¿QUE ES LA EUPRAXOFIA?
¿Es el humanismo
una religión?
Hoy se hace con frecuencia
la pregunta «¿Qué es el humanismo?» debido a
que el término se usa con frecuencia. Muchos autores, incluyendo
algunos humanistas prominentes, han llamado religión al humanismo,
sosteniendo que el humanismo con el tiempo transformará los antiguos
sistemas religiosos y eventualmente los suplantará. Julian Huxley
predijo que la religión humanista llegaría a ser una nueva
«religión sin revelación» (1). John Dewey distinguió
lo religioso de la religión y dijo que las cualidades religiosas
de la experiencia podrían ser más propiamente perfeccionadas
en el mundo contemporáneo a través de un nuevo humanismo
naturalista que expresara nuestros valores ideales y nuestro compromiso
con la ciencia y la democracia (2). Dewey utilizaba una concepción
naturalizada de «Dios». Su concepto no denotaba un ser trascendente
sino simplemente expresaba la unión de nuestros fines ideales. La
religión para él por tanto funcionaba principalmente en términos
éticos como una forma de conducta.
El humanismo construído
en esta forma tiene muchas similitudes con los sistemas tradicionales de
la creencia religiosa: El Cristianismo, el Judaísmo, el Hinduísmo,
el Islam y el Budismo; porque cada uno de ellos da un sentido a la vida.
Paul Tillich, el teólogo protestante existencialista, definió
la religión como la que expresa nuestra «preocupación
fundamental» -sea la moralidad de Jesús o Buda, o una de tipo
sofisticada, científica, secular y postmoderna (3). En este sentido,
se dice que el humanismo cumple funciones psicológicas, sociológicas
y existenciales similares a las de los sistemas de creencias teistas. De
manera interesante la mayor parte de las organizaciones humanistas norteamericanas
han seguido el modelo religioso, intentando crear sociedades, capítulos
o iglesias que realicen las funciones de las religiones traicionales -aunque
sin su contenido-.
Pienso que esta interpretación
del humanismo es profundamente defectuosa porque encubre diferencias importantes
entre el teísmo y el humanismo. El término humanismo secular
ha sido introducido para distinguirlo del humanismo religioso. Sidney Hook,
Joseph Fletcher, Corliss Lamont y otros humanistas importantes sostienen
que el humanismo es un punto de vista secular filosófico,
científico y ético (4). Niegan que tenga algunas de las características
esenciales de la religión. en particular, el humanismo no
afirma la existencia de un dios u otras realidades sagradas, ni trae consigo
los símbolos o funciones distintivos de las religiones tradicionales.
Mucho de los precursores del humanismo contemporáneo -Marx, Nietzsche,
Freud, Sartre, Russell- han sido fuertes críticos de la religión
teísta, la que consideraban divisoria e ilusoria; sugirieron nuevas
direcciones, siguiendo la razón, para la humanidad (5).
¿Es posible llevar
a una vida auténtica sin religiosidad? O ¿existen algunas
funciones inherentes a la condición humana que sólo un sistema
de creencias y prácticas religiosas pueden llenar? Los humanistas
deploran el hecho que los sistemas religiosos ortodoxos persisten a pesar
de las masivas críticas elevadas contra ellos a través del
tiempo por los filósofos y científicos escépticos.
Están consternados cuando viejas formas religiosas son abandonadas,
nuevos cultos de la sin razón con frecuencia se levantan para tomar
su lugar. ¿Son los humanos por naturaleza animales religiosos? ¿No
seguirá el humanismo como una guía que lleva a la buena vida
tropezando hasta que empiece a pronunsiarse sobre estos asuntos? En La
tentación trascendental: Una crítica de la religión
y lo paranormal (6) he tratado sobremanera con estas interrogantes, apuntando
a una necesidad más profunda para lo trascendental dentro del corazón
del hombre, manifestándose a través de la historia en varias
formas religiosas. Las religiones son proyecciones de fantasías
queridas; los sistemas de creencia y práctica que persisten aparentemente
satisfacen algunas necesidades profundamente humanas. ¿Podemos sustituir
los equivalentes morales por las religiones tradicionales? ¿Pueden
dar significado a la vida? ¿Pueden inspirar a los hombres y las
mujeres a completar sus más altas aspiraciones sin ninguna fijación
trascendental? ¿Pueden los seres humanos llevar vidas responsables
sin un soporte sobrebenatural para la ética? Respondo: Sí.
