Samuel Rimathe. Cronista fotográfico de Quilmes.

Abel Alexander

A la memoria de Enrico Lanza.

Introducción:

Confieso que mi interés puntual hacía la historia de la fotografía en Quilmes, nació el día que conocí a Enrico Lanza, un idealista y luchador incansable, cuyo objetivo más anhelado era inaugurar en su ciudad natal, el primer museo fotográfico en la Argentina.
A partir de aquella fecha inicié una serie de investigaciones, procurando identificar a los pioneros fotográficos de la antigua "Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de los Quilmes", como se llamaba hacia la época a estos pagos sureños.
Me fue de mucha ayuda, por cierto, los textos de historiadores locales, como José Abel Goldar y Oreste C. Ales, en especial de este último autor, quién me colocó sobre la pista del misterioso francés Bonnevide, hasta el presente, el primer profesional en instalar un atelier de retratos hacia junio de 1873.

Fue así como en abril de 1994, fui designado Director del Museo Fotográfico de Quilmes, oportunidad que aproveche, para presentar "Monsieur Bonnevide y la historia de la fotografía en Quilmes", obra en la que desarrollo esta actividad durante el siglo XIX.
Pero como toda investigación histórica que se aprecie, nunca se cierra del todo, descubrí tiempo atrás, la presencia en esta localidad y hacia fines de 1890, de un grande de la fotografía Argentina, el suizo Samuel Rimathé, por lo cual y en el marco apropiado de esta "2º Jornada Histórico- Fotográfica en Quilmes" presentamos este trabajo inédito.

Samuel Pablo Rimathé nació en la ciudad italiana de La Spezia en 1863, su padre Domingo y su madre Julia Bann eran suizos, y esta fue su nacionalidad por "Jus sanguinis", como era práctica en la época.

El 31 de agosto de 1888 arribaba al puerto de Buenos Aires la nave inglesa "Neva" procedente de Southampton, entre los pasajeros se encontraba el joven inmigrante Rimathé, quién declaró a las autoridades que era suizo, soltero, de religión protestante y como profesión indicó : "Artiste. Photographia".

Se puede decir que Rimathé fue un verdadero cronista gráfico de su tiempo, un europeo con una mirada incisiva y crítica ante la realidad argentina, documenta todo, pero a diferencia de otros profesionales pone un especial énfasis al retratar en su entorno natural a los desposeídos de la tierra, mendigos, atorrantes, lustrabotas o los trabajadores más humildes, en el caso de los aguateros, changadores, vendedores ambulantes.

Apunta su cámara frente a las grandes obras públicas de Buenos Aires, palacios y elegantes avenidas, pero se interna en los modestos mercados callejeros, el trabajo de los lecheros vascos o ingresa en los atiborrados conventillos donde se apiñaban los miserables inmigrantes que sueñan todavía con la América ubérrima.

Nada se escapa al objetivo de Rimathé, su atelier principal son las calles de la gran ciudad donde la dura realidad está muy lejos del decorado teatral donde se retratan los pudientes.

Instala un atelier y se promociona como "fotógrafo de vistas", pasando posteriormente a la calle Cuyo (actual Sarmiento) Nº 858 y 864, este local con dos entradas también funcionó como atelier de retratos fotográficos y pictóricos al óleo, pastel, acuarela y lápiz.

La producción de vistas argentinas realizadas por Rimathé a lo largo de varias décadas fue enorme, no hay cifras exactas, pero se calcula en varios miles, estas copias solían venderse a precios diferentes, teniendo en cuenta el tamaño, con o sin soporte de cartulina y en álbumes temáticos, en especial sobre Buenos Aires.

Fotografías de Quilmes:

En algún momento entre 1890 a 1900, probablemente hacia mediados de esa década, el suizo Rimathé tomó la decisión de documentar el pueblo de Quilmes, incorporando nuevas imágenes a su colección de vistas argentinas.

