Ellen G. White

EL EXTREMISMO

DE ELLEN WHITE

Tomado de The Ellen White Research Project


Algunas personas miran las altas normas por las cuales abogaba la Sra. White, y se preguntan:

"¿Cómo puede alguien con tan altas normas ser un falso profeta?"

La respuesta es que es tan erróneo tener normas demasiado altas como tener normas demasiado bajas. Salomón dijo una vez:

No seas demasiado justo. Eclesiastés 7: 16.

Hay dos caminos que conducen en dirección opuesta a la verdad. Uno conduce a la inmoralidad, el otro al fanatismo. La Biblia nos advierte contra el desviarnos por cualquiera de estos dos caminos:

Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos.  No te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda. Proverbios 4:25-27.

Los extremos deben evitarse porque tienden a conducir a la gente en dirección opuesta a la de Dios. Comparemos los dos extremos que conducen en dirección opuesta a la verdad:

 
Extremo liberal
Extremo conservador
Normas demasiado bajas Normas demasiado altas
Antinomianismo Legalismo
No está a la altura de la Biblia Va más allá de la Biblia
Formalismo Fanatismo
Abiertamente rebelde  Hipócrita secreto

La Sra. White va más allá de las normas bíblicas

Consejos extremos a los cuales los Adventistas del Séptimo Día acostumbran no hacer caso.

La mayoría de los Adventistas del Séptimo Día, incluyendo a los dirigentes de iglesia, no hacen caso del consejo de su profeta, que prohibe lo siguiente:

Los extremos en la dieta contradicen la Biblia

Aunque ella comió carne durante casi toda su vida, la Sra. White se pasó la mayor parte de ella abogando por una dieta puramente vegetariana. La Sra. White prohibió el comer carne, y permitía el uso limitado de huevos, leche, y mantequilla. Esta dieta es definitivamente preferible, y promueve la salud, pero va más allá del patrón bíblico. Jesús "nos dejó ejemplo, para que siguiéramos sus pisadas". (1 Pedro 2:21). ¿Qué comía Jesús?

Los extremos en el vestir exceden las normas bíblicas

Recuerdo a algunos amigos Adventistas que vivían en Texas. Vivían de acuerdo con la reforma del vestido. En la mitad del verano, en el calor extremo, la familia andaba en mangas largas. La madre usaba el "vestido reformado" porque ella creía que Dios le había dicho a la Sra. White que eso era lo que Él quería que usaran las mujeres Adventistas. El vestido consistía de un par de pantalones debajo de un vestido largo. ¡Había que ver a estas personas en la temperatura de más de 100 grados de Texas! La madre sudaba constantemente, los rostros de los pobres niños estaban rojos por el calor. ¡Debe haber sido una tortura! Pero la Sra. White había dicho que ni siquiera el "tobillo" de las mujeres debería quedar expuesto a la vista de los hombres. (Health Reformer, 1/5/1872), y que las extremidades de los niños deberían estar cubiertas (Health Reformer, 1/1/1877).

Aunque la Biblia enseña la modestia en el vestir, no dictamina que las extremidades deben estar cubiertas todo el tiempo. Un examen de la Escritura revelará que que la gente trabajaba fuera, en los campos y en los lagos, sin tener las extremidades cubiertas. Saúl profetizó desnudo, y Dios hasta le dijo a Isaías que anduviera desnudo por tres años:

La Sra. White prohibió el uso de joyería, y hasta anillos de matrimonio:
No debería gastarse ni un centavo en una argolla de oro para testificar que estamos casados.(Special Testimony to Ministers and Workers, No. 3, 1895).
Esta restricción va mucho más allá del requisito bíblico. La Biblia nos dice que la gente rica que asistía a los servicios de la iglesia en el Nuevo Testamento usaban anillos de oro (véase Santiago 2:2). Cuando el "hijo pródigo" regresó de sus andanzas, su padre, que representaba a Dios, le puso un anillo en el dedo. (Lucas 15:22). Si Jesús se oponía al uso de anillos, ¿por qué representaría a su Padre poniendo un anillo en el dedo de su hijo?

Extremos en moralidad

Una de las preocupaciones de la Sra. White era las citas entre estudiantes varones y muchachas en colegios Adventistas. Ella se oponía mucho a esta práctica desmoralizadora:

Su enamoramiento es más satánico que divino. No quiero que sufra un desengaño en relación con Battle Creek. Las reglas allí son estrictas. No se permite el cortejarse. La escuela no tendría ningún valor para los estudiantes si éstos se enredaran en amoríos como Ud. se ha enredado. Nuestro colegio pronto se desmoralizaría. Testimonies, tomo 5, p. 109.
La Sra. White aparentemente tenía una gran carga para denunciar la masturbación. Escribió mucho más acerca de este pecado que sobre ningún otro pecado sexual. Dijo de los que practicaban la masturbación:
No se dan cuenta de la extremada pecaminosidad de este degradante pecado ... (Testimonies, tomo 2, p. 347).
Ella hasta elevó la masturbación al nivel de "abominación":
Se me mostró que este vicio es una abominación a los ojos de Dios. (Appeal to Mothers, p. 25.)
Aunque la Biblia condena la impureza de pensamiento y de acción, nunca menciona la masturbación como pecado, mucho menos como abominación. Una abominación es un pecado que conlleva la pena de muerte. La Biblia enumera las abominaciones sexuales en Levítico 18:
La masturbación está notablemente ausente de esta lista de abominaciones. Una vez más, la Sra. White excedió la moralidad de la Biblia y tomó sobre sí el elevar la masturbación a la categoría de abominación.

La Sra. White hasta tuvo dificultades con la desnudez en un ambiente médico:

Las mujeres deberían ser educadas y preparadas tan completamente como sea posible para que se conviertan en doctoras y puedan tratar las delicadas enfermedades que afligen a las mujeres, para que sus partes secretas no queden expuestas a la observación de los hombres. ... Esto de revelar a los hombres las partes secretas de las mujeres, o de que los hombres san tratados por mujeres, es una práctica de lo más horrible. (Kress Collection, p. 23).
¡Piense en todos los ginecólogos y obstetras que son culpables de esta "horrible práctica!" Aunque la Biblia prohibe la lujuria, en la Biblia no se encuentra ninguna prohibición de que los médicos traten las enfermedades de las mujeres.

Conclusión

El hecho de que la Sra. White tuviera normas tan altas no es prueba de que ella fuera profeta de Dios. El profeta Mahoma presentó algunas altas normas en el Corán. ¿Fue él un profeta de Dios?

Altas normas no son equivalentes de la justicia. La fariseos tenían altas normas, pero fueron condenados por Jesús a causa de su maldad. Es tan erróneo ir más allá de la Palabra de Dios y ponerle restricciones innecesarias a la gente como dejar de satisfacer los requisitos de Dios.

No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno. Deut. 4:2.

No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.
Prov. 30:6.


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Ellen G. White

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