"AMALGAMA ENTRE SERES HUMANOS Y BESTIAS".
¿QUÉ QUISO DECIR ELLEN G. WHITE?
Gordon Shigley
Tomado de Spectrum,
junio de 1982
Este artículo examinará la polémica
afirmación de la Sra. White en el sentido de que en el pasado ocurrieron
"amalgamas entre hombres y bestias", que dieron origen a razas inferiores
tanto de hombres como de animales, según la perspectiva de los doctores
Frank Marsh y Harold W. Clark, investigadores Adventistas de renombre en
el área de biología, y autores de varios libros y artículos
sobre ciencia y religión.
El 8 de septiembre de 1947, quince de los más importantes
líderes eclesiásticos Adventistas del Séptimo Día
se reunieron cerca de San Francisco, California, E.U.A., para oír
a los dos jóvenes biólogos adventistas, mencionados más
arriba, debatir el significado de dos breves declaraciones publicadas a
mediados del siglo diecinueve por la profetisa de su iglesia, Ellen G.White.
Los biólogos (ambos todavía están vivos y activos)
[N. del T. : El artículo fue publicado en junio de 1982]
discutían los escritos de la Sra. White que daban a entender que
las relaciones sexuales entre seres humanos y animales habían producido
especies confusas, que contribuyeron a desfigurar la imagen de Dios en
el hombre, y que dejaron evidencia de su acción duradera, que se
observa en ciertas razas no especificadas de hombres.
Las explosivas implicaciones raciales de tales declaraciones
daban al debate una sensación de urgencia. La controversia giraba
alrededor de la insinuación implícita de que los negros descienden
de la unión sexual entre seres humanos y animales. ¿Había
revelado Dios a Ellen G. White en visión que los negros no eran
completamente humanos? A lo largo de los años, los críticos
y apólogos de Ellen G. White han estado enzarzados en una batalla
alrededor de este tema de elevada carga emocional. Algunas cuestiones menos
tangibles para la iglesia asomaban en el trasfondo, en el horizonte. ¿Cómo
y hasta qué punto debería la religión ajustarse a
los datos científicos que contradicen la revelación? Si la
inspiración de la Sra. White no tiene carácter de infalibilidad,
¿cuáles son sus límites?
James McElhany, presidente de la iglesia, reunió
al tribunal de "notables" a lo largo de una gran mesa en presencia de Marsh
y de Clark, que tomaron asiento delante de estantes repletos de publicaciones
de la Sra. White, mientras que Milton Kern, presidente de los depositarios
de las publicaciones de Ellen G. White, actuó como moderador.
Luego, después de las nueve de la mañana,
Kern inició la reunión, haciendo un breve resumen histórico
de la controversia que rodeaba las declaraciones sobre la amalgama. Las
declaraciones de la Sra. White aparecieron primero en el libro Spiritual
Gifts, Important Facts of Faith Connected With The History of Holy Men
of Old (Dones espirituales, hechos importantes de la fe en relación
con la historia de los santos hombres de la antigüedad), una colección
en cuatro tomos que se publicó por primera vez en 1864. Después
de describir una serie de pecados antediluvianos, que incluían los
casamientos entre justos e impíos, la idolatría, la poligamia,
los robos y los asesinatos, Ellen White escribe:
Pero si hubo un pecado, por encima de todos los demás,
que hizo necesaria la destrucción de la raza humana por medio del
diluvio, ese pecado fue el vil crimen de amalgama entre hombres y bestias,
que desfiguró la imagen de Dios y causó confusión
en todas partes. Dios decidió destruír esa raza poderosa
y longeva que había corrompido su camino delante de Él 1.
Su segunda referencia a la amalgama ocurrió en el capítulo
siguiente, y trataba de las amalgamas entre seres humanos y bestias, que
ocurrieron después del diluvio.
Todas las especies de animales que Dios había
creado fueron preservadas en el arca. Las especies mixtas que Dios no creó,
y que fueron el resultado de la amalgama, fueron destruídas por
el diluvio. Desde el diluvio, ha habido amalgamas entre seres humanos y
bestias, como puede verse en las casi innumerables especies de animales,
y ciertas razas de hombres 2.
Estas dos declaraciones aparecen más tarde en The
Spirit of Prophecy, tomo I, y en 1870, en la reorganización
del material, en Spiritual Gifts. En 1871 aparecen nuevamente en
The
Great Controversy, tomo I, un título alterno para The Spirit
of Prophecy.
Después de casi 20 años, esas dos declaraciones
sobre amalgamas no fueron incluídas en la edición de Patriarchs
and Prophets de 1890. En la compilación de 1947, History
of Redemption, los editores de las publicaciones de Ellen G.
White eliminaron las declaraciones cuestionables y hasta ciertas oraciones
del contexto cercano que hay en Patriarchs and Prophets.
Kern observó que las declaraciones habían
despertado controversia casi al comienzo del tiempo en que Ellen G. White
las había publicado en 1864. Continuó diciendo que, durante
los últimos veinte años, varios hombres ofrecieron diferentes
interpretaciones de las declaraciones de Ellen G. White, y que era el propósito
de aquella reunión oír a los defensores de las dos posiciones
más ampliamente conocidas, después de lo cual habría
oportunidad para preguntas y una discusión. Luego, le cedió
la palabra a Clark.
Clark se levantó y comenzó a hablar elogiando
a Marsh por su contribución al estudio de la creación. Observó
que, en lo concerniente a la relación de ellos con la teoría
de la evolución, estaban cien por ciento de acuerdo, y hasta concordaban
sustancialmente en muchos aspectos de las declaraciones sobre amalgama.
