Los Testigos de Jehová

Pseudo-ciencia y los riesgos de las transfusiones de sangre



Pseudo-ciencia y los riesgos de las transfusiones de sangre

LA SOCIEDAD NO SE CONTENTÓ con dar razones “bíblicas” para prohibir las transfusiones de sangre. Los artículos y publicaciones que tratan este asunto se esfuerzan igualmente por enfatizar los peligros de las transfusiones de sangre y las ventajas de algunas alternativas a las transfusiones de sangre. Dirigidas a la comunidad de Testigos de Jehová, las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, están repletas de relatos espantosos y de comentarios insinuantes que enfatizan el peligro. Muchos de los Testigos, cuando se enfrentan a este asunto, hablan mucho sobre la hepatitis y el SIDA, y de los peligros horribles de las transfusiones de sangre. A pesar de no tener formación en medicina, ellos insisten en que siempre hay alternativas a las transfusiones de sangre. La razón de esto es la abrumadora propaganda que ha difundido la Sociedad:

"No sorprende que la transfusión de una sustancia tan compleja —según lo expresó cierto cirujano— pudiera “confundir” al sistema inmunológico del cuerpo. De hecho, puede entorpecer el proceso inmunológico hasta por un año, algo que en opinión de algunos constituye el aspecto más amenazante de las transfusiones.

A este hecho hay que añadir las enfermedades infecciosas. Tienen nombres exóticos —como la enfermedad de Chagas y el citomegalovirus— y sus efectos van desde fiebre y escalofríos hasta la misma muerte. El doctor Joseph Feldschuh de la universidad Cornell de Medicina dice que existe una posibilidad entre diez de contraer algún tipo de infección por causa de una transfusión. Es como jugar a la ruleta rusa con un revólver de 10 cartuchos. Estudios recientes también han mostrado que las transfusiones de sangre administradas durante operaciones de cáncer pueden incrementar el riesgo de que la enfermedad reaparezca.

No es raro, pues, que un programa de noticias televisadas afirmara que una transfusión sanguínea pudiera ser el mayor obstáculo para recuperarse de una operación quirúrgica. La hepatitis infecta a centenares de miles de personas y mata a muchos más receptores de transfusiones que el sida, pero recibe poca publicidad. Aunque nadie sabe la cantidad de vidas que siega, el economista Ross Eckert dice que pudiera equivaler al número de víctimas mortales que se producirían si un avión DC-10 lleno de pasajeros se estrellara cada mes." (¡Despertad!, Octubre 22, 1990, p. 9)

Los que han leído los anteriores documentos conocen el hecho de que la Sociedad ha empleado argumentos similares - e incluso más fuertes - en contra de las campañas de vacunaciones y de los transplantes de órganos. Aunque las vacunas tienen a veces efectos secundarios negativos, las personas informadas concuerdan que en conjunto han resultado ser un beneficio enorme para la humanidad. A pesar de que algunas personas han muerto, las vacunas han salvado millones de vidas. Sería difícil encontrar a alguien - Testigo de Jehová o no - que no concuerde con que las vacunas han sido algo beneficioso.

Más tarde volveremos a estos relatos de terror exagerados sobre las transfusiones de sangre. De momento basta con indicar las similitudes entre las amenazas ejercidas sobre los que aceptaban vacunas, transplantes de órganos y ahora transfusiones de sangre.

La Sociedad no se contentó con solo exagerar las amenazas reales. En la misma línea con las afirmaciones de supuestos cambios de personalidad como resultado de las vacunas o de los transplantes de órganos, la Sociedad apeló al mismo tipo de científicos charlatanes:

"Por ejemplo, en su libro Who Is Your Doctor and Why?, el doctor Alonzo Jay Shadman dice: “La sangre de cualquier persona es en realidad la persona misma. Contiene todas las peculiaridades del individuo del cual proviene. Esto incluye manchas hereditarias, susceptibilidades a enfermedades, venenos debido al modo de vivir personal, hábitos de comer y de beber. ... Los venenos que producen el impulso para suicidarse, asesinar, o robar se encuentran en la sangre.” Y el Dr. Américo Valério, doctor y cirujano brasileño por más de cuarenta años, está de acuerdo. “Locura moral, perversiones sexuales, represión. complejos de inferioridad, crímenes de menor cuantía - a menudo éstos siguen tras la transfusión de sangre,” dice él. No obstante, en la prensa pública se reconoce que las organizaciones cuyo abastecimiento de sangre se considera confiable obtienen sangre para transfusiones de parte de criminales que se sabe tienen tales caraterísticas." (La Atalaya, Marzo 15, 1962, p. 181)

De modo que según la Sociedad, ¡una transfusión de sangre podía transmitir una personalidad criminal! Preguntamos ¿qué es más sorprendente, que la Sociedad realmente enseñase este disparate, o que fuese capaz de encontrar “expertos” que concordasen con ella? Sabemos con certeza que muchos Testigos creían en esa charlatanería hasta bien entrada la década de los 80, y probablemente todavía la crean.

Es interesante notar cuánto ha cambiado la Sociedad sus ideas generales sobre la ciencia, y en particular sobre la ciencia médica. Mientras que en un tiempo consideraba que la profesión médica estaba poseída por demonios, ahora es más proclive a publicar artículos en la revista ¡Despertad! sobre las maravillas de la cirugía y de la medicina, y a menudo advierte contra ciertos tratamientos alternativos que no están respaldados por la evidencia científica.

Teniendo en cuenta que históricamente la comunidad de Testigos de Jehová ha sido hostil a los profesionales médicos (y esta hostilidad ha sido alimentada por las controversias relacionadas con la prohibición de la sangre), a la vez que era simpatizante de la “medicina alternativa” (algunos de los “expertos” que fueron citados para apoyar la posición anti-vacunaciones eran homeópatas), será interesante ver cuán rápidamente produce este giro un cambio de actitud entre las filas de los Testigos.

A pesar de que la Sociedad Watchtower ha ido muy lejos para minimizar el daño a la comunidad de Testigos, permitiendo el uso de más y más componentes derivados de la sangre, la prohibición de la sangre es una causa mayor de las tensas relaciones entre los Testigos de Jehová y los profesionales médicos, y es una razón de peso para que seamos considerados un grupo religioso peligroso. También, a pesar de todos los argumentos de la Sociedad en relación a las “terapias alternativas”, su prohibición de la sangre mata. En otra sección se presenta un análisis detallado de los riesgos asociados a las transfusiones de sangre.



Primera página.




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