Las despedidas   dejan huellas en el alma y un sabor amargo en los labios; algunas son tristes porque involucran sentimientos y otras desesperantes porque  parecen casi injustas, como las que  en los últimos meses  se han puesto de moda en la región, en especial  entre medios de comunicación. Uno de los primeros en despedirse de su audiencia fue el Canal 5 Telenorte, luego le ha tocado el turno a diferentes emisoras de radios, que de regionales han pasado a ser meras repetidoras de sus principales en Santiago, como es el caso de  Radio Minería y  Radio Chilena.

  Todas estas despedidas no han tenido el carácter de “ un alegre nos volveremos a encontrar”, muy por el contrario han sido fría y económicamente calculadas , sus ejecutores no han considerado ni la larga tarea sostenida ni la entrega y beneficio a la comunidad ni cuántos profesionales  quedan cesantes, menos aún cuánto puede perder una comuna o una región con su ausencia. Lo curioso de estos cierres es que no se han escuchado clamores públicos ni voces de las autoridades que salgan en su defensa, entonces cabe reflexionar que a este paso llegará el día en que no habrán radios o diarios que reflejen el sentir de la región ni el de su gente, y para entonces será tarde, no sólo para los que necesitan de los medios de comunicación para sus conferencias de prensa, sino también para la comunidad en general, no habrá quien divulgue  logros, metas ni fracasos locales.

   Es verdad que el tiempo no está para rosas, pero tampoco para espinas, los medios de comunicación regionales cumplen una labor que va más allá de la simple información, son el vínculo entre la comunidad y el mundo en que vivimos, y a la hora de los desastres son la voz que clama por ayuda, la que  socorre al afligido y la que reconforta al doliente.  Pese a toda esa magnífica tarea, los medios regionales no son favorecidos por las grandes empresas y su publicidad, entonces ocurre lo que hoy se está palpando, uno a uno van cayendo bajo la guillotina económica, ayer cerraron sus puertas Canal 5 TV, Radio Minería y La Chilena,  hoy lo hace este semanario y me pregunto sí  habrá alguna voz que salga en su defensa o que al menos  manifieste su preocupación, porque una comuna sin expresión propia...se transforma automáticamente en  un pueblo olvidado y en un mendigo de los medios foráneos.