Los ansiosos dirigentes eclesiásticos se sintieron
aliviados al darse cuenta de que Clark y Marsh eran tan buenos amigos,
y las declaraciones introductorias de Clark ayudaron a relajar algo la
tensión. Luego, Clark hizo un breve resumen del contexto de las
declaraciones sobre amalgama, llamando la atención sobre el final
de un capítulo que detallaba los crímenes cometidos por los
antideluvianos. Era difícil leer las declaraciones en sus contexto
sin ver una serie de pecados, el último de los cuales, el que era
tenido por "el pecado por encima de todos los demás", constituía
obviamente el clímax. No era probable que Ellen G. White estuviese
hablando de los casamientos mixtos, puesto que ya había descrito
ese pecado en un párrafo anterior. Cuatro años después
de que aparecieron las declaraciones, Uriah Smith, en aquel entonces editor
del órgano Adventista Advent Review and Sabbath Herald, las
defendió en su obra Visions of Mrs. E. G. White: A Manifestation
of Spiritual Gifs According to the Scriptures (1868) con una interpretación
que no dejaba lugar a dudas, y James White, el esposo de Ellen, había,
según sus propias palabras, "leído cuidadosamente el manuscrito
antes de recomendar el libro de Smith para que tuviera una amplia circulación".
Clark continuó diciendo que la conclusión
casi segura era que Ellen White también se había interesado
en cómo Uriah Smith la había defendido, y que ella también
había leído la obra. Clark enfatizó su trabajo hablando
con el hijo de Ellen White, W. C. White, y D. E. Robinson, su secretario.
Ninguno de esos hombres había dudado de que, con la frase "amalgama
entre hombres y bestias", Ellen White había querido decir cruces
entre seres humanos y animales. Aunque hubiese una controversia sobre las
declaraciones, críticos y partidarios por igual habían aceptado
esa interpretación. ¡Cuán fácil habría
sido corregir a sus críticos en 1870 si ella realmente hubiera querido
decir que "el vil crimen de la amalgama entre seres humanos y bestias"
era los casamientos mixtos entre las razas de Set y de Caín! Era
práctica común - prosiguió Clark - que Ellen White
hiciera cambios cuando sus palabras provocaban una interpretación
equivocada. Con todo, en este caso ella no intentó aclarar nada,
a pesar de que sus críticos la acusaron de enseñar que los
negros no eran seres humanos.
Si alguien analizara la expresión "un pecado por
encima de todos los demás . . . fue . . . la amalgama entre seres
humanos y bestias"- continuó Clark - podría notar que los
términos seres humanos y bestias se sitúan
en la misma relación en la oración, o sea que son coordinados.
Lo que se aplica a uno, se aplica al otro, y es imposible hacer que la
amalgama de bestia con bestia o de seres humanos con seres humanos sea
un pecado mayor que la idolatría, el adulterio, la poligamia, el
robo o el asesinato. La historia revela que la cohabitación con
animales era uno de los mayores pecados de la antigüedad, de lo cual
hay abundante evidencia. Además, los antropólogos han descubierto
cráneos de aspecto humano en muchas partes del mundo que revelan
afinidades simiescas peculiares. Las autoridades competentes han descrito
las características de tribus que vivían en Africa y Malasia
y que eran de naturaleza claramente simiesca. Aunque no hubiese evidencia
positiva de que los seres humanos y los animales se pudiesen cruzar hoy,
muchos hechos indican que un cruce como éste pudo haber tenido lugar
en el pasado. Además, las órdenes de Dios para Israel prohibiendo
específicamente la cohabitación de hombres con bestias
indicaban que la humanidad había estado practicando ese vil crimen.
Decir que la amalgama entre hombre y bestia nunca ocurrió en el
pasado porque no ocurre hoy - destacó Clark - es tomar la misma
posición del uniformismo que desorientó a los geólogos.
En realidad, hubo solamente un hecho objetivo que no podría explicarse:
La falta de un registro auténtico de un cruce así. Ese hecho
único no justifica la conclusión de que "un pecado mayor
que todos los demás", cometido por los antediluvianos, fuese los
casamientos interraciales o entre creyentes e incrédulos. Tal interpretación
haría violencia al lenguage que Ellen White realmente utilizó.
Al contrario, quedaban claras dos conclusiones: Ellen White sabía
lo que quería decir. Claramente deseaba que sus lectores interpretasen
el "vil crimen" como un acto sexual, incluyendo el cruce entre hombres
y bestias.
Eran ahora las 9:45 de la mañana, y Kern le cedió
la palabra a Marsh. Éste comenzó con algunas pocas palabras
de elogio para Clark, e hizo notar que eran buenos amigos, y que simplemente
mantenían una diferencia profesional de opinión sobre declaraciones
que siempre habían sido poco claras en su real sentido. Luego, llamó
la atención a la definición de amalgama de J. R. Bartlett
en el Dictionary of Americanisms, de 1859. En los Estados Unidos,
la palabra "amalgamar" se aplicaba universalmente a la mezcla de las razas
blanca y negra - destacó - y solamente a principios del siglo
veinte la palabra "hibridación" se había convertido en un
sustituto completamente satisfactorio. Pero en el tiempo en que Ellen White
escribió las declaraciones sobre amalgama, la frase "amalgama de
hombres" traería a la mente del lector común una fusión
de dos razas, en ese caso la impía raza de Caín y los descendientes
de Set, temerosos de Dios. Ni el lenguaje de las declaraciones por sí
mismas, ni las Escrituras, ni los descubrimientos de la ciencia, ni ninguna
otra declaración de los escritos de la Sra. White, convertían
en obligatoria la conclusión de que el hombre podía cruzarse
con las bestias. Supóngase - sugirió - que en la primera
declaración Ellen White hubiese querido decir que el hombre se había
cruzado con las bestias. ¿Como podrían ocurrir los dos resultados
que habían sido declarados? Es verdad que la imagen de Dios podría
ser desfigurada. Pero, ¿causaría esto confusión por
todas partes? En fin cuentas, el hombre podría cohabitar con sólo
unas pocas formas de vida, y cohabitación era sinónimo
de hibridación. Las Escrituras explican claramente - continuó
- que el principal pecado que hizo necesarrio el diluvio fue la promiscuidad
de los "hijos de Dios con las hijas de los hombres". Además, si
el Espíritu Santo realmente hubiese dictado a Ellen White que el
hombre se había cruzado con bestias, ella no habría eliminado
de Patriarchs and Prophets las declaraciones sobre la amalgama.
