¿DEBE
LA IGLESIA CRISTIANA
ENSEÑAR EL DIEZMO?
CONCLUSIONES DE UN TEÓLOGO
SOBRE UNA DOCTRINA TABÚ
Russell Earl Kelly, Ph. D.
Traducción por Román Quirós M.
Capítulo
15
Lucas 18:12
El alarde del fariseo sobre el diezmo
El fariseo
que se consideraba justo
Lucas
18:9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y
menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
Lucas
18:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro
publicano [recaudador de impuestos].
Lucas
18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera:
Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones,
injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
Lucas
18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Lucas
18:13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar
los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, ten
misericordia de mí, pecador.
Lucas
18:14 Os digo que éste descendió a su casa justificado
antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será
humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
En los cuatro evangelios, cuando uno combina Mateo 23:23 con
Lucas 11:42, la palabra "diezmo/décimo" aparece sólo dos
veces - en ambas ocasiones como parte de una condenación
dirigida a los fariseos QUE DIEZMABAN, por la hipocresía de
ellos. El fariseo de Lucas 18 se creía más justo y, por
lo tanto, despreciaba a los demás (v. 9). Cuando dijo: "No soy
como los otros hombres, extorsionistas, adúlteros, ni siquiera
como este publicano", estaba alardeando de su propia justicia por medio
del ayuno y el diezmo (v. 11).
Aunque los pecados del recaudador de impuestos pueden haber
incluido el de robar a Dios, el fariseo pecaba más al exaltarse
a sí mismo. Su actitud mental anulaba sus obras de servicio a
Dios. Como muchos hoy día, creía estúpidamente que
sus grandes contribuciones cubrirían sus pecados.
Fue el recaudador de impuestos, no el religioso, el que se
fue a su casa justificado después de su sincera oración:
"Dios, ten misericordia de mí, pecador" (v. 13). Jesús no
estaba haciendo ninguna declaración positiva ni negativa sobre
el diezmo. Dejó claro, sin embargo, que la justicia no puede
ganarse por medio del ayuno, los diezmos, ni ninguna otra buena obra.
Este relato enseña que Dios acepta a los que se humillan, y
rechaza a los que se exaltan (v. 14).
Excepto por su condena contra los fariseos, los evangelios,
inspirados por el Espíritu Santo, no registran ningún
caso en que Jesús mencionase el diezmo. Marcos y Juan ni
siquiera usan la palabra.
"Da a los
pobres todo lo que tienes".
Lucas
18:18 Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno,
¿qué haré para heredar la vida eterna?
Lucas
18:20 Los mandamientos sabes: No adulterarás, no matarás,
no hurtarás, no dirás falso testimonio, honra a tu padre
y a tu madre.
Lucas
18:21 El dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
Lucas
18:22 Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa:
vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro
en el cielo: y ven, sígueme.
Lucas
18:23 Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era
muy rico.
Cada vez que se trataba de los ricos, Jesús se mostraba
más preocupado por la manera en que trataban a los pobres que
por sus diezmos. Jesús le dijo al joven rico: "Vende todo lo que
tienes y dalo a los pobres". Este dicho de Jesús era citado muy
a menudo y su consejo era tomado literalmente por muchos líderes
de la iglesia primitiva durante los primeros tres siglos porque no
deseaban ningún salario que contradijera sus estilos de vida
ascéticos. Nótese que Jesús no dijo: "Vende todo lo que tienes, da diezmos a los
sacerdotes, y da el resto a los pobres".
¿Por qué no? ¿Qué sucedió con el
diezmo? Muchos hoy día esperarían que Jesús
dijera: "Dalo a la iglesia". Sin embargo, más bien que
promocionar el diezmo, Jesús le dijo al joven rico que diera
TODO, no al templo, sino a los pobres. Para el joven rico, cuyo dios
era el dinero, Jesús le pedía todo.
"Da a los
pobres la mitad de lo que tienes".
Lucas
19:2 Y sucedió que había un varón llamado Zaqueo,
que era jefe de los publicanos, y rico.
Lucas
19:8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor:
Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he
defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
Lucas
19:9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta
casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
En esta historia de Zaqueo se encuentra un relato muy similar al
del joven rico. Zaqueo prometió voluntariamente a Jesús:
"Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en
algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado".
Nótese nuevamente la ausencia del diezmo. La mitad de su
considerable riqueza fue prometida directamente A LOS POBRES, no al templo [ni a la
iglesia].
Dios espera
que los ricos den un porcentaje mayor.
"Porque
si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según
lo que uno tiene, no según lo que no tiene. Porque no digo esto
para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, sino para
que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la
escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla
la necesidad vuestra, para que haya igualdad" (2 Cor. 8:12-14).
Estos versículos se citan a menudo en este libro porque
tocan el corazón mismo de los principios de dar en el nuevo
pacto. ¡Los ricos son más responsables ante Dios por su
dinero que los pobres! Dios les ha bendecido con talento para hacer
dinero y espera que ellos usen esa habilidad para Él. Sin
embargo, uno no puede comprar el favor de Dios. A diferencia del joven
rico, Zaqueo no tenía un problema de dinero como su dios. Por
esa razón, Jesús le permitió que conservara por lo
menos la otra mitad de su riqueza. Dios bendice a ciertas personas que
saben manejar la riqueza apropiadamente. Observamos esto en Zaqueo,
Nicodemo, y José de Arimatea. La iglesia siempre necesita de los
ricos fondos proporcionados por Dios para ayudar a financiar su obra
misionera.
Aunque muchas iglesias en la actualidad estimulan a sus miembros
a "vender todo lo que tienen" o, más a menudo, a "dejar en sus
testamentos para la iglesia gran parte o todo lo que tienen",
Jesús habló claramente de "darlo a los pobres".
¿Cuánto de los ingresos de la iglesia va a los pobres?
Nuevamente pregunto: "¿Si la maldición de
Malaquías 3:8-10 se refiere a los que se han quedado con el
diezmo descuidando a los pobres en 3:5, entonces ,
¿qué clase de castigo le corresponde a la iglesia del
nuevo pacto que se enriquece y descuida a los pobres?"
"¿Cómo escaparemos, si descuidamos una salvación
tan grande, la cual, habiendo sido anunciada primeramente por el
Señor, nos fue confirmada por los que oyeron?" (Heb. 2:3). La
iglesia tiene una mayor responsabilidad de ayudar a los pobres que el
Israel del pacto antiguo.
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