CARTA ABIERTA A NUESTROS
AMIGOS
Y A NUESTRA FAMILIA
GREGORY E. TAYLOR
Ex-pastor ASD
PARTE I
[N. del T.] - El boletín del 6 de abril de 2003, de donde
fue tomado este testimonio, incluye un mensaje electrónico de Greg
para Robert K. Sanders, de Truth or Fables, que dice así:
"Fui pastor de la Iglesia ASD durante más de 20 años, contando
mi asistencia a un seminario. Abandonamos el Adventismo sólo a causa
del Nuevo Pacto. Por medio de nuestro estudio del NT, nos convencimos de
que la observancia del sábado no se requiere de los cristianos de
este lado de la cruz. Sentimos gran cariño por la Iglesia ASD, y
oramos para que el mensaje del libro de Gálatas sea aceptado verdaderamente.
Las bendiciones que se derivan de un estudio como éste bien valen
todo el rechazo que uno pueda recibir de manos de los que están
prisioneros del pacto antiguo. En la actualidad, servimos en una iglesia
de planta en Hagerstown, MD. ¡Somos bendecidos al ser parte de la
mayor comunidad cristiana y el movimiento de reavivamiento/renovación
que recorre las iglesias, atravesando las fronteras denominacionales!
Nos sentimos felices de que Cristo nos haya liberado para que vivamos
por el espíritu y ya no vivamos más por la letra.
Siéntase en libertad de publicar mi relato en su sitio web. Oro
para que mi historia abra los ojos de algunos que puedan estar buscando
la verdad.
Greg Taylor]
A menudo, la gente me ha hecho esta pregunta: "¿Cómo
puede alguien jamás abandonar la Iglesia Adventista del Séptimo
Día?" En el pasado, yo mismo me he hecho esta pregunta. "¿Cómo
pudo una persona apartarse de este mensaje después de haber llegado
a conocer todo lo que la iglesia enseña?" Yo había observado
que, cuando la gente dejaba el Adventismo, era porque había perdido
su dirección espiritual, o había caído en algún
estilo de vida pecaminoso. Sin embargo, esta tendencia ha cambiado en años
recientes. Más y más personas están abandonando el
Adventismo y al mismo tiempo dedicando más sus vidas a Cristo. Esto
no tiene sentido para muchos en la iglesia porque ellos creen que el Adventismo
es "la verdad". ¿Cómo puede una persona dejar "la verdad"
y todavía seguir a Jesús? Aún más extraña
a este modo de pensar es la idea de que alguien pueda realmente salir del
Adventismo como parte de su proceso de crecimiento espiritual. Esta es
la pregunta que deseo responder en las pocas páginas siguientes.
Espero que se escuche la historia de mi viaje y que con oración
se examine lo que tengo que decir. Compárese lo que digo con las
Escrituras para ver si estas cosas son así.
Nací y me crié como Adventista. Asistí
a escuelas Adventistas desde la primaria hasta que obtuve mi maestría.
Aunque me aparté por un tiempo durante mi adolescencia y cuando
tenía poco más de veinte años de edad, mi nombre nunca
fue borrado de los libros de la Iglesia Adventista. Fui criado en un hogar
legalista que seguía muy de cerca las enseñanzas de E.G.
White. Yo sabía mucho de la ley, pero poco de la gracia. Yo era
uno de esos muchachos que quería hacer el bien, pero no parecía
poder hacerlo. Así que, con el correr del tiempo, el no poder vivir
a la altura de todas las reglas me desanimó. Cuando terminé
la escuela secundaria en una institución patrocinada por la iglesia,
o academia, como se les llama (en realidad me expulsaron), huí de
Dios y de la iglesia. Esta decisión casi destruye mi vida, y terminé
convirtiéndome en adicto a las drogas y al alcohol. Durante casi
cuatro años, soporté este estilo de vida adictivo, sin esperanzas
y con la salud deteriorada. Mi vida se estaba haciendo pedazos por completo.
Decidí acercarme a Jesús una noche en que estaba en drogas,
y desde entonces nunca he sido el mismo. El Señor extendió
su mano y tocó este duro corazón mío a pesar de mi
desesperada situación, y me inspiró nueva vida. Me convertí
en una nueva criatura de Dios. ¡Por siempre alabaré el nombre
de Jesús por su inagotable amor por mí!
Tan pronto me convertí en cristiano, ingresé
a un centro de recuperación cristiano, llamado Bridge Fellowship,
en el estado de Kentucky. Allí comencé a leer la Palabra
de Dios y a crecer como cristiano, así como a purificarme (volverme
sobrio). Después de siete meses allí, el camino se abrió,
por medio de mis padres, para que asistiese a la Southern Adventist University
(entonces conocida como S.C.). Asistí allí como cristiano
que desconfiaba de la denominación, pero ansioso de aprender acerca
de Dios. Interesado en prepararme para poder compartir las buenas nuevas
con otros, quise aprovechar las oportunidades para estudiantes de ministerio
que había en la institución, y me encontré con muchos
amigos cristianos. Fue mientras estaba en Southern cuando me hice Adventista
por convicción. Estudié educación porque sentía
una pasión por enseñar en una escuela superior de la iglesia
y ayudar a otros jóvenes a aprender acerca de Jesús, más
bien que sólo reglas legalistas de la iglesia. Pero cuando era estudiante
de último año, los dirigentes de la conferencia local me
preguntaron si me gustaría convertirme en pastor. Ahora estaba dispuesto
a considerar la posibilidad de servir como pastor, algo hacia lo cual yo
había sentido desde mi niñez que Dios me había estado
guiando, pero que yo había resistido aún durante la mayor
parte de mi experiencia en la escuela superior. Acepté el llamado,
y serví como interno durante un año en una de las iglesias
locales allí.
En esa época ocurrió en la iglesia una crisis
teológica. Desmond Ford fue expulsado de su puesto como profesor
de PUC [Pacific Union College] a causa de sus puntos de vista relativos
al Juicio Investigador. Walter Rea fue expulsado de su puesto de pastor
por haber revelado hasta dónde había copiado material E.G.