Marsh
entonces presentó el testimonio de la ciencia. Uno de los principios
mejor demostrados en biología - observó - era que las diferentes
especies de animales del Génesis no se cruzan entre sí, ni
siquiera hasta el punto de producir híbridos estériles. No
había razón, ya sea a partir de datos modernos o del registro
fósil, para suponer que esa no fuese una ley que se remonta a la
creación. Si la amalgama de las especies del Génesis hubiera
sido el principal pecado que causó la necesaria destrucción
de las formas terrestres, deberíamos poder encontrar esas formas
amalgamadas como fósiles. En cuanto a la supuesta defensa de Uriah
Smith de las declaraciones sobre la amalgama, y a la reimpresión
inalterada de ambas declaraciones dos años después, eso difícilmente
probaría que Ellen White quiso decir que el hombre y las bestia
se habían cruzado. Ella no hizo ninguna declaración con respecto
a la defensa de Smith. Además, aunque fuese dificil explicar cómo
podría el hombre cruzarse con la bestia, apenas sería necesario
explicar cómo podría haber amalgama de los seres humanos
entre sí. Marsh se volvió hacia el estante lleno de libros
de la Sra. White que rodeaba el salón de conferencias, alcanzó
un ejemplar de Fundamentals of Christian Education, y leyó
al pie de la página 499: "El enemigo se regocijaba con el éxito
de su intento de desfigurar la imagen divina en la mente de la gente .
. . mediante casamientos con idólatras y la constante asociación
con ellos. . .". Marsh subrayó su posición: "Ellen White dice
que la amalgama deformaba la imagen de Dios. Aquí afirma que los
casamientos mixtos apagaron la imagen divina".
Finalmente, Marsh destacó el sensitivo tema de
la raza. A los que insistían en que la evidencia de la amalgama
entre el hombre y la bestia podía observarse en "ciertas razas de
hombres", les quedaba la tarea imposible de señalar las razas en
parte humanas y en parte bestiales. La conclusión parecía
obvia: La amalgama del hombre deformaba la imagen de Dios, la amalgama
de razas dentro de las especies creadas de animales producía especies
confusas. No debemos mancillar el inestimable don de Dios a los Adventistas
encontrando insinuaciones de carácter racial en las declaraciones
y amonestaciones de la Sra. White, concluyó.3
Mucho antes de que Marsh y Clark se hubieran ocupado de
estas cosas, las declaraciones de Ellen White habían suscitado discusiones
tan pronto aparecieron impresas. La controversia, en aquel entonces, había
girado alrededor de la cuestión de si los negros eran o no el resultado
de la hibridación de seres humanos con bestias. En The Visions
of Mrs. E. G. White, una apología del don de profecía
de Ellen White, Uriah Smith respondió a 52 objeciones de los críticos
con respecto a Ellen G. White. A la "Objección 39: La raza
negra no es humana", argumentó que Ellen White había hecho
la segunda declaración de amalgama "con el propósito de ilustrar
la profunda corrupción y criminalidad en que la raza humana había
caído, cosa que también sucedió unos pocos años
después del diluvio", 4y
no enseñar que los negros no eran seres humanos.
Hubo amalgama, y el resultado todavía es visible
en "ciertas razas de hombres". . . Los que hacen excepción de los
animales sobre los cuales son visibles los efectos de esa obra son llamados
"hombres" por la visión. Ahora, siempre hemos supuesto que cualquier
ser que haya sido llamado hombre debe ser considerado un ser humano 5.
Sin embargo, Smith argumentaba que el hecho de que las
razas actuales incluían a los descendientes de hombres que vinieron
a existir como resultado del cruce hombre-animal estaba más allá
de toda discusión, y citaba "casos tales como el de los bosquimanos
de África, algunas tribus de hotentotes, y tal vez los indios cavadores
en nuestro propio país, etc.". Además, afirmaba, los naturalistas
creían que era imposible "decir dónde termina lo humano y
comienza lo animal". ¿Podemos suponer que eso fue ordenado así
por Dios en el principio? Más bien, ¿no ha borrado el pecado
las fronteras entre esos dos reinos? 6 Aunque
Ellen White no hubiese especificado cuáles razas deseaba que sus
lectores consideraran como evidencia parcial del "vil crimen", la enumeración
que había hecho Smith de razas específicas se inclinaba a
sostener el punto de vista de que Ellen White no esperaría que nadie
tuviese dificultad para identificar aquellas "ciertas razas de hombres",
Uriah Smith, al defender las declaraciones sobre amalgama de Ellen White,
claramente revelaba la idea popular de su tiempo de que los cruces entre
hombres y animales habían creado una "tierra de nadie" entre seres
humanos y animales, habitada por gorilas, chimpancés, bosquimanos
de África, patagones, y hotentotes.