En tren de especulación, diremos que debió salir una mañana muy temprano de su estudio porteño para dirigirse a la estación Constitución, allí abordó un tren que 17 kilómetros después lo depositó en el centro de Quilmes.

No habría viajado solo, pues el volumen y peso del equipo fotográfico requería de un ayudante. En la historia de la fotografía de Quilmes, la actuación de Rimathé a fines del siglo XIX, se inscribe como la de profesional itinerante, que en una rápida visita buscó incorporar un nuevo pueblo cercano a Buenos Aires, en especial por el balneario que atraía a numerosos turistas. Dos décadas atrás Rudof Kratzenstein realizó una tarea similar.

Con relación a las fotografías de Quilmes tomadas por Rimathé, diremos que hemos hallado cuatro, aunque no descartamos que existan más de esta serie. Las encontramos hace varios años estudiando dos álbumes de este autor en la colección de Luis Priamo, pero lo interesante del caso, fue descubrir que dichos álbumes pertenecieron al estudio del suizo y sirvieron como muestrario para los clientes. Un tercer álbum se encuentra en el Museo de la Ciudad.

Estas cuatro fotografías son copias originales realizadas sobre papel albuminado y miden 15 x 21 cm. aproximadamente, forma parte de una serie especial editada por el taller de Samuel Rimathé durante la década de 1890; se encuentran numeradas como 390, 391, 392 y 393 y muestran otros tantos aspectos de aquel pueblo.

La 390 es un paisaje de tipo aéreo titulado "Quilmes - vista general"; nuestro fotógrafo debió subirse a una construcción de gran altura para realizar esta toma, seguramente desde la famosa "Cervecería y Maltería Argentina Quilmes", la empresa de Otto Bemberg y Cía., el imponente edificio de la izquierda pertenece a esta planta industrial y podemos apreciar un convoy ferroviario de carga cercano a la estación.

Con relación a la número 391, titulada "Quilmes y la Cervecería Argentina", consideramos que Rimathé cometió un error y corresponde a la imagen anterior o sea 390, probablemente también fue realizada esta toma de un alto edificio de la Cervecería, es un plano muy amplio y captura toda la edificación decimonónica del centro del pueblo.

"Quilmes - Plaza e Iglesia", corresponde a la clásica fotografía del centro del pueblo, lleva el número 392 y gracias a que Rimathé plantó la cámara en el centro de la calzada, podemos apreciar el empedrado desparejo donde traqueteaban los carruajes a caballo. Es una perspectiva de la actual calle Mitre, abarcando un costado de la plaza San Martín con sus faroles a gas y la iglesia, uno de los templos más antiguos de la provincia de Buenos Aires.

Finalmente la número 393 titulada "Quilmes - En la Plaza" es un registro más cercano, un paisaje urbano, donde se priorizan los árboles del paseo público y que enfoca el conjunto de la gran fuente de agua a las cuatro esculturas que se yerguen en cada esquina, complementadas por otros tantos faroles para su iluminación nocturna.
Como detalle interesante y para finalizar, nos detenemos en la única persona de esta escena, un caballero vistiendo traje claro y sombrero tipo hongo, tan de moda en la época, se encuentra de espaldas a la cámara, algo inusual y que nos lleva a pensar, ¿ será el mismo Samuel Pablo Rimathé fotografiado por su ayudante?, quizás nunca los sabremos, de hecho no se conoce hasta el presente ningún retrato suyo, pero, si de algo estamos seguros, es que su fugaz visita al pueblo de Quilmes nos dejó como testimonio estas amarillentadas fotografías, que a más de un siglo nos siguen conmoviendo.

Nota: Se agradece la colaboración de los señores Luis Priamo y Carlos Brega.

*** Registro de la propiedad en trámite. Todos los derechos reservados. San Miguel. 25 de agosto de 2003.

*** Abel Alexander. Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía.