LA MISA DEL DÍA 6 DE FEBRERO DEL 2000                                             AÑO SANTO

5° DOMINGO ORDINARIO.



ANTIFONA DE ENTRADA.

Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque el es nuestro Dios.
                                                                                                                              Sal 94, 6-7



PRIMERA LECTURA.
Se me han asignado noches de dolor.
Lectura del libro de Job.  7, 1-4. 6-7

En aquel día, Job tomo la palabra y dijo:
"La vida del hombre en la tierra es vida de soldado y sus días, como días de un jornalero.
Como el esclavo suspira en vano por la sombra
y el jornalero se queda aguardando su salario,
así me han tocado en suerte meses de infortunio
y se me han asignado noches de dolor.
Al acostarme pienso: '¿Cuando será el dia?'
La noche se alarga y  me canso de  dar vueltas hasta que amanece"

Mis días corren mas aprisa que una lanzadera
y se consumen sin esperanza.
Recuerda, Señor, que mi vida es un soplo.
Mis ojos no volverán a ver la dicha.
Palabra de Dios.



SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 146

R. Alabemos al Señor, nuestro Dios.

Alabemos al Señor, nuestro Dios,
porque es hermoso y justo el alabarlo.
El Señor ha reconstruido a Jerusalén
y a los dispersos de Israel los ha reunido.R.

El Señor sana los corazones quebrantados
y venda las heridas.
Tiende su mano a los humildes
y humilla hasta el polvo a los malvados. R.

El puede contar el numero de estrellas
y llama a cada una por su nombre.
Grande es nuestro Dios, todo lo puede;
su sabiduría no tiene limites. R.
 



SEGUNDA LECTURA.
¡Ay de mi si no anuncio el Evangelio!
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios.
9, 16-19. 22-23

Hermanos: No tengo porque presumir de predicar el evangelio, puesto que esa es mi obligación. ¡Ay de mi si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por iniciativa propia, merecería recompensa; pero sino, es que se me ha confiado una misión. Entonces, ¿En que consiste mi recompensa?, consiste en predicar el Evangelio gratis, renunciando al derecho a vivir de la predicación.

Aunque no estoy sujeto a nadie, me he convertido en esclavo de todos. Con los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos. Todo lo hago por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
Palabra de Dios.



R. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestra debilidades
y cargo con nuestros dolores.
R. Aleluya, aleluya.


EVANGELIO.
V
 
Evangelio Lectura del santo evangelio según san Marcos. 
1, 29-39. 
 
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andres. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le enviaron a Jesús. El se acerco, y tomandola de la mano, la levanto. En ese momento se le quito la fiebre y se puso a servirles.

Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiño junto a la puerta. Curo a muchos enfermos de diversos males y expulso a muchos demonios pero no dejo que los demonios hablaran, porque sabían quien era el.

De madrugada, cuando todavía estaba muy obscuro, Jesus se levanto, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: "Todos te andan buscando". El les dijo: "Vamos a los pueblos cercanos para predicar también alla el Evangelio, pues para eso he venido".
Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.
Palabra del Señor.


ANTIFONA DE LA COMUNIÓN.
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicias, porque serán saciados.

                                                                                                                                    1 Jn 4, 16



 
 
MISAS ANTERIORES
REFLEXIONES
ANTERIOR
MISA SIGUIENTE DOMINGO
 

                         huflango@hotmail.com Correo Electronico       hgongora@helios.lci.ulsa.mx
 
MJC MARANATHA
NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA
VICARIA
CEC