MIGUEL ÁNGEL TRENAS MADRID. - En 1975 Mario Vargas Llosa pasó
ocho meses en la Republica Dominicana. Allí conoció de cerca lo
que había sido la era Trujillo y encontró material suficiente
para una novela, una idea que le rondó la cabeza todos estos años.
-¿Por qué Trujillo?
-Hay temas y personajes que se te imponenn. Imagino que también
tiene que ver en la elección mi experiencia personal. Tengo 63 años
y he pasado dos terceras partes de mi vida bajo dictaduras. Quizá
Trujillo sea la encarnación extrema de lo que es una dictadura
militar totalitaria. Ejerció un control político absoluto sobre
el conjunto de la sociedad. Controló las personas, las
conductas, las conciencias, hasta los sueños. Todas las
dictaduras son crueles y sangrientas, pero la de Trujillo fue
emblemática.
-¿Cuánto hay de ficción?
-Es un libro que utiliza materiales históóricos, pero que no
novela la historia. El elemento de ficción es mucho mayor que el
documentado. Incluso los personajes reales se tratan con absoluta
libertad. Considero, con Balzac, que la literatura es la historia
privada de las naciones, nos muestra lo que la historia no puede
contar: los deseos, los temores, las pasiones, el mundo íntimo y
secreto que forma parte de la historia y ese es el material de la
novela.
-¿En qué se implica el autor?
-He vivido en muchas dictaduras y otras llas he conocido de cerca,
y esta es una experiencia que he volcado en el libro, incluso
inconscientemente. Como autor me siento solidario con todos los
personajes, el más entrañable es Urania, pero al final me quedo
con todos, con todos he intimado en esos tres años y pico en los
que he trabajado en el libro.
-¿Urania es el único personaje no contamiinado?
-No, hay muchos más, aunque resultara muyy difícil no formar
parte del régimen viviendo allí. Estaban los cómplices
convictos y confesos y los que no podían hacer otra cosa. Como
muchos otros dictadores, Trujillo tenía una capacidad especial
para sacar lo peor de las personas. Tenía un olfato
extraordinario para conocer los puntos débiles, por dónde
flaqueban, cómo seducirlas, corromperlas y convertirlas en cómplices.
Era un gran encantador de serpientes. Él utilizaba todas las
armas, y llegó a jactarse de no haber utilizado nunca la
violencia de manera gratuita, algo por otra parte muy relativo.
Cuando podía, compraba a la persona y, si no había otro
remedio, la mataba.
-Da la sensación de que Trujillo fue más coherente que sus
leales.
-Sí, ocurre siempre. Los colaboradores, llos cortesanos tienen
que ofrecer unas demostraciones de lealtad, de servidumbre que
les lleva a una abyección a la que no está obligado el
dictador.
-Estamos ante una novela sobre el poder, que enseña que el ser
humano es básicamente corrompible.
-El poder es el protagonista abstracto deel libro y no debemos
olvidar, aunque no nos guste, que Trujillo es un ser humano al
que el poder absoluto convirtió en un monstruo que convertía
todos sus deseos en realidad al instante y al que nadie pedía
cuentas. Los excesos del régimen son consecuencia de ese poder
absoluto.
-Sorprende que los conspiradores actúen mmás por razones
personales que ideológicas.
-No en todos los casos, había una mezcla de sentimientos en sus
motivos.
-Entre los cómplices aparece Estados Uniddos.
-Sí, Estados Unidos y la Iglesia católicaa fueron los dos
grandes pilares de la dictadura en su origen y se sirvieron de
ella durante buena parte de esos 31 años. Al final vieron que
Trujillo era un estorbo y que sus crímenes resultaban
intolerables y empiezan a colaborar con la oposición y los dos
pilares se convierten en adversarios y contribuyen a su caída.
Estados Unidos tuvo una responsabilidad muy grande en los orígenes.
Fueron los años de la guerra fría en los que la política
norteamericana está dictada en función exclusiva del
anticomunismo y basada en la idea ingenua de que los dictadores
eran una mejor defensa frente al comunismo que los gobiernos
democráticos. Algo que empieza a cambiar con Kennedy.
-¿Qué papel tiene la literatura?
-Tiene una función difícil de demostrar, que consiste en
desarrollar una conciencia crítica frente a la realidad, frente
a la sociedad y frente al poder. La literatura estimula la
imaginación y demuestra que la realidad está mal hecha, que es
incapaz de satisfacer nuestras ilusiones y nos convierte en
ciudadanos críticos frente al mundo en que vivimos, es un motor
de progreso que crea ciudadanos díscolos, es una trinchera de
libertad.
-¿Por qué le ha costado tanto trabajo esccribir esta novela?
-El tema era muy amplio y el protagonistaa, el conjunto de una
sociedad que me era ajena. Había dificultades técnicas, de
lenguaje, y la gran satisfacción es haberla terminado. La novela
exigía un gran cuidado con la forma, despersonalizar la
historia, no caer en estereotipos y maniqueísmos, evitar la
caricatura que mata la credibilidad. Espero haber conseguido dar
frescura.