EL ESCÁNDALO DE
LA JUSTICIA DE DIOS
PART 1
Robert D. Brinsmead
1983
Traducido de VERDICT
Introducción
La superioridad lingüística,
la importancia y el significado
de la palabra "justicia".
Resolución de una aparente
anomalía en la justicia de Dios.
Notas y Referencias
Introducción
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos", dijo Jehová. "Como son más
altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos
que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos".
-- Isa. 55:8, 9.
Quizás nada ilustra este pasaje de las Escrituras
mejor que el concepto bíblico de justicia.
La justicia de Dios es tan contraria a la idea que el
hombre tiene de la justicia que, con frecuencia, la justicia de Dios toma
al hombre por sorpresa. La justicia de Dios es tan asombrosa que, a menudo,
deja hasta a su propio pueblo profundamente avergonzado y ofendido. Lutero
reconocía que, al principio, no lograba entender el evangelio de
Pablo porque no entendía lo que el apóstol quería
decir cuando decía que el evangelio revelaba la justicia de Dios
(Rom. 1:17).
El concepto que el reformador tenía de la justicia
de Dios estaba tan influido por el pensamiento latino u occidental que
no conseguía entender por qué la justicia de Dios le hacía
cantar y gritar de gozo. La Reforma nació cuando Lutero comenzó
a entender el lado sorprendentemente bondadoso de la justicia de Dios.
(1) Durante los cuatrocientos años siguientes, el protestantismo
hizo poco para desarrollar el concepto novedoso que Lutero tenía
de la justicia de Dios.
La teología protestante tradicional estaba controlada
más por los puntos de vista occidentales sobre la justicia que por
la justicia que Dios ha revelado en el evangelio de su Hijo. Más bien que
permitir que la justicia de Dios redefina radicalmente la manera en que
entendemos la justicia, por lo general hemos deformado la Biblia
con nuestras propias ideas.
En esta investigación del significado de justicia,
no nos ocupamos de aspectos teológicos secundarios en disputa. Apuntamos
al corazón de los sistemas teológicos del cristianismo occidental.
Cuestiones tales como el carácter de Dios, el significado de la
expiación, y la naturaleza de la ética cristiana giran sobre
el concepto bíblico de justicia.
La superioridad lingüística,
la importancia y el significado de la palabra "justicia".
El idioma inglés tiene un grupo de palabras, cuyos
equivalentes en español incluyen: recto, rectitud, a derecho, y
otro grupo, que incluye: justo, justificación, y justificar. El
primer grupo se deriva del anglosajón, mientras el segundo se deriva
del latín. La palabra rectitud se reserva generalmente para hablar
de la iglesia y de Dios. Se usa la palabra justicia cuando se discuten
temas de debate concretos sociales y políticos en la tierra. (2)
Estas diferencias lingüísticas tienden a oscurecer
el hecho de que la Biblia no usa una palabra para rectitud y otra para
justicia. Ni tampoco lo hace la mayoría de los idiomas hoy día.
(3) El Antiguo Testamento (AT) tiene una palabra, sadaq, tanto para rectitud
como para justicia. El griego del Nuevo Testamento (NT) también
tiene una palabra, dikaiosune. De esta manera, "justicia es rectitud y
rectitud es justicia". (4)
Por lo general, la
Versión Católica Romana
Douay de la Biblia traduce la palabra sadaq en el AT y la palabra
dikaiosune en el NT como "justicia", mientras la versión
protestante King James
por lo general las traduce como "rectitud".
La palabra justicia jamás aparece en la versión
King James del NT, mientras que la palabra rectitud rara vez se encuentra en la Versión Douay.
Los diccionarios bíblicos católicos
por lo general prefieren discutir sadaq y dikaiosune bajo el
encabezamiento de "justicia", mientras que los diccionarios
protestantes prefieren "rectitud".
Por las siguientes razones, sugerimos que la palabra
justicia es preferible a la palabra rectitud cuando se traduce del
hebreo y del griego:
- Rectitud se ha vuelto demasiado "eclesiástica" y del
otro mundo. Justicia es una palabra que la gente común entiende
y usa en su existencia terrenal concreta. La Biblia habla en el
lenguaje de la gente común, más bien que en el
vocabulario esotérico del erudito.
