Domingo Fernández Suárez
Capítulo 10
OTRAS CONSIDERACIONES
SOBRE LA CUESTIÓN
Habiendo ya probado que los cristianos gentiles no están, ni han estado nunca bajo la Ley de Moisés, y que los cristianos judíos tampoco están en ella, porque si están en Cristo, luego están muertos con él para la ley, y ahora están en un Nuevo Pacto, sin embargo conviene notar algunos puntos en relación con los argumentos adventistas:
Dice Génesis 2:2 que "Dios reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho, y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó". Pero no dice que mandó al mundo entero guardarlo como día de reposo. Hasta 25 siglos después de ese momento, en Éxodo 16:22, al recoger los israelitas doble cantidad de maná los viernes por primera vez, fue que Dios les mandó descansar el día "séptimo", el sábado. Cuando algunos de ellos fueron en sábado a recoger maná, fueron reprendidos con las palabras: "Jehová os dio el sábado... y el pueblo reposó el séptimo día" (Ex. 16:29-30). Así consta que tal descanso representaba algo nuevo para el pueblo de Israel, que no habían tenido hasta entonces. No lo habían tenido los patriarcas, tampoco lo tuvieron en el tiempo de su esclavitud en Egipto, ni después de la salida de Egipto y hasta este momento.
En Éxodo 20:8-10 y en Deuteronomio 5:12-15, el cuarto mandamiento dice: Guardarás el día de reposo para santificarlo. En el primer caso que citamos en el párrafo anterior, el motivo para el "sábado" de Dios es la conclusión de su obra Creadora en cuanto al universo material que nos rodea y nos incluye, aunque Dios no cesó de trabajar, ni cesará hasta que todas las cosas preparadas desde la eternidad sean cumplidas, y por eso Jesús dijo: Hasta ahora mi Padre trabaja y yo trabajo" ( Jn.15:16Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios). En el segundo caso, en el relativo al pueblo de Israel, las razones por las que Dios les mandó santificar el sábado están relacionadas con su estancia en Egipto y su liberación (Deuteronomio 5:15: Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo). Nehemías en 9:12, dice: y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley. ¿A quien le ordenó y prescribió? La respuesta del sujeto de la frase está en el mismo texto, un poco antes, en el versículo 9 y es "nuestros padres", también puede traducirse por "nuestros antepasados", los que salieron de Egipto. Para ellos y para su descendencia fue el mandamiento.
No hay ni un solo caso mencionable en el Nuevo Testamento es que a los cristianos gentiles se les prescriba guardar el sábado, antes en Romanos 14:1-23, donde se trata de cuestiones de conciencia, y apartadas de cualquier dogmatismo y disputa entre los cristianos, el apóstol dice algo tan claro como lo siguiente: "Recibid al débil en la fe... (El débil en la fe es aquel que tiene problemas de conciencia relacionados con cuestiones como esta o con comidas, etc., porque no ha entendido la libertad que Cristo trae a las vidas, y mientras no es instruido en esa libertad gloriosa de los hijos de Dios, tiene que ser recibido y tratado sin ponerle obstáculos con cuestiones como estas. Pero un débil no puede quedarse toda la vida en su debilidad, sino que tiene que fortalecerse creciendo en la gracia y en el conocimiento de las cosas espirituales). Pero no para contender sobre opiniones (opiniones, quiere decir, cosas opinables, cosas que dependen de perspectivas diferentes, desde culturales a sociales y tradicionales, pero que no son doctrinas, ni forman parte de un artículo de fe y necesidad cristiana),5Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 6El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace.
Estas cuestiones de "conciencia", no están relacionadas con "una obra necesaria" como complemento a nuestra salvación. Es decir, que estas cosas opinables, funcionan en el contexto del entendimiento de que los creyentes en Cristo que planteaban discusiones sobre esta cuestión, no lo hacían desde la perspectiva de una obra de parte del hombre necesaria para alcanzar la salvación, que complementase la "obra de la cruz", porque cuando la cuestión se planteaba en tal contexto, Pablo era inflexible, como ya lo hemos visto en los textos mencionados de Gálatas. Otra cosa es que los cristianos, plenamente convencidos de su salvación por gracia, por medio de la fe, discutiesen entre sí mismos, si el día de culto y reunión debiera ser el sábado ó el domingo, aportando argumentos de las propias Escrituras y de la tradición apostólica. En este caso, es cuando Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, afirma que todo este debate carece de relevancia, y que debe quedar a la conciencia del individuo, y que nadie tiene derecho a juzgar (a criticar a otro porque lo haga en una u otra fecha) a cualquiera que guarde ó dedique al culto el día que quiera, o ninguno. No olvidemos que muchos de los primeros cristianos eran esclavos gentiles y no les era posible determinar siquiera un día de descanso a la semana.
