Insomnio 

    Ahora si que estoy hecha un lío, casi ha quedado la escoba y no precisamente la que sirve para barrer la tierra.  En algún momento que ni cuenta me di, los duendes traviesos me jugaron una broma e hicieron desaparecer de la memoria de la computadora el artículo que tenía listo para La Semana. Era uno que trataba el insomnio de la Chela, el mismo que la tuvo con los ojos abiertos hasta altas horas de la noche el otro día y sin una gota de sueño hasta el punto que se leyó un libro entero y su cónyuge amaneció al día siguiente con un humor de perros.

  La Chela me llamó al alba y me contó en detalle sus vueltas y revueltas en la cama, como yo no soy experta en la materia y duermo cual marmota, la escuché con atención puesto que nadie está libre de una cosa así y ella me dijo que había puesto en práctica todas las recetas caseras que conocía, se había tomado un vaso de leche, había contado ovejitas que saltaban limpiamente una barda, sin ningún resultado.  Posteriormente intentó hacer un juego con la respiración, cosa que alguna vez había oído, pero que al final no sabía sí era para el parto sin dolor o para dormir, aún así , por sí acaso le daba algún resultado se mantuvo como media hora haciendo respiración rítmica y no tuvo ningún efecto notable, sus ojos continuaban abiertos y su mente se negaba a descansar.  A riesgo de tener un divorcio al día siguiente, además de leer, encendió la tele y se vió todas las películas que pudo.

  Como la Chela es un tanto exagerada para sus cosas, después de todo su cuento deduje que con suerte habría dormido un par de horas y como se me vino a la memoria algo que había leído recientemente, le comenté que, entre otras cosas, recomendaban bajarse de la cama e ir a otra habitación y hacer algo tan aburrido que a uno le llegara a dar sueño.  Me prometió intentarlo y me aseguró que buscaría lo más aburrido para hacer la prueba, como no supe nada de ella al día siguiente pensé que su problema había terminado, pero no era así, me llamó nuevamente y me contó otra noche insomne, pero como ya tenía experiencia hizo por estricto turno todos los consejos que había recopilado entre sus amistades, tomo leche como sí fuera un bebé, respiró acompasadamente, cambió la almohada, cerró los ojos y dejó divagar su mente y quién sabe cuánto más.  Con respecto a lo que yo le había dicho, dijo que cansada de experimentos infructuosos se había sentado en el living de su casa, en el sillón más cómodo que tiene y allí se puso a mirar los muros, las cortinas, las lámparas, etc., y de pronto llegó a una terrible conclusión:  se levantó rápidamente, se fue a la cama, se durmió de inmediato y amaneció con depre. 
  En vista de lo sucedido no me quedó otra cosa que preguntarle la razón para estar depre y me dijo: sentada en el living me puse a mirar en detalle todo lo que allí hay y para que entiendas lo que me ocurre, te diré que todo necesita una mano de gato, hay que cambiar el tapiz de los muebles, también las cortinas , puesto que el sol las tiene horribles y por sí eso fuera poco, tengo que pintar los muros de nuevo.  Tú comprenderás que la receta me dió resultado, pero ahora estoy depresiva de sólo pensar en lo que gastaría en los arreglos que pensé anoche, porque me pasaría todo el año tan endeudada que de nada me serviría la tarjeta de crédito que me regaló para la Pascua el gordo.   

Maranda
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