AToday: Dr. Ford, deseo agradecerle nuevamente que haya permitido al Foro de Adventist Today
discutir francamente sus puntos de vista relativos a la teología
Adventista y la historia de la Iglesia. Debe usted saber que la
gran mayoría de los comentarios que recibimos sobre su
entrevista fueron muy favorables y positivos. Para muchos, la
entrevista "Reflexiones Sobre el Adventismo" pareció aclarar el
debate de Glacier View y reforzar el hecho de que este conflicto
teológico e histórico permanece mayormente sin resolver
en la actualidad.
AToday: PREGUNTA #21.
Durante la discusión abierta y franca en el Foro de AToday, ha
sido evidente para muchos, después de leer su entrevista y
escudriñar las Escrituras, que el Nuevo Testamento NO apoya la
posición tradicional Adventista sobre el Juicio Investigador.
Sin embargo, algunos han tomado la posición de que, a despecho
de esta obvia carencia de apoyo en el Nuevo Testamento, la doctrina del
Juicio Investigador puede todavía apoyarse en el Antiguo
Testamento POR SÍ SOLO. Afirman que esta singular doctrina no
necesita ningún apoyo en el Nuevo Testamento para que sea
válida todavía. Arguyen que esta "verdad especial" ha
sido revelada (abierta) a la Iglesia de Dios en los últimos
días. Así que, dicen ellos, esto explicaría por
qué a los apóstoles nunca se les informó de la
fecha de 1844 y por qué no hay ninguna referencia clara a esta
doctrina en el Nuevo Testamento. Para seguir el argumento, suponiendo
que 1844 se pueda demostrar con el Antiguo Testamento,
¿tendría esta lógica alguna validez
teológica? ¿Cuán importante es el Nuevo Testamento
para establecer profecías y doctrinas para nosotros en la
actualidad?
Dr. Ford:
¡SI EL JUICIO INVESTIGADOR PUDIESE APOYARSE EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO POR SÍ SOLO, SERÍA MILAGROSO, PERO NO LO
SUFICIENTE! Nosotros no somos judíos literales, sino el
Israel espiritual, y el Nuevo Testamento siempre tiene el voto en
cuestiones de doctrina. Hebreos 1:1 contrasta la
revelación por medio de Jesús con las anteriores e
inferiores revelaciones por medio de los profetas. Judas 3 habla de "la
fe que ha sido dada una vez a los santos", que es una referencia al
evangelio del Nuevo Testamento, que vino de Cristo y los
apóstoles. Cuando Jesús afirmaba repetidamente: "Pero yo
os digo", no estaba contradiciendo al Antiguo Testamento, sino
trascendiendo la manera en que sus contemporáneos lo
interpretaban. La Biblia nos amonesta siete veces que: "En boca de dos
o tres testigos conste toda palabra". Ningún texto solitario en
ninguno de los dos Testamentos es suficiente para hacer válida
una doctrina, y el Antiguo Testamento sin el Nuevo no es una
guía cristiana. En el Monte de la Transfiguración,
Moisés y Elías desaparecieron y los discípulos "no
vieron a nadie, sino a Jesús solamente". La palabra es para
nosotros. Moisés y Elías - la ley y los profetas -
sólo tienen sentido si son interpretados por medio de Cristo y
del testimonio que Él ha dado por medio de los apóstoles.
Si 1844 no puede apoyarse en el Nuevo Testamento, entonces no puede
considerarse una doctrina cristiana válida. ¡No puede,
así que no lo es!
Dr. Ford:
Entre todos los exégetas, excepto los Testigos de Jehová
y los ASD, la teoría de día por año murió
hace más de un siglo (véase el libro de Kai Arasola El Fin del Historicismo).
Los textos de Números y Ezequiel no tienen nada que ver con
símbolos apocalípticos. Uno apunta atrás, a
días literales, y predice cuarenta años literales por
venir, que corresponden a los días de vagar a causa de
incredulidad. El otro texto describe al profeta haciendo ciertas cosas
en el futuro en días literales que corresponden a años
literales del pasado. Aquí no hay paralelo con los
números simbólicos apocalípticos. Además,
ninguna de las fechas usadas es históricamente correcta. Los
ostrogodos no fueron exterminados para el año 538 d. C., ni la
persecución de la Edad Media duró hasta 1798. En griego,
la herida "mortal" mencionada en Apocalipsis 13:3 significa "herida de
muerte". Esto no encaja con el encarcelamiento temporal del Papa, pero
sí se ajusta a la descripción del capítulo
precedente, en que el diablo recibió legalmente su herida mortal
en la cruz.
La edición revisada del Comentario Bíblico Adventista
dice, en Daniel 9:24-27, que no hay envuelto ningún principio de
día por año - el texto está hablando de una semana
de setenta años, es decir, 490 años. No hay ningún
día por año aquí - la palabra traducida como
"semanas" significa "sietes", y el contexto es en términos de
los setenta años de la cautividad babilónica. Si recuerdo
correctamente, el libro ASD Discusiones Doctrinales
dice esto también. Todos los números en la
apocalíptica son símbolos - por ejemplo, tres y medio es
un siete interrumpido, y apunta a agitación y trastornos, y los
42 meses es una alusión a Mateo 1 y las 42 generaciones que
alcanzan hasta la venida de Cristo.