- La rectitud tiende a transmitir una piedad celestial que
carece del robusto llamado terrenal a una ética social concreta
que se halla en los profetas del Antiguo Testamento.
- Cuando la palabra justicia reemplaza a rectitud, los textos
familiares a menudo tienen más impacto. Algunos se vuelven
bastante alarmantes. Por ejemplo, la apelación del salmista a
favor del perdón basándose en la justicia de Dios (Sal.
51:4) parece contradecir nuestra asociación de la justicia de
Dios con el dar a una persona lo que se merece. La palabra justicia
tiende a ser más aterradora que rectitud, pero el terror es
necesario a menudo para traer vida a la Biblia.
- Cuando usamos la palabra justicia más bien que
rectitud, no estamos tan propensos a pasar por alto el hecho obvio de
que las palabras bíblicas justificar y justificación son
simplemente variantes gramaticales de la palabra justicia. Como ha
dicho A. E. McCrath: "El concepto de justificación está
inextricablemente unido al de justicia, tanto lingüística
como teológicamente".
- En el idioma hebreo, por ejemplo, justificar es simplemente
la forma verbal de la palabra sadaq (justicia), es decir, significa
hacer justicia o hacer que se haga justicia a o para un
propósito. La importancia de la justicia (sadaq) es
discutiblemente la palabra más importante en el Antiguo
Testamento que describe el carácter y la actividad de Dios
(véase 2 Crón. 12:6; Neh. 9:8; Sal. 7:9; 103:17; 111:3;
Jer. 9:24; Dan. 9:14; Sof. 3:5; Zac. 8:8). Es también la sola
palabra más apropiada que distingue al pueblo de Dios del resto
de la humanidad. No hay absolutamente ningún concepto en el
Antiguo Testamento con un significado tan central para todas las
relaciones de la vida humana como el de [sadaq-justicia].
- La rectitud [justicia] .. es para los hebreos el carácter fundamental de Dios.
- La justicia es el corazón de la teología
bíblica. Es central al mensaje de la Biblia. Por lo tanto,
nuestra interpretación de la justicia de Dios afectará
nuestro punto de vista sobre la expiación, las últimas
cosas, la iglesia, y la naturaleza de la existencia cristiana. Si
cambiamos radicalmente nuestro concepto de la justicia - y ése
es el propósito de este ensayo - tenemos que cambiar
radicalmente nuestro concepto de la expiación, la iglesia, y la
vida cristiana. El significado básico de la justicia: Aunque el
concepto bíblico de justicia tiene muchas facetas, nos
proponemos aislar el significado básico de la palabra sadaq en
el Antiguo Testamento. La mayoría de los eruditos hoy día
advierte contra la idea de inyectar la idea occidental de justicia en
la palabra sadaq en el Antiguo Testamento. La ecuación de las
interpretaciones hebreas y occidentales de la justicia está con
frecuencia implícita en las obras teológicas: sin
embargo, esta suposición es completamente insostenible, y debe
ser rechazada.
- La rectitud [justicia], como se entiende en el Antiguo
Testamento, es un concepto enteramente hebraico, extraño a la
mente occidental, y en desacuerdo con la interpretación
común del término.
- Un lector del siglo XX que encuentre la palabra rectitud
[justicia] en textos semíticos siempre debe tener cuidado de
ajustar su pensamiento y no poner este término en las
categorías a las que nuestra palabra justicia nos ha
acostumbrado.
- Parece haber un consenso entre los eruditos del Antiguo Testamento de que sadaq tiene dos significados básicos (que son dos aspectos de una idea):
1. Sadaq tiene que ver con relaciones. La mayoría de los
eruditos ahora siguen a von Rad, que dice que sadaq "es cien por ciento
un término que denota relación";
- es decir, lealtad a una relación. Así, E. R.
