La historia del manejo de las armas corre paralela a la propia humanidad. El hombre ha tenido la necesidad desde su origen, de inventar armas de madera, piedra y más tarde, de metal. Usadas para cazar, o combatir entre tribus o naciones. Entre todos los pueblos, el estudio del manejo de las armas tomó inmediatamente un lugar importante. Veinte siglos antes de nuestra era los chinos ya tenían sus propios maestros de armas. De acuerdo a registros arqueológicos se puede afirmar que en Egipto, la esgrima surgió cuatro siglos antes que los juegos olímpicos de Grecia antigua, tal como lo prueba un bajo relieve encontrado en el templo Medinet-Abou (Alto Egipto) construido por Ramsés III en 1190 A.C. en el que se aprecia una competición: las armas son botonadas, las manos protegidas por un guante similar a los usados en sable. algunos esgrimistas tienen la cara protegida por una máscara. El juez y organizadores son reconocidos por plumas que los diferenciaban. Por su parte, los romanos no solamente los gladiadores, sino también los legionarios eran instruidos en técnicas de luchas por los "Doctores Armorum". Los más hábiles recibían doble ración u otros beneficios. Entre los pueblos que entran a la historia al inicio de la Edad Media. el manejo de las armas, de forma más o menos acertada, tenía una gran importancia Y no solamente para las guerras sino también para resolver problemas personales o duelos judiciales, cuyo origen se atribuye a los pueblos escandinavos y germanos, los cuales rendían homenaje a la espada denominada "ESKERMIE" . En estas civilizaciones hasta los propios reyes se sometían a duelos Con la caída del Imperio Romano, las tribus Germanas que habían conservado en gran parte sus costumbres se distribuyen por toda Europa. El duelo se desarrolla en conjunto con la Cristiandad, admitiéndose como prueba material de los "Designios de Dios", práctica que continuaría durante toda la Edad Media como parte integrante de la caballería. El surgimiento de la protección mediante malla de metal, genera una esgrima singular, sobretodo cuando esta malla se suma a las armaduras lisas, compuestas por por placas de hierro, cuya fabricación se perfeccionaría en el siglo XVI. Esta esgrima consistía en derribar y romper estas armaduras con pesadas armas, creándose armas especiales para penetrar las juntas y atravesarlas. Es por esto que aparece la espada de dos manos: era pesada con la finalidad de romper lo miembros a través de la coraza. El documento más antiguo data de 1410, donde evoca la necesidad de abatir al adversario por todos los medios. Durante mucho tiempo la esgrima fue sin habilidad, reinando la fuerza bruta. Con el progreso de la civilización y las guerras, las armas y los métodos de combate se perfeccionaban, es entonces que se descubren las ventajas de la habilidad y astucia sobre la fuerza. En el siglo XVI se produce un fenómeno totalmente innovador en el panorama de la esgrima. Descubierta la pólvora por los europeos se perfeccionan las armas de fuego, que resulta muy útil a la esgrima, contrario a lo que se piensa, al hacer las armaduras obsoletas. La esgrima moderna tiene su punto de partida en España, en 1474 con los españoles Pons y Pedrós Torres que escribieron los primeros tratados deportivos. En este punto se mantiene estacionado, un tanto teórico, hasta mediados del siglo XVI, luego se desarrolla en Italia, y es estudiada como ciencia exacta, expandiéndose a toda Europa. En el siglo XVI una nueva arma aparece, el Rapiere. En el siglo XVII es donde la esgrima conoce su verdadero impulso. Primero aparece el Florete, arma inofensiva de hoja flexible, terminada por un botón en forma de flor, que permitía simular un duelo sin riesgo. Después, la invención de la máscara aumenta las posibilidad de entrenamiento y sobre todo el estudio profundo de las posiciones y movimientos. Como testimonio las obras que fueron publicadas en número creciente: "La academia de Espada" (G. Thibaust, 1628), "Teoría del arte y práctica de la Espada" (Philibert de la Touche, 1670), "El ejercicio de las armas y el manejo del florete" (Le Perche du Coudray, 1676), "El maestro de armas en el ejercicio de espada" (DE Liancour, 1686), para citar los más conocidos hasta el fin del siglo. El siglo XVIII se caracteriza por una práctica mucho más convencional: los saludos, reverencias y otras posiciones afectadas ocupan un lugar importante. Los últimos tratados del siglo XVIII y los primeros del XIX son más científicos, aparecen muchos maestros de armas. En Francia se conoce una viva predilección por la esgrima que provocará una ebullición de ideas sobre su práctica como el "Tratado del Arte de Armas" (1818), La Boessière fue el primer autor en dar las directivas pedagógicas para la composición de una liga. La Faugère, Jean-Louis Gomard ("La théorie de l'escrime", 1845), Bertrand, Camille Prévost ("La teoría del esgrima", 1886), J.J. Renaud, entre otros, los técnicos más célebres. El Conde Koenigsmarken, de Polonia, inventa, en 1860 la espada de hoja plana, más próxima a la que se conoce hoy en día. En 1891, el Dr. Graeme Harmond transforma el esgrima en deporte de competición en los Estados Unidos. Los fines del siglo XIX son señalados por la renovación de los Juegos Olímpicos: reiniciados en Atenas (1896) por iniciativa del Barón Pierre de Coubertin, quien era un gran esgrimista. En estos Juegos la esgrima es representada por 4 países y 13 tiradores en las modalidades florete y sable. La Espada entra en el calendario a partir de los Juegos Olímpicos realizados en Paris en el año 1900. También en los Juegos Olímpicos de Paris de 1924, surgen las primeras competiciones femeninas en florete. A partir de 1906 se crean las primeras federaciones de esgrima y en 1913 nace la Federación Internacional. A partir de ese momento se organizan grandes competiciones, se da forma a un reglamento internacional para pruebas, perfeccionando el deporte de la esgrima. Desde esa fecha a nuestros días muchas fueron las evoluciones experimentadas, mas la que debería ser señalada sin duda es el desarrollo tecnológico de registro electrónico que permite señalar el toque en combate.
Referencia
Históricas