AToday: PREGUNTA #23.
En la Parte 1 de su entrevista, usted llamó la atención
al punto siguiente. Aunque Daniel 8:14 habla de 2300 días, la
palabra hebrea para "días" es realmente la expresión
ambigua "tardes y mañanas", que la mayoría aplica a los
holocaustos. Así, muchos exégetas están
afirmando que,en vez de 2300 días, sólo se trata de 1150
días. Por favor, explique este razonamiento. ¿No se
compone un día (o un día de sacrificio) de un sacrificio
en la mañana y un sacrificio en la tarde? Si es así,
¿qué diferencia hay entre decir "2300 días" y
decir "2300 tardes y mañanas"? Si la expresión
"tarde-mañana" debe aplicarse para que incluya tanto el
sacrificio de la mañana como el sacrificio de la tarde, entonces
eso todavía equivale a un día. ¿No se ajusta este
lenguaje al relato de Génesis también? Por lo tanto, no
hay ninguna diferencia entre decir "2300 días" y decir "2300
tardes y mañanas", puesto que ambas expresiones consisten de un
día. ¿Puede usted explicar esto?
Dr. Ford: Yo simpatizo con los que hacen preguntas relativas a la
interpretación de los 2300 días. Yo mismo traté de
defender eso durante algunos años, pero finalmente me
rendí ante el peso de la evidencia.
La frase en hebreo es única, y no es la misma que la de los
versículos relativos a las tardes y las mañanas en
Génesis. El versículo 26 de Daniel 8 es crucial. En
él, el artículo aparece delante tanto de la tarde como de
la mañana, lo que significa que deben considerarse por separado,
y no ponerse juntos, como si fuesen una sola cosa. Esto concuerda con
el contexto, que habla de quitar los sacrificios de la tarde y la
mañana. Observe, por favor, que el contexto es claro en su
referencia a que un poder maléfico (el cuerno pequeño, el
Anticristo) profana el templo durante este período. Por
supuesto, esto no encaja con la posición tradicional Adventista.
Ni la Roma pagana ni la papal pueden enlazarse con el año 457 a.
C. La referencia es principalmente (aunque no solamente) a la obra de
Antíoco Epífanes, como lo declaran I y II Macabeos.
Véase también Juan 10:22, que, como se señala en
los márgenes de algunas Biblias, se refiere a la
celebración de Hanukkah - la purificación por parte de
los macabeos de la profanación en el templo causada por el
anticristo del Antiguo Testamento.
Siegfried Horn señaló esto hace mucho tiempo a los
dirigentes de la Conferencia General cuando la Southern Publishing
Association había suspendido la impresión de mi primer
libro Daniel. Horn dijo que
haríamos el ridículo si no veíamos que el cuerno
pequeño de Daniel 8 señalaba inicialmente a
Antíoco. La gran mayoría de los eruditos (incluyendo los
eruditos Adventistas) ahoran adoptan esta posición, y la Biblia
de las Buenas Nuevas traduce Daniel 8:14 como sigue: "Continuará
durante 1150 días, durante los cuales los sacrificios de la
tarde y la mañana no se ofrecerán. Luego, el templo
será restaurado".
Hay que decir también que, en hebreo, "tarde" y
"mañana" se refieren a puntos en el tiempo, no a períodos
como la noche y el día.
Además, la Escritura dice
que todos debemos comparecer ante
el trono del juicio de Cristo. ¿Es ésta una referencia al
"juicio pre-advenimiento" o a la Segunda Venida? ¿Y la
parábola de la fiesta de bodas en Mateo 22? ¿Es ella una
referencia al Juicio Investigador, como algunos aseguran?
También sabemos que hay muchos lugares en las Escrituras que
hablan de un juicio futuro, y que las Escrituras también dicen
que, si una persona cree en el evangelio, no vendrá a
condenación. Sin embargo, en otro lugar (1 Pedro 4:17), dice que
"el juicio debe comenzar con nosotros". ¿Y qué de las
porciones de las Escrituras que hablan de que "los libros se abrieron"
y el juicio? ¿Podría explicar, por favor, la
enseñanza de Nuevo Testamento sobre este tema para que podamos
actualizar, clara y bíblicamente, aquellos antiguos
gráficos Adventistas del siglo diecinueve?
Dr. Ford:
Los gráficos Adventistas sobre los acontecimientos finales dejan
mucho que desear. Por ejemplo, interpretar la bestia de dos cuernos de
Apocalipsis 13 simplemente como los Estados Unidos no soporta una
prueba exegética. Como señalé en Crisis!
hace veinte años, el peso abrumador de la evidencia
exegética dice que, en contraste con la primera bestia de
Apocalipsis 13 (que representa un gobierno totalitario al cabo del
tiempo - y en cierto sentido en todos los tiempos, incluyendo el siglo
primero), la segunda bestia apunta a la religión apóstata
que refuerza a un gobierno malvado para sus propios fines, como en
Apocalipsis 17, donde la mujer vestida de púrpura cabalga sobre
la bestia. Juan está aludiendo a las advertencias de su
Señor contra los que vendrían como lobos vestidos de
ovejas, es decir, los falsos profetas. Tres veces en Apocalipsis esta
segunda bestia es llamada "el falso profeta". Me alegró ver que,
hace como un año, la Review
publicó un artículo de Jon Paulien que decía esto.
