Instalación: 21 de diciembre 1892 Extensión física: 4.132,5 Kms.2 Población: 1.144. habitantes Toda su población se distribuye en sector rural. Número de distritos: 9 :La Higuera, Quebrada Honda, El Toro, Cruz Grande, Los Choros, Trapiche, Tres Cruces, Punta Colorada, El Torno. Economía : Pequeña minería, pesca artesanal. Origen de la voz que la designa: 1.- El origen popular señala la existencia de una higuera que se asociaba al descubrimiento de la veta de los ricos minerales de cobre del Cerro Cimarrona. 2.- Designación del lugar donde se construyó la placilla del primitivo poblado, asociado a la propiedad de la familia Higuera. Como "Mina de la Higuera" aparece en el catastro elaborado durante el gobierno de don Ambrosio O'Higgins por Martínez de la Matta. Durante el siglo XVIII su importancia fue relativa puesto que no parece consignada en el informe al Rey que presentaron los hermanos Heuland tras hacer viaje por los yacimientos de Atacama y Coquimbo. Antecedentes históricos: El área norte de la comuna, que cubre la cuenca del río Los Choros, acredita poblamiento temprano de cazadores y agricultores gracias a su característica microclimática. La riqueza costera en pesca y mariscos, también dió asiento a grupos changos. Tras la Conquista española el área agrícola se destinó al cultivo de aceitunas y el campo a la crianza de ganado mayor, de preferencia toros de lidia. Desde esa época y durante toda la Colonia fue sitio de paso y descanso para los que usaban el camino costero a Huasco, o 105 que bajaban desde Incahuasi tras haber remontado el Valle de Los Españoles (San Félix) o la quebrada de Marquesa, que se comunica con el valle del Elqui. También se trabajaron minerales de
oro.
Este auge metalero cuprífero selló su fama al descubrirse valiosos yacimientos en La Higuera y un poco más al oriente, en El Barco, donde también creció un poblado con 200 habitantes. En la segunda mitad del siglo XIX tenía dos fundiciones con 3 hornos y su producción sé trasladaba hasta un sitio costero contiguo a Quebrada Honda, donde se habilitó el puerto de Totoralillo, que también tenía dos fundiciones. Destacan en ese lapso las actividades mineras de Urmeneta y Errazúriz, la testamentaria Vicuña, que construyó el puerto, Lambert y Pedro Pablo Muñoz, que fue el benefactor del pueblo al dotarlo de escuela y terrenos para edificios administrativos: Correo, sitio de postas y Registro Civil. Su primera forma administrativa fue de Subdelegación. La estructura de comuna es coincidente con el inicio de la explotación del hierro en los cordones de Los Tofos y que corren por la cordillera de la Costa de norte a sur. Las faenas del sector las atendió la Compañía Francesa de Fundiciones que trasladaba el material a Corral, donde se fundía. A comienzos del siglo XX el yacimiento fierrero fue vendido a la empresa norteamericana Bethelehem que permaneció allí hasta 1954. La comuna controlaba entonces el puerto de Cruz Grande, por donde corrió el primer ferrocarril eléctrico de Sudamérica y surgen otros centros mineros de hierro en Punta Colorada e Incahuasi que mantienen faenas hasta 1960. Al declinar la demanda internacional se produce una fuerte erosión económica y de servicios delegados. La mayoría de los campamentos desaparecen provocando un reordenamiento de la subsistencia comunal en base al desarrollo de Los Choros como oferta agrícola y pesquera, aparte de explotar todo el sector marítimo como zona de turismo aventura gracias a la limpieza de sus grandes playas y varias áreas que a modo de reservas nacionales protegen especies marinas que habitan esos parajes: pingüino Humboldt y delfines.
Los primeros indígenas se trasladaban con sus animales desde Argentina o la Cordillera Chilena hasta el mar y paraban en el Valle del Encanto para realizar sus ceremonias religiosas y otras. Interesantes petroglifos profundamente grabados en la roca con máscaras, cabezas y tiaras, también se encuentran pictografías con dibujos lineales en pintura natural principalmente en color rojo de oxido de fierro dibujando figuras humanas y otras. Las piedras tácitas en que se adivina que molían sus alimentos y pinturas, y según algunos investigadores drogas extraídas de los vegetales y plantas para sus brujos o chamanes. Lugar obligado para visitar es el "Baño del Inca". El Valle del Encanto es administrado por la
Ilustre Municipalidad de Ovalle y es visitado todo el ano por miles de
turistas que quieren conocer la historia de las antiguas culturas como
el Molle, Diaguitas e Inca. Este lugar mantiene aún
el misterio sobre la elección del lugar y el significado de su Arte
Rupestre
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