White al escribir sus muchos libros. Llamar devastador al impacto que esto
tuvo en la comunidad Adventista es quedarse corto. Descorazonado, el pastor
que era mi jefe terminó abandonando el sistema ASD. Entré
al seminario preguntándome si yo era Adventista. Una cosa estaba
clara. Por mis propias investigaciones de los documentos manuscritos en
borrador, yo sabía que, efectivamente, E.G. White había tomado
prestado abundante material de otros autores, y que, a menudo, les añadía
la frase "Se me mostró". También sabía que la doctrina
del Juicio Investigador tenía serios problemas. Así que asistí
al Seminario Teológico de Andrews sabiendo que yo estaba en una
precaria situación por lo que concernía a la iglesia. Tomé
mi nueva esposa, con la cual había estado casado por 18 meses, y
me fui a Berrien Springs.
Me sucedieron varias cosas en la Universidad de Andrews
que me llevaron al ministerio ASD. Primero, varios profesores me colmaron
de gracia. Ivan Blazen fue una bendición. Prosperé con sus
enseñanzas. También fui bendecido por Raoul Dederen y Hans
La Rondelle. Estos hombres me ayudaron a ver que el perfeccionismo de los
miembros de la iglesia que se oponían a Ford no era la posición
de todos los profesores. Después, pude estudiar el Juicio Investigador,
y se me dieron algunas explicaciones plausibles que, por el momento, calmaron
mis preocupaciones. Ahora sé que estas soluciones eran burdamente
inadecuadas, pero me ayudaron en ese momento. Es más, algunos expertos
de la Fundación White vinieron a la universidad con el informe de
los abogados exonerando a E.G. White de toda culpabilidad legal en relación
con las acusaciones de plagio. Aunque hoy sé que esto fue sólo
a causa de los vacíos legales en las leyes de su tiempo, no porque
no era ilegal ni erróneo, aún así mi pensamiento se
tranquilizó.
El factor final y más importante fue mi primera
esposa, quien, después de poco más de dos años de
matrimonio, decidió que ya no le interesaba estar casada. Cuando
se fue, justo antes de la mitad del semestre de invierno, mi principal
preocupación el año y medio siguiente era sobrevivir. Tuve
que dejar de lado mis diferencias con la iglesia para poder sobrevivir.
Durante muchos años, no me involucré con los puntos teológicos
en disputa. Sin embargo, mi confianza en E.G. White nunca fue la misma
después de aquéllo. Sabía que había graves
problemas con su autoridad. Todavía leía el Deseado de Todas
las Gentes y el Camino a Cristo, pero sabía que utilizarla a ella
como comentario bíblico al mismo nivel que la Escritura era ignorar
los problemas con su credibilidad.
Mientras estuve en Andrews, conocí a una joven
y atractiva estudiante de comunicaciones llamada Paula Wesner. Conversamos
mucho, y nos conocimos por medio de actividades ministeriales en la universidad.
Aunque nunca salimos juntos sino después de que me gradué
del Seminario, cultivamos una buena amsitad. Después de salir de
Andrews, iniciamos una relación a larga distancia que terminó
cuando nos casamos en marzo de 1985.
Paula y yo nos sumergimos en el ministerio. Al principio,
pastoreamos un par de congregaciones distritales. Llevábamos a cabo
reuniones evangelísticas, etc. Me sentía más y más
incómodo con los métodos evangelísticos tradicionales,
que se enfocaban en los acontecimientos de los últimos días
y la interpretación profética. Sentí que mi llamado
era a alcanzar a la gente con el evangelio de Jesucristo, para llevarles
a Él como Salvador, y ayudarles a vivir en correcta relación
con Él. Lo que más me encontré en el enfoque tradicional
fue a personas que ya pertenecían a alguna iglesia en alguna parte.
Las sesiones sólo tenían una o dos noches dedicadas al evangelio,
y el resto a nuestras doctrinas distintivas. Me parecía que mucha
de la metodología de ocultar nuestro nombre y usar un salón
público era engañosa. Gran parte del contenido de seminarios
y series de conferencias estaba basado en textos de prueba que yo sabía
eran sospechosos. No estaban apoyados por el contexto. Comencé a
sentirme frustrado con el pastorado distrital, y cuando llegó una
oportunidad para ser un pastor joven de tiempo completo, me apresuré
a aprovecharla. Nos mudamos a Kettering, Ohio, y serví a los jóvenes
de aquella iglesia por seis años y medio.
Paula es de suyo hospitalaria, y a mí me encanta
compartir el cristianismo básico. Era un arreglo perfecto. Nos alejamos
mucho de los temas teológicos en disputa y entramos de lleno en
el importante ministerio de llevar a estos jóvenes a Jesús.
Como yo, la mayoría de ellos habían crecido en la iglesia
pero no conocían a Jesús. Paula proporcionaba un ambiente
cálido y hospitalario donde esto podía tener lugar. Vimos
muchos jóvenes venir a Cristo, y a algunos de ellos entrar al ministerio
tiempo completo.
Durante esta época, sin embargo, tuve que aprender
sobre el equilibrio. El ministerio para los jóvenes exige muchísimo
tiempo. Hacer planes toda la semana y dirigir eventos todos los fines de
semana (a menudo después de medianoche) tuvo consecuencias. Casi
llegué al límite de mis fuerzas, y en ese tiempo dejé
el ministerio. Gracias a Dios y a unos buenos amigos, recuperé la
salud y di otro paso adelante en mi vida espiritul. Mi andar con el Señor
se profundizó. Fue como una conversión, pero a un nivel mucho
más profundo. Paula también estaba creciendo. ¡Y no
sólo espiritualmente! Estaba embarazada de nuestro primer hijo,
Jordan. Pronto llegó Matthew también. Estos dos regalos del
Señor nos ayudaron a entender el amor de Dios por nosotros de una
manera nueva y más profunda. ¡La gracia de Dios es tan asombrosa!
Junto con los niños, llegó el reconocimiento
de que no podíamos continuar en el ministerio para los jóvenes
y guardar el equilibrio. Teníamos una familia propia a la que ahora
teníamos que ministrar. También teníamos la profunda
sensación de que Dios nos estaba llamando a algo especial. Un día,
el llamado llegó para que fuéramos a Asheville, North Carolina.
