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Astronomía en Colombia

 

© 2004. Carlos Andrés Carvajal T.
Astrónomo Autodidacta.


En Colombia no existen grandes registros sobre los conocimientos y estudios astronómicos realizados por nuestros antepasados y a diferencia de otras culturas americanas, no se encuentran rastros de construcciones monumentales realizadas con fines astronómicos. Las causas de la ausencia de elementos astronómicos no son del todo claras, pero dentro de ellas pueden estar: 1. las culturas precolombinas asentadas en estos territorios basaron sus construcciones en la madera, elemento que no perduró  por sus características físicas, 2. la destrucción ocurrida durante los tiempos de la conquista y la colonia, 3. la censura aplicada por la corona española a los escritos de los misioneros con respecto a las creencias y conocimientos indígenas, 4. el tipo de materiales utilizados por ellos para escribir sus trabajos y, finalmente, 5. la falta de apoyo estatal para el desarrollo de investigaciones en la materia. 

Antes de la conquista

Los primeros datos que se tienen sobre el conocimiento astronómico de los Muiscas, familia indígena de la zona central de Colombia, provienen de los escritos de Fray Pedro Simón que hablan sobre la estructura de los calendarios de la época; José D. Duquesne también realizó un análisis extenso de los calendarios Muiscas. En épocas modernas otros investigadores han estudiado la cosmogonía Kogi como Gerardo Reichel Dolmatoff.   

Como sucedió de manera independiente en todas las culturas primitivas, en Colombia las tribus precolombinas desarrollaron la observación astronómica como herramienta para la agricultura, de esta manera se sabe que los Muiscas tenían una matemática similar a las de otras culturas mesoamericanas; Dentro de sus creencias religiosas se encuentran dioses que representan claramente los astros como son Bachué, Bochica, Sue y Chía. Otras tribus como los Kogi que habitaron y habitan la Sierra Nevada de Santa Marta, manejan siete puntos cardinales, sumando las direcciones intermedias, el centro del mundo, arriba y abajo; han nombrado varias estrellas y diseñado su propias constelaciones como Uha (Pléyades), Nabshiya (Cinturón de Orión), Tarbi (Escorpión) entre otras. Los Emberá, habitantes del alto Baudó, poseen un calendario agrícola que coincide con su calendario ceremonial.

El infiernito Villa de Leyva

Aunque no hay acuerdo entre la comunidad arqueológica, se ha dado el nombre de Observatorio o Estación Astronómica de Saquenzipa, a un hallazgo realizado en 1847 por el geógrafo, coronel Joaquín Acosta en Villa de Leyva (Boyacá). Este consistió en una serie de columnas medio enterradas y dispersas por el valle.

Alexander Von Humboldt, es quien primero menciona la posibilidad de que estas ruinas hubiesen sido parte de una construcción con finalidades astronómicas. Durante muchos años estas ruinas cayeron en el olvido y en la depredación intencional o no de los pobladores del lugar. En 1981, el arqueólogo Eliécer Silva Celis inició las primeras investigaciones y excavaciones arqueológicas metódicas que mostraron una antigüedad de 2.880 BP, correspondiente a una ofrenda de maíz incinerado, sin embargo se cree que hallan sido erigidas durante el Periodo Herrera, es decir durante los primeros desarrollos agroalfareros en el altiplano. Es de notar que muchos estudiosos del tema consideran a este sitio también llamado el infiernito como un antiguo cementerio o como un centro de acopio de estructuras rocosas para construcciones sin ningún valor astronómico.

La Conquista y la colonia

Durante la conquista y colonización americana se realizaron muchos trabajos astronómicos cuyo fin primordial fue la orientación de la navegación y la precisa medición de la ubicación geográfica de los sitios colonizados. Desafortunadamente, antes de estas investigaciones se produjo la invasión y destrucción de la mayoría de los conocimientos astronómicos de los indígenas que con todo su derecho defendían sus tierras, creencia y cultura de los invasores.