La posición de Uriah Smith era compatible con la
de los estudiantes de la "Escuela Americana" de antropología, que
alcanzó la cúspide de su influencia en los Estados Unidos
a mediados del siglo diecinueve. Esos antropólogos alegaban que
las especies podrían cruzarse para producir formas intermedias de
descendientes 7. Argumentaban
que la simple observación demostraba que las razas de hombres podían
cruzarse, aunque se constituyeran especies que Dios tenía intención
de que permanecieran separadas. Samuel George Morton, fundador de la paleontología
de los invertebrados en los Estados Unidos y autor del controvertido Crania
Americana (1839), sugirió que, puesto que los dibujos de las
tumbas egipcias, que se sabía tenían por lo menos treinta
mil años de edad, revelaban que había razas tan diferentes
entonces como ahora en todos sus pormenores, no tenía sentido suponer
que las causas naturales hubiesen producido las razas a lo mucho durante
mil años desde el diluvio 8.
Más probable es que Dios hubiese creado las razas a partir de los
tres hijos de Noé, o tal vez junto a la torre de Babel.
Reconociendo que la hibridación sería el
campo de batalla en el cual ganarían o perderían su caso,
los proponentes de la "Escuela Americana" atacaron la validez de la infertilidad
como una prueba de las especies. En 1847, Morton publicó una disertación
en el prestigioso American Journal of Science, en la cual alegaba
que ocurrieron híbridos entre una impresionante variedad de organismos,
incluyendo ciervos y cerdos salvajes, toros y ovejas y ciervos, así
como muchos otros cruces entre diferentes especies de peces, aves e insectos.
9
James White leyó el libro de Smith y lo recomendó
calurosamente con la siguiente nota en la Review and Herald de 25
de agosto de 1868:
La Asociación acaba de publicar un folleto
titulado "The Visions of Mrs. E. G. White. A Manifestation of Spiritual
Gifts According to the Scriptures" (Las visiones de la Sra. White, una
manifestación de los dones espirituales según las Escrituras)
fue escrito por el redactor de la Review. Mientras leía cuidadosamente
el manuscrito, me sentí muy agradecido a Dios, en nombre de nuestro
pueblo, por tener esta eficaz defensa de aquellos puntos de vista tan amados
y atesorados, mientras otros los desprecian y se oponen a ellos. Este libro
está destinado a tener una amplia circulación. James White.
10
James y Ellen White llevaron con ellos dos mil ejemplares
del libro de Smith a las reuniones de campo de aquel año. 11
A pesar de la defensa de Smith de las declaraciones de
Ellen White, la controversia nunca fue totalmente superada. También,
a pesar de que cuando Ellen White eliminó las declaraciones de su
nuevo libro Patriarchs and Prophets (1890), las viejas afirmaciones
continuaron siendo un tema de mucho debate.
Cuarenta años después de que apareció
Patriarchs
and Prophets, los científicos comenzaron a proyectar una larga
sombra sobre la interpretación tradicional de Uriah Smith. No se
pudo argumentar más, como Uriah Smith había hecho una vez,
que "nadie" negaba la posibilidad de cruces entre hombres y animales. Las
declaraciones de amalgama se convirtieron en tema popular de debate entre
Adventistas interesados en la ciencia natural y la revelación.
En la edición de The Ministry de abril de
1931, George McCready Price, el más destacado oponente de la evolución
en la iglesia, propuso que se alterara ligeramente el lenguage de las declaraciones
de Ellen White - insertando una simple palabra entre paréntesis
- que podría reconciliarlas con la ciencia y así eliminar
toda dificultad asociada con la controversia.
Sin entrar a discutir todas las interesantes afirmaciones
en este pasaje, deseo tomarme la libertad de decir algunas palabras sobre
la última parte, que me parece que es la porción que se presta
más a malas interpretaciones. Si se me permite insertar una palabra
entre paréntesis, y creo que la supuesta dificultad desaparecerá
casi como por encanto. "Desde el diluvio, ha habido amalgama de hombres
y (de) bestias, como puede verse en las casi innumerables especies de animales
y en ciertas razas de hombres". 12
Price proponía dos amalgamas independientes - una
para las razas de hombres y otra para la unión de varias especies
de animales. Su solución despertó una tempestad de oposición.
Uno de los primeros que reaccionaron el mismo año fue D. E. Robinson,
secretario personal de Ellen White por muchos años. En una disertación
titulada "Amalgama versus Evolución", Robinson declaró que
la inserción de la palabra "de" por Price en la declaración
de Ellen White violentaba el "sentido obvio" que pretendía la propia
autora13. Argumentó
además que las declaraciones sobre amalgama ayudaban a resolver
algunos de los problemas en el conflicto entre ciencia y religión,
tales como "de qué está formada la variedad en los animales".
. . Podría haber sido producida en el período permitido por
la cronología bíblica. . .14 y
el problema de la anatomía comparativa.
La declaración de la Sra. White, si es aceptada,
resolvería los problemas relacionados con la muy próxima
semejanza física entre el hombre y algunos simios, habiendo entre
éstos y los monos con cola una diferencia estructural mayor que
entre ellos y el hombre. Cualquiera que observe a un chimpancé,
un gorila, o un orangután no hallaría difícil creer
que procedieron de algún ancestro en común con la raza humana.15
Robinson admitió que era imposible establecer exactamente
qué razas de hombres realmente revelaron vestigios de un animal
ancestral, por cuanto la Sra.White no había especificado esas "ciertas
razas de hombres".
