Una secta es una estructura diseñada para encerrarlo a uno en
una caja religiosa o psicológica. Una secta erige muros
completamente alrededor de uno, ostensiblemente para protegerlo del
peligro. Una vez dentro de esos muros, la persona se ve a sí
misma como "uno de los de adentro". Y se refiere a los demás
como "los que están afuera". Uno se encuentra en un mundo de
"nosotros" y "ellos". ¿Resultado? Aislamiento y un falso sentido
de seguridad sumergido en un sentido de justicia propia, que se expresa
por un ego que tiene que "estar en lo correcto" a cualquier precio.
Este fenómeno está más extendido de lo que podamos
creer, y describe la situación en los días de Cristo. Al
construir un sistema para protegerse del error, los líderes
religiosos de Jerusalén se volvieron insensibles a todo lo que
no encajase dentro de su estructura. Cuando Jesús vino a ampliar
sus horizontes y a introducirles a una realidad espiritual que estaba
más allá de la lógica humana, lo sacaron de sus
mentes y cerraron la puerta. El nuevo enfoque de Jesús no
encajaba dentro de la caja religiosa de ellos. Cuando les indicó
que había mucha realidad más allá de su limitado
horizonte, se llenaron de pánico. Su seguridad fue socavada.
Líderes y seguidores por igual estaban convencidos con
"autoridad bíblica" de que poseían la verdad
última. Tenían los escritos de los profetas.
Tenían las promesas de Dios. ¡"Sabían" que estaban
en lo correcto! O Jesús encajaba dentro de su caja
hermética, o era dejado fuera como un extraño.
¡Caso cerrado!
Las pistas sectarias identificadas
- Tenga cuidado con los promotores de religión o negocios que no se identifican de frente.
- A menudo usan la Biblia para ocultar sus verdaderos objetivos.
- Tienden a controlar la información bloqueando o disminuir
la importancia de cualquier fuente que pueda cuestionar la validez de
sus doctrinas.
- Las tácticas atemorizantes y la inseguridad son fundamentales para su éxito.
Yo fui criado en un hogar cristiano, en que nuestros padres nos
enseñaron a amar al Sedñor y a pensar por nuestra propia
cuenta. Examinen todas las cosas a la luz de la palabra de Dios, se nos
decía. La mayoría de nuestros vecinos estaba compuesto
por cristianos nominales que no permitían que la religión
interfiriera con sus placeres. Como resultado, me encontré un
poco solo porque no me sentía cómodo participando en sus
ruidosas parrandas. Éramos vecinos, pero yo simplemente no
encajaba, por mucho que lo intentara.
Decidí servir al Señor haciéndome ministro del
evangelio y matriculándome en una universidad ASD, donde
recibí mi título de licenciado en teología. Al
principio, fue un placer ser aceptado como miembro del "club". Sin
embargo, mis padres me habían enseñado que no
debía usar la Biblia como una herramienta para sustentar mis
creencias, sino más bien como una mina de oro de la verdad para
ser explorada con una mente abierta. Pronto noté lo que
parecían discrepancias entre algunas de las enseñanzas de
aquella denominación y lo que la Biblia parecía decir.
Cuando pregunté en relación con algunos de esos
problemas, me refirieron a Ellen White, sobre cuyos escritos estaba
estructurada aquella iglesia.
Las respuestas a todas las preguntas debían encontrarse en
los escritos del "Espíritu de Profecía". (En la
actualidad, los adventistas tratan públicamente de evitar
recurrir a Ellen White como la "autoridad final", pero, ni las
doctrinas ni la dependencia de los adventistas de las interpretaciones
de ella han cambiado). Ahora, cuando miro hacia atrás, apenas
puero creer que yo hubiese ignorado todas las señales de alarma
durante tantos años. Si la autoridad me hubiera dicho que lo
negro era blanco, entonces yo "sabía" que lo negro era realmente
blanco, a pesar de lo que me decían los ojos. He aquí
algunas de las técnicas que usaban (y todavía usan) para
apoderarse de gente sincera y retenerla.
Conectar a Ellen White con el "Espíritu de Profecía." (El
Espíritu de Profecía es la persona del Espíritu
Santo) que ellos ponen en un pedestal por encima de los santos
ordinarios. Esto da sus escritos un aire de infalibilidad. Por medio de
este truco para torcer la mente, los líderes asumen el papel de
infalibles y responden sólo ante sí mismos.
Aislamiento.
El aislamiento de otros cristianos se ve como una salvaguarda contra la
contaminación espiritual. Tener culto con otros cristianos en
sus iglesias el domingo hace a la gente vulnerable a la marca de la
bestia. Los estudios bíblicos con personas de otras
denominaciones deben ser evitados por temor a contaminar la mente con
el error. Los maestros que hacen tales advertencias afirman que son
custodios de todas las verdades esenciales para la última
generación antes de la venida del Señor.
El temor era y continúa siendo hasta la fecha el motor que mueve
a la denominación. Para solidificar su doctrina central y
separadora en las mentes de los creyentes, enseñan que:
- La asistencia a la iglesia el domingo
es una institución pagana, y los que persisten en tener culto
ese día recibirán la marca de la bestia de que habla
Apocalipsis.
- Pronto, las leyes dominicales se promulgarán,
y Satanás usará estas leyes para preparar el mundo para
que reciba la marca de la bestia. Esta táctica de temor ha sido
usada para ganar conversos para la denominación desde la
década de 1840. Los líderes ignoran el hecho de que las
leyes dominicales no impediría que los poderosos proponentes
judíos y otros grupos que prefieren tener culto los
sábados ir a la iglesia ese día. Si tales realmente se
promulgaran, simplemente declararían el domingo como día
de fiesta nacional, pero no obligarían a la gente a trabajar en
sábado, ni el viernes, ni en ningún otro día. Pero
muchas víctimas inocentes de esta denominación
confiarían sus vidas a la observancia del sábado por
temor a recibir la marca de la bestia.
