Sangre completa: No debe sorprender el hecho de que la prohibición de la Sociedad sobre la sangre incluya a la sangre completa, indivisa. Sin embargo, en la vida real esta prohibición tiene poca relevancia. Durante las décadas de los 60 y de los 70, eran comunes las transfusiones de sangre completa. Hoy prácticamente toda la sangre se separa en componentes y los pacientes reciben solamente las fracciones que necesitan.Por lo tanto, a la Sociedad le cuesta poco mantener esta prohibición contra el uso de la sangre completa. Mientras que la literatura de la Sociedad Watchtower se refiere a menudo a la sangre completa, esto solamente da una apariencia de obediencia a los principios bíblicos, ya que la mayoría de las veces los Testigos de Jehová se enfrentan al problema de aceptar o rechazar algún componente de la sangre. Por lo tanto, la cuestión de la sangre se reduce a distinguir precisamente entre esos componentes. Como veremos, la Sociedad hace esto arbitrariamente.
La propia Sociedad Watchtower describe cómo se divide la sangre en sus componentes [vea ¡Despertad! de 22 de octubre de 1990, pág. 4].
Plasma: Teniendo en cuenta que el plasma constituye alrededor del 55% del volumen sanguíneo, no sorprende que este componente esté prohibido. Sin embargo, se debe observar que el plasma sanguíneo contiene más de un 90% de agua. Este agua ni siquiera forma parte de la corriente sanguínea, tal como explica la Enciclopedia Británica:
“El agua contenida en el plasma se puede intercambiar libremente con el agua de las células del cuerpo y de los fluidos extracelulares, y está disponible para mantener el estado normal de hidratación de todos lo tejidos.” (The New Encyclopædia Britannica, 1988, Chicago: Encyclopædia Britannica, Inc., vol. 15, p. 131, Macropædia: "Blood") [Texto original en inglés]Sería irrazonable prohibir la transfusión de agua que es intercambiable libremente con el resto del cuerpo. Con esto en mente, note que la Enciclopedia Británica continúa diciendo sobre el plasma que:
“su principal soluto es un grupo heterogéneo de proteínas que constituyen alrededor del 7 por ciento en peso del plasma....Otros constituyentes incluyen sales, aminoácidos, vitaminas, hormonas y productos de desecho del metabolismo” (ibídem) [Texto original en inglés]¿Cuales son entonces los constituyentes del resto del plasma? Son la albúmina (el componente mayoritario), inmunoglobulinas, fibrinógenos y otros componentes empleados en el proceso de coagulación. Existen otros componentes importantes, pero su presencia es pequeña, como los lípidos, que totalizan menos de 1 gramo por cada 100 mililitros.
Note esto: los componentes que constituyen el plasma son exactamente los mismos que se encuentran en la lista de componentes permitidos. ¿Con qué lógica prohibe la Sociedad Watchtower el uso del plasma completo, a la vez que lo permite si se separa en sus componentes? Por razones comprensibles, el Cuerpo Gobernante nunca ha tratado esta cuestión.
La sección “Un final feliz” relata la decisión de un Testigo de aceptar plasma, debido a que el único componente prohibido del mismo es aparentemente el agua.
Glóbulos blancos (leucocitos): El vincular los glóbulos blancos a la sangre es un tanto engañoso, ya que existe más cantidad de ellos fuera que dentro del flujo sanguíneo. Solamente alrededor de 2-3 % de los glóbulos blancos están contenidos en la sangre, mientras que el resto se encuentra en otras partes del cuerpo, de modo que un Testigo que acepte el transplante de cualquier órgano, recibe más leucocitos que los que recibiría a través de una transfusión de sangre. Así pues, no tiene sentido la prohibición de la transfusión de leucocitos.
Más aun, hoy sabemos que la leche materna contiene de 5 a 12 veces más leucocitos que la sangre. Como consecuencia, los lactantes reciben más leucocitos a través de la leche de su madre que si tomasen una cantidad similar de sangre. Por tanto, se desvanece el argumento en contra de esta prohibición. Todavía más asombroso es el hecho de que esto sucede también con la leche de vaca, que se emplea extensamente como comida y bebida en todo el mundo. Así que cada vez que un Testigo de Jehová bebe leche, recibe más cantidad de los prohibidos leucocitos que si recibiese una transfusión de sangre.
Glóbulos rojos / plaquetas: Estos son componentes prohibidos, obviamente.
Considere otra extraña prohibición. La Sociedad no permite que un Testigo de Jehová almacene su propia sangre con anterioridad a una intervención. Si esto estuviese permitido, no existiría el peligro de infección mencionado tan a menudo en la literatura. Más aún, no tendría sentido argumentar que una persona debería abstenerse de su propia sangre. Sin embargo eso es lo que la Sociedad hace.
"Aunque los cristianos no están bajo la Ley de Moisés, la Biblia dice que es ‘necesario’ que nos ‘abstengamos de la sangre’, y la consideremos sagrada. (Hechos 15:28, 29.) Esto se comprende, porque los sacrificios hechos bajo la Ley prefiguraron la sangre de Cristo, el medio que Dios usa para darnos vida eterna. (Hebreos 9:11-15, 22.)¿Cómo se trataba con la sangre bajo la Ley si no se usaba en sacrificio? Leemos que cuando un cazador mataba a un animal para usarlo como alimento ‘tenía que derramar la sangre del animal y cubrirla con polvo’. (Levítico 17:13, 14; Deuteronomio 12:22-24.) Por eso, la sangre no había de usarse para nutrición ni con otro propósito. Si se sacaba de una criatura y no se usaba en sacrificio, había que deshacerse de ella derramándola en la tierra, el escabel de los pies de Dios. (Isaías 66:1; compárese con Ezequiel 24:7, 8.)
Esto claramente elimina un uso común, en operaciones, de la propia sangre del paciente: el recogerla antes de una operación, almacenarla y después introducirla de nuevo en el paciente." (La Atalaya, Marzo 1, 1989, p. 30)
Así que, a pesar de que la Sociedad Watchtower concuerda con que los “cristianos no están bajo la Ley de Moisés”, y que supuestamente los Testigos de Jehová no están obligados a seguirla, ¡la Sociedad sigue utilizando esta ley como el único argumento en contra de las transfusiones autólogas! Más adelante veremos cuán irrazonable es esta norma, al examinar a qué grado es preciso almacenar sangre para extraer muchos de sus componentes permitidos.
En un giro interesante, la Sociedad permite ahora el uso de la hemodilución inducida. Este proceso consiste en extraer del cuerpo una cantidad de entre 2 y 4 unidades de sangre justo antes de la operación, y volver a introducirla después de la intervención. La sangre se almacena brevemente fuera del cuerpo, y el proceso se puede llevar a cabo de modo que una pequeña cantidad de sangre fluya continuamente de regreso al cuerpo. Esto es lo que los médicos llaman una autotransfusión. La Sociedad nunca emplea este término para referirse a esa técnica, porque no quiere que los Testigos se percaten de lo irónico de permitir, después de todo, una forma de transfusión. (Vea La Atalaya de 1 de marzo de 1989, página 31)
Aplaudimos los esfuerzos para reformar la doctrina de la sangre, y para introducir los cambios necesarios, aunque sean difíciles. Las reformas, sin embargo, deben continuar.