Así que es necesario que actuialicemos la escatología
Adventista en varias áreas.
Los gráficos Adventistas tampoco han reconocido que la prueba
final sobre el evangelio envuelve más que la observancia del
sábado, aunque estoy seguro de que incluyen esto último.
Todas las señales externas de la fe cristiana serán
prohibidas un día - el bautismo, la Cena del Señor, la
observancia del sábado. Apocalipsis está diciendo que, en
los últimos días, habrá una falsa trinidad (el
dragón, la bestia, y el falso profeta). Esta falsa trinidad se
compone de un falso Cristo (la bestia que se describe primero en
Apocalipsis 13), un falso Espíritu Santo que hace caer un falso
fuego pentecostal (la segunda bestia), un falso evangelio y una falsa
ley (de aquí las alusiones a la mano y a la frente, que reflejan
los tres pasajes del Antiguo Testamento, en que se les dijo a los
israelitas que escribiesen la ley en sus manos y en sus frentes). La
marca de la bestia tiene como naturaleza esencial que refleja el
carácter de Satanás, mientras que el sello de Dios
señala lo opuesto - refleja el carácter de Cristo. Esto
se deja claro en Apocalipsis 14:1 y otros pasajes, en los que el
"nombre", como siempre en las Escrituras, representa el
carácter. Compárese con Éxodo 34.6, 7. Los que
rechacen el mensaje del último evangelio se convertirán
en asesinos y mentirosos, como su padre espiritual, el diablo
(véase Juan 8:44). Los santos llevarán la marca de la
cruz en sus vidas como Jesús su Señor (véase
Ezequiel 9, en que la palabra hebrea para marca es tau, y significa una
cruz). (Ellen White también menciona esto, cuando dice en un
lugar que "la mente inteligente del ángel que registra ha visto
la marca de la cruz en las frentes de los hijos adoptivos y las hijas
adoptivas del Señor" - cito aproximadamente de memoria) . Tanto
la marca de la bestia como el sello de Dios tendrán sus propias
formas externas, que indican desobediencia u obediencia a la ley de
Dios.
Por supuesto, la enseñanza menos soportable en los
gráficos cronológicos es la de 1844. La Biblia no da
ninguna fecha profética para el surgimiento de la Reforma ni
para el gran reavivamiento de Wesley, pero ellos eran claramente de
origen divino. De modo similar, al Adventismo, aunque suscitado por
Dios, no se le ha asignado fecha profética. Las fechas
proféticas después del fin de las setenta semanas de
Daniel 9 no existen, y Cristo prohibió buscarlas (Hechos 1:7) -
siendo la razón que el fin podría haber llegado en
cualquier momento en que la iglesia hubiese llevado el evangelio al
mundo entero (Mateo 24:14; 2 Pedro 3:12). Esto no quiere decir que Dios
se está mordiendo las uñas preguntándose con
ansiedad cuándo cumplirá la iglesia su tarea. Conocidas
por Dios son todas sus obras desde la fundación del mundo. No
debemos perder de vista ninguna de las dos verdades - la
soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre. Dios
está mostrando al universo la completa falta de poder del mejor
de los seres humanos, a menos que esté plenamente poseído
por el evangelio de la gracia. La fecha de 1844 no es profética.
La mayoría de los pasajes de las Escrituras que describen el
juicio son parabólicos. En cada ocasión en que se
encuentran el tiempo y la eternidad, como al principio y al fin de las
Escrituras, hay que usar parábolas o simbolismo. La realidad
trasciende nuestros sentidos y nuestra comprensión. Así
que el juicio puede representarse como una escena de bodas, como hacer
cuentas con los siervos, como reunir las ovejas y los cabritos, como
separar los peces capturados por la red del evangelio, como quemar la
cizaña, como una cosecha, como una sesión de tribunal,
como contemplar un panorama de destrucción desde la Santa
Ciudad, etc. La última parábola de Mateo 25 da una
visión telescópica que empalma la realidad del juicio de
la Segunda Venida con la de la tercera. Esto ha sido reconocido hace
mucho tiempo por los eruditos (véase la obra Teología Sistemática, de Buswell, por ejemplo).
En cuanto a la parábola de Mateo 22, es una de las varias
parábolas sobre el juicio, y es un gran error tomar un detalle
de cualquier parábola y construir una doctrina basada en
él. No deberíamos hacer eso con la parábola del
rico y Lázaro, ni hacer que los ASD abogasen por la
práctica de que los hombres usasen anillos como resultado de
haber leído la parábola del hijo pródigo, en que
éste recibe un anillo de su padre. Mateo 22 nos señala a
la misma fiesta que Apocalipsis 19 - la cena de bodas del Cordero.
