Mi tía Cecilia es una dama distinguida que sinembargo pierde totalmente la compostura cuando ve al Chino.  Lo justifica asegurando que no hay tipo más buen mozo que él, que sus ojos son especiales, su físico impecable y que por sobre todo juega al tenis con un talento especial., aparte de eso dice que a pesar de que alguna vez respondió  “ que no estaba ni ahí “ por alguna pregunta que le hicieron, ella jura que no hay nadie más ocurrente que él para dar una respuesta así de genial a una pregunta asas de tonta.

  Según ella, el Chino tiene una colección de cualidades que lo hacen especial, sobre todo si éstas tienen relación con el tenis y sus extraordinarios resultados hasta ahora.  Cuando el Chino Ríos juega en el extranjero, ella devora todas las publicaciones que hablan sobre sus resultados, demás está decir que se sabe la lista de la ATP completa como sí fueran las tablas de multiplicar.  Sí el juego es televisado entonces ella se pega al televisor y le da lo mismo sí lo ve por cable o por algún canal nacional; en esas oportunidades hasta el perro regalón sabe que ella no saldrá de su dormitorio mientras este jugando la raqueta de sus amores.

  En esas oportunidades no contesta ni el teléfono, sufre cada punto como condenada a muerte y a la hora de  los puntos de quiebre, se queda muda y hasta pierde la respiración. La tía Cecilia es una fanática del llamado deporte blanco, desde hace un largo tiempo sigue la Copa Davis y todos los partidos internacionales en que esté involucrado el equipo Chileno y en esas ocasiones en su casa no se almuerza, ni se come hasta que los partidos del día han terminado.  Durante toda la contienda ella no deja de avivar ni de aplaudir como sí estuviera en la galería del court central del estadio nacional.

  Generalmente ve los partidos a solas, ya que los miembros de su familia perdieron las esperanzas de acompañarla y por supuesto nadie osa  interrumpirla en su concentración con preguntas tan tontas cómo a qué hora van a comer.  Se concentra hasta tal punto en lo que está viendo, que para el partido del Chino con Agassi casi se quedó sin uñas y no logró dar una puntada en el chaleco que está tejiendo.

  En su casa ya conocen el sistema, ella agarra su bandera de lucha y no la afloja hasta el termino de cada set y ni hablar cuando las cosas no se dan como ella espera, posiblemente se quedarán todos sin almuerzo porque escucha cuanto comentario existe, para de ese modo descubrir porqué perdió su campeón. Es tan fanática que no se conforma con ver los diferentes partidos, también los graba en su vídeo y los ve una y otra vez, como si fuera el capitán del equipo de la Copa Davis.

  Aquél día en que el Chino subió al podium del numero 1 del mundo, mi tía Cecilia casi sufrió un síncope, no encontraba la forma de expresar su alegría, así es que lloró y gritó hasta quedar afónica y de pasada lamentó no haber podido ir a Miami a verlo triunfar.  El fin de semana pasada, en cambio,  se lo sufrió todo con los partidos en Argentina, estuvo tres días fuera de circulación y pese a la derrota del equipo Chileno, ella está indignada y molesta con los Argentinos , pero no tanto por el resultado, que lo encontró justo,  sino porque dice que jamás había visto que en un partido de tenis la gente actuara como sí estuviera en un estadio de fútbol y menos aún que los partidarios de un bando llevaran un bombo, a su juicio...sólo les faltó la mascota del equipo.