ROMULO GALLEGOS: MEXICO Y CUBA, DOS NOVELAS
Como novelista, Gallegos sentó los principios estéticos del regionalismo
hispanoamericano. En sus novelas hay una comprometida confrontación, una
fiera lucha, entre la barbarie y la cultura, la civilización misma.
En diciembre de 1947 es elegido Rómulo Gallegos a la presidencia de Venezuela
por un período legítimo de sólo 11 meses al ser derrocado por un golpe
militar en noviembre de 1948. Después de un corto período en la cárcel se le
envía al exilio, llegando a Cuba el 5 de Diciembre. El país le dispensa
una calurosa bienvenida; el pueblo cubano honraba a una personalidad
singular, maestro, político y escritor.
Su presencia llena de orgullo a la nación gobernada en ese entonces por
un gobierno civil democrático. Como hábil escudriñador de realidades,
en pocos meses, el novelista comienza a recoger datos de las particulares
circunstancias cubanas de aquel entonces. Su novela cubana, LA BRIZNA DE
PAJA EN EL VIENTO, uso como tema central la desviación hacia el
pistolerismo de parte del estudiantado cubano después del derrocamiento del
dictador Machado.
A la huida de éste hubo jovénes que no pudieron adaptarse a la paz, se
habían enviciado en la tensión que representa el peligro de jugar con la
vida y con la muerte. Tremendas contradicciones entre ideales de justicia
social y manifestaciones de caudillismo y totalitarismo político que han
durado hasta nuestros días y fueron producto de esa etapa que tan bien
narró el novelista venezolano.
Principales personajes en la novela cubana de Gallegos son Justo Rigores
"El Caudillo", excombatiente de los grupos de acción anti-machadistas,
adherido a la Universidad y en el que no existía ya espíritu ni propósito
noble y justiciero; Juan Luis Marino, hijo de guajiros honrados que ingresa
en el centro de estudio creyendo en el necesario sacrificio. Rigores se
propone usar con fines bastardos el ansia de justicia y la sed de
sacrificio del estudiante guajiro.
Hijos de la realidad cubana surgen en la novela un buen número de personajes;
la rumbera Clorinda, que vuelca en la Santería sus confusas aspiraciones
sentimentales; el Profesor Rogelio Lucientes y los Azcarate, familia
latifundista entre cuyos miembros se destaca Florinda, de quien Juan Luis se
enamora, a este le corresponde en la novela el título "brizna de paja en el
viento".
El autor en su novela cubana insiste en la eterna lucha entre el bien y el
mal. Como en todas sus novelas, al final triunfa el bien quedando el
idealismo del Profesor Lucientes como un símbolo de renovación.
LA NOVELA MEXICANA
Durante su exilio en México, en la misma forma que lo había tratado en
Cuba y otros países que visitó, sus autoridades y pueblo en general
hubieron de entregar a Rómulo Gallegos el reconocimiento pocas veces
dispensado a un político extranjero, buenos amigos mexicanos contribuyeron
a este merecido honor. Numerosas conferencias en universidades del país
elevaron su figura no sólo ante la élite política que lo consideró
uno de los suyos, sino ante la juventud mexicana que llegó a admirarlo en
toda su dimensión intelectual y humana.
Algunos de los estudiosos de las obras galleguianas han mostrado un
cierto sentido de misterio por la cancelación en varias ocasiones de su
última novela sobre la realidad mexicana, LA BRASA EN EL PICO DEL CUERVO,
pospuestas según conocedores por sentirse entraba de lleno dentro de temas
y conflictos mexicanos relacionados con la Reforma Agraria en aquel entonces.
La obra finalmente fue publicada después de su muerte, su novela expone de
nuevo la lucha encarnizada entre la civilización y la barbarie, esta vez
en la cotidiana experiencia del campo mexicano. Al igual que otros
personajes en sus narraciones como Marcos Vargas o Demetrio Montiel, los
Orozcos y los Gracian estos vuelven a brotar, esta vez en los campos
agrícolas y haciendas de Michoacán y Morelia.
El autor reafirma lo que había observado en Cuba y otros lugares: que la
realidad de Venezuela, con alguna que otra variante, era la misma que la del
resto del continente. Gallegos se da cuenta que somos el todo de un mismo
drama, realidad tan cruda y atropellada que a veces desborda la capacidad
y la fe de nuestros sufridos pueblos. En muchas de sus novelas, el escritor,
con su visión magisterial, civilista y paciente, sueña a través de sus
personajes en la realización de grandes obras. Una y otra vez trata de
ordenar el caos.
Reinaldo Solar, uno de los personajes de su novela EL ULTIMO DE LOS SOLARES,
despierta una mañana para darse cuenta que la hora de los suyos ya ha
pasado. A ratos se excita ante una aparente posibilidad de un despertar
nacional, pero la euforia revolucionaria carece de continuidad. Se espera
más en "un milagro" que la ardua tarea de todos los días. Carencia de
una voluntad paciente.
En la novela, Reinaldo, que llega de un inútil y largo camino, escucha de
una nueva revolución en marcha y exclama.. "Este mal es incurable, está en
la sangre, somos incapaces para la obra paciente y silenciosa. Queremos
hacerlo todo de un golpe por eso nos seduce la forma violenta de la
revolución armada. La incurable pereza nacional nos impulsa al esfuerzo
violento capaz del heroísmo, pero rápido, momentáneo. Todo o nada! Pueblo
que sabe arriesgar la vida, pero que es absolutamente incapaz de consagrarla
a una empresa tesonera. Al fin nos quedamos sin nada".
En la novela y a pesar de la contradicción, Reinaldo se lanza a la
lucha armada. Como un espejo de nuestras realidades. Se quedará sin nada!
El privilegio de contribuir a hacer historia no pertenece tan solo a los
revolucionarios como muchos en nuestras agobiadas sociedades parecen creer.
Un hombre de moderación, de sentir pacífico puede influir enormemente
en el destino de su pueblo. Es el caso del novelista, maestro y político
venezolano Rómulo Gallegos, una de las más recias y conocidas figuras del
criollismo latinoamericano.
En sus obras describió costumbres, tradiciones y el duro bregar del hombre
en el medio donde existe. Una de sus reconocidas novelas, DOÑA BARBARA (1929),
que le hicieran famoso internacionalmente, traduce en expresión aquel
símbolo de barbarismo que Venezuela sintió debía de llegar antes del
despertar de sus ansias dormidas de liberación. En sus novelas CATACLARO,
EL FORASTERO, LA TREPADORA, POBRE NEGRO, CANAIMA, REINALDO SOLAR, la fuerza
de la jungla,la guerra civil, el poder del salvajismo y la lucha del hombre
ante la naturaleza humana son temas centrales.