Dos escritos de Karl Korsch
Nota del traductor
Los dos textos que siguen reflejan dos momentos de la evolución del pensamienfo político de Korsch separados por una veintena de años. Las «Tesis sobre Hegel y la revolución» son de comienzos de los años treinta, cuando Korsch todavía vivía en Alemania y era activo en círculos políticos. Hasta 1926 había pertenecido Partido Comunista de Alemania (KPD), del que fue diputado. Sus posiciones políticas expuestas en el libro Marxismo y filosofía (1926) fueron condenadas por Zinoviev en el V Congreso de la Internacional Comunista, en 1924. Dos años después Korsch fue expulsado del KPD, aunque continuó vinculado a grupúsculos de izquierda hasta abandonar Alemania en 1934. De esta época son las «Tesis sobre Hegel y la revolución», que se publicaron en francés en La Critique sociale en 1932. En 1938 aparecio en Inglaterra el libro de Korsch sobre Karl Marx, obra que a juicio de muchos sigue siendo una de las mejores exposiciones generales del pensamiento marxiano. Desde 1936 hasta su muerte en 1961 Korsch vivió en Estados Unidos, desvinculado de los grupos marxistas mayoritarios. Mantuvo relaciones personales con marxistas «famosos», como Bertolt Brecht (quien siempre consideró a Korsch como «maestro» y como autoridad indiscutible en temas de marxismo) y a través de Paul Mattick se relacionó con el llamado comunismo consejista, publicando en la segunda mitad de los años treinta y primeros años de la II Guerra Mundial algunos artículos en las revistas editadas por Mattick (International Council Correspondence, Living Marxism y New Essays). Posteriormente las publicaciones de Korsch fueron muy esporádicas. Las «Diez tesis sobre el marxismo hoy» parece que fueron escritas hacia 1950, pero solo fueron publicadas en 1959 en francés, en Arguments (nº 16), y en alemán en Alternative (nº 41) en 1965. La versión en castellano de estos escritos de Karl Korsch está basada en las versiones inglesas y francesas que se citan al final de cada texto. Valga ese cotejo múltiple para justificar algo que no se debe hacer, que se ha hecho aquí y que por desgracia se hace a menudo, generalmente de tapadillo: retraducir un texto a partir de una traducción, en vez de traducirlo directamente del original (en estos dos casos, ambos originales probablemente fueron escritos en alemán).
J. A. T. G.
Tesis sobre Hegel y la revolución (1931)
I. La filosofía hegeliana y su método dialéctico no puede comprenderse sin tener en cuenta su relación con la revolución.
1º) Históricamente, procede del movimiento revolucionario de su época.
2º) Ha llevado a cabo la tarea de traducir a pensamiento dicho movimiento.
3º) El pensamiento dialéctico es revolucionario también en su forma:
a) desvinculándose de lo inmediatamente dado —ruptura radical con lo existente—, poniéndose "patas arriba" —para comenzar de nuevo;
b) principio de oposición y de negación;
c) principio de cambio y de desarrollo incesantes: "salto cualitativo".
4º) Una vez que la tarea revolucionaria queda al margen y la nueva sociedad está establecida, el método dialéctico revolucionario desaparece inevitablemente de su filosofía y de su ciencia.
II. No se puede hacer una crítica de la filosofía hegeliana y su método dialéctico sin considerar su relación con el carácter histórico concreto del movimiento revolucionario de su época.
1º) No se trata de una filosofía de la revolución en general, sino de la revolución burguesa de los siglos XVII y XVIII.
2º) Incluso como filosofía propia de la revolución burguesa, no expresa todo el proceso de esta revolución, sino solo su conclusión final. En ese sentido no es una filosofía de la revolución, sino de la restauración.
3º) Esta doble determinación histórica de la dialéctica hegeliana aparece en forma de una doble limitación del carácter revolucionario:
a) A pesar de la disolución dialéctica de todos los elementos permanentes, la dialéctica hegeliana aboca a una nueva fijación al "absolutizar" el método dialéctico mismo y, con él, todo el contenido dogmático del sistema filosófico hegeliano edificado sobre él.
b) El filo revolucionario contenido en el enfoque dialéctico se curva sobre sí mismo hasta "cerrar el círculo", es decir, hasta restablecer conceptualmente la realidad inmediata, reconciliándose con esa realidad y glorificando las condiciones existentes.