Achtemeier dice: En el Antiguo Testamento, la rectitud [justicia] es el
cumplimiento de las demandas de una relación, bien que esa
relación sea con los seres humanos o con Dios. Cada ser humano
es puesto en una multitud de relaciones: el rey con el pueblo, el juez
con los querellantes; los sacerdotes con los adoradores; el hombre
común con la familia; el miembro de la tribu con la comunidad;
la comunidad con los extranjeros residentes y los pobres, todos con
Dios. Y cada una de estas relaciones trae consigo demandas
específicas, cuyo cumplimiento constituye la rectitud. Puede que
las demandas difieran de una relación a otra: la rectitud en una
relación puede ser no rectitud en otra. Además, no hay
ninguna norma de rectitud fuera de la relación misma. Cuando
Dios o el hombre cumple las condiciones impuestas sobre él por
una relación, Dios o el hombre es, en términos del AT,
recto.
- Cuando una parte cumple las demandas de una relación,
esa parte se conforma a lo que debe ser. Entonces existe un estado de
sadaq (justicia). Por esto, sadaq "concierne al 'correcto orden de las
cosas' -- es decir, el correcto ordenamiento del mundo de acuerdo con
la divina intención".
- Por esta razón, algunos eruditos dicen que la
justicia es conformidad con el orden creado de las cosas. Cuando hasta
los pesos y las medidas son fieles a lo que deben ser, se dicen que son
sadaq, es decir, justos (Lev. 19:36; Eze. 45:10). Cuando los
sacrificios son lo que deben ser, también se dice que son sadaq
(Sal. 4:5; 51:19). La justicia en los poderosos actos de Dios. La
revelación especial de Dios no tiene lugar en la naturaleza --
sus obras creadas -- ni en proposiciones abstractas sobre sí
mismo, ni en difusas experiencias místicas de lo divino.
Por lo que concierne a la
Biblia, la revelación especial de Dios tiene lugar en la
historia. La historia es el material de la revelación. Dios es
revelado por medio de sus poderosos actos en la historia. El Antiguo
Testamento es un registro de los poderosos actos de Dios. El suceso
más dominante en la historia de Israel fue el Éxodo. Por
lo que concernía a Israel, Dios era "quienquiera que fuese" que
sacó a Israel de Egipto.
El poderoso acto del Éxodo demostró quién era
Dios, cómo era en el pasado, cómo es en el presente y
cómo será en el futuro. En el Antiguo Testamento, el
verdadero culto a Dios -- es decir, dar a Dios su mérito --
consiste en recitar o enumerar los poderosos actos de Dios,
especialmente relatar lo que Dios hizo en el Éxodo. Así:
¡Aclamen alegres a Dios,
habitantes de toda la tierra! Canten salmos a su glorioso nombre,
¡ríndanle gloriosas alabanzas! Díganle a Dios:
"¡Cuán imponentes son tus obras! Es tan grande tu poder
que tus enemigos mismos se rinden ante ti. Toda la tierra se postra en
tu presencia, y se cantan salmos; cantan salmos a tu nombre". Selah
¡Vengan y vean las proezas de Dios, sus obras portentosas en
nuestro favor! Convirtió el mar en tierra seca, y el pueblo
cruzó el río a pie. ¡Regocijémonos en
él! Sal. 66:1-6 (NVI).
La palabra bíblica que más adecuadamente y con mayor frecuencia resume los
poderosos actos de Dios es la palabra sadaq (justicia). En estos actos,
la justicia de Dios se hace pública para que todo el mundo la
vea.
Todo
el día proclamará mi boca tu justicia y tu
salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar. Soberano
Señor, relataré tus obras poderosas, y haré
memoria de tu justicia, de tu justicia solamente. Tú, oh Dios,
me enseñaste desde mi juventud, y aun hoy anuncio todos tus
prodigios". Sal. 71:15-17.