En El fruto prohibido: La ética del Humanismo (7), he delineado
una filosofía humanista, ética. Sostengo que hay decencias
morales comunes (esto es, principios generales éticos que gobiernan
las interacciones sociales) que son ampliamente reconocidos y seguidos
en las culturas humanas. Además, es posible para los individuos
llevar vidas de excelencia y respetar los derechos ajenos sin pretensiones
teístas o sanciones.
La pregunta a la que
voy aquí es si es posible adoptar un acercamiento areligioso o no
religioso a la vida y aún encontrar la vida humana llena de convicción
y aspiración. Dado el fracaso hasta ahora en construir instituciones
humanistas fuertes como alternativas a las religiones tradicionales, todas
estas cuestiones son las más exigentes.
Una nueva dimensión
ha sido añadida a este argumento por el hecho que muchas críticos
conservadores del humanismo aceptan ahora la afirmación primigenia
que el humanismo es una religión. Esto es paradójico, porque
los humanistas liberales religiosos habían argüído previamente,
contra la oposición de los teístas, que un sistema de creencias
sin Dios funcionaba religiosamente y que tenía derecho a todas las
exenciones y privilegios que disfrutaban las religiones teístas.
Hoy nos enfrentamos a
un nuevo desafío, porque los teístas conservadores no sólo
dicen que están de acuerdo con esta postura sino que van más
allá: Aún el humanismo secular, insisten, es una «religión»,
y como tal debe estar rodeada por todos los limites fijados sobre las religiones
teístas en las sociedades democráticas. Este argumento es
particularmente mordaz el contexto estadounidense, porque la Primera Enmienda
de la Constitución de los EE.UU. explícitamente prohibe el
estableciemiento de una religión (8). Los críticos del humanismo
sostienen que ha sido un establecimiento de facto del humanismo secular
en el mundo moderno, especialmente en las escuelas públicas y el
sistema judicial. Si el humanismo secualr es una religión, insisten,
entonces no tiene derecho a un lugar privilegiado; por ejemplo, no puede
ser enseñado a los jóvenes, usando fondos públicos
y bajo la apariencia de neutralidad (9).
Sin duda este argumento
está limitado en su alcance a las actuales batallas políticas
y legales en los EE.UU. y pasará con el tiempo. Pero hay un
asunto más profundo que probablemente va a continuar teniendo importancia
teórica y práctica, esto es, ¿tiene una visión
científica del mundo, una teoría ética naturalista
o una ideología política democrática necesidad de
tener significado y funciones «religiosas»? ¿Y este
componente religioso esencial e inevitable en las filosofías
seculares? los críticos del humanismo secular y el modernismo tales
como Richhard Neuhaus deploran el hecho que la religión haya sido
excluída de una influencia mayor en las sociedades democráticas
abiertas, moodernas y democráticas, (10) y están determinados
a restaurarla a la vida pública. En la posición extrema los
critícos del humanismo científico consideran la evolución
sólo una teoría, a la par con el creacionismo, una que expresa
la predisposición de «la religión del humanismo secular».
¿Se hallan el cultivo de la educación moral y del desarrollo
de la inteligencia crítica en los jóvenes religiosos,
como sostienen? ¿El estudio de las ciencias sociales y la enseñanza
de historia -o ciertamente algo o todo lo que sea neutral a la Biblia o
que prepara para el academicismo crítico y ciencia- tienen que ser
considerados «secular» o «humanista», y por lo
tanto «religioso»?
Aún más,
enfáticamente podemos preguntar si el marxismo es o se convirtió
en una religión. Mucho consideran que Carlos Marx ha sido el principal
pensador secular del siglo XIX; ha sido con seguridad el más influyente.