En ninguna parte de la Biblia está conectado el culto en
domingo, o en ningún otro día que Dios haya creado, con
la marca de la bestia. Esta táctica es el resultado de la
lógica y la conjetura humanas. En esto tenemos un excelente
ejemplo de cómo se usan las tácticas engañosas
para hacer blanco en víctimas inocentes y paralizarlas. Los
cristianos son llamados a considerar todos los días como el
día del Señor (Rom. 14:5, 6).
La inseguridad de mi salvación
fue probablemente la doctrina más dañina que tuve que
superar. El temor al juicio final colgaba sobre nuestras cabezas todos
los días. Se nos enseñaba que no podíamos estar
seguros de nuestra salvación sino hasta que
compareciéramos delante del juicio de Dios a la segunda venida
de Cristo. Podemos arrepentirnos de nuestros pecados conocidos, pero
jamás podríamos estar seguros de nuestra posición
con Dios porque todavía podríamos tener algún
defecto que no hemos confesado. Esta gente parece ignorar el hecho de
que la muerte, la resurrección, y la ascensión de Cristo
aseguran la salvación para todos los que ponen su fe en
él.
El temor al rechazo de Dios era
y continúa siendo una fuerza motora en el arsenal de esta
iglesia. A pesar de que afirma lo contrario, la inseguridad impulsa a
estas personas a luchar para demostrarle a Dios que le aman. Por eso,
rcurren a rendir servicio de labios a una ley del pacto antiguo dada en
Sinaí solamente para beneficio de una nación rebelde
(Deuteronomio 5:2, 3).
Aunque la vieja escuela continúa promoviendo la santodad del
sábado, hay una nueva tendencia teológica entre algunos
eruditos ASD. Dándose cuenta de que la obervancia del
sábado nunca se requirió de que el pacto antiguo fue
clavado en la cruz, dicen que se ciñen al sábado
sinaítico meramente como servicio de amor, con lo cual esperan
impresionar a Dios al ir más allá de lo que Él
requiere. ¿Cómo consideró Dios la "ofrenda de
amor" de Caín? Véase Génesis 4:5 y Marcos 7:6,7.
Las reglas de hechura humana crean una brecha en el cuerpo de Cristo al
erigir muros entre los creyentes. Las ignorantes guías de la
Sra. White acerca de lainterpretación bíblica, la dieta,
y el aislamiento del cuerpo principal de Cristo han engendrado una
subcultura que ha esclavizado a millones de personas inocentes. En
Mateo 24:24, Dios advirtió que ocurrirían tales
engaños en los últimos días.
Cuando la niebla se levantó
¿Qué quiso decir Jesús en Mateo 11:13 cuando dijo: "Todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan"?
Probablemente, la imagen más clara de del paso de la era de la
ley y la introducción de la nueva era de fe es el registro del
monte de la transfiguración. En Mateo 17:1-8, vemos a
Jesús, acompañado por Pedro, Santiago, y Juan, de pie
sobre una alta montaña. De pronto, el hombre Jesús fue
visto como quien realmente era - el Hijo de Dios en persona. En ese
momento, el pasado, el presente, y el futuro fueron presentados a plena
vista. Moisés, el mediador del pacto de la ley que apuntaba al
Mesías venidero, apareció a un lado de su Señor.
Al otro lado, estaba Elías, representando a todos los profetas
que habían predicho la venida del mismo Mesías.
Jesús, la figura central, presidía la escena.
Recuperándose de su sorpresa, los tres miraron otra vez, pero,
para su asombro, tanto Moisés como Elías habían
desaparecido. Allí, en el esplendor de la divinidad,
había una figura - ¡sola! No necesitaba el apoyo de
ningún hombre. No necesitaba ningún auxiliar humano.
Entonces, desde el cielo, una voz resumió todo el mensaje del
evangelio. Moisés, que gobernó por la ley, había
cumplido su propósito. Elías, representando a los
profetas, había terminado su misión. Sus misiones
cumplidas, ambos se retiraron a las páginas de la historia.
¡Sólo Jesús permanece! ¡Dios mismo acababa de
cerrar el pasado con un signo de admiración y un punto pus la
antigua era había terminado!
¡Sin embargo, el eterno Jesús todavía estaba
allí! Estaba de pie, solo, envuelto en la gloria y el poder de
la divinidad. ¡Él es Dios, el principio y el fin!
Él, el Creador y Redentor, reina. Entonces, desde el cielo,
viene una voz que todavía resuena hasta el día de hoy: "Este es mi Hijo amado, en el cual me complazco. A Él oíd" (Mateo 17:5).
Desde ese momento en adelante, los apóstoles supieron que toda
verdad es inherente a Jesús y vino por medio de él.
Él abrió una ventana a los misterios de la eternidad. De
allí en adelante, todo lo que Moisés había
enseñado tenía que ser visto y entendido a través
de los ojos de Jesús. Todo lo que los profetas habían
predicho sólo servía para confirmar que Jesús, en
verdad, era el Mesías prometido.
No nos acostumbremos tanto a la vida en prisión que temamos
aventurarnos a la libertad que Jesús puso a nuestra
disposición. Él vino para abrir las puertas de la
cárcel y ponernos en libertad. La evidencia es clara. La
decisión es nuestra.
"Pongamos nuestros ojos en
Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el
gozo puesto delante de él, sufrió la cruz, menospreciando
el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:2).
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