Grande
es el Señor, y digno de toda alabanza: su grandeza nadie la
podrá medir. Una generación recomendará tus obras
a otra; hablarán de tus poderosos actos. Contarán del
glorioso esplendor de tu majestad, y meditaré sobre tus
maravillosas obras. Contarán del poder de tus impresionantes
obras, y proclamaré tus grandes obras, y celebrarán tu
abundante bondad y cantarán con gozo de tu rectitud
[sadaq-justicia]. Sal. 145:37; véase también Jueces 5:11;
1 Sam. 12:7; Sal. 19:24; 48:10; 71: Isa. 51:5-12; 56:1; Miqueas 6:4, 5.
Al examinar estos y muchos otros pasajes que testifican de la justicia
de Dios en sus poderosos actos, un hecho sobresale por su notable
repetitividad:
La justicia de Dios está
asociada a sus actos de salvación y liberación, y a sus
obras de misericordia y perdón. Justicia = Salvación.
En tu [sadaq-justicia], líbrame. Sal. 31:1.
Todo el día proclamará mi boca tu justicia [sadaq] y tu salvación. Sal. 71:15.
Mi justicia [sadaq] no está lejana; ... mi salvación ya no tarda. Sal. 46:13.
Ya se
acerca mi justicia [sadaq], mi salvación está en camino;
¡mi brazo juzgará a las naciones! Isa. 51:5.
Porque él me vistió con ropas y me cubrió con el manto de la justicia [sadaq]. Isa. 61:10.
En
1 Samuel 12:7-12, la justicia de Dios claramente significa sus obras de
salvación en la liberación de Israel (véase
también Jueces 5:11). Justicia = misericordia y perdón.
Ten misericordia de mí, oh Dios ... borra mis transgresiones ...
Líbrame de derramar sangre, Oh Dios, el Dios que me salva, y mi
lengua cantará de tu justicia [sadaq]. Sal. 51:1, 14.
Justicia = liberación del oprimido. Quizás la justicia de
Dios es más prominente en los pasajes de la Escritura que hablan
de la liberación de los oprimidos. Por ejemplo:
El
Señor reina para siempre; ha establecido su trono para juicio.
Juzgará al mundo en rectitud; gobernará a los pueblos con
justicia. El Señor es refugio para el oprimido, fortaleza en
tiempo de angustia. Sal. 9: 7, 9.
El
Señor es rey eterno; los paganos serán borrados de su
tierra. Tú, Señor, escuchas la petición de
los indefensos, les infundes aliento y atiendes su clamor. Tú
defiendes al huérfano y al oprimido, para que el hombre, hecho
de tierra, no siga ya sembrando el terror. Sal. 10:16-18.
Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras de aquellos que los explotan. Sal. 35:10.
El Señor hace sadaq [justicia] y mishpat [juicio] a los
oprimidos. Sal. 103:6. Él defiende la causa del oprimido y
alimenta al hambriento, libera a los prisioneros, da vista a los
ciegos, sostiene a los agobiados, ama a los justos.
El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a
la viuda, pero frustra los planes de los impíos. Sal. 146:9.
El Antiguo Testamento nunca se cansa de recitar la obra de Dios al
librar a los esclavos hebreos oprimidos en Egipto. Este acontecimiento
marcó para siempre a la justicia de Dios como la que ejecuta la
liberación de todos los oprimidos. (Sal. 103:6).
Si podemos anticipar el Nuevo
Testamento aquí, indicaríamos simplemente que la
resurrección es el acontecimiento preeminente que prueba que la
justicia de Dios obra la liberación de todos los oprimidos.
Jesús fue el el hombre más oprimido que jamás
vivió. La opresión de todo hijo y toda hija de
Adán se resumió en él. Pero la justicia de Dios le
levantó de los muertos en el éxodo real de la historia
humana. (Lucas 9:31).
Resolviendo una aparente anomalía en la justicia de Dios
En el pensamiento occidental, es difícil ver que las obras de
salvación a favor de los pecadores puedan llamarse un ejercicio
de la justicia de Dios. Podemos entender en seguida que la abrumadora
bondad hacia los que no la merecen pueda llamarse "misericordia",
pero llamarla "justicia" parece muy extraño. La consistencia del
pensamiento bíblico, sin embargo, queda clara si relacionamos
los actos salvadores de Dios con el significado básico de sadaq.