¿Quién pudo haber imaginado a fines del siglo XIX que las
teorías de Marx habrían sido puestas en práctica por
los partidos comunista y socialista en el siglo XX y que tendrían
tal impacto masivo sobre los sucesos?. Los marxistas en el poder
han destruído muchas de las viejas instituciones -incluyendo el
poder de l’eglise ancienne [la antigua iglesia]- la cual estaba con frecuencia
enlazada a los privilegiados intereses económicos. ¿ han
sido transformadas las estructuras del estado que los partidos comunistas
construyeron en una nueva iglesia estatal, para realizar muchas de las
funciones de la religión tradicioonal? ¿ha sido transformado
en una religión?
Los críticos poco
compasivos han señalado la aparición de los héroes
del marxismo que reemplazan a los santos, el desarrollo de un nuevo dogma
y credo (la dialéctica), y la necesidad de una burocracia partidaria
que construya instituciones controladoras para suplantar las de las iglesias
tradicionales. Los ideales marxistas parecen proveer con mucho una fe inspiradora,
y un fervor revolucionario que motiva al sacerdote -comisario. Esto fue
especialmente cierto en las versiones leninista, stalinista y maoista del
marxista, pero no de las variedades socialistas democráticas, las
cuales renunciaron explícitamente al culto de la personalidad y
las estructuras totalitarias hubo un gran desencanto con las versiones
totalitarias dogmáticas del marxismo. La desilución y la
paralización han sobrepasado el fervor revolucionario de las primeras
generaciones. Se hicieron reformas significativas en el mundo marxista
y lo que siguió y es conocido por todos.
Hemos estado planteando
grandes interrogantes, que depende en parte del significado del término
religión. ¿Son religiones el Budismo Zen y el Confucionismo?
Y si lo son, ¿por qué no el Epicureanismo y el Estoicismo?
Después de todo, son sistemas prácticos de creencia que abogan
por una visión ética y una forma de vida. Y si éstas
lo hacen, ¿Por qué no el humanismo y el marxismo? ¿Puede
[el término] religión ser ampliado para que abarque a todos
estos sistemas, o debería ser usado en un sentido más restringido?
Una vez fui persuadido a extender el término religioso para incorporar
una amplia variedad de creencias y prácticas humanistas, porque
noté el compromiso apasionado que el humanismo puede producir (11).
Si nada más, me parecía entonces una sabia estrategia a adoptar
por el movimiento humanista, esto es considerarse a sí mismo una
religión del futuro (12).
Ahora pienso que esta
línea de razonamiento era y es falaz. Porque si argüímos
de esta forma, entonces debemos preguntar, «¿Qué no
es religión?» Si hay algo que expresa nuestra preocupación
fundamental» tiene que ser visto como una religión entonces
este termino no podría aplicarse al libertarianismo socialismo,
ateismo, femenismo, vegetarianismo; esto es, cualquier movimiento que exprese
los ideales y las aspiraciones más altas, que dé dirección
y significado y provea una forma de vida?
Si es así, entonces
virtualmente nada puede ser considerado una religión, tanto como
sea tomada apasionada y seriamente. ¿Entonces por qué no
la ciencia, la historia, el ajedrez, los deportes, el sexo, o alguna actividad
a la cual empeñamos nuestro más profundo compromiso? El talón
de Aquiles de este argumento es que las religiones teístas han sido
transformadas históricamente al asumir las funciones no religiosas
morales, psicológicas, sociológicas que rodean todo. El hecho
que las religiones pueden compartir estas funciones con otros intereses
e instituciones humanos no hace a estos otros intereses e instituciones
religiosos.
El punto es que hay profundas
preferencias entre una propuesta de la realidad y la moralidad por un lado,
y un acercamiento científico, naturalista y humanista secular, por
el otro. El primero sostiene que hay un carácter «sagrado»
y «divino» en la realidad, uno al cual se le debe suprema devoción.
Los humanistas rechazan esta asunción básica. Los humanistas
creen que necesitamos emplazar nuestros propios recursos y desarrollar
la inteligencia crítica para resolver nuestro problemas de acuerdo
con estos, la virtud humanista fundamental es el coraje, el coraje para
llegar a ser, a pesar del antiquísimo carácter trágico
de la existencia humana. El humanismo se concentra en esta vida y en el
aquí y ahora;no proyecta una esfera sobrenatural de miisterios sagrado
que sirven de base a nuestras transacciones con la naturaleza. No tiene
ninguna espectativa de salvación ni ningún sentido que nos
haga estar obligados a reverenciar lo desconocido.
