta de información puede desatar la imaginación de cada cual para dar explicación a esos hechos. Pero, a falta de una información oficial que pueda ser sometida a examen e interpretación, cabe pensar que todo responde a una "reestructuración de plantilla". Exactamente igual y por motivos semejantes a casos frecuentes en el funcionamiento de otras empresas. También puede ser que, ante medidas de protección social para superintendentes, etc., que se han visto obligados a tomar en países vecinos (Francia por ejemplo) con el coste que eso representa, ésta sea una manera de ir aligerando las posibles cargas que en el futuro pudieran sobrevenirles.
Sea como sea, es triste constatar que hayan sido los gobiernos quienes lleven la iniciativa en la protección de sus ciudadanos ante la posible indefensión económica a la que en el futuro puedan verse abocadas personas que han gastado su vida al servicio de la Watch Tower. Puede ser también el caso de algunos precursores que, incentivados por la falsa creencia de la cercanía del fin, después de varios lustros de entrega a "la obra", se vean abocados a afrontar la etapa final de su vida de una manera incierta. Deberían tener derecho a algún tipo de protección por parte de la Organización que los ha utilizado. En ese sentido, la Watch Tower sí que debería entender que el dinero que maneja lo han puesto los demás. Esa sería una de las mejores manera de emplearlo. En algunos países han sido obligados a atender ese aspecto.
Un mínimo de reflexión y de sensatez debiera hacer pensar que en los tiempos que vivimos la sociedad se mueve en unos parámetros y con unos mecanismos de protección imprescindibles para paliar las dificultades a las que, desgraciadamente, llegamos a estar expuestos. Eso dificulta mucho el que alguna institución disponga de mano de obra gratis durante un largo período de tiempo y sin garantizar una cobertura social que, en su caso, proteja a esas personas. La Watch Tower ha abusado además de la imposición de su criterio en cuanto a la inminencia del fin para minimizar o de hecho hacer desaparecer de la mente de las personas esos riesgos. Paralelamente se ha empeñado en una soterrada labor de desprestigio hacia el trabajo "en la mejora de este mundo". Las cosas son como son. Y el trabajo que una persona realiza es para el sostén de su familia, una manera de rendir servicio sagrado a Dios, si se entiende bien el espíritu de la Sagrada Escritura. Participar de esa manera en la sociedad no es de ninguna manera colaborar con el espíritu de "este mundo inicuo".
Naturalmente, la administración de los supuestos bienes del amo requiere de unos ingresos constantes por diversos conceptos y conductos para obtenerlos. El suplemento que estamos considerando dice:
Normalmente, La Atalaya solo publica un artículo al año en el que se explica el procedimiento que deben seguir quienes deseen contribuir a la Sociedad Watch tower Bible And Tract a fin de apoyar la obra mundial.Ese artículo anual suele llevar títulos sugerentes: "Honra a Jehová con tus cosas valiosas", "Dios ama al dador alegre". En él se incluye un breve inventario de lo que se puede donar o legar en beneficio de la Organización. La Sociedad Watch Tower ha elaborado un sistema de contribuciones en el que se incluyen diversas maneras de aportar fondos, bienes y valores en su beneficio: Donativos incondicionales, Donativos condicionales y Donativos planificados. Se incluyen inmuebles, cuentas bancarias, seguros, Testamentos y fideicomisos. Tienen su folleto explicativo y su correspondiente oficina (Despacho de Donativos Planificados) para atender esas cuestiones.
Ese tema recurrente fue abordado en La Atalaya del 15 de Enero de 1992 con el tema Jehová ama a los dadores alegres. Allí se decía (página 17):
13 Aunque Pablo supervisó el arreglo de donaciones para que los creyentes necesitados pudieran recibir ayuda material y participar con mayor vigor en la predicación, ni él ni otros tomaron parte de los fondos por los servicios que habían rendido. (2 Corintios 8:16-24; 12:17, 18.) Pablo trabajaba para satisfacer sus propias necesidades materiales en vez de imponer cargas financieras a alguna congregación. (1 Corintios 4:12; 2 Tesalonicenses 3:8.) Por eso, cuando los corintios le entregaban las donaciones, estaban encomendándolas a un siervo de Dios que era confiable e industrioso.
