IRONIAS DEL DESTINO
De veras lo intenté, hice lo humanamente posible para borrarte de
mi memoria, pero ésta se negó a hacer desaparecer tu nombre
de ese rincón especial donde te había puesto. Al igual
que con el PC hice trampas, grabé sobre el tuyo otro nombre
parecido, pero ella siempre alerta, rechazó la suplantación,
entonces desesperada arrinconé tu recuerdo y me lancé en
una búsqueda frenética de otros muchos, que más por
cantidad que calidad, sirvieran de contención a ese estar tuyo siempre
presente.
Durante un tiempo casi logré el objetivo, pero siempre había
algo que hacía brotar tu recuerdo, alguna vez fue una noche de luna,
en otra oportunidad un pub recién inaugurado y en muchas ocasiones
bastó una flor o una palabra, para que todo el pasado se hiciera
presente.
Me engañé a sabiendas que perdía una batalla y también
la guerra, un día me dije: lo logré ! y nunca más
volví a pensar en ti...aparentemente. Nunca es como
tan definitorio, la verdad es que sólo era un velo que mal ocultaba
tu recuerdo, bastaba una brisa suave para que éste cambiara de lugar
y reaparecías con más fuerza y con más dolor. Sí,
borrarte implicaba reabrir la herida, esa que tu adiós me
había causado y que el tiempo mantenía abierta.
No lo voy a negar, en más de una oportunidad encontré quién
la restañara, quién aplacara con caricias el dolor incesante
de ella, pero sólo era momentáneo, luego en la soledad de
la privacidad, renacía con mayor ardor.
No fue fácil olvidar el sabor de los besos dados, ni el abrazo de
entrega absoluta., no, no fue fácil borrar de un día para
otro
lo
vivido, fue un intento loco, desquiciado e inútil que me desgastó
sin siquiera darme cuenta y lo que es peor, me marcó con surcos
profundos, porque todo me hablaba de ti. Entonces llegué a
la conclusión que tendría que vivir para siempre con tu recuerdo
encerrado en mi memoria, porque ésta se negaba a hacerlo desaparecer
y me vi obligada a aceptar la idea y me acostumbré a vivir con el
fantasma de tu recuerdo, de tu nombre, de tus besos, de tu amor y con la
esperanza de que algún día, volviéramos a encontrarnos...
y ese día llegó.
No se sí fue una jugarreta del destino, pero sin saber cómo
ni cuándo nos encontramos frente a frente y tus ojos me miraron
como antes, tus manos buscaron mi cuerpo como entonces y todo tu ser gritó
mi nombre, entonces ocurrió lo inexplicable... mi memoria te borró
repentinamente y por más esfuerzos que hice luego de ese encuentro
fugaz , no encontré en mi PC interior ningún archivo que
llevara tu nombre...ya no estabas.
Ella finalmente había acatado la orden tantas veces dicha, ¡te
había borrado ! y te había sacado de mi vida para siempre.