III. El intento de Marx y Engels primero y de Lenin después de "salvar" el arte del pensamiento dialéctico, transplantándolo desde la filosofía idealista alemana a la concepción materialista de la naturaleza y de la historia, desde la teoría revolucionaria burguesa a la teoría revolucionaria proletaria, aparece solamente como un paso transitorio, tanto desde el punto de vista histórico como desde el punto de vista teórico. Lo que se ha conseguido no es una teoría de la revolución proletaria desarrollada sobre bases propias, sino una teoría de la revolución proletaria emergente de una revolución burguesa. Por lo tanto, una teoría marcada en todos sus aspectos, en cuanto a contenido y método, con las señas del jacobinismo, o sea, de la teoría revolucionaria de la burguesía.
Traducido a partir de la versión inglesa de Douglas Kellner (Karl Korsch revolutionary theory, University of Texas Press, 1977, pp. 277-278) y la versión francesa de Maximilien Rubel y Louis Evrard (Marxisme et philosophie, París: Les Editions de Minuit; 1964).
Diez tesis sobre el marxismo hoy (1950)
1. Actualmente no tiene sentido preguntarse hasta qué punto las enseñanzas de Marx y Engels son teóricamente asumibles y prácticamente aplicables a nuestra época.
2. Todos los intentos de restablecer íntegramente la doctrina marxista en su función original de teoría de la revolución social de la clase obrera son hoy utopías reaccionarias.
3. Para bien y para mal, los elementos fundamentales de las enseñanzas marxistas conservan su eficacia, aunque con una función diferente y en un escenario distinto. Además, el impulso generado por la práctica del antiguo movimiento obrero marxista se ha incorporado a las luchas prácticas de los pueblos y de las clases.
4. El primer paso que hay que dar para reiniciar una teoría y una práctica revolucionaria es romper con la pretensión del marxismo de monopolizar la iniciativa revolucionaria y la dirección teórica y práctica.
5. Marx es hoy simplemente uno de los muchos precursores, fundadores y continuadores del movimiento socialista de la clase obrera. No menos importantes son los socialistas llamados utópicos, desde Tomás Moro a los actuales. No menos importantes son los grandes rivales de Marx, como Blanqui, y sus enemigos irreconciliables, como Proudhon y Bakunin. No menos importantes, en cuanto a resultado final, los desarrollos más recientes tales como el revisionismo aleman, el sindicalismo francés y el bolchevismo ruso.
6. En el marxismo son particularmente críticos los puntos siguientes: a) haber estado prácticamente subordinado a las condiciones económicas y políticas poco desarrolladas de Alemania y de los demás países de la Europa central y oriental donde llegó a adquirir una importancia política; b) su adhesión incondicional a las formas políticas de la revolución burguesa; c) su aceptación incondicional de la situación económica avanzada de Inglaterra como modelo para el desarrollo futuro de todos los países y como condición objetiva preliminar de la transición al socialismo. A lo que se añaden: d) las consecuencias de los intentos repetidos, desesperados y contradictorios del marxismo por escaparse de esos condicionantes.
7. Resultado de esas circunstancias es lo siguiente:
a) la sobrestimación de la importancia del Estado como instrumento decisivo de la revolución social;
b) la identificación mística del desarrollo de la economía capitalista con la revolución social de la clase obrera;
c) el ulterior desarrollo ambiguo de esta primera forma de la teoría marxiana de la revolución mediante el injerto artificial de una teoría de la revolución comunista en dos fases; esta teoría, dirigida en parte contra Blanqui y en parte contra Bakunin, escamotea del movimiento presente la emancipación real de la clase obrera y la difiere a un futuro indeterminado.
8. Aquí se inserta el desarrollo leninista o bolchevique; y en esa forma nueva es como el marxismo fue transferido a Rusia y a Asia. Así el socialismno marxista se transformó de teoría revolucionaria en pura ideología que puede subordinarse y de hecho estuvo subordinada a objetivos diversos.
9. Desde este punto de vista conviene juzgar con espíritu crítico las dos revoluciones rusas de 1917 y de 1928. Y desde este punto de vista hay que determinar las funciones diversas que el marxismo cumple actualmente en Asia y a escala mundial.
10. Que los trabajadores controlen la producción de sus propias vidas no podrá ser fruto de la ocupación de las posiciones abandonadas en el mercado internacional y en el mercado mundial por la competencia autodestructiva y supuestamente libre de los propietarios monopolistas de los medios de producción. Ese control no podrá resultar más que de la intervención concertada de todas las clases hoy excluidas en una producción que, ya hoy, tiende en todos los sentidos a la regulación monopolista y planificada.
Traducido a partir de las versiones inglesas de Douglas Kellner (Karl Korsch revolutionary theory, University of Texas Press, 1977, pp.281-282) y Andrew Giles-Peters (Telos, nº 26, 1975-1976, p. 40-41) y la versión francesa de Maximilien Rubel y Louis Evrard (Marxisme et philosophie, París: Les Editions de Minuit; 1964).
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