Está preguntando a todos los que desean estar allí si
confían en los trapos de su justicia o en las vestiduras
proporcionadas (o imputadas) por el rey. Viendo que tiene este detalle
en un marco de juicio, sospecho que, aunque Mateo 22 advierte contra
los trapos sucios de nuestra propia justicia, también puede ser
un recordatorio de que la justicia imputada siempre produce el fruto
del Espíritu Santo impartido. ¡Lo único que no
está diciendo es nada acerca de 1844! Ni el Nuevo Testamento ni
el Antiguo Testamento saben nada acerca de 1844.
En cuanto a 1 Pedro 4:17, esto es parte de los esfuerzos de Pedro
para estimular a los creyentes a soportar la persecución. Desde
el principio hasta el fin de esta carta, los ojos del apóstol
están puestos en las ardientes pruebas que comenzaban a
sobrecoger a la iglesia. Este versículo en particular recuerda a
sus lectores que, cuando Dios permite que las calamidades sobrecojan a
las naciones, Él por lo general comienza con los suyos
(véase Isaías 10:12; Jeremías 25:29; Ezequiel 9:6;
y especialmente Lucas 23:31). Este es uno de siete estímulos
específicos que se encuentran en los versículos 12-19.
Pero, ciertamente, nada en este versículo ni en su contexto
tiene nada que ver con la posición Adventista tradicional sobre
el Juicio Investigador.
En relación con el juicio de Apocalipsis 14:7, esto no es una
referencia a 1844 ni a que los santos estén siendo juzgados en
el cielo, sino a la Segunda Venida, como lo entendieron correctamente
William Miller y el movimiento Adventista. Observe que los mismos
términos ocurren en Apocalipsis 18:10: "En una hora ha venido tu
juicio", pero que la referencia es claramente a Babilonia. Por
supuesto, el juicio de Apocalipsis 14:7 es el mismo juicio. El
versículo siguiente deja ver claro que los impíos
(Babilonia) son su blanco. En literatura apocalíptica, se
promete regularmente el juicio para los perseguidores del verdadero
pueblo de Dios, y es por eso por lo que se refiere al juicio como "las
buenas nuevas".
El juicio pre-advenimiento puede encontrarse en Apocalipsis 22:11,
12. Esto es necesario porque, al regreso de Cristo, los justos muertos
deben ser resucitados. La Biblia no dice que, en el Segundo
Advenimiento, todas las personas serán resucitadas de la muerte
para enfrentarse al juicio. En lugar de eso, afirma claramente que la
resurrección de los muertos es el fruto del juicio precedente.
Si ha de haber dos resurrecciones - una de los santos y otra de los
impíos - la decisión sobre quién está en
cada categoría debe hacerse antes de que ocurra cualquiera de
las dos. Las Escrituras dicen que el Señor conoce a los suyos.
El Buen Pastor conoce a sus ovejas, pero, al despojarse de sus
vestiduras sacerdotales y ataviarse como rey, nuestro gran Intercesor
concederá finalmente la justificación escatológica
a todos los vivos o a los que alguna vez vivieron y confiaron solamente
en los méritos de Él, y cuyas vidas, aunque lejos de ser
perfectas, reflejan la confianza y la calidad de vida que
inevitablemente resulta de ello.
Así que el juicio final, por lo que concierne a los
creyentes, comienza con el anuncio formal de Apocalipsis 22:11, 12, y
se consuma con la resurrección de los justos muertos para que se
unan a los santos trasladados. Así que cada una de las
descripciones bíblicas del juicio final lo enlaza con el fin del
mundo. (Debo añadir que la posición amilenial de
Apocalipsis 20 ahora es anticuada entre la mayoría de los
exégetas, y la realidad de dos resurrecciones de los muertos
separadas por un intervalo de tiempo es reconocida casi universalmente.
En el momento en que pensé escribir sobre este tema, el difunto
profesor y doctor F. F. Bruce me aseguró que sería una
tarea innecesaria, pues la batalla había sido librada y ganada).
El destino de los santos es anunciado en la corte celestial por
nuestro gran Sumo Sacerdote, al preparase para iniciar su descenso a la
tierra. Sólo se necesita un momento, no ciento cincuenta
años, pero el juicio es necesario, porque las Escrituras no
enseñan que "una vez salvo, siempre salvo", sino más bien
"el que persevera hasta el fin, éste será salvo". La
verdad y el error están muy cerca entre sí. La Biblia no
enseña una religión de yo-yo, constantemente dentro y
fuera de la salvación. Por el contrario, mirar a Jesús,
aunque sea regularmente de rodillas desde el lodo del fracaso,
significa que somos aceptados por Él. Somos "completos en
Él", "aceptos en el amado". La justificación es por fe
solamente en todo momento, no sólo al principio del peregrinaje
cristiano. Así, pues, somos justificados por fe solamente
aún en el último momento del examen escudriñador
del Omnisapiente. Pero esa condición santa está
acompañada por la evidencia de un carácter transformado,
aunque todavía imperfecto. Jesús continúa siendo
nuestro sustituto en el último gran día, no solamente en
la cruz o cuando comenzamos a caminar como cristianos. Esta
atribución o imputación de mérito es un acto
sacerdotal, y se lleva a cabo al fin mismo del ministerio sacerdotal de
Cristo. Para los cristianos fieles, el juicio es ahora una fiesta
(véase Mateo 22:8-12).