Fundamentalmente, justicia significa fidelidad a una relación, o
lealtad a lo que Dios quiere que seamos. Cuando la justicia se aplica a
Dios, significa, por lo tanto:
- Dios es fiel a la promesa de su pacto. El pacto de Dios
no es un contrato condicional concertado bilateralmente entre dos
partes. Es un compromiso o promesa unilateral de parte de Dios para
actuar a favor de su socio escogido en el pacto, con abrumadora bondad y
generosidad.
Desde el principio, Dios ha tenido un propósito de
gracia hacia la humanidad (2 Tim. 1:9). Ha tenido el compromiso de
cumplir su propósito de gracia a cualquier costo para sí
mismo. Por eso, cuando Dios ejerce su misericordia salvadora hacia el pecador, simplemente está cumpliendo su promesa del
pacto.
Justicia es Dios llevando a cabo fielmente lo que el amor divino ha prometido hacer. Él es fiel en todo lo que hace.
El Señor ama la justicia [sadaq]. Sal. 33:4, 5].
¿Acaso
su falta de fe [de Israel] anula la fidelidad de Dios? ... Nuestra
injusticia pone de relieve la justicia de Dios. (Rom. 3:3-5).
No digamos que la palabra de Dios ha fracasado. (Rom. 9:6).
En éstos y muchos otros pasajes, la fidelidad de Dios
a la promesa de su pacto equivale a su justicia. Por lo tanto, tanto en
el Antiguo Testamento como en Pablo, el significado primario de la
justicia divina es la misericordiosa
fidelidad de Dios a sus promesas de salvación
escatológica para su pueblo a pesar de los pecados de su pueblo.
La justicia de Dios significó su fidelidad a sus promesas de
pacto.
- Justicia es el ordenamiento de las cosas de acuerdo con
el propósito divino. Parte de este "correcto orden de cosas" es
violado por la existencia misma de los pobres y necesitados, y
especialmente de los oprimidos: por lo tanto, si sadaq [la justicia]
debe ser establecida, Dios tiene que librar a estos desafortunados de
su situación. Por esta razón, la justicia de Dios viene a
estar asociada con los actos de liberación de Dios.
La justicia de Dios está hasta inclinada a favor de
los pobres y los oprimidos. Esto no implica ninguna parcialidad
injusta. La justicia quiere enseñarnos que los que han sufrido
especialmente de privaciones deben recibir especial atención.
A la madre de una familia numerosa se le preguntó una
vez a cuál de sus hijos amaba más. Ella contestó:
"Al que está enfermo, hasta que esté bien; al que
está lejos, hasta que esté en casa; al que está
descontento, hasta que se reconcilie". Así sucede con la
justicia de Dios.
- Otra manera de mostrar que la justicia de Dios equivale a su gracia
salvadora es mostrar que la justicia de Dios es Dios siendo fiel a
sí mismo. Desde el principio, Dios se prometió a
sí mismo ser abrumadoramente bondadoso hacia los que no lo
merecen. Él sería así porque su amor lo requiere
así, dondequiera que la miseria y la necesidad humanas existan,
aunque sean autoinfligidas.
Dios está irrevocablemente comprometido con los desgraciados.
Como dijo Pablo: "Él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse
a sí mismo". (2 Tim. 2:13). Por lo tanto, la justicia de Dios
puede definirse como Dios actuando por amor a su nombre, que es una
manera bíblica de decir que Dios continúa siendo Dios.
John Piper cita pasajes como Salmos 143:1,2; Isaías 43:25;
44:23; 46:13; 48:9-11 y Daniel 9:y y 13-19 para mostrar que la justicia
de Dios es su absoluta fidelidad para actuar siempre por amor a su
propio nombre y para preservar y mostrar su propia gloria". (18).
Contrastando el concepto de justicia de Dios con el concepto occidental
de justicia. Ahora estamos preparados para contrastar el concepto
bíblico de justicia con el concepto occidental o latino de
justicia. Esto demostrará la verdad de la afirmación de
E. R. Achtemeier de que la idea bíblica de justicia es
"extraña a la mente occidental y está en desacuerdo con
la interpretación común del término". (19).