Los creyentes en los tiempos apostólicos, como ya se indicó a lo largo del escrito, por las citas que tenemos en el Nuevo Testamento, así como por los escritos de los primeros cristianos de los siglos II y III, normalmente se reunían a la caída del sol del primer día de la semana, y celebraban la cena del Señor. No existe ninguna referencia de que los cristianos gentiles en sus reuniones como pueblo de Cristo, se reunieran en sábado.
En colosenses 2:14-17, escribe Pablo (en traducción literal). Y a vosotros, estando muertos en los delitos y en la incircuncisión de la carne vuestra, os convivificó con él, perdonándoos todos los delitos; borrando el contra nosotros escrito a mano (la acusación) en los mandamientos (dogmas), que era hostil a nosotros, y lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz; despojando a los magistrados y a las autoridades (ver la misma frase y construcción en Lucas 12:11, es decir quitando "la causa" de aquellos que estaban facultados para juzgarla y consiguientemente condenar: los magistrados y autoridades), los exhibió en publico al triunfar sobre aquellos en ella. Que nadie, pues, os juzgue en comida ó bebida o con respecto a fiesta o lunas nuevas ó sábados.
Si en la cruz, con Cristo, quedaron borradas las acusaciones de nuestra trasgresión a la ley, y han sido quitadas "nuestras causas" acusatorias de "las manos" de los magistrados que las tenían para juzgarnos, y en su muerte fueron pagadas nuestras culpas ocasionadas por la acusación de una ley que para nosotros era imposible de cumplir y guardar en su totalidad. Y Cristo exhibió públicamente ante los magistrados y autoridades que él, siendo inocente, santo y sin mancha, habiendo cumplido perfectamente la ley, pagó, no por si, sino por nosotros la deuda que nosotros teníamos con la justicia divina (la paga del pecado es la muerte), y al morir él, el justo por los injustos, y nosotros muriendo a ley con él, nuestra deuda y sentencia quedó pagada, para que de ahora en adelante ya no vivamos para nosotros, sino para Aquel que murió en nuestro lugar.
Ahora ya no tenemos que estar sujetos a los rudimentos del mundo, porque aquellos eran la sombra de Cristo. Pero ahora que Cristo vino, la sombra ya no tiene valor ni objeto. Pablo reprendió a los Gálatas diciendo: ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, las estaciones y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros. No hay palabras más claras que puedan decir que no tenemos ninguna obligación que implique guardar ni el sábado, o el domingo ó cualquier otro como un día sagrado.
El sábado fue una figura y tipo del descanso que obtiene en la obra redentora de Jesucristo todo aquel que se siente trabajado y cargado y acude a él para que le haga descansar. Descansar de sus esfuerzos inútiles por agradar a Dios a través de sus obras, y de sus justicias, que no son más que trapos de inmundicia.
El descanso del pueblo de Dios no es un día, sino también un símbolo del disfrute de las promesas de Dios. Así como explica Hebreos 3, los que desobedecieron provocaron a Dios, no pudieron entrar en "su reposo", no recibieron las promesas de la herencia terrenal, sino que cayeron en el desierto (Heb.3:17-19), así también y en el capitulo 4 de la misma epístola se relaciona tanto el séptimo de la creación como el séptimo día del que habló Josué al pueblo de Israel, con la entrada en el reposo de Dios (vers. 4, 5, 8), y tanto aquel descanso de Dios, como el de Israel, con un tiempo de gracia y de salvación, que es HOY, que es nuestra dispensación de gracia. Por eso se fija UN NUEVO DÍA: HOY El tiempo es ahora (11), y el descanso es entrar a formar parte de un cuerpo que Dios está construyendo, cuya cabeza es Cristo, y al que pertenecen todos sus redimidos.