La participación de Harold Clark en el problema
de los puntos de vista de Elena White sobre la amalgama comenzó
cuando sus estudiantes de biología del Pacific Union College le
hicieron preguntas repetidamente acerca de esas declaraciones 16.
Después de consultar con los pastores W. C. White y Dores Robinson,
éste último secretario de la Sra.White y primo de la primera
esposa de Clark, éste se sintió obligado a proporcionar por
lo menos una explicación razonable de las enigmáticas declaraciones.
En 1940, terminó el libro Genes and Genesis, en que sostenía
la interpretación oficial y sugería posibles cruces en el
reino animal. Aunque se demostrara que sus ejemplos eran erróneos,
Clark creía que el principio básico subyacente a las declaraciones
de Ellen White era válido.
El año siguiente, el libro fue tenido en tan alta
estima por la denominación que fue escogido para el curso de lectura
ministerial, pero en la primavera del mismo año, Frank L. Marsh,
recién graduado de la Universidad de Nebraska con un título
doctoral, observó que los científicos no eran capaces de
encontrar un ejemplar único de híbrido entre hombre
y bestia. Tal vez fuese mejor, sugería él, aceptar la versión
de Price, finalmente, en cuanto a la "amalgama del hombre y (de) la bestia".
Antes del fin de 1941, Marsh terminó su propio
libro Fundamental Biology, un texto mimeografiado de 128 páginas,
que destacaba la falta de evidencia científica de la creencia en
la posibilidad de que diversos organismos se cruzasen 17.
Ellen White, argumentaba Marsh en dos capítulos dedicados a la cuestión
de la amalgama, no dijo que el hombre se había cruzado con las bestias.
Si resultaron especies confusas de la amalgama, éstas se limitaban
a híbridos entre animales íntimamente relacionados de la
misma especie del Génesis. Si Ellen White hubiera dicho que habían
ocurrido uniones entre hombres y bestias, ella, decía Marsh, "estaría
en conflicto con todas las leyes de la genética" 18.
En un intercambio de cartas con Marsh en 1941, Clark argumentaba que lo
que podría ocurrir ahora no era una guía segura para establecer
lo que podría haber ocurrido en el pasado, y advertía a Marsh
en cuanto al peligro de caer en el error uniformista que había desorientado
a los geólogos. 19
El 1 de marzo de 1942, Marsh y Clark terminaron sus disertaciones
defendiendo sus posiciones alternas y atacando los puntos de vista contrarios.
El escrito de Clark, "Amalgamation", hacía notar que la expresión
propuesta por Marsh - amalgama de hombres (con hombres) y bestias (con
bestias) - dejaba la expresión "bestias con bestias" en una situación
imposible. "Para darle algún sentido a eso, debemos suponer que
fue pecado que una especie de animal se cruzase con otra". 20
En su disertación "Analysis of Amalgamation Statements"
[Análisis de las declaraciones sobre amalgama], Marsh argumentaba
que los cruces entre diferentes especies, incluyendo al hombre y a los
monos antropoides, eran contrarios a todas la leyes genéticas. Para
evitar que se diera a entender que los casamientos interraciales todavía
hoy constituyen un "crimen vil", Marsh escribió que, aunque Ellen
White hubiese llamado a la amalgama antes del diluvio un "crimen vil",
la amalgama después del diluvio puede no haber sido pecado en absoluto.
21
Marsh decía que "en la eliminación de las
declaraciones sobre amalgama de la historia bella y cuidadosamente reescrita
de Patriarchs and Prophets - un relato que contrastaba nítidamente
con el escrito anterior, preparado "un tanto libremente" 22
- se hab&iacuute;a descubierto evidencia adicional
de que "el vil crimen de la amalgama entre hombres y bestias" no se refería
a la fusión entre hombres y bestias. Con este argumento, Marsh introducía
una de las cuestiones más curiosas surgidas de la controversia sobre
la amalgama: El estilo literario de Spiritual Gifts es tan pobre
que se vuelve muy difícil una comprensión correcta de las
declaraciones sobre amalgama. Solamente
Patriarchs and Prophets indica
claramente lo que Ellen White quiso decir con "un pecado sobre todos los
demás", o sea, los casamientos mixtos entre los justos y los impíos,
sostenía él. 23
Aunque simpatizaran con el deseo de Marsh de conciliar
las declaraciones sobre amalgama con la ciencia, Robinson y Clark todavía
estaban de acuerdo en que Ellen White ciertamente tenía la intención
de que sus lectores imaginaran un crimen sexual, y que la amalgama entre
hombres y bestias después del diluvio representara la misma actividad
prevaleciente antes del diluvio, obviamente siendo de igual manera un "crimen
vil". Además, les parecía algo irónico que la amalgama
compensara en parte la degeneración de milenios de actividad satánica,
cuando fue la amalgama lo que supuestamente produjo la declaración
en primer lugar. 24
Marsh permaneció inamovible. En Evolution, Creation
and Science, terminado en 1944, argumentaba que "la evidente intención
del Creador había sido mantener las especies separadas". Dios debe
haber creado cada tipo con protoplasma "fisiológicamente incompatible"
con el de una especie diferente. Clark pronto contestó a Marsh,
en cuanto a su interpretación de que la amalgama significara cruces
solamente entre variedades de una misma especie del Génesis: "Presumiendo
que la hibridación mencionada en Spiritual Gifts fuera entre
razas ecológicas, tendríamos la palabra de la Inspiración
declarando en un lugar que grupos normalmente fértiles eran permisibles
dentro de la misma especie, pero afirmando en otra declaración que
a los productos de tales razas les fue negada la entrada en el arca (de
Noé) por ser confusas, resultantes de procesos que Dios no aprueba".