- No es justicia distributiva.
El concepto latino de justicia se llamaba justicia distributiva. Esto
significaba dar a cada uno exactamente lo que merece o amerita. Esto se
convirtió en la idea normal de justicia en occidente.
Influyó en el modo en que la iglesia occidental leía la
Biblia e interpretaba muchas de las grandes doctrinas de la fe
cristiana.
La justicia de los poderosos actos de Dios, sin embargo, no se basa en
los méritos ni en los desmerecimientos de la gente. Si eso fuera
cierto, los actos de Dios no podrían llamarse actos de justicia.
La justicia de Dios se basa en el hecho de que Él es fiel a lo que ha
prometido en su pacto de gracia. Si Dios ha de ser justo, tiene que ser
fiel a su compromiso de ayudar y salvar a las personas desgraciadas que
no lo merecen.
Esta idea bíblica de justicia, que fue presentada por primera
vez en el Antiguo Testamento, es hermosa y poderosa en su total
simplicidad. Sin embargo, la teología occidental insiste en que
la justicia debe relacionarse de alguna manera con lo que el hombre
merece (justicia distributiva).
Para preservar esta supuesta justicia de Dios, la teología
occidental ha tenido que recurrir a la manipulación legal en un
acto de expiación en el que Dios está obligado a respetar
el principio de justicia distributiva.
O, peor aún, Dios se convierte en un Shylock celestial tan
apasionadamente comprometido con el principio de justicia distributiva
que tiene que tener su libra de carne (a esto se le llama satisfacer la
justicia de Dios) antes de que pueda perdonar.
- No es justicia en tensión con misericordia.
En la teología occidental, justicia es lo opuesto a
misericordia. La clásica teoría latina de la
expiación - generalmente considerada como ortodoxa en la iglesia
occidental - se basa en una supuesta tensión entre justicia y
misericordia. Se dice que esta tensión entre justicia y
misericordia fue superada por Cristo, que reconcilió las
prerrogativas de ambas por medio de su muerte en la cruz.
Pero no es difícil demostrar, por medio del Antiguo Testamento,
que sadaq a menudo significa misericordia. Por ejemplo, A. E. McGrath
muestra que los traductores de la Septuaginta (20) se veían obligados
con frecuencia a usar la palabra griega eleemosune (misericordia) para
traducir la palabra hebrea sadaq. (21). Cuando la Biblia fue traducida
al latín, esto se convirtió en misericordia. A causa de
que se perdió la fuerza del hebreo original, había una tendencia
a poner justicia y misericordia opuestas la una a la otra. McGrath
dice: Es claro que un considerable error de interpretación del
texto del Antiguo Testamento podría resultar en este punto,
quizás causando en el establecimiento de una tensión
entre la misericordia de Dios y la iustitia [justicia], en que esta
tensión no está justificada por el texto mismo. (22). A
la luz de esta evidencia, necesitamos reconsiderar las ideas
tradicionales acerca de que la cruz "satisface la justicia de Dios". El
gran énfasis del Nuevo Testamento es en el cumplimiento de su
antigua promesa relativa a la misericordia y la salvación.
Aquí no hay ninguna tensión entre justicia y
misericordia. Dios satisfizo la justicia al hacer por la humanidad
pobre, perdida, y pecadora todo lo que había planeado desde el
principio.
- No es principalmente una justicia punitiva.
La justicia que es distributiva (es decir, dar a cada uno lo que le
corresponde), y que es lo opuesto a misericordia, inevitablemente es
igualada al acto de Dios de castigar a los hombres por sus pecados. Si
se les extiende el perdón, es sólo porque el castigo
recayó sobre la víctima substitutiva del Calvario.
A lo que recayó sobre Cristo se le llama "justicia" (según
la interpretación tradicional de Romanos 3:25, 26), mientras al
perdón concedido al creyente se le llama "misericordia". Esta
clásica teoría latina de la expiación refuerza la
idea de que la justicia de Dios es principalmente punitiva. ¡No
es de maravillarse que Lutero tembló cuando leyó en
Pablo que la justicia de Dios se revela en el evangelio!