Muchos de los trabajos en astronomía en América fueron realizados por estudiosos o trabajadores europeos que venían a investigar el nuevo mundo. La mayoría de observaciones se realizaron desde el campo abierto, campamentos, edificios oficiales y privados. Algunos de estos han quedado registrados como el eclipse lunar de 1578 observado desde Panamá por Juan Palomares; Los eclipses de 1578, 1582 y 1584 por Jaime Juan y el Doctor Farfán; el eclipse lunar, manchas solares, medición de posiciones planetarias y observaciones de las nubes de Magallanes por el astrónomo Alemán Georg Markgraf en 1638 desde Pernambuco. En Montevideo, Uruguay en el año de 1789 haciendo parte de la expedición científica de Malaespina en septiembre se instaló un observatorio provisional desde dos casas de la ciudad y desde allí se observó el tránsito de Mercurio del 5 de noviembre de 1789 por Alcalá Galiano, este mantuvo un "Diario Astronómico en 1789 - Montevideo". Sin embargo, solo fue hasta años después que se adquirió una estructura permanente con dos telescopios meridianos y un refractor Zeiss.

El 24 de mayo de 1802 se iniciaron las obras para la construcción del primer observatorio de América, su principal impulsor fue José Celestino Mutis quien al conocer los trabajos de Francisco José de Caldas a través de cartas enviadas a él por Von Humbolt encontró a la persona ideal para el desarrollo de este proyecto. La estructura se ubicó en lo jardines de la expedición botánica y su diseño fue una colaboración entre el propio Mutis y el constructor de catedrales Domingo Petres. Este observatorio fue utilizado principalmente para una astronomía puramente de observación más que una investigación profunda.

Con la muerte de Mutis en 1808, Caldas quedó como único director y realizó múltiples observaciones meteorológicas y astronómicas a partir de diciembre de 1805. En julio de 1810 durante las revueltas que dieron origen a la liberación de Colombia, Caldas permitía las reuniones de los patriotas y se vio forzado a dejar la investigación científica y comenzó a trabajar como ingeniero militar; con el grado de capitán, se dedicó a elaborar mapas y armas para el ejército. Caldas fue fusilado por el pacificador Pablo Morillo en 1816, constituyéndose en uno de los mártires de la revolución. La mayor parte de lo que quedaba de instrumentos del observatorio fueron robados o destruidos durante la guerra y fue prácticamente abandonado en 1814. Durante la época posterior a la independencia y hasta casi la mitad del siglo XX la historia de la astronomía en Colombia está estrechamente ligada a esta construcción. 

En 1823 llego a Colombia la Misión Boussingault, compuesta de cinco jóvenes científicos extranjeros, Boussingault, francés, químico de profesión, realizó en el Observatorio Astronómico observaciones meteorológicas. Esta comisión fue disuelta al cabo de pocos años. En 1827 el Observatorio quedó a cargo del literato y médico Benito Osorio quien continuó con algunos trabajos en meteorología. Entre 1828 y 1840 el Observatorio Astronómico estuvo a cargo sucesivamente del abogado Benedicto Domínguez quien publicó varios almanaques astronómicos, del político y militar Joaquín Acosta quien realizó medidas meteorológicas y del botánico Francisco Javier Matiz. En 1848 fue utilizado como aula de clases para ingenieros militares. En 1854 acaeció el golpe militar de Melo y con ello el Colegio Militar interrumpió sus labores. El Observatorio quedó abandonado y el gobierno la alquiló para usos particulares llegando a ser un salón de te. 

En 1859 se reanudaron las actividades y es nombrado director el ingeniero militar José Camilo Borda. Bajo este cargo dictó clases de matemáticas y publicó un almanaque. En febrero de 1862 el Observatorio fue ocupado por el ejército del General Leonardo Canal para servir de fortaleza a un cuerpo de tiradores que sostuvo un tiroteo contra la iglesia de San Agustín. En 1866 fue nombrado director el ingeniero militar Indalecio Liévano quien realizó observaciones de ocultación de estrellas y planetas por la Luna, calculó efemérides y realizó observaciones meteorológicas. 

Los trabajos astronómicos fueron nuevamente interrumpidos en Mayo de 1867, cuando se vio convertido de repente en prisión alojando como recluso al recién derrocado presidente Tomás Cipriano de Mosquera. Aunque se planeó asaltar la fortaleza por parte de los seguidores de Mosquera con el fin de rescatarlo, dicho asalto jamás llegó a realizarse. Mosquera estuvo recluido hasta el 22 de noviembre del mismo año cuando partió desterrado hacia el Perú. 

En 1867 el General Santos Acosta organizó la Universidad Nacional. En febrero del año siguiente el doctor Manuel Ancízar, en su carácter de Rector de la Universidad Nacional nombró a José María González Benito director del Observatorio Astronómico. González Benito realizó observaciones de estrellas variables y enseño meteorología, astronomía, paleontología y geología. Se publicaron seis anales del observatorio el primero de los cuales fue en 1882.

