Ellen G. White

¿FUERON LAS VISIONES

COPIADAS DE FOY?

Tomado de The Ellen G. White Research Project 


¿Quién era William Foy?

En 1835, William Foy, un afro-americano que vivía en Nueva Inglaterra, entregó su corazón a Jesús y se hizo miembro de la Iglesia Bautista de la Libre Voluntad. En 1842, mientras se preparaba para tomar las órdenes como ministro espiscopal, tuvo dos visiones.

Antes del 22 de octubre de 1844, Ellen Harmon lo oyó hablar en el Beethoven Hall en Portland, Maine. Algún tiempo después del Chasco de 1844, y sin que Ellen White lo supiera, Foy estuvo presente en una reunión celebrada al este de Portland en la cual ella habló y contó su primera visión. Mientras ella hablaba, ¡Foy se puso de pie y declaró que eso era lo que él acababa de ver!

La Sra. White tenía copias de las visiones de Foy

Las dos visiones iniciales de Foy se publicaron en un folleto en Portland, Maine, en 1845. Declaraciones posteriores de la Sra. White indican que, aparentemente, ella tenía copia de estas visiones.

En otra ocasión, fue Foy quien tuvo visiones. Había tenido cuatro visiones. Estaba en una congregación numerosa, muy grande. Se desplomó sobre el piso. No sé qué estaban haciendo allí, si estaban escuchando o predicando. De cualquier modo, él cayó al piso. No sé cuánto tiempo permaneció [en el piso] -- como tres cuartos de hora, creo -- y él tuvo todas estas [visiones] antes de que yo las tuviera. Fueron puestas por escrito y publicadas, y es extraño que yo no pueda encontrarlas en ninguno de mis libros. Pero nos hemos mudado tantas veces.  Foy tuvo cuatro. (Entrevista en 1906, publicada por el White Estate en 1987, MR 17, p. 95-96)
La Sra. White entrevistó a Foy

No solamente tenía la Sra. White los escritos de Foy, sino que ella asistía a las conferencias de él y hasta lo entrevistó:
 

Pregunta: ¿Lo entrevistó alguna vez?

Tuve una entrevista con él. Quería verme, y conversé un poco con él. Se habían hecho arreglos para que yo hablara esa noche, y yo no sabía que él estaba allí. Al principio no sabía que estaba allí. Mientras yo hablaba, oí un grito. Él es un hombre corpulento y alto, y el techo era bastante bajo, y él saltaba hacia arriba y hacia abajo, y oh!, él alababa al Señor, alababa al Señor.
Era justo lo que él había visto, justo lo que él había visto. Pero ellos lo alababan de tal manera que creo que le hizo daño. No sé que fué de él.

Pregunta: ¿Entonces Ud. asistió a las conferencias que dictó Foy?

Él vino a dictarla en el vestíbulo, en el gran vestíbulo donde estábamos nosotros, el Beethoven Hall. Esto fue un corto tiempo después de las visiones. Fue en Portland, Maine. Fuimos a Port Elizabeth para oír su conferencia. Mi padre siempre me llevaba con él cuando íbamos, y él iba en trineo, y me invitaba a subir con él, y yo viajaba con él. Eso fue antes de que yo lo conociera, de un modo u otro. (MR 17, pp. 96-97, Ms 131, 1906, pp. 1, 4-6. Ellen G. White Estate, Washington, D. C. 4 junio de 1987).

¿De Foy o de Dios? Decida Ud.:
 
 

Ellen G. White
Experiencia Cristiana y Visiones de la Sra. White
(1851)
William E. Foy
La Experiencia Cristiana de William E. Foy
(1845)
Todos los ángeles comisionados para visitar la Tierra tienen en su mano una tarjeta dorada, que ellos presentan a los ángeles que están a las puertas de la ciudad al entrar y al salir. (pp. 37, 39) Entonces contemplé incontables millones de seres resplandecientes que venían trayendo una tarjeta en la mano. Estos seres resplandecientes eran nuestros guías. Las tarjetas que ellos traían brillaban más que el sol, y las pusieron en nuestras manos, pero no pude leer el nombre de ellos. (pp. 10, 11) 
En cada lado del carruaje había alas, y debajo de él, ruedas. Y al rodar el carruaje hacia arriba, las ruedas clamaban Santo, y, al moverse, las alas clamaban Santo, y la comitiva de Santos Ángeles alrededor de la nube clamaba Santo, Santo, Santo, Señor Dios Todopoderoso. (p. 35) Había incontables millones de ángeles resplandecientes, cuyas alas eran como oro puro, y cantaban en alta voz, mientras sus alas clamaban santo. (p. 18)
Y al rodar el carruaje hacia arriba, las ruedas clamaban: "Santo," y las alas, al moverse, clamaban "Santo", y la comitiva de santos ángeles alrededor de la nube clamaba: "¡Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso!" Maranatha, 
p. 305
Detrás del ángel contemplé incontables millones de brillantes carruajes. Cada carruaje tenía cuatro alas como de fuego llameante, y un ángel seguía detrás del carruaje, y las alas del carruaje, y las alas del ángel clamaban a una voz diciendo "santo". (p. 18)
En un lado del río había el tronco de un árbol, y otro tronco del otro lado del río, ambos de oro puro y transparente... Sus ramas se inclinaban hacia el lugar en que nosotros estábamos, y el fruto era glorioso; parecía oro mezclado con plata. (p. 17)  Entonces, en medio de este lugar ilimitado, un árbol, el tronco del cual era como de vidrio transparente, y las ramas como de oro transparente, que se extendían por todo este lugar ilimitado... el fruto parecía racimos de uva en imágenes de oro puro. (pp. 14, 15)
Le pedí a Jesús que me permitiera comer del fruto. Él me dijo: "Ahora no. Los que comen del fruto de esta tierra ya no regresan más a la Tierra... (pp. 19, 20) 
Con voz encantadora, el guía me habló y me dijo: "Los que comen del fruto de este árbol ya no regresan más a la Tierra". (p. 15)
... en su mano derecha había una hoz afilada; en su izquierda, una trompeta de plata. (p. 16) Contra su pecho y sostenida por su mano izquierda, había lo que parecía una trompeta de plata pura... (p. 18)


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