Así como el destino de los creyentes es decidido antes de las
recompensas a la venida de Cristo, así también
será con el destino de los impíos. Apocalipsis 20:10-15
es declarativo y ejecutivo, pero se basa en la decisión previa
de Apocalipsis 22:11, 12, que les dejó en sus tumbas a la
Segunda Venida para esperar su rebelión y su castigo finales. La
razón de que hasta los impíos muertos deban resucitar es
que Cristo, por medio de su muerte expiatoria y su vida meritoria,
compró la inmortalidad para todos. La segunda
resurrección es evidencia de que, a causa de la cruz, todos los
impíos tienen derecho a la vida que fue comprada para ellos para
el Salvador. Pero su rechazo del don queda demostrado por su ataque
asesino contra los santos en la Santa Ciudad.
Cualquier discusión completa del Juicio debe señalar
que, así como los sucesos venideros proyectaron su sombra antes,
así también sucederá con el juicio final.
Según Juan 12:31, el Calvario también fue un Día
de Juicio cuando Cristo se hizo maldición por nosotros y
llevó la pena del pecado de la raza humana. Los acontecimientos
de aquellas horas trágicas reflejan de muchas maneras las
realidades del juicio final. Así, vemos a Cristo en lo alto y
exaltado, separando a los salvos de los perdidos, como lo reflejan los
dos ladrones y las multitudes delante de él. (Jerusalén
estaba llena de aproximadamente tres millones de personas en el tiempo
de la Pascua. Es un error representar la cruz rodeada por unos pocos
creyentes compasivos. La verdad es que debe haber habido miles
presentes y contemplando el singular y terrible espectáculo).
Mateo 27:52, con su registro de resurrección y la entrada de los
resucitados en la Santa Ciudad, también prefigura el fin del
tiempo. Hay un sentido en que el Nuevo Testamento coloca el tiempo del
fin y la resurrección de los muertos desde la cruz misma
(véase Hebreos 9:26, etc.).
Hemos dejado para último el punto más importante de
esta discusión. La Biblia también afirma claramente que,
al proclamarse el evangelio, los que lo oyen son juzgados en ese punto
por medio de su respuesta (véase Juan 3:17, 18, 36). Creer al
registro de Juan 3:16 concede la justificación - el veredicto
anticipado del juicio final. Esta justificación es nuestra en el
momento en que creemos. En ese punto de la fe, que es el don de Dios
para todos los que no se resisten al evangelio, se concede la vida
eterna (véase Juan 5:24). Este versículo a menudo ha sido
malentendido, como si enseñase que no hay juicio para el
creyente. Esta interpretación es contraria a 2 Corintios 5:10,
Romanos 14:10, y muchos otros pasajes. El término griego que se
encuentra en Juan 5:24 significa juicio en el sentido de
condenación. El creyente SERÁ JUZGADO para ver si
él o ella ha permanecido en la fe, pero el alma que
confía NUNCA PODRÁ SER CONDENADA en el último gran
día ni en ningún momento anterior a aquél en que
escogió a Cristo. Nunca tenemos que estar ansiosos con
respecto a lo que Dios piensa de nosotros, sino sólo con
respecto a lo que Él piense de Cristo, nuestro sustituto. En
todo momento de la fe, el creyente es considerado cien por ciento justo
por amor a Cristo. Si consideramos la realidad más íntima
de la cruz, esta verdad se hace evidente. ¿Por qué
Cristo, el Santo y Perfecto, está siendo tratado en el Calvario
como si fuese impío? Para que yo, que SOY impío, pudiese
ser tratado como santo. ¿Por qué Cristo, el inocente, fue
tratado como culpable? Para que yo, el culpable, pudiese ser tratado
como inocente. Romanos 4:8 pronuncia una bendición para todos
los creyentes, porque a ellos NUNCA se les inculpa de pecado a pesar de
sus fracasos e imperfecciones. ¡Buenas nuevas de veras! Ese es el
evangelio que un día sacudirá el mumdo y lo
preparará para el Juicio Final.
Hay que subrayar otro punto. No basta que el gran Juez sea justo;
debe ser evidente para todas sus criaturas que lo es. De aquí
las repetidas afirmaciones de la Escritura en sus últimos
capítulos diciendo que finalmente todos reconocerán que
los caminos de Dios son verdaderos y completamente justos. La
referencia a libros en el juicio es una manera simbólica de
expresar la verdad de que las razones de las decisiones de Dios
serán claras para todos en el universo entero - los
ángeles, los principados y las potestades, y los seres humanos.
