Aproximación al Monumento Megalítico de Dombate.
José Mª Bello Diéguez
El monumento megalítico de Dombate (municipio de Cabana, provincia de La Coruña), aunque próximo al mar, se sitúa en una pequeña llanura que se orienta hacia el interior, en el límite de una comarca (Soneira-Xallas) en la que también se alzan otros monumentos conocidos por la existencia de arte parietal, como los de Pedra Cuberta y Casa dos Mouros.
Su temprana presencia en la literatura arqueológica de manos de Murguía (1901) es continuada por Pérez Bustamante & Parga Pondal (1925), López Cuevillas (1959) y el matrimonio G. & V. Leisner (1959); en tiempos más recientes fue estudiado, sobre todo en sus manifestaciones de grabado, por García Martínez y Elisabeth Shee (1973), e incluido por esta última en su conocida publicación sobre el arte megalítico de Europa occidental (1981), en la que resume lo que hasta entonces se sabía del monumento.
La primera y hasta ahora única intervención arqueológica en Dombate, consistente en su parcial excavación, se llevó a cabo durante los veranos de 1987 a 1989. De los resultados, que revelan un panorama hasta ese momento inédito en el megalitismo de Galicia, resaltamos los siguientes aspectos:
A) La complejidad estructural del monumento visible:
El dolmen hasta ahora conocido, en el que los Leisner ya habían observado el arranque de un corredor, se reveló compuesto por una estructura megalítica de cámara poligonal ancha de siete ortostatos y corredor de tres tramos bien diferenciado en planta y en sección. La entrada del corredor apareció cerrada por una losa vertical a modo de puerta, sobre la que se apoyaba un amontonamiento de piedras que contribuía a cegar la entrada.
AmpliarLos ortostatos, alguno de los cuales alcanza notables dimensiones como la piedra de cabecera con 4,64x3 m., ven en ocasiones selladas sus uniones por el exterior mediante losas alargadas verticales, y se introducen en zanjas de sustentación que alcanzan profundidades de 150 cm. en el caso de la cámara y 70 cm. en el corredor. La roca meteorizada procedente de estas zanjas aparece formando una capa compacta y homogénea en el área adyacente exteriormente a la estructura megalítica, sellando un suelo antiguo.
El túmulo, de unos 24 m. de diámetro y 1,80 de altura, está formado por una masa de tierra oscura parcialmente recubierta de una coraza pétrea que se conserva particularmente bien en la zona frontal del monumento, con piedras planas depositadas horizontalmente señalando el perímetro tumular y piedras bien trabadas en la zona interior. La existencia de restos de coraza al lado de las losas de la cámara y corredor permite sugerir que en su momento aquélla pudo recubrir completamente el túmulo, y que éste no llegaba a ocultar la cámara sino que alcanzaba la altura del corredor, sobresaliendo la cámara del perfil de la masa tumular.
B) La superposición de monumentos:
Bajo el túmulo del monumento visible aparecieron los restos de un megalito de menor tamaño y complejidad, cronológicamente anterior, consistentes en una de las losas de la cámara, fragmentada, y el negativo de las restantes, así como abundantes restos de la coraza, cuyo perímetro se conservaba íntegro. Se trata de un monumento de cámara simple alargada y abierta, compuesta por nueve ortostatos, orientada al ESE, con dimensiones de 240x190 cm. El túmulo, de planta circular de 10,5 m. de diámetro, estaba cubierto en gran parte por una coraza de una sola capa de piedras no excesivamente imbricadas, cuya sección se conserva bien en uno de los testigos.
Se trata de la primera ocasión en que se manifiesta este fenómeno de sucesión de monumentos en el mismo emplazamiento ritual, con una absorción sustitutiva de la sacralidad funeraria que puede ser reflejo de un proceso de creciente articulación de las sociedades megalíticas.
C) Las estructuras de acceso a los monumentos:
Una ausencia habitual en los estudios acerca del megalitismo gallego era la de las referencias a la forma de entrada a los monumentos, cuyas cámaras y corredores aparecían en medio de la mámoa sin conexión estructural alguna con el exterior, lo que era una evidente contradicción dado el carácter de espacio sepulcral colectivo que se postulaba indiferenciadamente para toda manifestación tumular. Los dos monumentos de Dombate presentan soluciones diferentes para este problema:
a) En el monumento primitivo parece accederse a la cámara mediante un pozo o embudo situado frente a la abertura de entrada del pequeño megalito; al menos esto es lo que sugiere la inexistencia de ruptura de la coraza en la zona frontal, así como la aparición de un amontonamiento de piedras acumulado en la entrada a la cámara sobre un plano inclinado de fuerte pendiente.