A mi juicio, a menos
que se enfatice que el humanismo no es una religión, el de humanismo
continuará languideciendo sostengo que la razón principal
por la que el humanismo genuino ha fracasado en tener un mayor impacto
sobre las instituciones sociales y reemplazar la religión es que
intentado imitar la religión. El próximo estadio para el
progreso humano esperar la tentación trascendental al construir
instituciones imaginativas alternativos. Pero primero el humanismo debe
hacer una ruptura radical con aquellas formas de humanismo religioso que
ocultan esta distinción. El humanismo necesita afirmar que los seres
humanos pueden llevar vidas auténticas sin pretensiones religiosas.
Necesita ir más allá de la religión.
Al hacer la distinción
entre un humanismo no religioso, secular y el humanismo religioso, con
seguridad no quiero dividir el movimiento humanista. Pero justamente existe
una profunda división en este punto. Muchos humanistas religiosos
contonúan insistiendo no sólo que ellos son religiosos sino
que el humanismo secular es una religión. Especialmente ven como
sus modelos a las iglesias unitarias humanistas, las sociedades de la cultura
ética, o los templos el judaísmo humanista. La mayoría
de las iglesias o sociedades unitarias no son humanistas, pero son vagamente
cristianas, o teístas, aunque un número significante de unitarios
se identifican con el humanismo. Aún en las iglesias, sociedades,
y templos humanistas, hay un ministro o líder que atiende a su congregación,
predica sermones los domingos, y administra consejo pastoral -como lo hacen
sus contrapartes teístas-. Está garantizado que el humanista
religioso es un no teísta que rechaza la existencia de Dios; ain
embargo al adoptar el término religioso, solamente ofusca el verdadero
carácter del humanismo como una alternativa radical al teísmo.
La Eupraxofía definida
Si el humanismo no es
una religión, ¿qué es? Desafortunadamente, no hay
palabra adecuada en el idioma inglés para describirlo plenamente
-aunque hay palabras en otros lenguajes que si lo hacen-. El humanismo
combina. como argüiré, un método e investigación,
una visión cósmica del mundo, una postura de vida, un conjunto
de valores sociales. El holandés, por ejemplo, tiene la palabra
levensbeschowing, que puede traducirse como «reflexión sobre,
consideración de, o visión de la vida.» El holandés
también tiene el adjetivo levensovertuiging, que es más fuerte
que levenschouwing porque overtuiging significa «conviction».
por eso no hay sugerencias religiosas. La religión en holandés
es godsdienst, que quiere decir «servicio a Dios». El inglés
no tiene tal terminología.
De acuerdo con esto,
pienso que acuñar un nuevo término en orden de distinguir
las creencias y prácticas no teístas de otros sistemas de
creencias y prácticas, un término que podría ser usado
en muchos lenguajes. La mejor propuesta es combinar raíces griegas.
He propuesto el término eupraxofía que significa «buena
sabiduría práctica». Eupraxofía se deriva de
las siguientes raíces: eu-, praxis, y sophia. Eu- es un prefijo
que significa «bueno», «muy bien», «ventajosos».
Se combina en palabras tales como eudaemonia, que significa «bienestar»
o «felicidad»; además es usado en eutanasia, e(u)logio,
euforia, etc. Praxis (o prassein) se refiere a la «acción,
al hacer, o práctica». Eupraxia significa «acción
correcta» o «buena conducta». El sufijo sofía
se deriva de sophos («sabio») y significa «sabiduría».
Este sufijo aparece en el término filosofía, que combina
philos («amor») y sofía («sabiduría»)
que significa «amor a la sabiduría».
En su sentido original,
la filosofía, como metafísica o «la ciencia del ser»,
investigaba los principios y categorías generales por las cuales
podemos entender la naturaleza e interpretar la realidad. Los filósofos
clásicos intentaron elaborar un sistema de la naturaleza en los
cuales ciertos principios fueron considerados básicos. La metafísica
ha estado en constante descrédito en los tiempos modernos, particularmente
en manos de los críticos escépticos. Por lo menos la metafísica
analiza e interpreta los conceptos básicos de las ciencias, intenta
vislumbrar algún sentido de ellas, y, si es posible, unificarlas.