25
Con todo, para finales de 1946, el continuo progreso de
la genética, el evidente choque entre la ciencia y la revelación,
y la necesidad de abordar las implicaciones raciales del punto de vista
tradicional de las declaraciones sobre la amalgama, se combinaron para
hacer que la interpretación de Marsh pareciera más y más
atractiva. En el verano de 1947, poco antes de la confrontación
en California, Marsh se reunió en privado con el presidente de la
Asociación General, McElhany, y varios otros líderes denominacionales,
en Washington, D. C., que participarían en la reunión en
Septiembre. Fue, a invitación de ellos, y pasó una noche
entera detallando su parecer y advirtiendo de los peligros asociados con
otras interpretaciones, tanto en el campo de la ciencia como en el de las
relaciones entre las razas. En retrospectiva, Marsh pudo haber ido a California
ya como el vencedor.
En California, el 8 de septiembre de 1947, ambos hombres
habían terminado sus presentaciones para las 10:15 de la mañana;
Ken pidió preguntas y discusiones sobre la cuestión. Clark
recibió la mayor parte de las preguntas, y según continuaba
la discusión, se hacía evidente que la mayoría de
los dirigentes, a pesar de lo que pudiesen juzgar que eran las intenciones
originales de Ellen White, claramente favorecían la posición
que podría satisfacer a la ciencia y resolver los problemas de carácter
racial asociados con las declaraciones sobre amalgama. Marsh ofrecía
exactamente esa solución, y su interpretación, un poco forzada
también según algunos de sus defensores, no obstante era
posible y razonablemente defendible. Después de un receso para el
almuerzo, la discusión se reanudó con cerca de un tercio
del grupo ausente, sólo para ser interrumpida a las tres de la tarde
sin que se hubiera votado. Al final de la reunión, Ken y Marsh discutieron
cómo se habían encaminado las preguntas, y llegaron a la
conclusión de que, si se hubiera votado, habría resultado,
en la peor de las hipótesis, una diferencia de 12 a 3 en favor de
Marsh.
Los oficiales de la iglesia no estimularon ni a Marsh
ni a Clark para que escribieran resúmenes de sus puntos de vista.
Cuando Marsh regresó al Union College, pensó que un resumen
sería útil para sus alumnos. El 16 de noviembre de 1947,
terminó The Amalgamation Statement, una disertación
de 11 páginas, y la remitió a Clark, sugiriendo que él
también escribiera una disertación resumiendo brevemente
sus argumentos. El 1 de marzo de 1948, Clark terminó el suyo, "Amalgamation,
a Study of Perplexing Statements Made by Mrs. E. G. White" (Amalgama, un
estudio de las desconcertantes declaraciones de la Sra. E. G. White), incluyendo
una contestación punto por punto a la última disertación
de Marsh. En cuanto a la sugerencia de Marsh de que los híbridos
solamente podrían resultar del cruce de la misma "especie" de animales,
por ejemplo, Clark nuevamente quiso saber por qué tal actividad
constituiría un "crimen vil".
Cuando dos criaturas se cruzan entre sí, de ninguna
manera producen una especie corrupta o confusa. Ellas simplemente
dan origen a una nueva variedad dentro de la misma especie.Tales cruces
parecen ser un proceso perfectamente natural y bien ordenado. 26
Tampoco podía Clark creer que la "amalgama de hombre
y bestia" después del diluvio no era la misma actividad que
antes
del diluvio, o que su pecaminosidad hubiese disminuído en alguna
medida. En vista de que la disertación de Clark respondía
a argumentos particulares de Marsh en disertaciones pasadas, Marsh
decidió
dirigirle sólo un documento más: "A Discussion of Harold
W. Clark's Paper 'Amalgamation' Published March 1st, 1948" [Una
discusión del trabajo de Harold W. Clark titulado "Amalgama",
publicado en marzo 1, 1948].
Con todo, la verdadera batalla había terminado,
y ya éstas eran básicamente escaramuzas de post-guerra. Los
puntos de vista de Marsh prevalecieron. En 1951, cuando F. G. Nichol preparaba
su obra
Ellen G. White and Her Critics, solicitó todas las
disertaciones de Marsh sobre amalgama. 27
Marsh se las envió, y Nichol se basó mucho en ellas para
su capítulo sobre las declaraciones sobre amalgama. En 1968, los
depositarios White pusieron a disponibilidad una copia del capítulo
de Nichol, bajo el título "Ellen G. White Statements Regarding Conditions
at the Time of the Flood", by F. D. Nichol [Las declaraciones de Ellen
White concernientes a las condiciones del tiempo del diluvio, por F. D.
Nichol]. Este todavía es el material que se envía a los que
solicitan una declaración oficial sobre Ellen G. White y la cuestión
de la amalgama.
Por años, la comunidad Adventista supuso que la
Sra.White creía que parte de la caída del hombre tuvo que
ver con la unión sexual de hombres con animales, y defendía
sus puntos de vista como científicos. Después de 1947, la
posición prevaleciente cambió y continuó así
por treinta y cinco años. Incapaz de conciliar la más obvia
lectura de las declaraciones de Ellen White con la igualdad genética
entre las razas, la iglesia aceptó la ingeniosa interpretación
de Marsh sobre lo que Ellen White quiso decir. Puede ser que la presente
generación de Adventistas concuerde con las generaciones anteriores
de Adventistas en que - por lo menos en una ocasión - Ellen White
realmente creyó que los cruces entre hombres y bestias tuvieron
lugar, pero no aceptaría esa posición como científicamente
válida hoy.