b) En el monumento reciente la solución es más compleja, dándose una invaginación en planta de la masa tumular, que forma un pasillo o dromos entre la puerta del corredor y el exterior del túmulo, con los siguientes elementos desde la periferia hacia el interior:
- Una hilera de diecisiete pequeños ídolos in situ y tres más fuera de su posición original, formando el umbral de la estructura de acceso al monumento. Estos ídolos son similares a los aparecidos más débilmente contextualizados en otros megalitos gallegos de corredor, como los de Argalo, Parxubeira y Axeitos.
- Una zona de enlosado con lajas planas, de las que algunas estaban muy descolocadas de su posición original, que encuentra paralelos en algunos megalitos del Norte de Portugal (Chä de Parada 1 y Madorras).
- Una zona de paso formada por grava apisonada, que llegaba hasta el amontonamiento de piedras que cegaba la puerta del corredor.
La comparación de estas dos formas de acceso con la única bien documentada hasta ahora para Galicia, el megalito de Campiños 6 excavado por Fábregas y de la Fuente, sugiere un proceso de evoluci¢n temporal en lo constructivo hacia una creciente importancia de las áreas de entrada, que se hacen más evidentes y diáfanas a medida que los monumentos ganan en tamaño y complejidad, al tiempo que se presentan como depositarias de objetos simbólicos.
D) Las manifestaciones de arte parietal:
La excavación del espacio funerario del Dombate reciente puso de manifiesto la existencia de manifestaciones artísticas, tanto en grabado (parcialmente ya conocido anteriormente) como en pintura.
En lo que se refiere al grabado, existente tan sólo en la cámara, a los motivos levantados en su día por Shee y García Martínez debemos añadir nuevas líneas que los completan, dando lugar a nuevas apariciones del denominado "The Thing", con un total de siete representaciones frente a las tres conocidas hasta ahora, a la que se suman una serie de ondulados y al menos un círculo.
La pintura está presente en la totalidad de las losas de cámara y corredor, si bien en alguna de ellas tan sólo en forma de pequeñas trazas.
Lo conservado ofrece una compleja composición de conjunto, articulada en al menos dos registros horizontales separados por una banda roja festoneada de puntos rojos y negros que recorre cámara y corredor.
AmpliarEn el corredor el registro superior, cuyos escasos restos se conservan parcialmente tan sólo en algunas losas, presenta restos de zig-zags negros inscritos en dos rectas paralelas también en negro; estos zig-zags parecen recorrer el perímetro de cada losa enmarcando un espacio central cuyas representaciones, en el caso de haber existido, se han perdido.
El registro inferior viene caracterizado por nuevas bandas rojas que bajan, en sentido vertical y oblicuo, a partir del cuerpo de la horizontal, bordeadas de puntos rojos y negros al igual que en ésta, y en algunos casos en fila doble. En algunas losas discurren, en el espacio interno del panel inferior, zig-zags negros y ondulados rojos paralelos a las bandas rojas oblicuas.
AmpliarEn la cámara el registro superior se ha perdido, pero el inferior presenta, bajo la banda horizontal roja, una compleja retícula definida por líneas anchas rojas, procedentes de aquélla y festoneadas de puntos rojos y negros alternos, que se entrecruzan en retícula creando espacios celulares cuadrangulares, romboidales y poligonales, terminando hacia abajo en ocasiones en triángulos.
El registro inferior de la losa de cabecera es más complejo, pues tres líneas verticales lo dividen en cuatro paneles, cada uno con su correspondiente retícula.
En conjunto las pinturas se articulan en una composición fuertemente geometrizada, asimilable a otros ejemplos del norte de Portugal, Galicia y Asturias, permitiendo proponer la existencia de un grupo de arte megalítica noroccidental que amplía el área reservada para el Grupo de Viseu por Elisabeth Shee y que, al menos de momento, presenta características diferentes de las de otras áreas peninsulares.
Toda la pintura en rojo y negro fue realizada sobre una previa capa de imprimación blanca que alcanza en ocasiones espesores considerables. La aparición en el suelo de la cámara y corredor, durante la excavación, de masas de arcilla blanca, en algún caso con una cara lisa que presentaba trazos rojos y negros, permite sugerir la posibilidad de que originalmente estuviesen cubiertos también los intersticios de las uniones de los ortostatos, de forma que el interior del monumento presentase una capa homogénea de enlucido blanco posteriormente pintado con rojo y negro, convirtiendo en espacio plenamente artificial y humanizado lo que hasta ahora se suponía un espacio pétreo.