Esta es una tarea compleja hoy porque de la continua proliferación
de nuevos campos de aprendizaje y la enorme dificultad de cualquier mente
de ser capaz de dominar el expansivo corpus del conociemiento.
La investigación
filosofica además de la epistemología, se concentra en la
teoría del conociemineto [o gnoseología]. Se interesa en
las cuestiones acerca del significado, de la verdad los principios de inferencia
válida, lógica inductiva y deductiva. Hay muchas otras ramas
de la filosofía, incluyendo la lógica, la estética,
la ética, la filosofía de la ciencia, la filosofía
política y social, y la filosofía de la religión;
ciertamente, cualquier campo puede ser tratado filosóficamente.
La filosofía sintética
intenta ofrecer principios universales o generales y desarrollar una visión
sobre todo, una perspectiva cósmica o Weltanschauung. Esto a veces
es llamado filosofía sinóptica o especulativa, pero desde
el desarrollo de la ciencia moderna en los siglos xvi y xvii, esta propuesta
ha sido cuestionada seriamente sobre fundamentos metodológicos,
porque no puede ser hecha independientemente de la ciencia sino sólo
en relación a ella. Sin embargo, la filosofía, en este sentido,
es pensar acerca de generalidades; está comprometida con preguntas
fundamentales y la coherencia cósmica. La filosofía analítica
y crítica, de otro lado, son bastante más modestas en alcance.
La filosofía analítica está interesada con la comprensión
de la naturaleza de la significancia y la verdad, y en definir y analizar
los conceptos claves dentro de cualquier campo particular de investigación.
La filosofía crítica es evaluativa; se esfuerza por tener
claridad, pero además busca evaluar la validez de las afirmaciones
de verdad.
Estas actividades son
principalmente intelectuales en propósito, y son neutrales al considerar
sus consecuencias prácticas. Los griegos distinguieron la sabiduría
contemplativa de la práctica. La filosofía, como amor a la
sabiduría, empieza primordialmente de modo teórico o contemplativo.
Sin embargo, hay otra rama de la filosofía normativa, que
se esfuerza por la sabiduría práctica en ética y política.
Aquí, la filosofía clásica busca proveer alguna guía
para la buena vida y la sociedad justa. Aristóteles sostuvo en la
Etica nicomaquea que la ética tiene importancia práctica
y que deberíamos estudiarla para vivir bien. Sostuvo que el desarrollo
del carácter y la virtud y el ejercicio de la sabiduría práctica
contribuirían al logro de la felicidad. No obstante, muchos filósofos
éticos, se han concentrado principalmente en el metanálisis
de conceptos tales como «bueno», «malo», «virtud»,
«valor», «justicia», etc. Esto se extendió
en la filosofía kantiana posterior de la definición
de «correcto», «equivocado», «obligación»,
«responsabilidad», etc. Si estos términos pueden ser
definidos o no ha sido debatido ardientemente hasta el presente (13); los
objetivistas creen que pueden ser definidos, pero hay una tradición
escéptica que niega su definabilidad [definability]. Sea que pueda
serlo, la ética clásica siempre tuvo un propósito
normativo.
Una distinción
básica puede ser hecha entre moralidad tradicional, la cual se refiere
a las concepciones mortales que justamente prevalecen en un grupo cultural
dado, y la ética, que envuelve un componente reflexivo y crítico.
Hoy, muchos filósofos interesados con la ética enfatizan
la necesidad por la racionalidad ética -pero virtualmente en su
propio interés- y muchos esquivan hacer alguna recomendación
concreta más allá de esto al tratar con problemas que
surgen en la moral tradicional. Esto es particularmente cierto en las universidades
y escuelas superiores, donde la filosofía es enseñada como
una disciplina académica, donde los filósofos hacen investigación
filosofica y publican sus disquisiciones en revistas académicas,
y donde los profesores de filosofía no tienen posiciones claramente
definidas. Consideran su método pedagógico básico
que sea una presentación de teorías filosoficas alternativasa
y no intentan inculcar ningún conjunto de creencias o de valores;
esto es, no buscan persuadir a sus estudiantes ni al público en
general para que acepten su perspecvtiva filosofica. Ya que su tarea es
la investigación pura, similar a la de otras disciplinas, tales
como la historia y las ciencias naturales y sociales, pueden retirarse
a salvo al aislamiento espléndido en una torre de marfil -filósofos
qua filósofos- y no tienen que vindicar sus posiciones personales.
