Cuando asistí a los pocos meses de estar en Portugal a una reunión de los estados gerâis del PS, que se preparaba para enfrentar al PSD en las elecciones de 1995 escuché hablar al rector de la Universidad de Oporto, Alberto Amaral, lo único que le entendí fue el Pá! inicial de su discurso y nada más, pá! A los otros participantes entre los cuales estaba curiosamente hasta un futuro ministro llamado, Mariano Gago, se les entendía casi todo.
Con el tiempo tuve la oportunidad de asistir a una conferencia que daba Felipe González, el ex primer ministro español en el Instituto Superior de Estudos Empresariais de Oporto, sobre la situación de la Comunidad Europea y en la misma mesa también estaban cuatro personalidades más: el ex-presidente de Portugal, Mario Soares, Rui Guimarães, simpático director del ISEE, uno de los tantos directores que tuvo el diario O Público y el tal rector Alberto Amaral. En esta ocasión después de tres años de estadía en Portugal, vi a un Mario Soares, bastante recatado y moderado en un papel secundario, más con un discurso divertido y afectivo en relación al principal orador. Gocé escuchando las bromas y alguna dosis de demagogia de Felipe González sobre la Comunidad Europea, y sentí mis progresos en entender el portugués del rector Alberto Amaral, esta vez no dijo Pá, y en su breve historia de la universidad lo pude seguir claramente. Claro, que Felipe González se habrá quedado con su sonrisa de Topo Giggio, seca y fría, diciendo que entendía todo, pero estoy seguro que habrá estado como yo cuando por primera vez escuché hablar al rector de la Universidad de Porto, sólo que peor porque esta vez el rector no dijo pá! Lo irónico del caso es que después me enteré que Mario Soares hacía los mismos comentarios en su dificultad de poder entender el español de Isidoro, como se le conocía antiguamente a Felipe González. Decía que el español de Felipe no se dejaba entender como el de los otros españoles. V