Los Testigos de Jehová

La prohibición de la sangre



La prohibición de la sangre

EN UNA EXTENSA COLUMNA de la sección “Preguntas de los Lectores”, la revista The Watchtower de 1 de Julio de 1951, pág. 414, argumentó firmemente que los Testigos de Jehová deben abstenerse de transfusiones de sangre. En vista del temor obvio por incurrir en algún tipo de responsabilidad legal, es interesante el comentario que precede a esa sección:

“Un caso judicial reciente en Chicago, en el que estaban involucrados algunos testigos de Jehová y su posición respecto a las transfusiones de sangre originó extensos comentarios en la prensa pública y entre la gente en general. Surgieron muchas preguntas. Las siguientes fueron las más frecuentes, y provinieron de varias localidades.” [texto original en inglés]

Note que este artículo se publicó un año y medio antes que el artículo que levantó la prohibición de las vacunas. Por lo tanto, la prohibición de las vacunas todavía estaba en vigor. No es de extrañar que los argumentos presentados sean idénticos a los que se utilizaron para prohibir las vacunas. Examinemos esos argumentos:

“¿Cuáles son las bases bíblicas para oponerse a las transfusiones de sangre?
Jehová hizo un pacto con Noé después del Diluvio, e incluyó en él el siguiente mandato: ‘Solo carne con su alma - su sangre - no deben comer.’ (Génesis 9:4)”

Sin embargo, mientras que la “nueva luz” recibida en 1952 decía que las vacunas no eran una violación del pacto de Dios con Noé, las transfusiones de sangre sí que lo eran. Génesis 9:4 todavía es el argumento clave empleado por la Sociedad en contra del uso médico de la sangre.

Del mismo modo que la Sociedad empleó muchos “argumentos médicos” en contra de las vacunas, la literatura de la Watchtower está repleta de propaganda negativa en contra de la sangre. El artículo de 1951 dijo:

“Y dejemos que los entusiastas de las transfusiones con un complejo de salvadores, evalúen el hecho de que en muchas ocasiones las transfusiones hacen daño, difunden enfermedades, y frecuentemente causan muertes, que por supuesto no se hacen públicas.” [texto original en inglés]

Y finalmente, a fin de protegerse ellos mismos en contra de un posible caso judicial:

“Cada uno decide por sí mismo, y lleva la responsabilidad por su derrotero. Los testigos de Jehová consagran sus vidas a Dios y se sienten sujetos a su Palabra, y con estas cosas en mente ellos deciden individualmente su modo de actuar personal y por lo tanto llevan su responsabilidad personal ante Dios.” [texto original en inglés]

Que la Sociedad no cambió por ella misma su opinión sobre las vacunas, sino que simplemente recibió “nueva luz” para evitar ser legalmente responsable por muertes, se hace evidente en La Atalaya de 1 de febrero de 1962, pág. 94, 95:

• Puesto que la Biblia prohíbe el comer sangre, ¿cómo deben considerar los cristianos el uso de sueros y vacunas? ¿Ha cambiado la Sociedad su punto de vista sobre esto? -J. D., EE.UU.

"La Biblia claramente manifiesta que la sangre solo podía usarse apropiadamente en el altar; de otro modo había de ser derramada en tierra. (Lev. 17:11-13) Toda la práctica médica moderna que envuelve el uso de sangre es censurable desde el punto de vista cristiano. Por lo tanto el tomar una transfusión de sangre, o, en vez de eso, el infundir algún componente de sangre para sostener la vida de uno es incorrecto.

En cuanto al uso de vacunas y otras sustancias que de alguna manera quizás envuelvan el uso de sangre en su preparación, no se debe concluir que la Sociedad Watch Tower respalda a éstas y dice que la práctica es correcta y apropiada. No obstante. la vacunación es una práctica casi inevitable en muchos segmentos de la sociedad moderna, y el cristiano puede hallar elemento consolador en medio de las circunstancias en el hecho de que este uso no es en realidad un proceso de alimentarse o nutrirse, lo cual fue específicamente prohibido cuando Dios dijo que el hombre no habría de comer sangre, sino que es una contaminación del organismo humano.