15 De vez en cuando la Sociedad emplea las columnas de esta revista para dar a conocer a los lectores el privilegio que tienen de hacer donaciones voluntarias para la obra mundial de predicar el Reino. Con eso no se pide dinero, sino que se da un recordatorio a todos los que desean apoyar "la obra santa de las buenas nuevas" mientras Dios los hace prosperar. (Romanos 15:16; 3 Juan 2.) La Sociedad usa todas las donaciones de la manera más económica para dar a conocer el nombre y el Reino de Jehová. Se agradecen todas las contribuciones, se acusa recibo de ellas y se usan para esparcir las buenas nuevas del Reino de Dios. Por ejemplo, con esos recursos se sostienen las actividades misionales en muchos países y se mantienen y agrandan imprentas que son esenciales para dispensar conocimiento bíblico. Además, las contribuciones para la obra mundial se usan para cubrir el costo aumentante de producir Biblias y publicaciones basadas en la Biblia, al igual que casetes y videocintas.
Así los dadores alegres dan adelanto a los intereses del Reino.Allí donde pueda haber un posible ingreso entra la Organización con su norma y su "sugerencia" al desprendimiento por parte de los demás en beneficio de "los bienes del Amo". El desenfoque y la distorsión de lo que de verdad constituyen los bienes del Amo y hasta qué grado han de ser salvaguardados del poder corruptor del dinero es un factor que se ha de tener siempre presente. Y así como, en defensa del espíritu de la Ley, Jesús tuvo que recordar a los líderes de su día:
"Id y aprended lo que significa: Misericordia quiero y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores" (Mateo 9: 13 VAL),De la misma manera, en el día de hoy hay quienes necesitan que se les recuerde las palabras que un poco más adelante dirigió a los doce evangelizadores:
"... de gracia recibísteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. " Mateo 10: 8-10 (VAL).Si en la obra cristiana, eso se pasa por alto, al final se impone la lógica, las normas y las exigencias propias del capital. El dinero no sólo corrompe por las manifestaciones externas de lujo, derroche, extorsión, etc., sino también por el poder que concede a quienes disponen de los mecanismos de dominio que los bienes materiales ponen a disposición de quien los maneja. La concentración en un grupo reducido de personas de ese poder siempre entraña un riesgo cuando esas personas, de alguna manera, tienen una influencia definitiva en la vida de otros. El cristianismo no tendría que verse supeditado a esos parámetros por ningún concepto. Aparte del choque frontal que supone con el espíritu que se extrae de la Sagrada Escritura, es de puro sentido común.
Mención aparte merece el sistema que han implantado para ir acrecentando el patrimonio inmobiliario de la Sociedad, basándose en la necesidad de disponer de locales para las reuniones ordinarias de las congregaciones. A tal fin idearon un Fondo exclusivo a fin de recabar dinero de las zonas más prósperas e invertirlo en locales a nombre de la Sociedad Watch Tower, donde los adeptos, por ser menos en número o por residir en zonas más deprimidas, tienen más dificultades para acometer ese desembolso inmediatamente, pero que, al final terminan por financiar también la inversión. El suplemento a Nuestro Ministerio del Reino correspondiente a Enero de 1989 describía cómo funciona ese Fondo de la Asociación para Salones del Reino. Entre otras cosas se establecía :
9 El Fondo de la Asociación para Salones del Reino es un «fondo rotativo». Es decir, las contribuciones que se reciben se depositan en una cuenta que se utiliza únicamente para ayudar a las congregaciones a financiar sus proyectos con respecto a Salones del Reino. Aunque los fondos que se reciben son considerados como contribuciones al Fondo de la Asociación para salones del Reino, no se convierten en una «donación» para completar un proyecto de cierto Salón del Reino en particular. Más bien las congregaciones que obtengan dinero de este Fondo deben reembolsarlo. A medida que el dinero reintegrado se acumula, al cual se suman las contribuciones que se sigan recibiendo de las congregaciones, se enviará a otras congregaciones para sus proyectos de construcción o adquisición de Salones del Reino.
10 La Asociación asume los gastos que se derivan de la administración de los fondos, como la correspondencia, los aspectos legales y bancarios, etc. Por lo tanto, cada peseta que se contribuye al Fondo de la Asociación para Salones del Reino se utiliza exclusivamente para ayudar a las congregaciones.