Allí había una iglesia que estaba tratando
de establecer métodos más contemporáneos de evangelismo.
Estaban usando principios del ministerio para los jóvenes para llegar
a los adultos y llevarles a Jesús. Estaban ensayando métodos
usados por la Iglesia de la Comunidad de Willow Creek en Chicago. Oramos
mucho acerca de esta decisión, porque nos dábamos cuenta
muy bien de los peligros de intentar una transición a un modelo
más contemporáneo. Muchos han tratado, y pocos han tenido
éxito. Así que oramos intensamente pidiendo la dirección
de Dios. Después de muchas y claras indicaciones de su providencia,
nos mudamos a North Carolina. Esto inició una temporada de ministerio
intensa pero remuneradora. Tuvo lugar en nosotros un tremendo crecimiento
personal y espiritual. Dios bendijo nuestra iglesia también. Aunque
unas 50 personas nos dejaron durante la transición a un modelo más
contemporáneo, crecimos desde un promedio de asistencia de 120 personas
antes de la transición hasta lo que ahora somos, una vibrante congregación
de 500 miembros. Realmente vimos la mano del Señor en la renovación
de la iglesia de Foster. Mi don del evangelismo pudo ser usado de tal manera
que no me obligó a usar los métodos tradicionales. Paula
pudo usar sus dones de hospitalidad y comunicación creativa, y nuestros
muchachos pudieron disfrutar de muchos amigos y una gran comunidad.
En esta época, visitamos a Willow Creek en numerosos
eventos de adiestramiento. Nos conmovía mucho la relación
con otros cristianos que aman a Jesús y están dedicados a
alcanzar el mundo para Él. Los cultos eran para nosotros como un
anticipo del cielo. Recuerdo cómo comentábamos que este movimiento
de Dios era mucho más vibrante que cualquer cosa que jamás
hubiésemos experimentado en el Adventismo. Recuerdo haber pensado
y discutido con Paula que el pueblo remanente de Dios será un pueblo
apasionado por alcanzar a los perdidos y a los que aman adorar a Dios.
Este es el mensaje del primer ángel de Apocalipsis 14:6-7. Teníamos
un profundo deseo de ver ocurrir estas cosas en nuestra propia iglesia
local. Mucho de lo que aprendimos en Willow Creek tratamos de compartirlo
en nuestra iglesia cuando estuvimos de vuelta. Gradualmente, Dios nos guió
como iglesia hacia un estilo de culto más expresivo y una entrega
más profunda para alcanzar a los perdidos.
Durante mucho tiempo, tuve problemas con la idea de que
los Adventistas fuesen la única iglesia remanente. Pensaba que el
centro de atención era demasiado pequeño, y creía
que el concepto de un mensaje remanente, más bien que el de una
"iglesia remanente", era una interpretación más realista
de Apocalipsis 12. El problema de la falta de renovación espiritual
en la mayoría de las iglesias ASD, y la presencia de vida abundante
en otras iglesias fuera de la nuestra, me seguía molestando. Después
de como cinco años en Foster, comenzamos a estabilizarnos en nuestro
crecimiento. Todavía éramos una iglesia vibrante, pero parecía
que no estábamos alcanzando realmente el grupo que era nuestro blanco,
la gente que no pertenecía a ninguna iglesia. Aunque sí alcanzamos
a algunos de los sin iglesia, la mayoría de ellos tenían
algún antecedente Adventistas. No es que este no es un grupo importante
de alcanzar, sino que eran casi todos los que estábamos alcanzando.
Oraba y oraba acerca de esto. Mi don del evangelismo ardía dentro
de mí, pero parecía que algo estaba impidiendo mi efectividad.
Comencé a pensar que debía haber algo malo conmigo. Pasé
mucho tiempo escudriñando mi alma. ¿Es sólo el ego
lo que me hace desear una iglesia grande, o es la compasión por
los perdidos lo que me impulsa? Busqué algún consejo cristiano
que fuese de lo más útil para resolver algunos puntos de
mi pasado de los cuales no era consciente, y los puntos de éxito/fracaso
con los que lidiaba. Pude mirar las partes de mí mismo que necesitaban
sanación y las confesé ante el Señor, y recibí
su perdón.
Mientras tanto, la iglesia estaba estancada. Descubrí
que yo no estaba tan interesado en el tamaño de la iglesia como
en usar los dones evangelísticos que Dios me había llamado
a usar. Éste fue un tiempo de profundo escudriñamiento del
alma. Sabía que algo estaba estorbando el plan de Dios para usar
este don en mi vida, pero no sabía qué era. Exploramos algunos
llamados, pero no sentimos que el Señor nos estuviese guiando en
ese momento. Participaba en retiros espirituales, con ayuno y oración,
pidiendo a Dios que me guiase. Invocaba a Lucas 11:11-13 pidiendo la presencia
del Espíritu Santo y una clara dirección divina.
Más o menos por esta época, un amigo en
un ministerio similar hizo que Carl George, un especialista en evangelismo
y crecimiento de iglesias, fuera a su iglesia para que la estudiase. El
crecimiento de sus iglesias se había estancado también. La
evaluación de Carl George fue que no podían entrar a la comunidad
que no asistía a ninguna iglesia a causa de los puntos en disputa
relativos al sábado. Esta era una barrera demasiado grande para
la mayoría de la gente no criada en el Adventismo o no casada con
un Adventista. Para los pastores que son llamados a alcanzar a la gente
para Jesús, esto parecía problemático. Tenemos que
alcanzar el mundo, pero encontramos una barrera que es parte de la estructura
misma del Adventismo. En ese tiempo, yo aceptaba que, si Dios quería
usarnos para alcanzar a la gente fuera del sistema, Él prepararía
el camino.
Mientras tanto, un par de amigos míos en ministerios
similares abandonaron el Adventismo para fundar iglesias no denominacionales.
Su separación inicial de la iglesia ASD fue el resultado de desacuerdos
financieros entre ellos y la conferencia a la cual pertenecían.
