LA MISA DEL DÍA 16 DE ENERO DEL 2000                                             AÑO SANTO

2° DOMINGO ORDINARIO.



ANTIFONA DE ENTRADA.
 
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.                                                                                   Sal 65, 4



PRIMERA LECTURA.
Habla, Señor, tu siervo te escucha..
Lectura del primer libro de Samuel.  3, 3-10. 19

En aquellos días, el joven Samuel servia en el templo a las ordenes del sacerdote Elí. Una noche, estando Elí acostado  en su habitación y Samuel en la suya, dentro del santuario donde se encontraba el arca de Dios el Señor llamo a Samuel, y este respondió: "Aquí estoy". Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy. ¿Para que me llamaste?" Respondió Elí: "Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte". Samuel se fue a acostar. Volvió el Señor a llamarlo, y el se levanto fue a donde estaba Elí y le dijo:"Aquí estoy. ¿Para que me llamaste?"Respondio Elí: "Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte".

Aún no conocía Samuel al Señor, pues la palabra del Señor no le había sido revelado. Por tercera vez el Señor llamo a Samuel, este se levanto fue a donde estaba Elí y le dijo:"Aquí estoy. ¿Para que me llamaste?"

Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: "Ve a acostarte y si te llama alguien responde: ' habla, Señor, tu siervo te escucha' ". Y Samuel se fue a acostar.

De nuevo el Señor se presento y lo llamo como antes: "Samuel, Samuel". Este respondió: " habla, Señor, tu siervo te escucha".

Samuel creció y estaba el Señor con el. Y todo lo que el Señor le decía se cumplía.
Palabra de Dios.



SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 39

R. Aquí estoy, Señor para hacer tu voluntad.

Espere en el Señor con gran confianza,
el se inclino hacia mí y escucho mis plegarias.
El me puso en la boca un canto nuevo,
un himno a nuestro Dios.R.

Sacrificios y ofrendas  no quisiste,
abriste, en cambio, mis oídos a tu voz.
No exigiste holocaustos por la culpa,
así que dije: "Aquí estoy". R.

En tus libros se me ordena
hacer tu voluntad;
esto es, Señor, lo que deseo:
tu ley en medio de mi corazón. R.

He anunciado tu justicia
en la gran asamblea;
no he cerrado mis labios,
tu lo sabes, Señor. R.



SEGUNDA LECTURA.
Los cuerpos de ustedes son miembros de Cristo.
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los corintios. 6, 13-15. 17-20

Hermanos: El cuerpo no es para fornicar, sino para servir  al Señor; y el Señor para santificar el cuerpo. Dios resucito al Señor y nos resucitara también a nosotros con su poder.

¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de Cristo? Y el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él. Huyan, por tanto, da la fornicación. Cualquier otro pecado que cometa una persona, queda fuera de su cuerpo; pero el que fornica, peca contra su propio cuerpo.

¿O es que no saben ustedes que su cuerpo es templo de el espíritu santo, que han recibido de Dios y que habita en ustedes?. No son ustedes sus propios dueños, porque Dios los ha comprado a un precio muy claro. Glorifiquen, pues, a Dios con su cuerpo.
Palabra de Dios.



R. Aleluya, aleluya.
Hemos encontrado a Cristo, el Mesías.
La gracia y la verdad nos han llegado por él.
R. Aleluya, aleluya.


EVANGELIO.
Vieron donde vivía y se quedaron con él.
 
Evangelio Lectura del santo evangelio según san Juan. 
1, 35-42. 
 
En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el cordero de Dios". Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. El se volvio hacia ellos, y viendo que los seguían, les pregunto: "¿Que buscan?" Ellos le contestaron: "¿Donde vives Rabí?" (Rabí significa maestro). El dijo: "Vengan a ver".

Fueron, pues, vieron donde vivía y se quedaron con el ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los que oyeron lo que Juan el Bautista decía  y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que quiere decir ungido). Lo llevo donde estaba Jesús y este, fijando en él la mirada, le dijo: "Tu eres Simón, hijo de Juan. Tu te llamaras Kefás" (que significa Pedro, es decir roca).  Jesús exclamo: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla!" Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.

El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Vengan a mi, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo los aliviare. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraran descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera.
Palabra del Señor.


ANTIFONA DE LA COMUNIÓN.

    Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
                                                                                                                                    1 Jn 4, 16



 
 
MISAS ANTERIORES
REFLEXIONES
ANTERIOR
MISA SIGUIENTE DOMINGO
 

                         huflango@hotmail.com Correo Electronico       hgongora@helios.lci.ulsa.mx
 
MJC MARANATHA
NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA
VICARIA
CEC