NOTAS Y REFERENCIAS
1. Ellen G. White, Spiritual Gifts,
Important Facts of Faith in Connection with the History of Holy Men of
Old (Battle Creek: Seventh-day Adventist Publishing Association, 1864),
III, p. 64.
2. Ibid., p. 75.
3. Los acontecimientos de esa reunión
fueron reconstruídos a partir de relatos proporcionados al autor
por Harold W. Clark y Frank L. Marsh, y a partir de disertaciones escritas
antes e inmediatamente después de la reunión de 1947. Posteriormente,
remití una copia de mi descripción tanto a Clark como a Marsh
para sus comentarios y revisiones adicionales.
4. Uriah Smith, The Visions of Mrs.
E. G. White: A Manifestation of Spiritual Gifts According to the Scriptures
(Battle Creek: Seventh-day Adventist Publishing Association, 1868), p.
103.
5. Ibid.
6. Ibid.: "¿Negará alguien
la declaración general contenida en la cita dada más arriba?
Nadie. Si alguien lo hace, podría ser silenciado fácilmente
con una referencia a casos tales como los de los salvajes bosquimanos de
África, algunas tribus de hotentotes, y tal vez los indios Digger
de nuestro propio país, etc. Además, los naturalistas afirman
que la línea de demarcación entre lo humano y las razas animales
se pierde en confusión. Es imposible, afirman, decir exactamente
dónde termina lo humano y comienza lo animal. ¿Podemos suponer
que eso fue determinado así por Dios en el principio? Más
bien, ¿no borró el pecado los límites entre esos dos
reinos?" Ibid.
7. Para um relato detallado del surgimiento
de la "escuela americana" de antropología, ver William Stanton,
The Leopard's Spots: Scientific Attitudes Toward Race in America, 1815-1859
(Chicago: The University of Chicago Press, 1960).
8. Samuel George Morton, Crania Americana;
or A Comparative View of the Skulls of Various Aboriginal Nations of North
and South America, to which is Prefixed an Essay on the Varieties of the
Human Species (Philadelphia, 1839), pp. 1-3. Ver William Stanton, Leopard's
Spots, pp. 24-44.
9. Samuel Morton, "Hybridity in Animals,
considered in reference to the question of the Unity of the Human Species,"
American
Journal of Science, 1847, 3 (segunda serie): 39-50, 203-212; citado
también en William Stanton, op. cit., pp. 114-115. Cuando Morton
murió en 1851, estaba en la cumbre de su influencia, proclamado
como uno de los mayores científicos de los Estados Unidos. "Uno
de los más brillantes representantes de nuestra era y nuestro país",
lo elogiaba el Daily Tribune, de Nueva York el 20 de mayo de 1851,
agregando que "probablemente ningún científico de los Estados
Unidos disfrute de una reputación más elevada entre eruditos
por todo el mundo que el Dr. Morton". Citado en William Stanton, Leopard's
Spots, p. 144.
10. James White, "New and Important Work",
Advent
Review and Sabbath Herald, XXXII, (25 de agosto de 1868), p. 160. Al
comentar sobre la nota de James White, Harold Clark dice: "Este trabajo
fue cuidadosamente examinado por James White con la casi segura suposición
de que la Sra. White también lo había leído atentamente".
Harold Clark, "Amalgamation: A Study in Perplexing Statements Made by Mrs.
E. G. White", (1o de marzo de 1948), p. 2. Aunque Clark cuestionara
la aplicación de Smith a razas específicas, "no es sino evidente
que él [Uriah Smith] entendió correctamente lo que la Sra.
White quiso decir, pues en 1870, cuando las declaraciones fueron reimpresas,
no se hizo ningún cambio de lenguaje. Se efectuaron cambios en otras
publicaciones en que una errónea interpretación había
sido atribuída a sus palabras". Ibid.
11. Esta información aparece como
una nota manuscrita al pie de una copia del escrito de Uriah Smith "Objeción
39: La Raza Negra No es Humana", presentada por Frank Marsh. Siendo que
James White había sugerido en su nota de la Review que el
libro de Smith se destinaba a "una circulación muy amplia", puede
ser que él llevara esas copias para venderlas en las varias reuniones
de campo que tuvieron lugar aquel año.
12. George McCready Price, "The Problem
of Hybridization". The Ministry (31 de abril de 1931), p. 13.
13. D. E. Robinson, "Amalgamation Versus
Evolution.", s.d., pero escrito poco después de abril de 1931, p.
1.
14. Ibid., p.2.
15. Ibid., p.3.
16. Información en una carta de
Harold W. Clark para el autor (14 de junio de 1979). Tanto Robinson como
W. C. White ciertamente creían que Ellen White quiso decir amalgama
de hombres con bestias.
17. Información en una carta de
Marsh al autor (8 de febrero de 1979).
18. De Harold W. Clark para Frank L. Marsh,
10 de abril de 1941 (cortesía de Frank L. Marsh).
19. Información de Harold W. Clark
(14 de junio de 1979) en una carta al autor. Ver también Harold
W. Clark, "Amalgamation", 1 de marzo de 1942. Francis D. Nichol, un apólogo
de la iglesia que más tarde defendió la posición de
Marsh en su libro Ellen G. White and Her Critics, realmente aceptaba
esta extraña sugerencia. Los animales serían capaces de cometer
un "crimen vil" y un "pecado", argumentaba Nichol, por haber violado las
leyes naturales. F. D. Nichol, Ellen G. White and Her Critics (Washington,
D.C.: The Review and Herald Publishing Association, 1951), p. 317.