11 Estas cantidades se reembolsan al Fondo de la Asociación para Salones del Reino con un incremento de un seis por ciento. ¿Por qué? Básicamente esta pequeña cantidad protege las contribuciones de la inflación. Cada año la inflación disminuye el poder adquisitivo del dinero, mientras el costo de construir y comprar Salones del Reino aumenta. Así que, este incremento permite que el Fondo de la Asociación para Salones del Reino conserve su potencial ante el proceso inflacionario y que se pueda seguir ayudando a las congregaciones ahora y en el futuro.Lo del seis por ciento que justifican como factor que corrija la pérdida de poder adquisitivo fue objeto de comentarios "sotto voce" y no muy bien encajado entre bastantes testigos. La verdad es que necesita de ciertas reflexiones. En primer lugar, se supone que ese dinero, además de ver erosionado su valor real con el paso del tiempo, también tenía un potencial de incremento del mismo por los intereses que rendía. Toda empresa, además, conoce muy bien las ventajas que supone disponer de liquidez financiera por el coste del dinero necesario en las transacciones comerciales, pago de nóminas, etc. Sería ingenuo pensar que la Watch Tower mantenía ese dinero improductivo. Por las razones que sean, últimamente ese cargo extra, disfrazado ahora como "gastos en la gestión", lo han eliminado. Eso no quita la pregunta ¿Por qué cargar un interés por un dinero "donado" para ayudar a otros, en donde se supone que el "donante" no tiene ningún interés en que mantenga o no la totalidad del poder adquisitivo de su donación? ¿Por qué, además, el arreglo consiste en "prestar" un dinero que otro ha "donado" desinteresadamente? La realidad es que esa "donación" termina en un inmueble más para la Sociedad Watch Tower y además vuelve a manos de esa Sociedad que puede utilizarlo indefinidamente, ya que lo único cierto es que no vuelve a los donantes, ni se han beneficiado los supuestos beneficiarios en concepto de "donación". La conclusión final será la que cada uno pueda extraer, ya que desde las altas instancias de la Organización, a preguntas lógicas, sólo cabe esperar respuestas demagógicas, cuando no cargadas de inculpaciones.
Nada malo hay en principio en asociarse para el logro de la meta, los ideales y la esperanza cristianos. Nada perverso tiene que el dinero tenga su parte, como instrumento útil, dentro de un conjunto de factores contribuyentes todos a la consecución de esos fines nobles. El problema surge cuando, en ese concierto, el factor económico se erige, no ya en solista, sino en director de la orquesta.
Una ojeada al desarrollo de la vida normal en el mundo de los testigos de Jehová y sus actividades religiosas, nos muestra que el dinero, de una u otra manera, siempre está presente, no como inevitable invitado con algún papel meramente secundario, sino como dueño y señor que determina el funcionamiento de la organización en todas sus manifestaciones. Revestido de un lenguaje mediante el cual inevitablemente se implica a Jehová como responsable de toda la actividad de la Organización, vez tras vez someten a los testigos a un mensaje que enaltece la producción de literatura y las reuniones para consumirla:
Se encarga de que su organización terrestre distribuya Biblias y publicaciones bíblicas por todo el mundo en cientos de idiomas. Del mismo modo, las reuniones cristianas, y hasta las asambleas, se organizan mundialmente para suministrar a todas las personas las cristalinas aguas de la verdad. La Atalaya del 1 de Marzo de 1999, página 20, párrafo 11.A eso se reduce y ahí se concentra y queda limitada la vida espiritual, a una actividad inseparable de lo que la Watch Tower publica: al consumo interno de literatura y a distribuirla a otros. Eso mantiene a los testigos alejados de poder considerar otros puntos de vista. El dinero que se obtiene otorga el poder para eliminar cualquier contestación. Toda discrepancia está previamente condenada en el mensaje difundido ampliamente en las publicaciones, de tal manera que los testigos están aleccionados por su literatura y programados para rechazar a cualquiera que ponga objeciones a la "única" manera de entender la doctrina bíblica, la patrocinada por las publicaciones de la Sociedad. El poder conseguido de esa manera actúa de manera despótica e inmisericorde para con los que objeten lo más mínimo. El programa establecido mediante sus normas requiere el rechazo hacia esas personas por parte de todos los demás a un grado, no ya anticristiano, sino inhumano en extremo, exigido incluso hasta para los miembros de la propia familia y justificado por supuestas exigencias de "limpieza" dentro de la congregación. La rotura de las relaciones de amigos y hasta de familiares es una de las consecuencias de esa desmesurada concentración de poder que da el control sobre el dinero en sus múltiples dimensiones.
