Le Ceguera Fatal

(homilia, cuarto domingo de cuaresma, Año A)

El evangelio de este domingo habla de un hombre nacido ciego que adquiere visión espiritual: El ve la realidad de quien es Jesús. En cambio, los que tienen visión física son ciegos espiritualmente. Jesús sana el ciego, pero la ceguera espiritual es más difícil porque viene de la voluntad humana, nuestras propias decisiones.

Vivimos en un mundo con su propia ceguera. Les daré un ejemplo relacionado a algo un poco triste que sucedió en mi familia. Uds. me han escuchado hablar del perro de mi mamá y mi hermano. Se llama "Bumper." A causa de su edad avanzada, pues tenía 15 años, sufría varias afliciones: artritis, cataratas de los ojos, mala digestión--y estaba sordo. La semana pasada mi hermano finalmente tuvo que llevar al veterinario para una inyección letal. Mi hermano luego puso su cuerpo en una caja de cartón y lo enterró. Para nosotros era triste porque estabamos bien pegados a Bumper. Puedo entender la tendencia de ascribir calidades humanas a los animales. Vivimos en una sociedad que muchas veces deja de tener funerales para humanos mientras algunos las tienen para sus mascotas.

Me hizo recordar el cuento chistosos del hombre que se le acercó a un sacerdote para pedir un funeral para su perro. El sacerdote le explicó que no podía hacerlo pero el hombre insistía. Un poco en despesperación el sacerdote le dijo que podía pedir a un ministro protestante. El hombre le dijo, "Que pena, padre. Iba a haber un estipedio de mil dólares."

El sacerdote paró y le dijo, "¿Por que no me dijiste que el perro era católico?"

Con todos nuestros problemas económicos, especialmente ahora la necesidad de un nuevo calentón para la escuela, yo estaría tentado hacer la misma cosa. Diré algo sobre la situación económica de la parroquia en otro momento, pero ahora tengo un punto más serio. Podemos caer en una ceguera espiritual si no vemos la diferencia entre el hombre y todos los otros animales. No es que somos mejores que los animales. Tenemos que admitir que a veces somos peores que ellos, pero tenemos algo que ellos no tienen--la imagen de Dios. No podemos maltratar a los animales, pero no debemos caer en el sentimentalismo de dar derechos humanos a ellos. Hacerlo sería ponernos en una posición ridicula. Por ejemplo, si animales tienen los mismos derechos que nosotros, ¿esto significa que debemos pasar todo nuestro tiempo protegiendo los ratones de los gatos? Otras consequencias absurdas resultarían de no ver la diferencia esencial entre el ser humano y los otros animales.

Sería una ceguera enorme, pero hay algo más grande. El evangelio de hoy habla en contra de ella. Es una cosa nno ver la diferencia entre el hombre y los animales. Es mucho mas fatal no ver la diferencia entre Jesús y los otros hombres.

Los enemigos de Jesús cayó en esa ceguera. A veces es dificil entender cuando tenían tanta evidencia--milagros, sabiduria, exorcismos, etc.. Pero ellos no querían mirar la evidencia. La gente de hoy hacen algo semejante. Quieren descartar a Jesús con una palabras faciles. "No quiero tener nada que hacer con la iglesias. Son unos cuantos hipócritas."

Oyí de un grupo que se reunió cinco años después de su graduación de la universidad. Pasaron sábado y domingo en el mismo lugar. Domingo en la mañana unos de ellos se levantaron para ir a la misa. Uno de los que estaba todavía en la cama les dijo, "Miré a hipócritias que van al templo."

Pero uno de los muchachos le respondió, "No vamos al templo porque pensamos ser perfectos. Al contrario. No somos santos, pero algún día queremos y al cielo--no caer de la cama al otro lugar."

Es la gente que sabe que no son santos ahora que también saben su necesidad de Jesús. Vivimos en un mundo donde muchas personas siempre dicen, "Yo estoy bien." Pero no reconocen la única forma de realmente estar bien. Saber que Jesús murió por nosotros que somos imperfectos, es decir, pecadores.

En el retiro de confirmación la semana pasada los jóvenes vieron una presentación de la pasión de Jesús, como él sufrió por nuestras maldades. Algunos de ellos, no solamente muchachas sino también muchachos, lloraron ante el Santísimo Sacramento. El reconocimiento alegre de quien es Jesús--y quienes somos nosotros a causa de El.

La Semana Santa comienza en solamente quince dias. Que todos recibamos la gracia, la visión espiritual de ver a Jesús como realmente es.

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