21. Frank L. Marsh, "Analysis of the Amalgamation
Statements", (disertación no publicada, 1 de marzo de 1942), p.
5.
22. Por ejemplo, ver Frank L. Marsh, "The
Amalgamation Statements" (disertación no publicada, 16 de noviembre
de 1947), pp. 4, 5. Este argumento continúa hasta la actualidad
y se refleja en el libro Ellen G. White de F. D. Nichol. Marsh presentó
el mismo argumento en una sesión de preguntas y respuestas después
de la presentación de un discurso sobre "Ciencia y Religión"
en la Universidad de Andrews, en el verano de 1976, durante un seminario
sobre Ellen G. White. (De la transcripción de una cinta con la grabación
de la sesión, hecha por el autor).
23. Ver Marsh, "Amalgamation Within Genesis
Kinds", 11 de junio de 1942, pp. 1-4, y "The Amalgamation Statements" (manuscrito
no publicado, 16 de noviembre de 1947), p. 6. También, a partir
de informaciones en una carta de Frank L. Marsh (26 de marzo de 1979) para
el autor. Salvo por la ausencia de las declaraciones sobre amalgama, los
cambios en los varios relatos son triviales. Comparar Spiritual Gifts,
III, pp. 61-74, con The Spirit of Prophecy, I, pp. 67-78, y Patriarchs
and Prophets, pp. 90-107. Una lectura paralela de Spiritual Gifts,
The Spirit of Prophecy, y Patriarchs and Prophets, con todo,
muestra una notable semejanza. En realidad, uno puede fácilmente
seguir el tren de ideas párrafo tras párrafo, oración
tras oración, observando en qué lugares agregó Ellen
White material nuevo, hasta el punto de la última palabra antes
del párrrafo que comienza cada declaración sobre amalgama,
e incluyéndolas. El mejor estilo literario en Patriarchs and
Prophets parece consistir más de la eliminación de las
declaraciones sobre amalgama que de cambios sustanciales de lenguaje o
en un nuevo arreglo de ideas, y está lejos de la transformación
que Marsh da a entender cuando escribe: "El escritor adiestrado ve casi
con horror la falta de unidad, de coherencia, y de énfasis en el
texto de 1864. Con todo, . . . en esa descripción [Patriarchs
and Prophets] la unidad, la coherencia y el énfasis de su escrito
están tan por encima de toda reprensión como para no dejar
dudas sobre lo que constituía el principal. . .".
24. Ver Frank L. Marsh, Evolution, Creation
and Science (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Assn.,
1944), p. 140. Marsh pidió que el anuncio de este libro como selección
para el Curso de Lectura Ministerial - que venía en la página
de título de la primera edición - se eliminara porque "parecía
despertar prejuicios de parte de algunos evolucionistas (como Dobshonsky)".
De una carta de Marsh para el autor, fechada el 26 de marzo de 1979. A
partir de la segunda impresión, la Review and Herald omitió
el anuncio.
25. Harold W. Clark, "Hybridization in
Relation to Genesis Kinds" (Angwin, Calif.: 1 de mayo de 1945), p. 2. Leon
Caviness, profesor de idiomas bíblicos del Pacific Unión
College, trató de establecer un acuerdo en su breve disertación,
"The Meaning of the Amalgamation Statements" [El significado de las declaraciones
sobre amalgama]. Aquéllos que realmente deseaban descubrir lo que
Ellen White tenía originalmente la intención de decir con
sus declaraciónes no debían ignorar el hecho de que ella
reimprimió las mismas expresiones, sin cambios, seis años
después de la controversia inicial y dos años después
de la defensa de Uriah Smith. Caviness no descartó la posibilidad
de cruces entre hombres y animales, pero juzgaba que el híbrido,
en caso de que se produjera, no conduciría a la introdución
de una nueva especie intermedia entre el hombre y el mono. Cada cruce representaría
un evento simple, y el descendiente sería incapaz de un cruce posterior.
Caviness resolvió el problema racial relacionado con las declaraciones
de la Sra. White postulando sólo productos traídos a la existencia
y un proceso sólo funcional, por lo menos entre hombres y bestias,
pero su tentativa de armonización no dejó satisfechas a ninguna
de las partes. L. L. Caviness, "The Meaning of the Amalgamation Statements",
s.d., pp. 1-2.
En el mismo mes en que apareció
la disertación de Clark, Marsh respondió con "The Basic
Unit of Creation", un estudio que empleaba la infertilidad como prueba
para definir las especies del Génesis. El argumento resultante parecía
ser circular. Un año después, terminó Studies in
Creationism, un texto mimeografiado usado durante 1946 y 1947 como
referencia para sus clases en el Seminario Teológico Adventista
del Séptimo Día, en Washington D.C. Marsh dedicó veinticinco
páginas a la cuestión de la amalgama, nuevamente afirmando
la mayor parte de sus argumentos anteriores. En 1950, la Review and Herald
Publishing Association publicó una versión muy revisada de
Studies
in Creationism, que subrayaba la imposibilidad de que las especies
del Génesis se cruzasen, pero omitía completamente cualquier
discusión del problema mismo de la amalgama.
26. Harold W. Clark, "Amalgamation, a Revision
of a Paper Issued March 1, 1942", (Angwin, Calif.: 1948).
27. Información en una carta de
Marsh para el autor (10 de enero de 1979).
Obs.: Traducido de
Spectrum,
Junio de 1982. El autor, Gordon Shigley, redactó este artículo
mientras seguía un programa de post-grado en la Universidad de Wisconsin,
E.U.A.
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