Ya dejaron de ser una novedad, en sus comienzos eran una mezcla de brujería
con hechizo, casi un misterio que todos anhelaban develar y sólo
unos pocos y muy preparados podían entender, tanto en su lenguaje
como en su funcionamiento. Ocupaban grandes espacios, recuerdo que el primero
que vi había costado una fortuna en dolares, tras una larga tramitación
de importación llegó cual prima donna a la empresa. Era tan
delicado que todo le afectaba, el polvo y los perfumes en su área
estaban prohibidos, por ello disponía de un complicado sistema de
aire acondicionado y de temperatura ambiente promedio de 22º. Cuando
se taimaba y no funcionaba aparecían unos técnicos
, que parecían venir de la Nasa, usaban delantales y guantes blancos,
con gran misterio y ceremonial se sumergían en las profundidades
de sus cables y trabajaban en silencio, mientras tanto una tensa espera
se producía en la oficina a la espera del diagnóstico que
indicara que el desperfecto superado. Funcionaba a base de información
contenida en tarjetas perforadas, previamente preparadas por digitadoras
especializadas y los resultados de su trabajo salían en largos listados
impresos en un papel color celeste.
Con la invasión y aplicación masiva de las computadoras al trabajo diario, hasta verbos nuevos han aparecido en el lenguaje diario y se pantallea cualquier información de los clientes. Los teclados han reemplazado a las viejas máquinas de escribir y ello ha traído modificaciones a los clásicos escritorios del pasado, y lentamente van haciéndose de un espacio en el hogar de los usuarios, porque conectadas al teléfono permiten recibir mensajes y también enviarlos, y últimamente son la locura de los navegantes de internet. Una amiga mía dice que no podría vivir sin su computador y eso me trae a la memoria, que igual cosa dijo cuando compró de ocasión una máquina de escribir eléctrica, que con seguridad ya relegó al olvido. Se dice que vivímos la era de la computación, esto es, el mundo se maneja a través o con la ayuda de ellas, simplificando o complicando la existencia de cada cual. |
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