Hoy es uno de esos días, que como dice la Pepita, uno no debería ni siquiera levantarse, porque todo lo que se ha planeado y todo lo que se tiene que hacer resulta mal, fracasa o simplemente no se puede hacer. Los expertos en el biorítmo deben achacarle a los días bajos este fenómeno y no ha de faltar quien lo tilde de otra forma o culpe al gato, al perro, al vecino o al destino. No importa cómo los definan o a qué o quién culpen por ellos, yo los llamo los días negros, días que no deberían estar en el calendario ni aparecer en ninguna semana del mundo, pero al igual que las brujas, existen y hay que aprender a soportarlos. En un día negro siempre ocurre lo que nunca nos pasa: las llaves del auto se quedan puestas en el contacto, mientras las puertas están bien cerradas, entonces viene todo el show de encontrar a un buen ladrón, que sea capaz de abrirlo sin tirar un vidrio abajo. La Pepita tiene el récord en esta situación, ella no sólo dejó las llaves en el interior, también la cartera y para completar el cuadro...el motor andando, su marido hasta el día de hoy le hace versos al respecto. En estos días como fatales, nadie se extraña sí se le quiebra el taco al zapato que ha aguantado el trajín de todo el invierno., tampoco nadie se espanta sí se pierde el llavero y no se puede entrar al departamento, porque sí fuera casa es como más fácil, se salta la reja y ya! La comida
no queda exenta de estos días, suele quedar mala, salada o simplemente
que a nadie le gusta el guiso de cochayuyo. En estos días
es mejor no planchar, porque con seguridad la plancha va a quedar marcada
en pantalones, camisas y sábanas. Tampoco es bueno lavar,
fijo que la lavadora explota, no centrifuga o simplemente se bota a huelga.
No, definitivamente en un día negro más vale seguir el consejo de la Pepita, hay que quedarse en cama, aún cuando sea pleno verano y nos asemos bajo las sabanas; ojalá sin movernos ni ver tele y dejar correr las horas para que se termine luego y vuelva la normalidad a la vida y con ella la esperanza de días mejores. |
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