Estaban luchando para sostener un ministerio de iglesia a tiempo completo
y al mismo tiempo enviar el 100% de sus diezmos a la conferencia. Este
es un problema que todo pastor Adventista confronta, así que yo
simpaticé con su situación. Sin embargo, poco después
dejaron de tener culto los sábados y comenzaron a tenerlo los domingos.
Tengo que aceptar que, en ese momento, me enojé con ellos. No me
enfurecí, pero pensé que habían puesto una mancha
oscura en el ya inestable movimiento evangelístico contemporáneo
dentro de la iglesia. Había estado mucho menos preocupado cuando
abandonaron la iglesia a causa de puntos en conflicto relativos a los diezmos,
pues es verdad que el sistema ASD estrangula severamente los recursos de
las iglesias locales. Desde los más conservadores hasta los más
progresistas, los pastores Adventistas tienen problemas con eso. Yo había
esperado que estos pastores demostrasen que las iglesias pueden tener éxito
sin ser parte financiera del sistema. Pero el problema del sábado
les desacreditaba ante mis ojos y ante los ojos de la mayor parte de la
comunidad de la iglesia ASD. Les dije lo que pensaba. Ambos escucharon
cortésmente mis preocupaciones, compartieron algunas de sus ideas
conmigo, y actuaron conmigo como caballeros cristianos.
Cuando estos pastores amigos míos abandonaron el
Adventismo y más tarde el sábado, entré en un período
de estudio. Mi principal razón de ser Adventista era el sábado.
Hasta ese momento, yo había creído que el Adventismo era
la iglesia que más cerca estaba de enseñar la verdad bíblica.
Por esta razón, yo era sólidamente Adventista por convicción,
a pesar de mis preocupaciones relativas a las enseñanzas sobre Ellen
White, el Juicio Investigador, y la iglesia remanente. Estaba convencido
de que el sábado era el día especial de Dios. En esta época,
mis sermones estaban claramente dirigidos a este punto. También
enseñaba a los nuevos creyentes que, aunque el Adventismo no era
una iglesia perfecta, era lo más cercano a la verdad bíblica
como yo la entendía. Por lo tanto, no tenía problemas para
llamar a la gente a comprometerse a convertirse en parte de la iglesia
Adventista. A menudo, continuaba diciendo que, si algún día
descubría una verdad mayor en la Biblia, la seguiría.
Estudié los materiales que me habían recomendado
los amigos que habían abandonado la denominación. También
estudié intensamente los materiales escritos por teólogos
Adventistas, incluyendo Samuel Bacchiocchi, la mayor autoridad sobre el
sábado de la IASD. Además, consulté a dos de los más
respetados profesores y escritores de nuestra denominación con el
decidido propósito de demostrar dónde se habían equivocado
mis amigos. Leí, estudié, y me convencí de que los
Adventistas tienen la verdad sobre el sábado. Yo también
creía que E.G. White tenía el don espiritual de profecía,
aunque no era de confianza como intérprete de las Escrituras. Vi
que los Adventistas tienen un mensaje remanente, aunque no exclusivo, y
que el Juicio Investigador de 1844, aunque complicado, podía hacerse
concordar con la posición de E.G. White con algo de imaginación
creativa y textos de prueba. Pero la piedra angular para mí era
el sábado. Si se elimina, desaparece la IASD. ¡Después
de todo, es parte de su nombre!
Más o menos por esta época, mi familia y
yo nos preparábamos para iniciar una gira sabática. Habíamos
planeado viajar por los Estados Unidos viendo parques nacionales y visitando
iglesias los sábados. Eso es exactamente lo que hicimos. Tuvimos
un viaje maravilloso. Durante todo el camino, le pedimos al Señor
que nos mostrase lo que Él quería que hiciésemos con
nuestras vidas. Queríamos estar abiertos a su dirección y
seguirle, sin importar el costo. Tener un verano entero para estudiar,
orar, escuchar, y observar, parecía una manera grandiosa de escuchar
la voz de Dios. Y fue un verano maravilloso. Yo oraba y escuchaba todos
los días. En cada ocasión, sentía que el Señor
sólo me decía que esperase. A través del estudio profundo
y la oración, el Señor me hizo saber que lo que Él
deseaba que yo aprendiese de la experiencia sabática me llegaría
de una sola vez, y sería diáfano y bíblico.
Durante el verano, nos llamó la atención
la falta de vitalidad espiritual en todas las iglesias Adventistas que
visitamos. Aunque la gente era sincera, había tal ausencia de vida
que era descorazonador. Era casi como si sólo actuaran mecánicamente
al ser miembros de iglesia. Las iglesias dominicales eran lo opuesto. Con
excepción de una que visitamos, todas ellas tenían tanta
vida y tanto gozo que era contagioso. Nos regocijamos cuando estábamos
en estas iglesias de varias denominaciones o comunidades independientes.
Cuando visitábamos las iglesias ASD, nos sentíamos muy tristes
y desanimados. Recuerdo haber orado: "Señor, si el sábado
es tan importante y parte de tu ley moral, que es obligatoria para todos
los cristianos, ¿por qué bendices claramente a otras iglesias,
mientras las iglesias Adventistas sólo se sostienen en el mejor
de los casos?" Regresamos de nuestra gira sabática vigorizados por
una parte, y entristecidos por la otra. Estábamos muy contentos
de regresar a nuestra iglesia, donde había alguna vibración.
Antes de regresar al trabajo, pasé tres días solo en un retiro
espiritual, estudiando y orando para que Dios me guiase en la siguiente
temporada de ministerio. Estudié, oré, y reflexioné.
Todavía continuaba recibiendo la misma respuesta: "Sabrás
lo que quiero que aprendas, y será pronto. Tengo un plan para tu
vida, y te lo revelaré por medio de mi Palabra".
Nada podía haberme preparado para lo que sucedió
después. Recibí una llamada de un pastor Adventista, amigo
de mucho tiempo, que yo sé que ama a Jesús como pocos de
los que he conocido en mi vida. Tengo gran respeto por su caminar con el
Señor y su devoción para seguirle sin importar el costo.
Se sinceró conmigo, y me confió que había estado estudiando
el sábado y no estaba seguro de que nuestra posición ASD
estaba bíblicamente basada en el Nuevo Testamento. Me quedé
de una pieza, por decir lo menos, pero él mencionó las mismas
dificultades que yo había estado teniendo en cuanto a que era obvio
que las iglesias que no guardaban el sábado eran ungidas por el
Espíritu de Dios, mientras que las nuestras estaban luchando. Les
confié mis luchas con esta cuestión. Para no alargar la historia,
varios amigos que yo sé están comprometidos con Jesús
tuvieron los mismos problemas simultáneamente. Eso inició
para mí un período de intenso estudio. Regresé a los
materiales que había estudiado para argumentar con antiguos colegas
Adventistas, y esta vez decidí estudiar los materiales con ellos
con la Biblia abierta y una mente también abierta. Quizás
Dios estaba tratando de decirme algo. Lo que aprendí de la Palabra
de Dios literalmente ha vuelto mi mundo al revés. Al mismo tiempo,
ha sido el estudio más liberador y satisfaciente para mi alma en
que jamás me haya embarcado. Fiel a su Palabra, Dios ha transformado
radicalmente mi manera de pensar. Paula ha sido bendecida profundamente
por este estudio también. Hemos llegado a entender la Biblia de
una manera nueva y poderosa.
Me asombró descubrir que el NT no enseña
el sábado como yo pensaba. Por Colosenses 2:16,17, Gálatas
4:10, Romanos 14:5,6, y Hebreos 3-4, me enteré de que el sábado
era una institución que señalaba a Jesús y que, por
lo tanto, ya no es obligatoria para los cristianos. El NT apunta hacia
una Persona (Jesús), no a un día, como el verdadero sábado.
Descubrí que, en Cristo, la Ley es reinterpretada para todos los
creyentes. El NT indica claramente cuáles porciones acompañan
a Cristo y cuáles no. Finalmente, descubrí que el día
de culto NO es la prueba final de lealtad hacia Dios. La prueba es una
completa entrega a Cristo Jesús, sellada por la morada del Espíritu
Santo en el creyente. Me doy cuenta de que esto requiere una explicación,
así que he incluido en un apéndice un pequeño resumen
del proceso de mi descubrimiento. Recomiendo mucho que se tome el tiempo
para leer y estudiar este material y ver si estas cosas son así.
Recuerdo que, hace unos años, estuvieron de moda
las "imágenes escondidas". Estos cuadros aparecían en oficinas,
libros, vestíbulos, etc. A menudo, se podía ver a grupos
de personas reunidas alrededor de estos cuadros, que, a primera vista,
no parecían sino una manchas de colores distribuidas al azar por
toda la página. Nada más. Pero, al concentrarse la gente
en estas obras de arte, uno tras otro exclamaban en voz alta: "¡La
veo! ¡La veo!". E inmediatamente indicaban a los demás la
manera correcta de mirar la pintura para que también pudiesen ver
la imagen. Yo también miraba estos cuadros. Quería ver qué
era lo emocionante de ellos, que por lo demás, parecían extraños.
Pero no era uno de los afortunados. No veía nada.
Entonces, un día que tenía algo de tiempo
disponible, me senté frente a una de estas versiones colgadas en
la pared. ¡Debo haber permanecido allí entre 15 o 20 minutos!
Y estaba allí sentado, mirando. Estaba a punto de levantarme y decidir
que todo aquello era una farsa, cuando de repente la vi. Una hermosa imagen
tridimensional de la Estatua de la Libertad pareció saltar de la
tela. ¡Era verdaderamente asombroso! Apenas podía creerlo.
Pronto estaba hojeando un libro de imágenes similares buscando sus
ocultos secretos. ¡Qué descubrimiento! Una vez que hice aquel
descubrimiento inicial, todos los cuadros parecieron cobrar vida. Nunca
pude volver a mirar del mismo modo una de estas imágenes escondidas.
De manera muy parecida, las Escrituras cobraron vida para
mí mientras las estudiaba. Al principio, vi lo que siempre había
visto. Pero luego, un día, cobraron vida para mí. Comencé
a ver la Biblia como nunca antes la había visto. No quiero, en modo
alguno, menospreciar la manera en que otros entienden la Escritura. Tampoco
quiero decir que yo tengo razón y otros están equivocados.
Todo lo que puedo decir es que he visto una imagen de Dios y su Palabra
que ha hecho pedazos todos mis paradigmas anteriores. Me siento agradecido
por este don de la gracia de Dios.
Permítaseme decir una cosa más. A causa
de mi posición como pastor Adventista, el estudio del sábado
acarreaba enorme riesgo personal. Todo lo que alguna vez he conocido como
cristiano y como ministro podría quedar comprometido. Mi esposa
también tiene fuertes relaciones en la iglesia. Tenemos amigos de
toda la vida a quienes queremos mucho. Tenemos una iglesia a la que amamos
entrañablemente y que nos ama. Fuera del ministerio, no tenemos
ninguna habilidad vendible en particular. Paula ha suspendido su carrera
de escritora para poder estar en casa con nuestros hijos. No tenemos ninguna
carrera en la cual apoyarnos en una situación de urgencia. Así
que fue con temor y con temblor que comenzamos a estudiar, sin saber lo
que podría salir de ello, pero deseando, desde lo más profundo
de nuestros corazones, seguir al Señor, aunque esto significase
perderlo todo. Después de todo, a través de los años,
nosotros habíamos estimulado a la gente a seguir al Señor
sin importar el costo, y confiar en Él para los resultados. ¿Qué
clase de dirigentes espirituales podríamos ser si rehusábamos
arriesgarlo todo nosotros mismos por la causa de Cristo?
Posiblemente, algunos de ustedes se pregunten: "¿Y
E.G. White? ¿Qué papel desempeña ella en todo esto?"
Paula y yo hemos asumido la posición de que nos
vamos a atener a "la Biblia y la Biblia solamente". Esto no significa que
no creamos que haya un lugar apropiado para los dones espirituales, sino
que, como hemos de probar los dones por medio de la Palabra, y no la Palabra
por los dones, en la formación teológica, tenemos que ir
a la Palabra.