Por lo tanto, como se declaró en La Atalaya del 1 de agosto de 1959, página 479, “Por lo tanto sería un asunto de criterio particular el que uno acepte o no tales clases de medicación.” Ese es todavía el punto de vista de la Sociedad en cuanto al asunto. -Gál. 6:5

No obstante, el cristiano maduro no va a tratar de hallar en esto justificación para todo otro uso médico posible de sustancias sanguíneas. Al contrario, reconociendo lo censurable de toda esta práctica, se mantendrá tan alejado de ella como pueda, solicitando otro tratamiento cuando haya otro disponible."

En 1962 (en inglés se publicó en 1961) las vacunas todavía eran algo "incorrecto", pero no lo suficiente como para que la Sociedad se arriesgase a incurrir en alguna responsabilidad legal. A las vacunas se les llamó “contaminación”, pero no se consideraron - y por favor tome nota de este punto - un proceso nutritivo.

El hecho de que tomar vacunas y sueros no es lo mismo que comer sangre es un “elemento de consuelo” y deja el asunto en manos del individuo - o eso dice la Sociedad.

Este no es el caso de las transfusiones de sangre. Hasta el día de hoy, la prohibición de la sangre se basa en la alegación de la Sociedad de que una transfusión de sangre es lo mismo que comer sangre:

“Un paciente hospitalizado puede ser alimentado por la boca, por la nariz o por las venas. El suministro de soluciones de azúcar por vía intravenosa, se llama alimentación intravenosa. Por tanto, la propia terminología hospitalaria reconoce como alimentación el colocar nutrición en el sistema de uno a través de las venas. Por lo tanto el enfermero que administra la transfusión está alimentando al paciente con sangre a través de las venas. (The Watchtower, 1 de julio de 1951, pág. 415) [texto original en inglés]

Otra vez debemos tener en mente que las personas que hacían esas alegaciones eran las mismas que años antes afirmaron que “las personas inteligentes preferirían sufrir la viruela que tomar una vacuna”, y que argumentaron que una extirpación de amígdalas era peor que el suicidio con un cuchillo. ¿Podemos tomar en serio sus opiniones sobre la ciencia o la medicina? Su preparación médica inspira poca confianza, por no decirlo más duramente, y hay poca evidencia de que su entendimiento de la Biblia fuese muy superior. En una ocasión The Golden Age descubrió que la expresión hebrea en Génesis 11:1 para “un lenguaje” significa literalmente “un labio”, de modo que la revista concluyó “El labio de todos ellos debe de haber tenido la misma forma…” (The Golden Age, 13 de julio de 1927, pág. 663)

La prohibición de la sangre se convirtió gradualmente en una institución. A lo largo de los años se ha establecido una larga serie de normas y reglas en relación con la sangre, de las cuales las siguientes son algunos ejemplos:

“¿Cómo puede uno saber si carne comprada de un carnicero o algún otro mercado ha sido desangrada apropiadamente? ... Si por alguna razón uno no cree que le están diciendo la verdad, siempre puede buscar otro lugar para su compra o puede comprar animales vivos y hacer arreglos uno mismo para el degüello, si le parece necesario. ... Si usted tiene motivo para creer que cierto producto contiene sangre o un componente de sangre, pregunte al que lo vende. Si él no sabe, escriba al fabricante.” (La Atalaya, Febrero 1, 1962, p. 93)

“¿cómo deben prepararse los pescados y los insectos para que sean aceptables como alimento? ... Por supuesto, si, al abrir a la criatura con el instrumento cortante queda claramente en evidencia una acumulación de sangre, ésta se puede quitar fácilmente, y sería propio hacerlo.” (La Atalaya, Febrero 1, 1962, p. 94)

“El usar sangre para propósitos de transfusión, aun en el caso de un animal, sería incorrecto. ... si un testigo llega a saber que hay componentes de sangre alistados en el rótulo del envase del alimento para animales, él no podrá con buena conciencia dar ese producto a cualquier animal sobre el cual tenga jurisdicción. ... ningún agricultor cristiano hoy podría apropiadamente derramar sangre sobre sus campos para abonar el terreno, ni usaría abono comercial que contuviera sangre.” (La Atalaya, Julio 15, 1964, pp. 447-8)

