Nunca me gustaron los protagonismos y detesto hablar sobre mí en un lugar que es para ustedes, pero en vista de los numerosos mensajes preguntando quién o quiénes son los autores de este cyber-rincón, no me queda otra alternativa.

La autora de este espacio es un proyecto de poetisa nocturna. Proyecto porque aún me falta mucho camino para llegar a la fuente de Hipocrene.

Nocturna porque generalmente la musa me visita cuando "los metales azules", como decía Neruda, tapizan el cielo.

Amo los unicornios porque representan la espiritualidad que muchos han extraviado; creo en la magia de los gnomos, en el azul celeste de la vida, en la amistad como el mayor tesoro que se pueda poseer.

Creo que todos tenemos un Melquíades, ese personaje esencial de la novela de Cien Años de Soledad del Gabo; y que el Lobo Estepario, de Hermann Hesse, también nos acompaña, de vez en cuando.

Al igual que muchos de ustedes me consume en la pasión ver como se desliza una gota de lluvia; pisar las hojas secas en otoño; sentir el viento acariciar mi rostro mientras cabalgo o cuando una luciérnaga me brinda su luz.

Me gusta adivinar qué le dicen los ríos a las piedras y el por qué las rosas, pese a su belleza, son tan efímeras.

Amo a mi perrita Cocker Spaniel, Jazz, por disipar mis tristezas y mi soledad.

Mis amigos, esos que siempre están allí a pesar de las distancias, me han bautizado como la "andariega latinoamericana". Tengo siete años fuera de mi amado país, Venezuela, husmeando en el acontecer de la región. He vivido guerras, estallidos sociales y un sin de eventos que no vienen al caso contarlos aquí.

Soy adicta a Pablo Neruda, a Mario Benedetti, a Rabindranath Tagore y como dijo Jorge Luis Borges "que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullece las que he leído".

¡Sean todos bienvenidos al Rincón!.