La Nación
(Argentina) 4 de junio de 1998
Vargas Llosa: "Nunca he conocido a un
neoliberal"
Fin de siglo: invitado por la Fundación Libertad, habló en el Teatro Cervantes sobre los futuros desafíos de la democracia.
Fiel a los colores liberales que sostiene desde hace
años y consecuente con la bandera que agita desde las
páginas del diario El País, el novelista de
origen peruano Mario Vargas Llosa se encontró anoche con
el público argentino. "Es el único país donde las conferencias literarias, políticas, se dan ante auditorios tan numerosos", dijo el novelista, sobre el escenario del Teatro Nacional Cervantes. Frente a él, la sala repleta no perdía una palabra del discurso que iba delineando con soltura y elocuencia: "Fines de Siglo: Desafíos y Oportunidades". A Vargas Llosa se lo había visto horas antes junto a un puñado de intelectuales argentinos, durante el acto de apertura de una sede de la Fundación Bank Boston. Sin embargo, fue otra la fundación que lo trajo al país. Se trata de la Fundación Libertad, con sede en Rosario, que cuenta con la presencia del novelista como figura estelar por los festejos de sus primeros diez años de vida. |
La conferencia de anoche estuvo auspiciada por esa
entidad, en colaboración con la Escuela de Negocios de
la Cámara Argentina de Comercio. Sin prefijos El escritor defendió una y otra vez el liberalismo en sus distintas variantes: político, económico, cultural, aunque invalidó la noción de "neoliberalismo", a la que calificó como una "caricatura creada por los enemigos del liberalismo". "He conocido personas que son liberales -continuó-, personas que no lo son, pero nunca he conocido a un neoliberal", bromeó Vargas Llosa, antes de asegurar que decir neo, en este caso, es igual a decir pseudo, o falso. "El neoliberalismo es un chivo expiatorio al que le endosan todas las calamidades presentes y pasadas de la humanidad", dijo el novelista. ¿Quiénes son los enemigos de las sociedades liberales, según Vargas Llosa? Por cierto que entre ellos no cuentan "los anacrónicos vestigios del comunismo", diseminados por el mundo en refugios aislados y en camino a la extinción. Tampoco son de temer los partidarios del fascismo, cuya ideología autoritaria asoma en la retórica intolerante de algunos políticos europeos. En todo caso, más siniestros resultan los integrismos religiosos que dominan la escena política y social de vastas regiones de Africa y Asia: Libia, Sudán, Afganistán, Irán. Pero hasta estos gobiernos tienen los días contados. "El anacronismo de la ideología que profesan condena a esos mismos regímenes", aseguró. Peligro real Sin comunistas,
fascistas y fundamentalistas al acecho, el peligro real
que amenaza con cercenar la libertad en todas sus formas
viene de la mano de los admiradores de los
"autoritarismos eficientes", al estilo del
Chile de Pinochet y de varias economías del sudeste
asiático, en el pasado. |