Ellen G. White

LA AUTORIDAD DE ELLEN G. WHITE

EN LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA


Richard Goyne

Traducido de Proclamation!
Edición de septiembre-octubre 2004


El año de 1980 fue significativo para la Iglesia Adventista del Séptimo Día porque los sucesos que ocurrieron en esa ocasión dieron como resultado una consideración critica de algunas de las enseñanzas doctrinales de la iglesia. La desfraternización de Desmond Ford y el subsiguiente despido de otros ministros por pretendidas discrepancias doctrinales ha dado lugar a preguntas acerca de la base de las doctrinas de la Iglesia Adventista.

En su declaración de las Creencias Fundamentales, la Iglesia Adventista dice que las Sagradas Escrituras del Antiguo y el Nuevo Testamentos fueron dadas por inspiración divina y son un revelador autorizado de doctrina. En las mismas Creencias Fundamentales, la iglesia afirma que los escritos de Ellen White son una manifestación del Espíritu de Profecía y una fuente autorizada de verdad.

Debido a que, en estas declaraciones, la Iglesia Adventista acepta dos fuentes de revelación autorizada, surge la cuestión de qué papel desempeña cada una de ellas en la formulación de la doctrina y la práctica adventista. La iglesia ha intentado responder esta pregunta asegurando que la Biblia es el estándard por el cual deben ser probadas todas las enseñanzas, incluyendo los escritos de Ellen White. Se dice que estos escritos funcionan como una guía para la Escritura.

La posición adventista de que los escritos de Ellen White son inspirados por el mismo Espíritu que inspiró a los escritores bíblicos, pero que no funcionan como la Escritura es difícil de sostener porque la Escritura es una revelación escrita que una comunidad religiosa acepta como divina inspirada. Cuando los adventistas aceptan la inspiración divina de Ellen White, ¿no están dando a sus escritos categoría de Escritura?

El despido de Desmond Ford del ministerio adventista resultó de su estudio de la doctrina del santuario de la iglesia - de que Cristo entró al Lugar Santísimo en el santuario celestial al final del período de 2300 días de Daniel 8:14. El estudio de Ford fue visto como un desafío a la doctrina adventista tradicional y a la autoridad de Ellen White, que había escrito que Cristo entró al lugar santísimo del santuario celestial en 1844, al final de los 2300 días (Great Controversy, p. 422).

El grado hasta el cual los adventistas confían en el testimonio de Ellen White como base para la doctrina del santuario quedó en evidencia en un artículo de dos partes titulado "La Verdad del Santuario", que apareció en Adventist Review (Noviembre 6 y 13, 1980). El artículo contiene más de 250 líneas citadas de Ellen White y sólo un versículo de la Biblia: Daniel 8:14. El presidente de la Conferencia General respaldó esta dependencia en su declaración de Glacier View de que "por supuesto, el fundamento es el papel de Ellen White en cuestiones de doctrina" (Spectrum 11[2]5).

Que esta declaración de Glacier View habría de ser política adventista quedó muy claro por las revisiones hechas a las Creencias Fundamentales ese mismo año (1980). La redacción de la Creencia Fundamental con respecto a las Sagradas Escrituras fue cambiada de "... una revelación todo suficiente de su voluntad para los seres humanos y son la única regla infalible de fe y práctica" a "... son la infalible revelación de su voluntad y el revelador auorizado de doctrina ...".

La redacción de la Creencia Fundamentalconcerniente al Espíritu de Profecía fue cambiada de "... este don se manifestó en la vida y el ministerio de Ellen White" a "Este don se manifestó en el ministerio de Ellen White. Como mensajera del Señor, sus escritos son una fuente continua y autorizada de verdad...". Es evidente que estas revisiones de las creencias fundamentales han elevadolos escritos de Ellen White a una posición de autoridad comparable con la de la Biblia, que ya no es la "única, todo suficiente e infalible" regla de fe y práctica.

La penetrante influencia de Ellen White

Este énfasis sobre los escritos de Ellen White se extiende a todas las actividades adventistas. En los sermones se cita a Ellen White en el mismo contexto que la Biblia, y a menudo, a un grado mayor. Los estudiantes en las escuelas adventistas son adoctrinados en sus escritos desde los primeros grados hasta la universidad. Las fuentes de las cuales los adventistas son instruidos e informados hacen un énfasis en los escritos de Ellen White que tradicionalmente se ha reservado para la Biblia. Cuando el presidente Reagan designó a 1983 como el "año de la Biblia" en honor al logro de Gutenberg, la Iglesia Adventista designó a 1983 el "Año del Espíritu de Profecía", es decir, el "Año de Ellen White".

El efecto de tal énfasis en estos escritos extrabíblicos quedó ilustrado por la publicación de la Clear Word Bible [Biblia de la Palabra Clara] (corregido más tarde con Clear Word [Palabra Clara]). Este libro fue promocionado por las librerías adventistas como una versión parafraseada de la Biblia. En su lugar, Clear Word era una alteración deliberada de la palabra de Dios, en la que el autor borró algunos textos y cambió la redacción de otros que no concordaban con la enseñanza adventista. Además, hizo extensas adiciones para las cuales no había absolutamente ninguna base manuscrita. No hubo ningún fuerte clamor contra esta deliberada alteración de la palabra de Dios. La verdad es que Clear Word circuló ampliamente entre los adventistas, y hasta se usó en algunos púlpitos adventistas. Evidentemente, un pueblo al cual se le había enseñado que los escritos de White eran divinamente inspirados y autorizados no vio ninguna razón para que la redacción de la Biblia no pudiese ser alterada para que concordase con esos escritos.

Aunque la Iglesia Adventista reconoce la Biblia como revelación autorizada, en la práctica el mensaje bíblico se entiende como según los comentarios de Ellen White. Desde esta perspectiva, la Biblia no es la singular revelación de la voluntad de Dios, ni es el único modelo para la vida cristiana, sino que queda funcionalmente subordinada a los escritos de Ellen White. Tal posición niega la primacía de la Biblia y la dirección del Espíritu Santo en la interpretación de la Biblia por los creyentes.

Los puntos centrales de discusión de la Reforma no eran sólo puntos de doctrina sino también el papel de la Escritura misma. El término sola scriptura expresaba la posición de los reformistas de que la Biblia era la autoridad final, en contraste con la posición de sus oponentes de que la Biblia era autorizada por haber sido interpretada por una inspiración que existía dentro de la iglesia. El mismo punto de disputa del papel de la Escritura está presente en los problemas doctrinales que existen en la Iglesia Adventista hoy día. ¿Es la Biblia la "todo suficiente" y "la única e infalible regla de fe y práctica" como se afirmaba en las Creencias Fundamentales de la iglesia antes de 1980, o debe ser complementada por los escritos de otra autoridad?

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