Tenemos que referirnos al hecho de que hay serios problemas
con EGW, los cuales la iglesia, desafortunadamente, no ha estado dispuesta
a discutir abiertamente. Para ser justos, sugerimos que cada Adventista
preocupado lleve a cabo alguna investigación por su propia cuenta
y decida qué lugar asignarle a EGW en su teología personal.
Sugiero que entre a Internet e investigue a Ellen White. Encontrará
sitios pro-EGW y otros que critican su ministerio. Debería leer
ambos y tomar una decisión. Recuerde a 1 Tes. 5:20-22.
Por nuestra investigación, hemos llegado a la conclusión
de que ella no es digna de confianza como voz profética. Esto no
significa que no fuese inspiradora a veces. Ambos amamos los libros "El
Camino a Cristo" y "El Deseado de Todas las Gentes". Pero es claro que
EGW, a sabiendas, copió extensamente de otras fuentes mientras afirmaba
que NO lo estaba haciendo, excepto en unos pocos casos. Algunos estiman
que estos préstamos alcanzan hasta el 80%. Según un estudio
patrocinado por la iglesia, ni siquiera en El Deseado de Todas las Gentes,
mi libro favorito de EGW, "hay una sola línea de pensamiento que
sea original" de ella. Hasta en las obras en que ella dice "Se me mostró"
hay evidencia de que copió extensamente. Ella copiaba materiales
ajenos, y en muchos casos, copiaba los errores junto con las verdades.
Algunos han dicho que las leyes eran diferentes en aquel
entonces. Ella no podría haber sido hallada culpable en un tribunal
de su tiempo. ¡Quizás no, pero James y Ellen eran bastante
inflexibles en el sentido de que los demás no debían tomar
prestado de ellos sin darles crédito! Hasta llamaban la atención
a los que lo hacían, señalando la deshonestidad de esta práctica.
Tengo en mi poder una copia del periódico de Healdsburg fechada
el 20 de marzo de 1889, en que se informa que la comunidad local se había
rebelado contra los plagios que se habían descubierto en sus escritos.
Es claro que era deshonestidad, y ella lo sabía. La gente en su
propio vecindario no lo aprobaba. Fue este descubrimiento lo que la obligó
a admitir que había usado fuentes externas para componer "Great
Controversy". Aún entonces, sólo aceptó lo que ella
sabía que otros sabían sobre su uso de las fuentes.
Hay también el encubrimiento de sus visiones, que
enseñaban lo opuesto de lo que ella creyó más tarde.
En las páginas iii y iv del prefacio, Early Writings [Primeros Escritos]
afirma que no se ha borrado nada. Se afirma que se han incluido TODAS sus
primeras obras. Se afirma que sólo se ha reemplazado una palabra
aquí y otra allá para actualizar el significado original.
Todo esto se hizo "con la aprobación de la autora misma". La verdad
es que se eliminaron partes considerables de sus primeras visiones y el
significado original fue cambiado. He visto comparaciones entre sus primeros
documentos y el libro Early Writings. Es evidente que las eliminaciones
fueron intencionales y engañosas. EGW sabía muy bien lo que
estaba haciendo. Esto fue considerado deshonesto y engañoso por
su compañero de trabajo W. W. Prescott y otros.
Para nosotros, el mayor problema con Ellen White es el
efecto que ella ha tenido en la iglesia ASD. El evangelio de la gracia
todavía no se comprende bien en el Adventismo. En nuestros años
de servicio, nos hemos encontrado con una enorme barrera que nos impide
ayudar a la gente a encontrar seguridad. No es que ella no enseñase
la gracia. A veces la enseñaba de manera hermosa, pero también
enseñaba el perfeccionismo. Como pueblo, los Adventistas están
básicamente confundidos acerca del núcleo mismo de la fe
cristiana. A causa de estas afirmaciones, es muy difícil para la
mayoría de los Adventistas comprender el evangelio. Nunca hemos
visto una iglesia Adventista verdaderamente dedicada a aplicar los escritos
de EGW que sea una comunidad de iglesia vibrante, viva, en crecimiento,
y feliz. La responsabilidad de esto recae directamente sobre los hombros
de EGW. Ciertamente, una iglesia que tiene 100,000 páginas de escritos
"inspirados" debería tener una comprensión aún mayor
de las Buenas Nuevas que otras iglesias. Triste es decirlo, pero no es
así. Jesús nos enseña a probar los profetas por sus
frutos. ¿Qué hacemos con los problemas que acabamos de mencionar?
Gál. 1:8 dice que, si aún un "ángel de luz" viniese
y nos enseñase un evangelio diferente, sería maldito. Ellen
White no enseñó una teología de "fe que obra", sino
una teología de "fe más obras", aún en algunas de
sus obras posteriores como Great Controversy. Lea el capítulo sobre
el Juicio Investigador y vea qué le parece. Sólo con estos
puntos en disputa, nos vemos obligados a decir que, en el mejor de los
casos, EGW no es digna de confianza como profeta. Ciertamente no podemos
decir que debemos tomar sus opiniones como compañeras de la Biblia.
Creemos que hay algunas razones que dificultan revelar
la verdad completa acerca de EGW. Una razón principal puede ser
un interés personal en aferrarse a la idea de que EGW era una verdadera
profeta en escala de uno con los profetas bíblicos. Esto es parte
de la identidad de la "iglesia remanente". Allá por 1919, la decisión
de la Conferencia Bíblica celebrada por nuestra Conferencia General
fue que se revelaran inmediatamente los problemas con EGW como voz profética
en la iglesia. Intentaron ayudar a la gente a entender la verdad sobre
su don. Pero hubo tal reacción contra los que trataban de decir
la verdad, que algunos instructores bíblicos clave fueron despedidos.
Desafortunadamente, la denominación no quiso revelar toda la verdad
sobre EGW. Prevalecía el temor de discutir estos temas. Hoy día,
tenemos que enfrentarnos a esta realidad después de muchos años
más de arraigados conceptos erróneos.
La afirmación de Apocalipsis 12:17 de que el remanente
guardaría los mandamientos de Dios (los ASD creen que esto quiere
decir los Diez Mandamientos, pero esto no es apoyado por la lingüística,
como se comenta en la sección de estudio bíblico) es parte
de esta identidad remanente en la iglesia. La segunda parte del pasaje
dice que este "remanente" tendría el testimonio de Jesús.
