Carmelo Ruiz Marrero
CLARIDAD, 22 de
noviembre 2002
CLARIDAD lo
dijo primero. En la primera plana de El Nuevo Día del pasado lunes está la
noticia de que Puerto Rico es importante escenario de experimentación con cultivos genéticamente alterados, conocidos también como transgénicos. Ya esa
noticia la habíamos publicado nosotros en primera
plana en nuestra edición del 30 de agosto.
Desde luego,
ambos cubrimos la misma noticia desde perspectivas muy
distintas. El artículo de El Nuevo Día enfatiza los supuestos beneficios de
estos cultivos y afirma como hecho que éstos ayudarán
a erradicar el hambre.
En lo
específico, informa que en Puerto Rico hay diez compañías
dedicadas a sembrar transgénicos, agrupadas bajo la Asociación de Investigación de Semillas de Puerto
Rico, entidad fundada en 1996. Las compañías integrantes
incluyen a Monsanto Caribe, Mycogen
Seeds y Aventis,
entre otras. Las plantas transgénicas que siembran son mayormente maíz, soya, girasol, arroz y algodón. Estos cultivos ocupan un total de 3,500 cuerdas en Puerto Rico, mayormente en el oeste y el sur.
En agosto
CLARIDAD había informado que para enero del año pasado
se habían realizado 2,296 experimentos al aire libre
con cultivos transgénicos en Puerto Rico, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Los únicos estados que han tenido más de estas siembras
son Hawaii, Illinois e Iowa.
El Nuevo Día no
menciona los biofarmacéuticos, cultivos
modificados genéticamente no para servir de alimento
sino para producir químicos farmacéuticos e industriales
en sus tejidos. Estos químicos incluyen desde insulina
y vacunas contra el cólera hasta anticonceptivos,
drogas para inducir el aborto, enzimas industriales,
hormonas de crecimiento y anticuerpos humanos.
Como dijimos en
agosto, Puerto Rico es uno de los cuatro lugares donde
más experimentos con plantas biofarmacéuticas
se han realizado dentro de la jurisdicción de Estados
Unidos. Los otros tres son los estados de Hawaii, Nebraska y Wisconsin.
Planteamos las
siguientes interrogantes:
·
¿Se podrán aislar y segregar estas plantas de modo que
se pueda evitar una especie de Chernobyl biológico que resulte en una tragedia ecológica y de salud pública?
·
¿Qué garantía hay de que los biofarmacéuticos no acabarán accidentalmente enviados a supermercados, mezclados con frutas y granos normales?
·
¿Cómo se evitará que el polen de estas plantas no fertilice
a otras de la misma especie fuera del cultivo?
“Un solo error
de una compañía de biotecnología y estaremos comiendo los medicamentos de prescripción de otra persona en nuestros corn flakes”, advirtió Larry Bohlen del grupo ambientalista Amigos de la Tierra.
El jueves 14 de
noviembre este servidor presentó una ponencia en un
simposio sobre biotecnología auspiciado por el
Servicio de Extensión Agrícola. Uno de los otros
oradores, Víctor Torres, de la empresa Mycogen y ex-presidente
de AISPR, objetó a mi uso de la expresión “Chernobyl biológico”. Aseguró que en Puerto Rico se toman
medidas estrictas para evitar la más mínima
posibilidad de que polen o semillas transgénicas
acaben donde no deben estar, ya que eso ocasionaría
grandes multas por parte de agencias federales.
Pero esa misma
semana salió en la prensa estadounidense que las
autoridades federales ordenaron el aislamiento y
cuarentena de un cargamento de soya en Nebraska que fue contaminado con una pequeña cantidad de maíz biofarmacéutico
de la compañía ProdiGene. Los inspectores detuvieron
el cargamento poco antes de que saliera de la finca y
convirtieran la soya en comida para animales y salsa
de ensalada, entre otros productos.
¿Semen
analgésico?
En el simposio
ya mencionado se habló de hacer animales biofarmacéuticos que producirán químicos en sus tejidos y glándulas, incluyendo sus glándulas mamarias y su semen. El presentador, que habló de hacer cerdos que produzan un “semen
analgésico”, explicó que el cerdo hace un biorreactor perfecto, ya que
produce un litro de semen diariamente y éste es relativamente
fácil de extraer.
Preguntamos, ¿Qué pasará si un cerdo biofarmacéutico
se escapa del corral y preña una puerca normal? ¿Qué tal si nadie se entera y esa
puerca pare puerquitos que al crecer van a las lechoneras y mataderos? ¿Y si un cerdo, vaca o cabro de estos es
por error enviado a un matadero y de ahí a los
supermercados? Solamente hace falta un accidente, un
descuido, para que ocurra un desastre.
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