Más tarde, Lutero llegó a ver en el Antiguo Testamento
evidencia de que la justicia de Dios es principalmente salvadora y
liberadora. McGrath dice que "la palabra [sadaq] no soporta el sentido
de 'castigo' o 'condena'. (23).
E. R. Achtemeier dice: "La rectitud de Yahvé no es nunca
solamente un acto de condena o castigo. No hay ningún
versículo en el Antiguo Testamento en que la rectitud de
Yahvé sea equivalente a su venganza contra el pecador, y ni
siquiera Isaías 5:16 o 10:22 deben entenderse de esta manera".
A causa de que su rectitud es el hecho de que restaura el derecho a
aquel a quien se le ha quitado, incluye al mismo tiempo el castigo del
malhechor; pero el castigo es parte integral de la restauración.
Sólo porque Yahvé salva, condena. Su rectitud es, primero
que todo, salvadora. Él es un "Dios justo y Salvador". (24)
Mientras algunos eruditos arguyen (basándose en textos como 1
Reyes 8:32; 2 Crón. 12:6; Isaías 5:13-17; 10:22;
Lamentaciones 1:8 y Daniel 9:13-19) que la sadaq de Dios puede
equivaler algunas veces a la venganza de Dios contra el pecador,
todavía es verdad que la sadaq de Dios por lo general tiene el
significado positivo de liberación, auxilio, y salvación.
Pero la liberación del oprimido implica la destrucción
del opresor. Como declara Stendahl: Cuando cae el castigo de Dios, es
misericordia para los perjudicados y condenación para los que
han perjudicado o perpetuado y se han aprovechado del perjuicio ajeno.
(25).
- No es una justicia principalmente asociada con la oscuridad y la perdición.
La justicia distributiva - la justicia que es lo opuesto a
misericordia, justicia que tiene que ver principalmente con el castigo
de los pecadores - inevitablemente hace alusión a oscuridad y
perdición. Los fieles pueden cantar de la misericordia, pero
hasta los ángeles se supone que tiemblan con la idea de
justicia. En la tradición de la iglesia occidental, la justicia
y el juicio tienen principalmente connotaciones de oscuridad y
perdición. En la Biblia, sin embargo, la justicia de Dios es
algo acerca de lo cual hay que cantar y gritar.
El pueblo del Antiguo Testamento a menudo se regocija en cantos de gozo
no contenido al experimentar o anticipar la manifestación de la
justicia de Dios (Jueces 5:11; Sal. 96:10-13; 97:6-12; 98; 99). El
Antiguo Testamento asocia la justicia especialmente con el venidero
reino de Dios.
En la Biblia, el reino de Dios y la justicia de Dios son virtualmente
términos sinónimos (Mat. 6:33). Si el Antiguo Testamento
anticipa el reino de Dios - el reino de justicia - con cantos,
¿qué diremos del Nuevo Testamento, en que por todas
partes se anuncia la presencia real de ese reino en la persona del
Mesías? ¿No es la entronización de este reino de
justicia celebrada con gran gozo (Lucas 2:10-14), y comiendo y
bebiendo? Cuando Jesús dice continuamente que el "reino de Dios
es semejante a ...", podemos decir en su lugar que "la justicia de Dios es
semejante a ...".
Si leemos sus parábolas y enseñanzas de esta manera,
quedaremos fuertemente impresionados de que la justicia de Dios es
ciertamente una abrumadora sorpresa que trastorna por completo nuestros
conceptos humanos de justicia.
Notas y referencias
A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas son de la Nueva Versión Internacional.
- Véase de Martín Lutero: "Preface to the Complete
Edition of Luther´s Latin Writings: Wittenberg, 1545 Career of
the Reformer: IV ed. Lewis W. Spitz, Luther´s Works, American ed.
54 vols. (St. Louis: Concordia Publishing House; Philadelphia:
Mulenberg Press 1955-1975) 34:336-37.