Es ese un aspecto de suma importancia, ya que bajo una aparente intencionalidad de mantener limpia a la congregación, se practica una extrema injusticia para con personas intachables bajo todo punto de vista, incluyendo su amor por la Palabra de Dios sin manipulaciones, pero que llegan a no estar de acuerdo con las doctrinas y las prácticas abusivas de la Sociedad Watch Tower. El trato dado a los expulsados, que afecta además a todos los próximos a ellos (familiares y amigos) es de una inhumanidad inconcebible en personas que se califican como "cristianas". Es la corrupción de la esencia del cristianismo. La experiencia propia y la comunicación con otras personas que, por motivos diversos, han abandonado la Watch Tower, indica la existencia de una serie de situaciones dentro de las congregaciones únicamente atribuibles a la presión que, de múltiples maneras, ejerce la Organización con sus normas represoras. Mi percepción es que muchos permanecen únicamente por no "crear" problemas familiares o perder los amigos. Algunos así me lo han manifestado personalmente. Otros se han comprometido a tal grado, han afirmado tales cosas en el pasado, intervienen constantemente en impartir a otros los puntos de vista de la Sociedad que causaría un gran impacto un giro brusco en su manera de actuar. Callan, tragan y se acomodan. Esas y otras muchas circunstancias sólo se dan por la falta total de libertad para expresarse, y obedecen una serie de intereses (sociales) creados que constituyen un gran obstáculo para que las personas se manifiesten con sinceridad. Consciente o inconscientemente la política implantada en ese sentido por la Organización tristemente parece abonar y acomodarse en parte a las palabras que Jacinto Benavente pone en boca del pícaro Crispín:
Para salir adelante con todo, mejor que crear afectos es crear intereses...
(Los Intereses creados)Todo eso lo hace posible el poder que se ejerce cuando se tiene el control y se es dueño de todo el patrimonio. De otra manera, en muchos casos la contestación y la discrepancia habría terminado por imponerse en congregaciones enteras que hubieran seguido utilizando "sus instalaciones" normalmente para las reuniones religiosas sin que la organización pudiera impedirlo. Eso ellos lo saben y por eso lo acaparan todo, lo dominan todo, lo manipulan y lo explican apelando a la administración de los "bienes del amo" de esa manera por la que atribuyen carácter "teocrático" y responsabilidad divina en el diseño de ese engendro.
Pero, ¿Hasta qué grado está presente el dinero en la vida cotidiana de los testigos en cuanto a miembros de una secta religiosa? ¿Por qué digo que la vida espiritual dentro de los testigos está íntima e inseparablemente ligada al aspecto económico? Veamos:
Los testigos de Jehová se reúnen tres veces por semana en cinco reuniones diferentes:
La Reunión del Libro consiste en la consideración (durante una hora) de uno de los libros o folletos editados por la Sociedad Watch Tower. La programación de la porción que debe considerarse de esa publicación se anuncia en Nuestro Ministerio del Reino. No se puede considerar otra temática ni otra literatura. Eso quiere decir que todos los asistentes han de llevar necesariamente esa publicación.
La reunión Escuela del Ministerio Teocrático se lleva a cabo en diversas partes en las que también se utilizan las publicaciones sobre las que se basa. Su programación se hace una vez para todo el año en una hoja Programa de la escuela del Ministerio teocrático para el año en cuestión, en el que se detallan las publicaciones concretas que se utilizarán. Nadie puede salirse del programa. Sin solución de continuidad le sigue la Reunión de Servicio. En ella se hacen demostraciones de cómo presentar las ofertas de los libros, las revistas, etc. hacia el público, al mismo tiempo que se anuncian las publicaciones y otros artículos disponibles para los propios testigos: videocintas, volúmenes especiales, etc.
La Reunión pública es la única en la que, salvo la Biblia (oficialmente la TNM), no es necesario ninguna otra publicación. Le sigue el Estudio o Consideración de La Atalaya. Todos han de disponer del número que corresponda a la semana.
Aparte de eso, se estimula a los testigos a que diariamente consideren el Texto Diario. Para ello han de disponer un cuadernillo "Examinando..." con un texto para cada uno de los 365 días del año seguido de un comentario extraído de un artículo previo de La Atalaya. Se trata de una repetición.