Dr. Ford:
Una razón fundamental de que se entienda mal el Juicio es la
idea de que Dios tiene que funcionar de una manera restringida lineal,
como lo hacen los jueces mortales finitos. Como Omnisapiente, Infinito,
Omnipresente, y Omnipotente, Dios no necesita registros de
información, ni tampoco tiempo prolongado para tomar decisiones
en relación con el destino eterno de los seres humanos. Cada vez
que el tiempo y la eternidad se intersectan tanto al comienzo como en
el fin del mundo, la Escritura recurre a figuras de lenguaje,
incluyendo metáforas y parábolas. Así, el Juicio
puede ser representado como un tribunal, una cosecha o una vendimia, o
hasta como una cena de bodas. Hasta se emplea el trabajo de un pastor
al separar las ovejas de los cabritos, y la figura de un pescador que
desecha de su red los peces que no quiere.
2 Timoteo 2:19 afirma que el Señor ya sabe quiénes son
suyos. Juan 10:3 dice que, como el buen pastor, Él conoce el
nombre de cada una de sus ovejas. Según Salmos 33:9, a la simple
orden de Dios, toda la creación se desplegó delante de
Él. El caso es idéntico a todos los hechos concernientes
a cada vida que alguna vez existió.
Daniel 7:9, 10 usa imágenes apocalípticas para
representar la memoria de Dios, pero todavía debe observarse
cuidadosamente que es la hueste del Anticristo, no los santos, el
centro de la atención aquí. El contexto indica claramente
al Anticristo como el centro, y afirma que el juez "se sentará y
le quitará su dominio" (véase Daniel 7:26, que sigue
inmediatamente al relato de las obras impías del cuerno
pequeño). Los santos son automáticamente vindicados al
ser condenados sus opresores. La apocalíptica siempre tiene como
su centro la vindicación de los fieles por medio de la
condenación de sus enemigos. Así, Apocalipsis 18:10
explica Apocalipsis 14:6. Ambos versículos tratan del juicio
contra la impía Babilonia, no contra los creyentes en el
evangelio.
Hechos 17:30, 31; Romanos 2:15, 16; Eclesiastés 12:13, 14,
etc., se explican con los principios presentados más arriba. 2
Timoteo 4:1 dice que el juicio se lleva a cabo mediante la
aparición y el reino de Cristo. Pero el acontecimiento del
juicio se presenta por medio de parábolas y metáforas.
Así, tenemos las analogías de un tribunal humano, la
cosecha, la vendimia, una cena de bodas, un pastor que separa las
ovejas de los cabritos en la manada, un pescador que devuelve al mar
los pescados que no quiere, etc. En Apocalipsis 20:6 se nos dice que
sólo los bienaventurados y santos se levantarán en la
primera resurrección. Por lo tanto, todos los destinos
habrán sido decididos antes de que se abran las tumbas
(véase Apocalipsis 22:11, 12). En Apocalipsis 20:12, no tenemos
una amenaza de que los santos deban ser enjuiciados una segunda vez.
Ese versículo sólo dice que todos los que hayan aceptado
a Cristo son inmunes a este juicio, que sigue al milenio, pero que
todos los demás se perderán. Todos los textos sobre el
juicio deben interpretarse en armonía con Juan 5:24 y Romanos
4:8. Los muchos defectos de los
santos que tienen fe no pueden producir condenación, ni se les
imputan, ni se les toman en cuenta, ni se registran a sus nombres.
Así lo dice la Escritura, clara y enfáticamente. Bendito
sea el Señor por esa maravillosa y gozosa verdad.
1 Juan 1:9 no está diciendo que la salvación depende
de una buena memoria. Sólo está diciendo que, al escuchar
el evangelio y al sernos ofrecido Cristo, debemos responder a los
ruegos del Espíritu reconociendo nuestra culpa, confesando
nuestros pecados. No significa repetir una lista de los más
antiguos recuerdos que encontramos hurgando en nuestra memoria. Muchas
veces, no recordamos muchos de nuestros pecados, por cuanto pecado es
la más ligera desviación en pensamiento, palabra, u obra
de lo que nuestro padre Adán pudo haber hecho. Pecado es
más lo que SOMOS que lo que hemos HECHO. En pasajes como
Apocalipsis 3:5, Cristo nos recuerda que la fe es como el respirar.
Debe ser continua. Si yo, deliberada o descuidadamente, dejo de tener
en cuenta al Salvador y le dejo fuera de mi vida, le niego a Él,
y Él me negará a mí. Sin embargo, un millón
de defectos no pueden producir ni la más mínima jota ni
la más mínima tilde de condenación si, con las
rodillas ensangrentadas y el rostro cubierto de lágrimas,
todavía miro a la cruz y a mi Sustituto, que murió
allí colgado por mí. Por tanto, regocijaos en Romanos
8:1, y no seáis movidos de allí ni por el legalismo ni
por el perfeccionismo. "Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús".