- Véase de Sidney Rooy: "Righteousness, and Justice." Evangelical Review of Theology 6.no. 2 (Oct. 1982): 260-65.
- El idioma inglés distingue entre "'justicia'" y 'rectitud'.
En el mundo, uno habla de justicia, y en la iglesia uno habla de
rectitud. Pero el hebreo, el griego, y el latín no ofrecen esa
distinción". (Krister Stendahl. Juicio y Misericordia en
Alexander J. Mckelway y E. David Willis, eds. The Context of
Contemporary Theology: Essays in Honor of Paul Lebman [Atlanta: John
Knox Press, 1974], p. 149.
- Rooy, "Righteousness and Justice", p. 265.
- A. E. McGrath, Justice and Justification: Semantic and Juristic
Aspects of the Christian Doctrine of Justification. Scottish Journal
of Theology 35, no. 5 (1982): 404-5.
- Gerhard von Rad, Old Testament Theology vol I. The Theology of
Israel´s Historical Traditions, tr. D. M. G. Stalker (Edinburgh:
Oliver & Boyd, 1962), p. 70.
- Alan Richardson. An Introduction to the Theology of the New Testament (New York: Harper & Row, Publishers. 1958). p. 79.
- McGrath, "Justice and Justification", p. 405.
- E. R. Achtemeier, "Righteousness in the OT", George Arthur Buttrick,
ed., The Interpreter´s Dictionary of the Bible (Nashville:
Abingdon Press, 1962), 4:80.
- H. Cazelles, quoted in Lester J. Kuyper, "Righteousness and Salvation". Scottish Journal of Theology 30. No. 3 (1977):233.
- Von Rad, Israel´s Historical Traditions, p. 371.
- Achtemeier, "Righteousness in the OT", p. 80. Véase
también a George Eldon Ladd, que define sadaq como "fidelidad a
una relación". (George Eldon Ladd, A Theology of the New
Testament [Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1974] p. 440.
- McGrath, "Justice and Justification", p. 407.
- A. E. McGrath dice: "La justicia es esencialmente un concepto
teológico, que refleja la rectitud del orden creado" (ibid, p.
415). Graeme Goldsworthy declara: "El orden de la creación es el
paradigma de la rectitud, no como idea estática o abstracta,
sino como una estructura relacional dinámica de la realidad
determinada por el Creador soberano". (Graeme Goldsworthy, "The Old
Testament and Christian Existence". Verdict 3, no. 1 [Mar. 1980]: 3).
- Art. "Justice of God", New Catholic Encyclopedia (Palatine, 111: Publishers Guide, 1966), 8:74.
- Art. "Justice of Men", New Catholic Encyclopedia, 8:75.
- McGrath, "Justice and justification", p. 407.
- Véase John Piper, "The Demonstration of the Righteousness of
God in Romans 3:25, 26", Journal for the Study of the New Testament,
Issue 7 (Apr. 1980): 2-32. Parece desafortunado que Piper se sintiera
compelido a argüir que la justicia de Dios significa fidelidad a
su nombre y no fidelidad a su pacto. Las dos definiciones no son
mutuamente exclusivas, sino necesariamente complementarias, es decir,
dos aspectos de una gran realidad. Por lo tanto, Piper tiene
razón en lo que afirma, pero se equivoca en lo que niega.
- Achtemeier, "Righteousness in the OT", p. 80.
- La famosa versión griega del Antiguo Testamento (c. 200 A.
C.) se llamó la Septuaginta o LXX porque la tradición
sugiere que fue la obra de setenta traductores judíos.
- Véase Sal. 24:5; 33:5; 35:24; 103:6; Isa. 56:1; Dan. 9:24.
McGrath, "Justice and Justification", p. 412. McGrath presenta la
siguiente tabla para demostrar que que los traductores de la
Septuaginta emplearon dos términos principales para traducir
sadaq: dikaiosune y eleemosune, dependiendo la elección del
aparente significado de sadaq en el pasaje bajo consideración
(p. 410).
- Ibid., p. 411.
- Achtemeier, "Righteousness in the OT", p. 83.
- Stendahl, "Judgment and Mercy", p. 150.