La revista ¡Despertad! debe ser leída igualmente por todos o, cuando menos, todos los testigos la poseen.
Cada año publican el Anuario correspondiente del que normalmente cada uno (cada familia al menos) ha de tener su propio ejemplar. Hay otras publicaciones, folletos, tomos encuadernados de La Atalaya y ¡Despertad!, etc. que junto a la versión TNM de la Biblia, los testigos de Jehová utilizan o, cuando menos, obtienen en la congregación. Por todo ello se contribuye. Es decir, no hay acto al que asista el testigo en el que no consuma algo de lo que publica la Watch Tower y por lo que "en conciencia" tiene que contribuir. Privadamente puede, además, utilizar los índices, el CD Rom de la Sociedad, etc.
Aparte de las reuniones, todos los testigos tienen la obligación de salir al "Servicio del Campo" e informar esa actividad. No hay una cantidad específica de tiempo señalada, salvo para los "precursores", pero la media de cada país es una referencia muy utilizada en la valoración de las personas, si están dentro o fuera de lo que de ellos se espera. Cada mes se informa en una hoja especial y se anota en una ficha personal que se mantiene en la congregación. Una de las principales tareas (de control) del superintendente de circuito en su visita a la congregación es la de repasar todas esas tarjetas para comprobar el nivel de actividad, sirviendo como base principal para su criterio de valoración de las personas (a quienes no conoce o conoce superficialmente) y de la congregación. Existen unas prácticas de presión evidentes para que todos dediquen tiempo a la "predicación". La principal es la insistencia constante desde la literatura que obligatoriamente se considera en las reuniones, así como de parte de los responsables en la congregación desde la plataforma. Hay otras formas, incluso coercitivas. Si una persona no informa en un mes, se le considera "irregular", al menos durante los siguientes seis meses. Si no informa actividad de predicación durante seis meses, se le considera "inactivo".
La predicación no se lleva a cabo con una Biblia que uno pudo haber comprado hace cinco, diez, veinte años, explicando a la persona el propósito de Dios, sin esperar a que dicha persona ocasional o habitualmente pase a ser un potencial consumidor de literatura. En su lugar puede observarse a los testigos cargados de libros y revistas (por las que han contribuido) que ofrecen a sus vecinos sobre la base de "contribuciones voluntarias". Si alguien acepta literatura y muestra interés, se le ofrece un "estudio bíblico gratis". Dicho "estudio" se llevará a cabo considerando uno o varios de los libros editados por la Sociedad Watch Tower. Ahí entra ya el asunto del dinero. El tiempo lo pone el testigo y lo informa a la organización, pero por la publicación que preceptivamente se utiliza se ha de contribuir. Libros y revistas constituyen el centro en la obra de predicar. La labor de adoctrinamiento para aceptar esa práctica sin poner objeciones consiste en atribuir a la literatura la consideración de "alimento a su debido tiempo", procedente de Jehová mediante su "esclavo fiel y discreto". Rechazarlo supone desprecio por el "trabajo" del "esclavo". Trabajo, por cierto que el susodicho esclavo se ha tomado por su cuenta, sin que nadie se lo haya pedido. Quien pretenda ignorar la conexión directa entre vida espiritual y consumo de literatura (por la que se "contribuye"), en mi opinión, o está ciego o no quiere ver.
Generalmente, cada seis meses se le convoca a una Asamblea de dos días o un día Especial de Asamblea, aparte la Asamblea de distrito de tres o cuatro días de duración el verano. Se establece un canon de referencia para que cada publicador contribuya, al menos, esa cantidad en concepto de cobertura de gastos de mantenimiento del local, normalmente, un Salón de Asambleas costeado y mantenido por los testigos locales, pero de propiedad de la Sociedad Watch Tower. Le oí decir a alguien (testigo) que esos locales son como oficinas de recaudación, siendo las asambleas los plazos para hacerla efectiva. Cada fin de semana suele haber una asamblea en esos Salones. No se pasa el platillo, pero las cajas de contribuciones están por todas partes. Cada testigo, sabe que ha de contribuir "su parte", como mínimo. Durante la sesión se suele hacer un recordatorio de cómo va el aspecto financiero, apelando a la generosidad para "cubrir los gastos". En alguna ocasión que, al parecer, hubo déficit, se exigió a las congregaciones afectadas a que "contribuyeran" la parte que les correspondía. Cuando hay superávit (casi siempre) no se reserva para cubrir un posible déficit en otra ocasión. Al contrario, recuerdo que, al menos en una ocasión, se anunció que el comité al respecto en el circuito había decidido enviar a la central una cantidad procedente del superávit existente.