Luego, la perspectiva Adventista señala que Apocalipsis 19:10 dice
que el testimonio de Jesús es el Espíritu de Profecía.
La conclusión: la "verdadera iglesia" de los últimos días
enseñaría todos los mandamientos de Dios, incluyendo el cuarto,
y tendría un profeta. Muchos ASD llaman cariñosamente "Espíritu
de Profecía" a los escritos de EGW.
El problema con esta interpretación es que es injusta
con la lingüística y con el contexto de Apocalipsis. En Apocalipsis
19:10, el "Espíritu de Profecía" se refiere claramente al
Espíritu Santo. Es otro nombre para el Espíritu Santo que
inspira a los profetas. Este mismo Espíritu está detrás
de toda proclamación del evangelio. Traducir como si el testimonio
de Jesús se refiriese siempre a la voz profética es ignorar
lo que dice el resto de Apocalipsis sobre el testimonio de Jesús.
Por ejemplo, en el capítulo 1, versículo 1, dice que Juan
"ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo,
y de todas las cosas que ha visto". ¿Se refiere aquí a Ellen
White? Seguramente ella no encaja aquí. En contexto, parece ser
una referencia al mensaje del evangelio. Ahora observe el versículo
9. Aquí Juan dice que estaba en la isla de Patmos "por causa de
la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo". ¿Se refiere esto
a EGW? No. Ni siquiera se refiere a la profecía en general. Juan
todavía no había recibido ninguna visión profética.
Esta es una clara referencia al evangelio, el testimonio (testigo) acerca
de Jesús. Se me hizo claro que meter a EGW en Apocalipsis 12:17
era estirar las cosas. Yo no quiero ser culpable de leer mi propia versión
de escatología en el texto en vez de dejar que el texto hable por
sí mismo. Esto es increíblemente peligroso a la luz de las
advertencias sobre añadir o quitar de las palabras del libro, advertencia
que se encuentra en el capítulo 22:18-19.
Nuestra principal razón para hacernos Adventistas
hace años fue nuestro profundo deseo de servir al Señor.
Tanto Paula como yo ingresamos a esta iglesia (yo cuando me rebauticé
en mis años de escuela preparatoria) y nos convertimos en ASD porque
creíamos que era la denominación que más de cerca
seguía la palabra de Dios. Veíamos en el Adventismo a un
grupo de personas que no temían seguir sus convicciones aunque sus
posiciones no fuesen populares en nuestra cultura. Llegamos a ser parte
de la iglesia principalmente porque creíamos que la observancia
del sábado era obligatoria y honraba a Dios. También, nos
atraía el estilo de vida saludable. Creíamos que el Adventismo
tenía mucho que ofrecer al mundo. Todavía creemos mucho de
lo que la iglesia enseña.
Aunque Paula y yo no creemos en la posición Adventista
de que el sábado es moralmente obligatorio y bíblico, sí
creemos que es una saludable manera de vivir y que tiene mérito
para el crecimiento espiritual. Valoramos y apoyamos el concepto del reposo
sabático. Disfrutamos de los beneficios espirituales de tomar un
día para dedicarlo a Dios y a la familia. Nos gusta ayunar por un
día y dejar que cesen el ruido y el clamor. Esto es parte de nuestras
vidas espirituales, algo que amamos y que siempre atesoraremos. Pero insistir
en que siempre sea en sábado, o que es apoyado por la Biblia, es
añadir a la Palabra de Dios un requisito innecesario para nuestros
creyentes. Constituye una piedra de tropiezo innecesaria. Impide
que muchos vayan a Jesús. Creemos que debemos quitar todos los obstáculos
del camino del verdadero buscador, excepto el escándalo de la cruz.
Este es el corazón del mensaje de Gálatas y el resto del
Nuevo Testamento.
Paula y yo amamos profundamente a la iglesia Adventista
y nos preocupamos por ella. No se nos ha hecho daño ni hemos sido
maltratados. No sentimos animosidad hacia nadie en la iglesia. La denominación
ha sido muy buena con nosotros. No tenemos ninguna historia de horror ni
maltrato a manos de los dirigentes, como las tienen algunos. Estamos agradecidos
del Adventismo por lo que ha significado para nuestra familia y nuestro
crecimiento en el Señor. Casi todo nuestro proceso de maduración
como cristianos ha tenido lugar dentro de la iglesia Adventista. Hemos
sido profundamente bendecidos por nuestra asociación con la iglesia.
Pero Dios nos llama a continuar progresando. Creo que es la intención
de Él para la iglesia Adventista también. Realmente había
mérito en lo que los pioneros Adventistas creían. Eran inflexibles
sobre no convertirse en otra denominación, pero insistían
en llamarse a sí mismos movimiento. Con esto indicaban que, si descubrían
más verdades, las seguirían y dejarían los errores
atrás. La iglesia Adventista tiene mucho que ofrecer. Si quisiera
continuar progresando, creo que podría tener un tremendo impacto
en el mundo como parte de la iglesia remanente de Dios en general. Pero,
en un sentido muy real, el Adventismo tiene que enfrentarse a su lado oscuro.
Tiene que continuar progresando y permitirle a Dios que la moldée
y la convierta en lo que Él se propone que sea.
Probablemente, somos más "adventistas" de lo que
jamás hemos sido. Por supuesto, quiero decir que somos fervorosos
creyentes en el pronto regreso de Jesús. Por esta razón,
ya es tiempo, ya es hora, de que todas las iglesias dejen de promover su
propio estilo de cristianismo como la "única verdadera" y exclusiva
comunidad, y que, en vez de ello, se unan alrededor de la causa común
de alcanzar al mundo para Jesús. Esta era la pasión de Jesús
en Juan 15. "Por esto conocerán todos los hombres que sois mis discípulos,
si os amáis los unos a los otros". La marca de la verdadera madurez
cristiana
es este amor de los unos por los otros y llevar el mensaje de Jesús
al mundo. La oración de Jesús en Juan 17 deja claro que Él
anhela la unidad de su iglesia. Es esta unidad lo que atraerá al
mundo a Cristo Jesús. Cuando los cristianos luchan entre sí,
esto sólo reafirma a los incrédulos en su impresión
de que el cristianismo es sólo otra institución humana.