La virtud de esta forma de filosofía es la del prfoesor que imparte
amor a la sabidoría y las características del pensamiento
crítico sin imponer sus inclinaciones en el estudiante. El/la profesor(a)
no desea indoctrinar o propagandizar a favor de una particular panorama
cósmico. El o ella quiere ser «objetivo»; puede sentirse
temeroso de represalías de aquellos que apoyan la sabiduría
convencional del día. Sin embargo, esta clase de sabiduría
no satisface las más profundas inquietudes de los estudiantes y
de los hombres y mujeres comunes y corrientes. No presenta ninguna visión
del mundo; no defiende una teoría de significado y verdad; no busca
persuadir a otros de la racionanabilidad [reasonableness] comparativa de
la propia ideología considerada normativa o social. La filosofía,
como amor a la sabiduría, aparte de estar comprometida con el análisis
crítico imparecial y objetivo, debe ser neutral. No puede tomar
posición; no puede trazar ninguna conclusión normativa de
sus análisis formales. Es con mucho una emepresa cognitiva; no envuelve
ningún componente anímicpo o emotivo. No busca mover convicciones
o inspirar compromisos.
¡Cuán lejos
la filosofía ha ido de la visión socrática de la buena
vida! Para Sócrates, la filosofía tuvo directa relevancia
con cómo deberíamos vivir. Sostuvo que la vida no examinada
no es valiosa de vivirse, y quiso morir por sus convicciones. La Etica
de Spinoza parece haber expresado tanto una filosofía y una euparaxofía,
la menos implícitamente. Aún podríamos decir que muchos
o la mayoría de los sistemas filosoficos tenían implícitamente
una función pragmática y que su tarea era proveer una alternativa
a la religión y una guía a la ética y la política.
La sabiduría contemplativa fue con frecuencia una máscara
para propósitos utilitarios más profundos. Marx claramente
marcó un rompimineto con el modo contemplativo de la filosofía,
particularmente cuando dijo que la tarea de la filosofía no era
simplemente interpretar el mundo sino también ¡cambiarlo!
La filosofía en este sentido tiene significado trascendental -como
la tuvo para Nietzsche, Schopenhauer, Russell, Sartre, Dewey, y otros-.
Lamentablemente hoy ha llegado a unirse a la academia y corromperse por
la especialización estrecha. La filosofía ha perdido ante
la religión y la ideología, que compiten por las almas de
los hombres y las mujeres que actualmente dirigen el día. Esto es
porque necesitamos tomar nuevas direcciones y encontrar una nueva aproximación.
La eupraxofía
difiere de la filosofía neutral y antiséptica en que ingresa
consciente y mente al mercado donde las ideas contienden. A diferencia
de la filosofía pura, no es simplemente el amor a la sabiduría,
aunque está seguramente implicada por ella, pero también
la práctica de la sabiduría. Por eso no quiero decir que
los eticistas no deberían estar interesados en desarrollar la capacidad
para el juicio ético crítico o la sabiduría práctica.
Eso es un propósito eminente. Pero la eupraxofía va más
allá que eso, porque provee una postura de vida coherente y ética.
Además, presenta una teoría cósmica de la realidad
que parece razonable en un punto particular de la historia a la luz
del mejor conocimiento actual. La eupraxofía humanista defiende
un conjunto de criterios que examinan las afirmaciones de verdad. Además
aboga por una postura ética. Y está comprometida implícita
o explícitamente a un conjunto de ideales políticos. La eupraxofía
combina tanto una Weltanschauung y una filosofía de la vida. Pero
nos lleva un paso más allá por medio del compromiso; basada
en la cognición, está fusionada con la pasión. Envuelve
la aplicación de la sabiduría a la conducta de la vida.
Las filosofías
no eupráxicas están poco dispuestas a afirmar esta convicción.