Cada verano organizan una Asamblea de Distrito de tres o cuatro días. Suelen ser unas jornadas agotadoras en sesiones maratonianas en donde se considera información propagandística y repetitiva hasta la saciedad. Por una serie de razones englobadas en el eufemismo de "simplificación", ya no se sirven comidas (de donde tenía que salir el dinero para cubrir todos los gastos). La razón para esa supresión quizá haya que buscarla en posible presión de las autoridades sanitarias por problemas que pudieran sobrevenir debido a la manipulación y consumo de alimentos, aparte el riesgo de perder dinero debido a que no pueden poner un precio fijo como sucedía años atrás. Los testigos de Jehová suelen acudir fuertemente aleccionados en cuanto a comportamiento, apariencia, etc. todo en aras de proyectar una buena imagen. También se les instruye previamente a evitar consumir refrescos, café, etc. durante las sesiones de asamblea en los establecimientos legalmente instalados en los recintos en donde se llevan a cabo esas concentraciones, lo que puede representar un perjuicio económico para los industriales que explotan los acontecimientos de todo tipo que se celebran en esos lugares. De manera que está mal visto que alguien, después de dos horas de sesión, decida por su cuenta apartar unos minutos de receso para tomar un café.
Estas asambleas suelen ser la ocasión propicia para anunciar "nuevas publicaciones" que allí mismo empezarán a distribuirse. El anuncio que se hace actualmente indica que se trata de publicaciones "sin coste". También en algún momento se anuncia que la Sociedad "se hace cargo" de todos los gastos de Asamblea. Pero el recinto habrá estado repleto de cajas de contribuciones y "todos" saben de su obligación "moral" para contribuir. De ninguna manera informarán del aspecto económico. En una reunión con los responsables de los distintos departamentos para agradecer la colaboración prestada, recién terminada una de esas asambleas, alguien preguntó por el coste de alquiler del local. La respuesta fue totalmente negativa, se cerraron en banda a dar la cantidad, esas cosas no se informan. Tengo la impresión de que esas asambleas se seguirán celebrando mientras resulten rentables. Si en el futuro se llegara a oir lo de la "simplificación" para acortar o suprimir esas ocasiones, lo que cabe pensar más probablemente es que no "salen" las cuentas.
Unos meses antes Nuestro Ministerio del Reino incluye un suplemento con instrucciones que abarcan varios aspectos relacionados con la asamblea de ese año. El suplemento a Nuestro Ministerio del Reino correspondiente a Mayo de 1997 traía el siguiente párrafo:
16 Pago de los gastos de la asamblea: Todos incurrimos en gastos para asistir a las asambleas, y hay uno que conviene que consideremos: los locales que se utilizan son costosos; además, hay otros desembolsos que hacer. Por lo tanto, se agradecen mucho las contribuciones generosas que hacemos voluntariamente en las asambleas. (Hech. 20:35; 2 Cor. 9:7, 11, 13.)
Todas las contribuciones en cheque deben hacerse a nombre de "Watchtower".Cuando la Sociedad Watch Tower anuncia que se hace cargo de los costes de Asamblea, en los que se incluye el importe por el alquiler del local en el que se lleva a cabo, está afirmando algo puramente formal, ya que la realidad es que, previamente ha aleccionado a los testigos para que aporten las contribuciones necesarias para sufragar esos gastos. Así lo corroboran las apelaciones a contribuir como las que acabamos de considerar o como las que incluye el suplemento de Nuestro Ministerio del Reino correspondiente al mes de Mayo de 1999 dedicado precisamente a las Asambleas de distrito La palabra profética de Dios - 1999. Dice así:
23 El pueblo de Jehová siempre ha contribuido con generosidad a favor de los intereses teocráticos (Exo. 36: 5-7; 2 Cró. 31: 10; Rom: 15: 26, 27) Con las contribuciones voluntarias para la obra mundial se cubren los gastos de alquiler de las grandes instalaciones donde se celebran las asambleas. Si deseamos contribuir con un cheque, debe hacerse a nombre de «Testigos cristianos de Jehová».No cabe duda que, en general, las asambleas han sido ocasiones especialmente propicias para la labor propagandística. Se da mucho énfasis a la calidad del "alimento espiritual" de esas ocasiones, tal vez incluyendo escenificaciones de relatos del pasado. A mí siempre me llamó la atención un hecho en particular que nunca he podido entender. Se trata del bautismo. Es una ceremonia que se ha utilizado muy eficazmente en el aspecto propagandístico. Prescindiendo de todo el boato con el que se reviste, nunca he entendido por qué razón una persona no se puede bautizar en el momento en que entiende que ha de hacerlo, porque así lo estableció Jesús y lo practicaron sus discípulos. A la única explicación que llego es que forma parte del espectáculo de las asambleas, siendo éstas la ocasión ideal para su puesta en escena como un factor más de márketing. Nada que ver con el bautismo de Felipe o Cornelio.