El siglo XX

Julio Garavito Armero se convirtió en director del Observatorio Nacional en 1891, y a pesar de la antigüedad y el estado de los instrumentos, se realizaron interesantes trabajos que incluyeron óptica, matemáticas, movimiento lunar, mecánica Newtoniana y relatividad. Bajo la dirección de Garavito, el Observatorio gozó de una gran actividad científica e investigativa. Las guerras civiles de finales del siglo XIX y comienzos del XX paralizaron las actividades de algunas facultades de la Universidad Nacional. En 1902, Garavito y otros intelectuales reorganizan la Facultad de Ingeniería, y el Observatorio Astronómico sirvió de salón de clases para la misma. Garavito murió en 1920 y el entonces presidente de la república Marco Fidel Suárez decidió encomendar el Observatorio a científicos extranjeros y solo el cubano Simón Sarasola se dedicó a las funciones eminentemente meteorológicas fundando el Observatorio Meteorológico Nacional. El local acabó por arruinarse y los escasos instrumentos y libros que quedaron después de la muerte de Garavito se extraviaron en parte y en parte se dañaron.

Julio Garavito Armero fue póstumamente honrado por la Unión Astronómica Internacional al colocar su nombre a un cráter de la cara oculta de la Luna. El Cráter Garavito se encuentra localizado a 48º de latitud sur y 157º de longitud este; tiene un diámetro de unos 80 Km. y se encuentra rodeado por un escarpado de unos 3.000 m con un fondo casi plano. Tiene dos cráteres satélites llamados Garavito Y y D.

Durante el mandato del Presidente Enrique Olaya Herrera, se expidió el decreto 1806 de 1930 mediante el cual reorganizó el observatorio y es nombrado como director el ingeniero Jorge Álvarez Lleras discípulo de Garavito. Posteriormente fue incorporado a la Universidad Nacional. Álvarez Lleras fundó la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales y creó además la revista del mismo organismo. Álvarez Lleras presentó renuncia a su cargo en 1949 y en su reemplazo fue nombrado como director el ingeniero Belisario Ruiz Wilches . Bajo su dirección se construyó el Observatorio de la Ciudad Universitaria en 1952 con un telescopio refractor apocromático de 4 elementos de 20 cm. de abertura y 3 metros de distancia focal.

En la ultima década del siglo XX si bien no se ha desarrollado un programa profesional de astronomía, el país cuenta con varios observatorios astronómicos de calidad como los de universidades (Nacional, Nariño, Sergio Arboleda, Manizales, entre otros) y colegios que realizan trabajos de investigación y sobretodo de difusión del conocimiento astronómico. Se esta proponiendo la conformación de una asociación aeroespacial que esta en ciernes.

Siglo XXI

Comenzando este nuevo siglo se realizó el primer experimento de lanzamiento de un satélite ensamblado en Colombia (cube Sat) por el Observatorio de la Universidad Sergio Arboleda, y se ha reconocido ampliamente los trabajos de astronomía observacional realizados por el Observatorio de la Universidad de Nariño.

La Astronomía Aficionada.

En el año 1981 durante el Primer Encuentro Nacional de Astronomía, organizado por la asociación Colombiana de Aficionados a la Astronomía, ACAFA, cuya cabeza era Kevin Marshall, se aprobó el proyecto para la construcción del Planetario de Medellín. Las obras se iniciaron el primero de marzo de 1983 y se concluyeron en septiembre de 1984. Durante los años ochenta y noventas se crean otros grupos de aficionados como  Antares, ACDA, ASTROSENECA, ASAC, ASAMA, ASAFI, ASTRONAL. Planetario UTP, Club Carl Sagan, URA, Pléyades y otros.

En 1995 el I Encuentro Nacional de Astronomía se propone la creación de una asociación nacional de grupos de astronomía, concretándose en 1997 el Encuentro de Barranquilla, pero sólo fue hasta 1999, que se creó la Red de Astronomía de Colombia.

En los ultimo años de la década de los noventa se presentó un gran auge de la astronomía aficionada que a favorecido el interés de instituciones educativas para el desarrollo de la infraestructura física y de personal de observatorios en Universidades y Colegios de todo el país.