*LEON FELIPE Y WALT WHITMAN
Pia Sánchez
A pesar de que Walt Whitman y León Felipe no son poetas contemporáneos,
ni siquiera coterráneos, me resulta casi imposible recordarlos
individualmente, pues la traducción que hace León Felipe del CANTO A MI
MISMO a nuestra lengua castellana logra superar con gran ventaja
cualquier otra traducción hecha de éste, mostrándonos, con la misma
fuerza poética del original: la pasión, sensibilidad y orgullo de
Whitman.
No cometeré el error de tratar de hacer una biografía (ni siquiera un
resumen biográfico) de Whitman, pues como dijera León Felipe:
"El gran vitalista no tiene biografía. Ni autobiografía tampoco. Su
verdad y su vida no están en su prosa, están en su canción.
El canto a mi mismo es su verdadera autobiografía (y la tuya también, o
no es absolutamente nada)".
Si alguien quiere conocer al gran poeta americano, no tiene mas que
acercarse a su única obra: Hojas de hierba.
Además de la magistral traducción del CANTO A MI MISMO, León Felipe nos
regala en el prólogo nueve poemas en los que presenta a Whitman como un
poeta revolucionario y heroico, que va en contra de las absurdas leyes
de los hombres y de esa desigualdad humana de su época que continua
vigente en nuestros días.
León Felipe y Walt Whitman son poetas que cantaron individualmente a
sus patrias y por el cese de las injusticias y las hipocresías
políticas, cabe ahora preguntarse ¿Cuántos de nosotros realmente los
escuchamos?.
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Canto a mi mismo.
Walt Whitman.
Traducción y prólogo de León Felipe.
Editorial Losada.
Del prólogo
I
¿ES INOPORTUNA ESTA CANCIÓN?
Ahora...
cuando el soldado se afianza bien el casco a la cabeza,
cuando el arzobispo se endereza la mitra,
cuando el retórico saca de nuevo el cartabón para medir su madrigal;
ahora...
cuando el político y el sociólogo,
el filósofo y el artista
viran hacia la derecha porque parece que va a ganar el tirano,
muchos pensarán que acuñar este poema en español es un mal negocio,
una hazaña sin gloria,
un gesto inoportuno y peligroso.
No sé si será peligroso
Pero no es inoportuno.
¿Es inoportuna esta canción?
"Con estrépitos de músicas vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan solo para los victoriosos
Sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan.
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron en el mar y por los que perecieron
ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes
vencidos!
Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes mas
grandes de la historia."
¿Quién ha dicho que esta no es la hora?
Si, esta es la hora.
Esta es la hora de transbordar las consignas poéticas eternas;
de trasvasar de un cuenco a otro cuenco las genuinas esencias de los
pueblos;
de llenar las copas de nuestros viejos alfareros
con vinos de otras cepas y de otros lagares,
con vinos del norte y del sur...
La mejor hora para brindar por el hombre de otras canciones y de otras
latitudes, trasladadas a nuestro discurso.
Y ¡que alegría cuando sentimos que estos sumos extraños son nuestros
también,
que nada le viene áspero ni amargo a nuestro paladar!
(¡Que alegría cuando yo averiguo que en mi pentagrama cabe la canción
del cuáquero y del chino, y que el amplio sombrero tejano me sienta tan
bien como el viejo chambergo de Castilla, que es el mismo sombrero con
mas órbita!)
¡Que alegría cuando nos damos cuenta de que los pueblos están tan cerca
unos de otros al través de sus poetas!
¡Que solo la política separa a los hombres:
los cabildos y los consejos!
Un día cuando el hombre sea libre, la política será una canción.
El eje del universo descansa sobre una canción, no sobre la ley.
Cantan las esferas.
¿No habéis oído hablar de la canción de las esferas?
Y ¿Es inoportuna ahora esta canción?.
II
WALT WHITMAN
¿Es inoportuno, amigos y poetas americanos y españoles, que yo os
congregue aquí ahora y os traiga conmigo al viejo camarada de Long
Island?
No. Esta es la hora mejor.
Ahora...
cuando avanza el trueno para borrar con trilita la palabra libertad, de
todos los rincones de la tierra,
cuando el hombre ha perdido su airón y su bandera
y todos somos reses marcada entre vallados y alambradas,
quiero yo presentaros a este poeta de cabaña
sin puerta frente al camino abierto,
a este poeta de halo, de callado y de mochila;
ahora...
cuando reculan frente al odio el amor y la fe
quiero yo presentaros con verbo castellano, y en mi vieja manera de
decir,
a este poeta del amor, de la fe y de la rebeldía.
Aquí está. ¡Miradlo!
Se llama Walt.
Así lo nombran
el viento,
los pájaros
y las corrientes de los grandes ríos de su pueblo.
Walt es el diminutivo de Walter (Gualterio en castellano).
Mas bien es la poda del patronímico hasta el monosílabo simple,
onomatopéyico y gutural: Walt.
III
DIOS LE LLAMA WALT
Se apellida Whitman.
Pero Dios le llama Walt.
No tiene familia.
Es hijo de la tierra mas que de la sangre, como todo norteamericano
legítimo. Que en esto se diferencia del europeo. Y en esto se diferencia
también el pionero del conquistador.
No tiene genealogía.
Y en esto se diferencia del hebreo.
No acarrea su sangre desde Adán, por una atarjea de nombres empalmados,
pero es tan adámico como Isaias.
"Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí de esta tierra y
de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres, hijos de esta tierra y de estos vientos también".
No dice el nombre de sus padres ni de sus ancestrales.
Le basta con saber que todos fueron hijos, como él, de la tierra y el
viento,
de esta tierra y este viento de América.
Ahora es necesario señalar esto bien.
Su nombre telúrico y adámico es Walt.
Walt, Walt, Walt...
le dicen el gavilán,
la tempestad
y las olas del mar entre las rocas de la playa...
Llamadle Walt vosotros también.
Yo le llamo Walt...
Dios le llama Walt.
VIII
LA GRAN SINFONIA
El Canto a mi mismo es le momento mas luminoso de Walt y en él están
contenidos su doctrina y su mensaje.
Tal vez el tono mas elegíaco se desarrolle después en las canciones de
la muerte de Lincoln;
acaso el grito lírico mas limpio sea "Out of the cradel endlessly
rocking",
y la llamada mística esté mas alta y mas clara en la canción de El
camino abierto.
Pero el Canto a mi mismo (Song of Myself) es su gran poema polifónico.
Es una sinfonía donde no falta ningún instrumento, ninguna voz,
ningún paisaje...
De aquí la prolijidad de sus letanías y de sus inventarios.
Tiene que pasar lista al mundo y preguntar muchas veces: ¿están todos?
¿Están los animales?
¿Están los árboles
¿Están todas las razas?
¿Está el hombre,
está la mujer,
está el niño,
esta el adolescente?
¿Falta algún personaje?
¿Falta alguna escena donde la vida y la muerte levanten su tinglado?
¿Están los astros?
¿Está el sapo, la hormiga y el guijarro?
¿Se me ha olvidado alguna isla?
¿Han llegado los músicos? ¿Han llegado todos los músicos?
¿Están las trompas?
¿Están los violines y los pájaros?
¿Está Jehovah el timbalero?...
¡Pues a empezar!
porque de todos,
de cada uno y de todos,
y de mi mismo, sale esta canción...
¡A empezar!
Del Canto a mi mismo
1
Me celebro y me canto a mi mismo.
Y lo que yo diga ahora de mi, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tu
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.
Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de para en par las puertas a la energía original de la naturaleza
desenfrenada.
18
Con estrépitos de músicas vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan solo para los victoriosos,
sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan!
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre, por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron el la mar,
y por los que perecieron ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes
vencidos!
Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes mas
grandes de la Historia.
20
¿Quién va allí?
Grosero, hambriento, místico, desnudo... ¡quién es aquél?
¿No es extraño que yo saque mis fuerzas de la carne del buey?
Pero ¿qué es el hombre en realidad?
¿Qué soy yo?
¿Qué eres tú?