Examinan todos los lados del asunto, ven los límites y peligros
de cada uno, pero están poco dispuestas a tomar postura sobre alguna.
Como ya he dicho, esto tiene algún mérito; porque la mente
abierta debe reconocer que puede estar equivocada y que sus opiniones pueden
haber sido modificadas a la luz de nuevos argumentos o evidencias. por
eso, uno necesita ser escéptico -pero no al precio de perder toda
convicción-. El eupraxofo hace una elección -la más
razonable a la luz de la evidencia disponible- y esto lo capacita a actuar.
Después de todo, lo s teólogos, políticos, generales,
ingenieros, hombres de negocios, abogados, doctores, artistas, poetas,
y los hombre y mujeres sencillos tienen creencias y actúan. ¿Por
qué negar este derecho al filósofo-eupraxofo? Seguramente,
sin embargo, las creecnias de uno deberían estar basadas en la razón,
la inteligencia crítica, y la sabiduría. Esto es a lo que
se refiere el sufijo sofía. La sabiduría en el amplio sentido
incluye no sólo al juicio filosófico y práctico, sino
también a la comprensión científica.
Vayamos al Diccionario
Webster para una definición de sofía o sabiduría:
1. La cualidad de ser
sabio; la habilidad de juzgar sensatamente y tratar con sagacidad los hechos,
especialmente cuando se relacionan a la vida y la conducta; el conociemiento,
con la capacidad de hacer el debido uso de él; la percepción
de los mejores fines y los mejores medios; el discernimeinto y el juicio;
la discreción; la sagacidad.
2. El conociento científico
y tecnológico.
En esta definición
está explícito un componente científico, porque la
sabiduría incluye el mejor conocimiento científico esbozado
de la investigación y la erudición en los diversos campos
de la investigación. Desafortunadamente, los diversos especialistas
científicos con frecuencia se han sentido calificados para juzgar
sólo materias dentro de sus propias áreas de competencia,
dejando las cuestiones más amplias que tienen un trato un trato
más directo con la vida. Hay una crisis en la ciencia moderna, porque
las especialidades están creciendo exponencialmente, con muchos
especialistas que sienten que pueden hablar sólo a aquellos dentro
de sus propias disciplinas. Por eswo la ciencia se ha fragmentado. ¿Quién
es capaz de cruzar los líneas límite y trazar metainferencias
sobre la naturaleza, la especie humana, la sociedad, o la vida en general?
El eupraxofo juzga que su misión es hacerlo de esa manera.
La investigación
teórica científica es moralmente neutral. El científico
está interesado en desarrollar hipótesis y teorías
causales que pueden ser verificadas por la evidencia. Los científicos
describen o explican como el sujeto se comporta bajo estudio, sin evaluarlo
normativamente. Hay, por supuesto, un elemento pragmático en la
ciencia, particularmente en las ciencias aplicadas; porque constantemente
buscamos aplicar nuestro cómo hacer a la tecnología
práctica. Además, el científico presupone criterios
epistemológicos que goviernan su proceso de búsqueda. Está
comprometido a un conjunto de valores: verdad, claridad, consistencai,
racionalidad, objetividad. Pero el científico qua científico
no va más allá de eso, y se restringe a sí mismo en
la búsqueda de conocimiento a su dominio especializado de investigación.
La eupraxofía
humanista, de otro lado, intenta trazar las implicaciones filosóficas
de la ciencia a la vida del hombre. Busca desarrollar una perspectiva cósmica,
basada en los más fidedignos hallazgos encontrados en las fronteras
de la ciencia. Reconoce los vacíos en el conocimiento y las cosas
que no sabemos que todavía necesitan ser investigadas. Está
profundamente consciente de la necesidad de falibilismo y agnosticismo
acerca de lo que conocemos y no conocemos. Con todo aplica audazmente la
sabiduría científica práctica a la vida.
La eupraxofía,
a diferencia de la filosofía de la ciencia, no se concentra en un
campo especializado del conocimiento; busca comprender el impacto total
del conocimiento científico sobre la vida de la persona. A pesar
de todo las áreas de la filosofía, la ciencia, y la eupraxofía
no son rígidas. Los filósofos pueden asistir a los científicos
en interpretar sus descubrimientos y relacionarlos con otros campos de
investigación, y al desarrollar un punto de vista más amplio.