E) Materiales y cronología:
El pequeño monumento primitivo no proporcionó más material que una cuenta de piedra verde (posiblemente onfacita) toneliforme alargada. No contenía tampoco elementos orgánicos susceptibles de ser analizados mediante el C14.
El monumento reciente contenía abundante material depositado en una cierta secuencia estratigráfica. De lo más antiguo a lo más moderno aparecen: 1) trapecios y hojas de sílex, y cuentas de collar de azabache; 2) puntas de flecha de base triangular en cuarzo, sílex y sílice coloidal, con hachas pulimentadas y cerámicas lisas de formas globulares; 3) cerámicas de forma globular con borde en baquetón y otras de forma cóncavo-convexa carenada, ambas decoradas con impresiones de puntos en diversas sintaxis decorativas; 4) cerámicas campaniformes. De momentos posteriores existen cerámicas asimilables a la Edad del Bronce y a épocas medieval, moderna y contemporánea.
De este mismo monumento reciente fueron analizadas por el Dr. D. Fernán Alonso, del Instituto de Química Física "Rocasolano" (CSIC, Madrid) un total de trece muestras de carbón. La homogeneidad de situaciones estratigráficas y la coherencia estadística de los resultados permitió agrupar los resultados en cuatro "momentos", que vienen definidos cronológicamente por las medias ponderadas de sus correspondientes dataciones.
MOMENTO...DATACIONES................ MEDIA PONDERADA ....CALIBRACION A 2 SIGMA ...PROBABILIDAD
I .................CSIC 890 y 891. ..........4918+/-46 BP .................3789-3637 cal BC .............(1)
II ...............CSIC 893, 939, 940, .....4439+/-12 BP .................3100-3030 cal BC ...........(.91)
941, 942, 963 y 964.
III .............CSIC 892 y 948 .............4205+/-29 BP .................2817-2691 cal BC ...........(.78)
IV .............CSIC 962 y 1066 ...........4035+/-28 BP .................2589-2469 cal BC ...........(.97)
Para el momento 1 (muestras procedentes de la superficie del suelo antiguo enterrado bajo el túmulo) no estaba clara su correspondencia con el monumento reciente, proporcionándonos en todo caso un terminus post quem para la construcción de éste. Sin embargo, posteriores dataciones realizadas por AMS en la Universidad de Utrecht sobre una muestra carbonosa encontrada sobre el suelo artificial correspondiente a la primera utilización del interior de la cámara, resultaron coherentes con los resultados del CSIC, viniendo a reforzar la hipótesis de la construcción del segundo monumento de Dombate hacia el 4900 BP (primera mitad del IV milenio en años de calendario).
El momento 2 se refiere a la preparación y primeras utilizaciones del área ritual de entrada al monumento, con la hilera de ídolos.
El momento 3 identifica el cierre último de la puerta del corredor, tras la deposición de las cerámicas precampaniformes del nivel 3.
El momento IV, por último, puede asociarse a violaciones del monumento, quizá por parte de los primeros campaniformes.
Aunque no tenemos evidencias directas de la cronología de las manifestaciones artísticas de Dombate, sí podemos hacer algunas consideraciones. Así, por ejemplo, parece clara la anterioridad del grabado frente a la pintura, e incluso a la propia construcción del monumento, pues ortostatos que no parecen haberse desplazado de su posición original están tapando grabados de las losas adyacentes. Con respecto a la pintura, se puede afirmar su contemporaneidad con los primeros momentos de utilización del monumento reciente, o al menos con la deposición de puntas de flecha y cerámicas sin decoración; en consecuencia, no parece aventurado proponer para las pinturas de Dombate una datación de finales de la primera mitad del cuarto milenio, en fechas de calendario.
Asimismo es de justicia señalar y agradecer la dedicación a los trabajos en Dombate, todavía en curso, de Fernando Cebrián (Arquitecto Jefe de los Servicios de Arquitectura de la Diputación Provincial de La Coruña), César Menéndez (Dibujante de dichos Servicios), Fernando Carrera (Arqueólogo y Restaurador, de la empresa TOMOS SL, de Vigo), Fernán Alonso (Director del Departamento de Geocronología del Instituto de Química Física "Rocasolano", del CSIC), Benita Silva (Profesora Titular del Departamento de Edafología de la Universidad de Santiago), y Esteban Gómez (Maestro del Colegio Público de Zas).
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