Cuanto yo señale como mío,
Debes tú señalarlo como tuyo,
Porque si no pierdes el tiempo escuchando mis palabras.
Cuando el tiempo pasa vacío y la tierra no es mas que cieno y
podredumbre,
no me puedo para a llorar.
Los gemidos y las plegarias adobadas con polvo para los inválidos;
y la conformidad para los parientes lejanos.
Yo no me someto.
Dentro y fuera de mi casa me pongo el sombrero como de da la gana.
¿Por qué he de rezar?
¿Por qué he de inclinarme y suplicar?
Después de escudriñar en los estratos,
después de consultar a los sabios,
de analizar y precisar
y de calcular atentamente,
he visto que lo mejor de mi ser está agarrado de mis huesos.
Soy fuerte y sano.
Por mi fluyen sin cesar todas las cosas del universo.
Todo se ha escrito para mi.
y yo tengo que descifrar el significado oculto de las escrituras.
Soy inmortal.
Sé que la órbita que escribo no puede medirse con el compás de un
carpintero,
y que no desapareceré como el círculo de fuego que traza un niño en la
noche con un carbón encendido.
Soy sagrado.
Y no torturo mi espíritu ni para defenderme ni para que me comprendan.
Las leyes elementales no piden perdón.
(Y, después de todo, no soy mas orgulloso que los cimientos desde los
cuales se levanta mi casa.)
Así como soy existo. ¡Miradme!
Esto es bastante.
Si nadie me ve, no me importa,
y si todos me ven, no me importa tampoco.
Un mundo me ve,
el mas grande de todos los mundos: Yo.
Si llego a mi destino ahora mismo,
lo aceptaré con alegría,
y si no llego hasta que transcurran diez millones de siglos, esperaré...
esperaré alegremente también.
Mi pie está empotrado y enraizado sobre granito
y me río de lo que tu llamas disolución
por que conozco la amplitud del tiempo.
32
Creo que podría volverme a vivir con los animales.
¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme.
No preguntan,
ni se quejan de su condición;
no andan despiertos por la noche,
ni lloran por sus pecados.
Y no me molestan discutiendo sus deberes para con Dios...
No hay ninguno descontento,
ni ganado por la locura de poseer las cosas.
Ninguno se arrodilla ante los otros,
ni ante los muertos de su clase que vivieron miles de siglos antes que
él.
En toda la tierra no hay uno solo que sea desdichado o venerable.
Me muestran el parentesco que tiene conmigo,
parentesco que acepto.
Me traen pruebas de mi mismo,
pruebas que poseen y me revelan.
¿En dónde las hallaron?
¿Pasé por su camino hace ya tiempo y las dejé caer sin darme cuenta?
Camino hacia delante, hoy como ayer y siempre,
siempre mas rico y mas veloz,
infinito, lleno de todos y lo mismo que todos,
sin preocuparme demasiado por los portadores de mis recuerdos,
eligiendo aquí solo a aquel que más amo y marchando con {el en un abrazo
fraterno.
Este es un caballo ¡Miradlo!
Soberbio,
tierno,
sensible a mis caricias,
de frente altiva y abierta,
de ancas satinadas,
de cola prolija que flagela el polvo,
de ojos vivaces y brillantes,
de orejas finas,
de movimientos flexibles...
Cuando lo aprisionan mis talones, su nariz se dilata,
y sus músculos perfectos tiemblan alegres cuando corremos en la pista...
pero yo solo puedo estar contigo un instante.
Te abandono, maravilloso corcel.
¿Para qué quiero tu paso ligero si yo galopo mas de prisa?
De pie o sentado, corro más que tú.
*León Felipe Camino fue un poeta español, cuya obra se caracterizó por un
tono de rebeldía. Este aspecto se reflejó en Versos y Oraciones del caminante
(1920-1929) y Drop a star (1933).
Entre tanto, las secuelas de la guerra civil y de su exilio en México, se
perciben en El Payaso de las Bofetadas (1938), Español del éxodo y del llanto
(1939), Ganarás la luz (1943), Antología rota (1947) y El ciervo (1958).
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