La unidad de propósito es de lo que trata el verdadero
remanente de la profecía bíblica. En todos mis años
de ministerio, no puedo recordar que ninguno de nosotros se haya regocijado
por el éxito de la Cruzada de Billy Graham. Nunca oí a nadie
alabar a Dios por el hecho de que Greg Laurie tuviese una exitosa Cruzada
de la Cosecha. Tengo que incluirme en ese grupo. ¿Por qué?
Porque estos hombres no eran parte de la "verdadera iglesia". Desgraciadamente,
esta actitud se puede encontrar en muchos sistemas eclesiásticos.
Esto no es sólo un fenómeno ASD. He tenido que reexaminar
mis propias actitudes con el correr de los años. Creemos que ha
llegado el momento de que hagamos a un lado el exclusivismo que ha paralizado
a la iglesia cristiana por siglos (véase Gál. 4:17) y cumplamos
la Comisión Evangélica (Mat. 28:18-20). Estamos convencidos
de que este es el sueño de Jesús para su iglesia en estos
últimos días. Creemos que la forma más elevada de
culto, el camino que más honra a Dios que podamos escoger, es seguir
a Jesús a medida que Él nos guíe. Creemos que su remanente
está constituido por los que obedecen sus mandamientos de amarle
plenamente, amen a los demás como a ellos mismos, y dediquen sus
vidas a hablar al mundo acerca de Él.
Mientras escribo esto, no sé qué nos depara
el futuro. No sé qué nos sucederá financieramente.
Debo decir que hubo un sentido real en que tuve que enfrentarme a una parte
oscura de mi propia personalidad en esta lucha. Era importante para mí
ser un respetado pastor ASD y que la gente pensara bien de mí. Era
increíblemente difícil para mí aceptar que otros a
los que había conocido y con los cuales había servido en
el Adventismo me perdieran el respeto. En un sentido muy real, tuve que
arrepentirme de haber amado la alabanza de los hombres más que la
alabanza de Dios. Ahora he resuelto que "por lo que a mí concierne,
yo y mi casa serviremos al Señor". En Él hallaremos nuestro
reposo y nuestra seguridad. Y esperaremos ver cómo Dios nos guía
a nosotros y les guía a todos vosotros en los meses y los años
que vienen. Nuestras oraciones están con vosotros, y pedimos vuestras
oraciones a favor de nosotros.
Esperamos que algún día la iglesia Adventista
se enfrente a algunos de estos puntos de desacuerdo. Oramos para que un
día los dirigentes tengan el valor de reexaminar los "pilares de
la fe". Oramos para que le pidan a Dios valor para estudiar abiertamente,
sin riesgo, las enseñanzas fundamentales, y vean lo que las Escrituras
enseñan sin preocuparse de lo que suceda si descubren algunos errores
en el camino. Pero el valor es una de las cualidades por las que los Adventistas
han sido conocidos en el pasado. Confiamos en que la misma cualidad exista
todavía.
No creemos que la iglesia sufra a largo plazo a causa
de tal estudio. Quizás la imagen de que los Adventistas son la única
iglesia remanente caiga a la vera del camino. Quizás el Juicio Investigador
sea enterrado en el cementerio teológico también. Puede que
haya todo un nuevo enfoque sobre el sábado. Puede ser que el sábado
se sugiera como una disciplina espiritual, más bien que como un
deber moral. El nombre "Adventista del Séptimo Día" podría
quedar reducido a sólo "Adventista" para mantener como centro a
Jesús antes que a la ley. Puede que la vida saludable se enseñe
desde un punto de vista de la salud, más bien que desde el de un
requisito que se confunde con la salvación. Quizás la iglesia
sea conocida como la iglesia que está verdaderamente basada en la
Biblia y la Biblia solamente. Tal vez hasta se pidan algunas excusas a
los grupos cristianos que han sido menospreciados y abusados por los "evangelistas"
que les llamaban "apóstatas" y "Babilonia". Tal vez el enfoque del
evangelismo cambie para alcanzar los 130 millones de personas sin iglesia
en este país, en vez de principalmente a los que ya están
relacionados con una familia en la iglesia. Quizás los adventistas
alrededor del mundo lleguen a ser conocidos como el pueblo que fervorosamente
trabaja por alcanzar a la gente para Jesús, que coopera para enlazarse
con otros grupos cristianos, y sea totalmente desprendida al usar los enormes
recursos de la iglesia para la causa de Cristo.
Quizás todo esto parezca un sueño, pero,
¿puede Ud. imaginar cuánto podría Dios bendecir una
organización con esa clase de valor y autenticidad? Imagínese
cuánto respetarían los buscadores espirituales y los creyentes
por igual una espiritualidad tan auténtica. Pero esto no sucederá
si no hay por lo menos unos pocos que oren pidiendo un verdadero reavivamiento
y una verdadera unidad en el cuerpo de Cristo, la unidad que vendrá
cuando todos los verdaderos cristianos tomen en serio a Juan 17. Cuando
los cristianos comiencen a amarse los unos a los otros y a contar las buenas
nuevas al mundo, en vez de arracimarse en pequeños y exclusivos
grupos denominacionales y pretender que son los únicos, habrá
un reavivamiento de proporciones gigantescas. Sin embargo, esto no sucederá
si no hay por lo menos unos pocos que estén dispuestos a ponerse
de pie y decir lo que piensan. Sucede que sabemos que hay muchos ASD de
entre el pueblo, incluyendo algunos pastores, administradores, y maestros,
que tienen este valor. Pero nada sucederá mientras esto tenga lugar
en pequeñas discusiones en las habitaciones traseras. Algunos de
nosotros necesitamos tener el valor de hablar y decir la verdad. Creemos
que algún día Dios llevará a cabo estas cosas en el
Adventismo. Oraremos todos los días para que tenga lugar este reavivamiento.
¡Amor para todos vosotros!
En Cristo Jesús, nuestra seguridad y nuestro reposo.
Greg y Paula Taylor
FIN DE LA PARTE I