FABULA DEL MORROCOY Y EL VENADO
El Venado Corredor,
La apuesta fue muy sencilla:
El Morrocoy aceptó
Y dijeron los peritos:
Y entre aplausos y entre gritos
De San Franciso, colmado
Pero nadie había notado
¡Venado era un aereolito!
-¡Esto es un robo!, gritó
Moraleja:
F.V.
Andrés Eloy Blanco. "Humorismo". Ediciones Centauro 76. Caracas, Venezuela,
1976.
Esteves por sobrenombre,
a un tiempo venado y hombre,
escopeta y cazador,
el Venado, sí señor,
que es una línea en un Pool,
apostó antier su baúl,
cien bolos y una ponchera,
a que ganaba en carrera
con El Morrocoy Azul.
cuatro cuadras, que en verdad
vienen a ser la mitad
de la mitad de una milla;
montado sobre una silla,
Monengue, el Juez de llegada,
les daría la largada
con el sistema australiano
del batir mano con mano,
gritar: -¡Raspen!- y más nada.
y al correr con el Venado,
palmo a palmo y lado a lado:
sin vacilar se prestó,
y el Venado murmuró,
cuando el Morrocoy convino,
muy contento y muy ladino,
porque el Venado es vivote:
-¡A un Morrocoy del cipote
-lo raspo yo como a un chino!
Hora: diez de la mañana;
pista: vuelta a la manzana,
cruzando por Pajaritos.
de élite y camuchina,
con una voz cristalina,
mostrando a los dos rivales,
gritó Augustico Gonzales:
-¡Señores! ¡En esta esquina!
hacia Pajáritos "full",
salió el Morrocoy Azul
corriendo con el Venado.
que en San Francisco quedaba
otro morrocoy que estaba
ayudando a su pariente
y era un poco diferente,
por la concha colorada.
Morrocoy, que no es perplejo,
entró a un bar, junto a Camejo
y se pegó del roncito;
y al llegar, furioso grito
dio en San Francisco El Venado,
pues, orondo y apurado,
frente al juez de la silleta,
cruzaba antes que el la meta
el Morrocoy colorado.
el Venado enardecido;
y el Morrocoy, muy cumplido,
preguntó: -¿Robo, "pur cuá"?
y al tranquilo morrocuá,
Venado de esta manera
gritó: -¡Mi morrocoy era
azul y usted colorado!
-¡pero es que estoy sofocado,
compadre, por la carrera!...
Nunca apuestes el baúl,
si el Morrocoy es Azul.
El Morrocoy Azul - 16-2-1946