“¿Sería incorrecto el que un cristiano, bajo tratamiento médico, permitiera que le aplicaran sanguijuelas para extraerle sangre?
El permitir que se saque sangre para uso médico y el deshacerse de ella no estaría en contra de la Palabra de Dios. Pero el hacerlo mediante el uso de sanguijuelas sí estaría en conflicto con lo que dice la Biblia.” (La Atalaya, Diciembre 1, 1983, p. 31)

“• ¿Cómo debe el cristiano considerar el que se utilice la sangre como abono, como alimento para animales o de alguna otra manera que no envuelva el que él mismo la coma?
... Claro, los cristianos no pueden decir a personas no cristianas que no deben usar la sangre para elaborar abonos u otros productos comerciales. Por lo tanto, si la mayor parte de los abonos del mercado contuvieran algo de sangre, el cristiano tendría que decidir por sí mismo cómo proceder. Podría considerar factores como el consejo bíblico de ‘abstenerse de sangre,’ la disponibilidad de otros productos, los aguijoneos de su conciencia educada por la Biblia y el pensar y sentir de otros.—Compare con 1 Corintios 8:10-13.” (La Atalaya, Abril 15, 1982 p. 30, 31)

“El cristiano que fuera dueño de una tienda no almacenaría ni vendería ídolos ni morcillas. No está en la misma situación del empleado de supermercado que vende cigarrillos o morcillas entre miles de otros artículos.” (La Atalaya, Noviembre 15, 1982, p. 26)

“• ¿Admiten los testigos de Jehová transfusiones de su propia sangre, dejando que se almacene su propia sangre y después se les devuelva?
... los testigos de Jehová NO aceptan este procedimiento.” (La Atalaya, Marzo 1, 1989, p. 31)

Hay que añadir a esto el hecho de que a lo largo de los años se han dictado un número de normas concretas especificando qué componentes de la sangre y qué tratamientos médicos que requieren sangre no están permitidos y cuáles son “asunto de conciencia”. Todo esto se ha convertido en algo bastante complejo para el Testigo medio, quien a menudo no sabe cuáles son las fracciones de la sangre que están permitidas y cuáles no. Los médicos también están confundidos a menudo y no saben con certeza qué tratamientos pueden o no pueden recibir los Testigos.

El que la Sociedad se toma a pecho su prohibición lo demuestra el hecho de que cualquier Testigo de Jehová podría ser expulsado de la congregación, si decidiese salvar su propia vida, la de su esposa o la de sus hijos, actuando de un modo contrario a las normas de la Sociedad Watchtower.

• En vista de la seriedad de introducir sangre en el sistema humano por medio de una transfusión, si violara las Santas Escrituras en este respecto ¿estaría sujeto el recibidor dedicado y bautizado de la transfusión de sangre a ser expulsado de la congregación cristiana?
Las Santas Escrituras inspiradas responden sí." (La Atalaya, Julio 1, 1961, p. 414)

En caso de que alguien planease violar esta norma en secreto, podría estar seguro de que Dios no lo dejaría sin castigo. La Sociedad inculcó que Dios castigaría a los padres que aceptaban una transfusión de sangre, permitiendo que su bebé naciese muerto! Y si el niño de todos modos sobreviviese, todos ellos morirían en Armagedón:

"Los esfuerzos salvavidas por medios no bíblicos jamás pueden producir resultados de bien duradero. ¡Cuán insensato es pensar que uno puede salvar la vida violando las leyes de Dador de la vida! Aunque puede producir resultados aparentemente provechosos al instante, al fin puede costar caro en enfermedad y niños que nazcan muertos como resultado directo de tal derrotero desacertado. Aun si no resulta perjuicio físico al paciente ni a la prole de una persona, la violación de la ley de Dios pone en peligro seriamente la oportunidad de uno de conseguir vida eterna en el nuevo mundo de Dios." (La Atalaya, Marzo 15, 1962, p. 182)

La Sociedad se ha tomado en serio el evitar que los hermanos y hermanas “contaminen sus cuerpos” de cualquier modo. Sin embargo, muchos de nuestros amigos están muertos precisamente como resultado de esta enseñanza.



Primera página.




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