Sin embargo, la eupraxofía va más allá de la filosofía
de la ciencia al buscar presentar una visión de la vida coherente
como base sobre la que estamos dispuestos a actuar. Es el fundamento bajo
el cual estamos, la perspectiva última que controla nuestra visión
de la realidad.
De acuerdo con esto,
la primera tarea de la eupraxofía es entender la naturaleza y la
vida y trazar prescripciones normativas concretas de este conocimiento.
La eupraxofía por eso se nspira profundamente en las fuentes de
la filosofía, la ética y la ciencia. Envuelve al menos un
enfoque doble: una perspectiva cósmica y un conjunto de ideales
normativos por los cuales podemos vivir.
NOTAS
(1) Julian Huxley, Religion
Without Revelation [Religión sin revelación] (Londres: Watts,
1927).
(2) John Dewey, A Common
Faith [Una fe común] (New Haven: Yale University Press, 1934).
(3) Paul Tillich, The
Courage To Be [El coraje de ser] (New Haven: Yale University Press, 1952);
The Dynamics of Faith [La dinámica de la fe] (Nueva York: Harper
& Row, 1957); Systematic Theology [Teología sistemática],
vols. 1-3 (Chicago: University of Chicago Press, 1951, 1963).
(4) Sidney Hook, The
quest for Being [La búsqueda por ser] (Nueva York: St. Martin’s
Press, 1961); Joseph Fletcher, «Is Secular Humanism a Religion?»
[«¿Es el humanismo secular una religión?»] Free
Inquiry 6, no. 1 (Invierno 1985/1986); Corliss Lamont, The Philosophy of
Humanism [La filosofía del humanismo] (Nueva York: Friedrich Unger,
1965).
(5) Karl Marx, Manuscritos
económico-filosóficos de 1844; Friedrich Wilhelm Nietzsche,
Así hablaba Zaratustra; Sigmund Freud, El futuro de una ilusión
y Moisés y la religión monoteísta; Jean-Paul Sartre,
El ser y la nada; Bertrand Russell, On God and religion [Sobre Dios y la
religión], ed. por Al Seckel (Buffalo, N.Y.: Prometheus Books, 1986).
(6) Paul Kurtz, The Transcendental
Temptation: A Critique of Religion and Paranormal (Buffalo, N.Y.: Prometheus
Books, 1986).
(7) Paul Kurtz, Forbidden
Fruit: The Ethics of Humanism (Buffalo, N.Y.: Prometheus Books, 1988).
(8) La Primera enmienda
dice: «El Congreso no promulgará ninguna ley respecto al establecimiento
de la religión o para prohibir su libre ejercicio.»
(9) Este argumento ha
sido adelantado por John W. Whitehead sobre bases legales. Véase
The Scond American Revolution [La segunda revolución americana]
(Westchester, Ill.: Crossway Books, 1985). Fue una decisión en el
caso Mobile, Alabama en 1987, cuando el juez Brevard Hand determinó
que el humanismo secular era una religión; la Corte Suprema revocó
más tarde su decisión.
(10) Richard J. Neuhaus,
The Naked Public Square: Religion and Democracy in America (Grand Rapids,
Mich.: Eerdmans, 1984).
(11) Paul Kurtz, «Functionalism
and the Justification of Religion,» Journal of Religion 38, no. 3
(Julio de 1958); The Fullness of Life [La llenura de vida] (Nueva York:
Horizon Books, 1974).
(12) Véas especialmente
Humanist Manifest I [El Primer Manifiesto Humanista] (1933), el cual considera
al humanismo una religión. Reimpreso en Humanist Manifestos I and
II, ed. por Paul Kurtz (Buffalo, N.Y.: Prometheus Books, 1973).
(13) Esto es especialmente
cierto en la ética del siglo xx, entre filósofos tales como
G. E. Moore (Principia Ethica, Cambridge, 1903), los deontólogos
W. D. Ross y H. A. Prichard, y los emotivistas A. J. Ayer y C. L. Stevenson.
(Traducción al castellano de M. A. Paz y Miño)
Paul
Kurtz
Profesor emérito
de filosofía, Universidad Estatal de Nueva York.