Dr. Ford:
La mayoría de los Adventistas no comprenden la enseñanza
bíblica sobre la glorificación. Romanos 8:23 dice que
gemimos (el gemido de Romanos 7:14-25) hasta la redención de
nuestros cuerpos. Es sólo cuando veamos al Cristo que regresa
que seremos como Él es - sin pecado. Mientras estemos en este
cuerpo mortal, jamás podremos ser como el intachable Adán
antes de la caída, ni como el intachable Cristo en los
días de su carne. Véase 1 Juan 3:2, 3; Santiago 3:2;
Romanos 3:23 (nótese el tiempo presente continuo de
"destituidos"), 1 Juan 1:8; Mateo 6:12; y 1 Corintios 15:51-56. El
pecado jamás es registrado, contado, ni imputado a los que
están en Cristo (Romanos 5:8). Esto no estimula el
antinomianismo, sino que quebranta nuestros corazones.
Después del decreto de Apocalipsis 22:11, 12, al estar
Jesús a punto de venir, los creyentes ya no están en
tiempo de gracia. Su caso está cerrado - han sido justificados
escatológicamente, cuya consumación fue
legítimamente suya desde el primer momento en que confiaron en
el Salvador. El hecho de que han sido preparados para enfrentarse a la
muerte misma antes que ser desleales a Cristo se demuestra en la crisis
final descrita en los versículos finales de Apocalipsis 13.
Ahora están tan establecidos en la verdad del evangelio que la
tentación ha perdido su poder. El pecado voluntario y
premeditado ya no es una opción para ellos. Recuérdese
que el tiempo de angustia final será una experiencia de
"invernadero", en que tanto los santos como los impíos
madurarán rápidamente. En las últimas,
culminantes, y caóticas horas, pecar será como danzar al
borde de un precipicio. Los santos serán protegidos por el
Espíritu que mora en el interior, que Jesús
prometió que permanecería con ellos para siempre. (Ese
Espíritu sólo es retirado de los impíos, nunca de
los creyentes).
Aunque los creyentes de Apocalipsis 14:4, 5 - los trasladados -
siguen al Cordero de todo corazón mientras esperan su venida,
continúan en cuerpos pecaminosos hasta el momento de la
glorificación (1 Tesalonicenses 4:17). Pero, a causa de su
aceptación por fe de los méritos de Cristo que les han
sido imputados, son considerados "sin mancha" en las últimas
horas de su historia terrenal como durante todo su peregrinaje en la
tierra. Ellen White enseña todas estas cosas. Por ejemplo, en el
capítulo sobre El Tiempo de Angustia, ella declara muy
enfáticamente que hasta los santos son imperfectos en la fe
aunque sean absolutamente leales. En varios lugares, la Sra. White
enseñó que tenemos que combatir el pecado hasta la muerte
o la traslación - las tentaciones de adentro y las de afuera.
Ella declara enérgicamente que ninguno de los apóstoles
aseguró jamás ser sin pecado. Nosotros no vamos a
trascenderlos en santidad. La Biblia no dice nada de una "super"
generación que trasciende a todas las demás en santidad.
Esa antigua tradición no tiene ningún fundamento en
absoluto.
Dr. Ford:
En el sentido bíblico, ser bueno es ser fiel a los deberes hacia
Dios y hacia el hombre, ser poseído de amor tanto por el Creador
como por el prójimo. Los incrédulos pueden ser
éticos hacia sus prójimos, pero no pueden ser buenos en
el sentido bíblico si ignoran sus deberes hacia el Dador y
Conservador de sus vidas. No es verdaderamente buena ninguna vida que
ignore la suprema realidad del universo - el amoroso y generoso Padre
celestial.
Dr. Ford:
Yo había apartado una hora todos los días para aconsejar
a todos los que deseasen verme - era la hora antes del comienzo de
clases. Hora tras hora, andaba constantemente a la carrera a causa de
mi intensa carga de clases y otras responsabilidades. Casi todas las
semanas, estaba fuera dos o tres días asistiendo a reuniones
evangélicas, y cuando no estaba fuera, enseñaba en un
teatro de conferencias lleno durante la Escuela Sabática.
Jamás rechacé la solicitud de ningún estudiante
para una entrevista, aunque sí conversé con algunos de
ellos mientras iba de un aula a otra. Entonces como ahora, personas de
varios países se comunicaban y se comunican conmigo
constantemente para hacerme solicitudes. Lamentablemente, estoy
limitado en cuanto a lo que puedo hacer, a pesar de mis noches muy
cortas.
Dr. Ford:
Yo no rechazaría a nadie que confíe plenamente en los
méritos de Cristo, sin importar si guarda el domingo o el
sábado, si ha sido bautizado por aspersión o por
inmersión, si es carnívoro o vegetariano. Sí, con
gusto entraría en amigable discusión hasta de esos temas,
en la creencia de que se debe buscar siempre la verdad mayor. No somos
gnósticos que creen en la salvación por medio del
conocimiento. Un autor, al que conocemos bien, afirmó que
quitarle la cruz al cristiano sería como borrar el sol del
cielo. Nuestro sistema solar tiene más de un millar de
asteroides, pero nosotros nunca los vemos, porque los rayos del sol
absorben nuestra visión. De manera similar, todas las doctrinas
deben subordinarse a la expiación y a la justificación
por fe solamente.