En resumen, esos "bienes del amo", tal como los han concebido los dirigentes de la Watch Tower, necesitan de un flujo constante de dinero. Hasta ahora eso no ha sido problema, porque ha habido muchas maneras diferentes por las que el dinero entraba generosamente. Algunas (los alimentos en las asambleas, por ejemplo) por una serie de razones han quedado eliminadas. En los últimos años hay una fiebre constructora por la que se está engrosando el patrimonio de la Watch Tower a marchas forzadas. Eso exige una apelación constante al apoyo económico y personal de los diferentes proyectos. Hoy aquí, mañana allá, los proyectos de construcción se aceleran y son constantes las llamadas a aportar los fondos para llevarlos a cabo. Algunos ya han advertido esa febril actividad que requiere del dinero de todos. Hay quienes han expresado que, en los últimos tiempos, la Sociedad no se cansa de pedir dinero. Claro que, contra el vicio de pedir, siempre está la virtud de no dar. Hay quienes, cansados de que, contribuyendo con sus recursos al confort de las instalaciones de la Sociedad (en especial para ofrecer una buena imagen desde las diferentes sucursales) en detrimento del de sus propios hogares , han comenzado a practicarla.
Tal vez este artículo haya resultado excesivamente diversificado en cuanto a cuestiones tratadas, sin embargo, como síntesis del mismo, fíjense ustedes por dónde, aunque el tema tenga que ver principalmente con uno de ellos, podemos constatar la existencia de dos factores importantes que mutuamente se apoyan y se necesitan. Por una parte, una sociedad eminentemente editorial que debe su justificación a un movimiento religioso y necesita de un barniz de tipo espiritual en su actividad y, por otra, la figura del "esclavo fiel y discreto", con su máxima expresión representada en el Cuerpo gobernante de los testigos de Jehová, necesitada de un gran imperio económico que respalde de manera expeditiva todo su poder. Esa situación o esa realidad, que en un momento dado hizo surgir la figura del perro por cuestiones derivadas del poder y la autonomía de la cola para mover al perro o la legitimidad de que es al perro a quien corresponde el movimiento su cola, da la impresión de que el animal se ha convertido en un monstruo que, ante el desmesurado crecimiento de su cola, se ve necesitado de más fuerzas, más poder y más control para lograr hacer efectivo su dominio. A eso se dedican sin tregua los responsables de la Sociedad a través de las publicaciones que teóricamente tenían que ser un vehículo para la propagación de la doctrina sana que contiene la Palabra del Creador. En su lugar se hace evidente el esfuerzo continuo en reforzar la posición de los dirigentes de la Watch Tower tanto en lo que se refiere a su legitimidad como únicos intérpretes y distribuidores de la ortodoxia doctrinal como en su vertiente administrativa relacionada con el manejo exclusivo del dinero. La concentración de ambos aspectos del poder en un grupo reducido de personas puede ser utilizada de manera caprichosa y con resultado de opresión para quienes están bajo su dominio. ¿Alguien es capaz de ver en eso a la auténtica congregación de Dios? Todas las cosas son de Jehová. El es el dueño de todo, incluso de los dineros. Pero, puesto que El no está visible, los administran ellos. En el factor económico está su fortaleza, ya que pueden manejar a su antojo la doctrina e imponerla en todas las congregaciones, pero también algún día puede ser su talón de Aquiles.
(Contribuido)