Los
Varones de Antes
Según mi tía Eugenia, los varones de antes... no usaban pijamas,
sino
camisa
de dormir. Su frase causó revuelo entre las jóvenes que ayudaban
a
su
sobrina-nieta predilecta a elegir el ajuar de su próxima boda. Como
era
de
esperarse, la vieja, señorial y solterona tía se vio bombardeada
de
preguntas,
que aclararan de alguna manera su expresión, entonces ella dijo
que
por los años 20 o antes, los varones de entonces no-solo usaban
camisón
sino que además abrigaban sus cabezas con un gorro.
Las
carcajadas no demoraron mucho en brotar de sólo imaginar al futuro
esposo
de su amiga, un muchacho estupendo y atlético, vistiendo en plena
luna
de miel, una tenida de aquéllas. Pero la tía aclaró
que las mujeres
también
usaban por esos tiempos unas camisas largas y gruesas que sólo las
manos
dejaban a la vista y las chicas enmudecieron por unos momentos y
luego
volvieron a interrogar a la anciana señora, que les explicó,
que
prácticamente
era considerado un pecado enseñar parte del cuerpo., hasta
el
punto que se bañaban con ropa...
A
estas alturas del relato, las chicas no paraban de reír y no faltó
la
que,
casi atorada, preguntó sí había conocido los corsett
con barbas. Con
una
paciencia increíble, la tía Eugenia volvió a hablar
de la moda
imperante
en esos días cuando el corsett moldeaba la figura y acentuaba la
cintura,
así se quedaran sin aire las mujeres y no pudieran doblarse.
Las
compañeras de la novia miraban a la tía con ojos muy abiertos,
tal vez
porque
algo habían escuchado sobre el tema, algo habían visto en
más de una
película,
pero escuchar a una testigo fiel de esos días, era como otro
cuento,
entonces siguieron preguntando y la tía Eugenia respondiendo.
Les
habló de la influencia francesa en la lencería y de como
las tenidas
para
dormir se fueron aligerando y haciéndose más prácticas,
hasta llegar
hasta
el día de hoy en que abundan las trasparencias y otra vez han vuelto
las
sedas a insinuar la figura y de cómo ciertas casas de modas
internacionales
sean transformado en las preferidas por sus avanzados
diseños.
De
pronto la tía Eugenia repitió nuevamente lo dicho anteriormente
" los
hombres
de antes no usaban pijamas " y las chicas, arremetieron con más
preguntas,
entre ellas quisieron saber qué había pasado después
del
camisón,
el gorro y las pantuflas en el caso de los varones. La tía
entonces
habló de los pijamas a rayas y otra vez las carcajadas se dejaron
escuchar
al imaginar al novio con una tenida parecida a la de un
presidario,
pero ella les explicó que era la moda, y que por entonces aún
no
se incorporaban a la vestimenta masculina los actuales diseños y
colores
en
boga.
Una
de las chicas acotó: pero hay algunos que no usan nada para dormir...
y
la
tía Eugenia abrió los ojos, pero continuó con su análisis
de la ropa de
dormir,
agregando: después vinieron los pijamas cortos, para el verano y
en
distintos
colores e incluso unos parecidos a los buzos deportivos. Otra
vez
se escuchó la voz de la chica que repetía: algunos no usan
nada...
Entonces
la tía Eugenia mirándola fijamente le dijo: efectivamente
hay
hombres
que no usan nada para dormir m'ija, pero si supieras los bochornos
que
han debido pasar por esa costumbre... lo que me recuerda que mi hermano
hasta
el día de hoy no usa pijama, pero en cambio jamás se saca
su reloj
de
la muñeca...
La
chica inocentemente preguntó: por qué lo del reloj...
Y
la tía socarronamente le respondió: - así por lo menos
sabe la hora en
que
lo han visto desnudo... cuando arranca de un temblor...