Mi opinión es que una denominación debería
tener solamente unos pocos pilares de fe y que la gente debería
estar enteramente comprometida con estos pilares y entrar en un pacto
en relación con ellos. Además, los miembros
deberían ser responsables de la mayoría de las decisiones
del cuerpo de la iglesia. Pero, simultáneamente, todos los
demás deberían ser bienvenidos sin prejuicios y aceptados
como hermanos y hermanas en Cristo, sin importar si han hecho o no un
pacto para vivir y proclamar lo que los grupos centrales consideran
como los principales pilares del cristianismo. Una de las paradojas de
la vida cristiana es rehusarse tenazmente a renunciar a lo que nos
parece claro en la Escritura, y al mismo tiempo abrazar a los que ven
las cosas de modo diferente.
Dudo de que yo esté en la mitad de la escala o en la mitad
del camino. Este último es siempre el lugar más peligroso
donde estar, y sólo se justifica si lo exige un principio.
Dr. Ford:
Sí, creo que la mano de Dios está en todas y sobre todas
las controversias teológicas, porque es por medio de los debates
que el conocimiento individual es aumentado, corregido, y diseminado.
Pero, cuando la Escritura parece clara, debemos ser igualmente
positivos, y muchas cosas acerca del juicio SON claras. NO
comenzó en 1844. En la Escritura, ESTÁ siempre asociado
con la Segunda Venida de Cristo. Además, en ese Juicio, Cristo
será todavía el sustituto de todos los que pongan su fe
enteramente en Él. Por lo tanto, el Juicio también es
buenas nuevas, y Cristo hasta puede ponerlo en un marco festivo, como
en Mateo 22.
Dr. Ford:
Los exégetas de las Escrituras ahora consideran a la
hermenéutica como una ciencia, y hay consenso casi universal en
cuanto a cómo practicarla. La Escritura debe ser interpretada de
acuerdo con el léxico, la gramática, el contexto, la
historia, y según la analogía de la enseñanza de
la Biblia entera. El Nuevo Testamento interpreta al Antiguo, las
Epístolas ayudan en la interpretación de los evangelios,
los pasajes didácticos explican los simbólicos o
metafóricos, y los pasajes de aplicación universal tienen
el voto por encima de los que tienen importancia apenas local. Los
pasajes sistemáticos (como Romanos) interpretan los pasajes
incidentales (como una línea de Santiago que dice que las obras
justifican, pero que en realidad está hablando de
justificación delante de los hombres, no delante de Dios). Sobre
todo, el Espíritu Santo es la guía para el corazón
verdaderamente rendido.
Los comentarios tienen valor para dilucidar el marco
histórico y las costumbres prevalecientes, y para llamar nuestra
atención a la evidencia de la Palabra misma que hayamos podido
pasar por alto. Es un error usar los escritos de Ellen White como de
naturaleza principalmente exegética, que no lo son. Más
bien, esos escritos actúan frecuentemente como lo hace la ley de
Dios al señalar el pecado y los defectos para llevarnos al
Salvador. En otras ocasiones, la Sra. White nos señala
hermosamente hacia la expiación efectuada en el Calvario - la
gran fuente abierta para limpiar todo pecado y toda impureza. Hasta la
obra reciente de Herbert Douglas, La Mensajera del Señor,
niega que Ellen White sea exégeta y nos advierte que no debemos
esperar infalibilidad y un comentario definitivo de esa fuente. En
realidad, Ellen White ha afirmado muchas veces que la Biblia y la
Biblia solamente debe usarse para establecer doctrinas.
Dr. Ford:
Quizás el punto principal que tengo que establecer acerca del
reciente acuerdo entre católicos y protestantes sobre la
justificacion es que las discusiones todavía no han terminado.
Los católicos romanos ven claramente que el Nuevo Testamento
enseña la salvación por gracia solamente, y que las
palabras equivalentes a justificación tanto en hebreo como en
griego significan declarar justo, no hacer justo. Su incomodidad reside
en el hecho de que, por siglos, han enseñado que sólo por
medio del uso de los sacramentos de una manera "medicinal" es el alma
perfeccionada y luego aceptada por Dios. Hasta ahora, la
discusión no ha avanzado hasta este punto fundamental, pero lo
hará. Podemos regocijarnos del progreso que se ha alcanzado
hasta ahora.
Dr. Ford:
Con mucho gusto haría todo lo que pudiese para ayudar al
evangelio tanto dentro del Adventismo como fuera de él. Pero
toda reforma tendría que hacerse con un espíritu
evangélico. No es suficiente amar la teoría del
evangelio. Cualquier intento de llevar a cabo un cambio
necesitaría que, con oración, se evitase el
espíritu de aquél que es llamado "el acusador de los
hermanos". El pecado abierto y una flagrante contradicción de la
Escritura debe rechazarse valientemente, pero deben evitarse las
insinuaciones relativas a los motivos. Aunque no tememos a nadie,
excepto a Dios, hasta donde sea posible, debemos dejar que la verdad
haga el trabajo de cortar. Debemos actuar como médicos, no como
carniceros.