¿DEBE
LA IGLESIA CRISTIANA
ENSEÑAR EL DIEZMO?
CONCLUSIONES DE UN TEÓLOGO
SOBRE UNA DOCTRINA TABÚ
Russell Earl Kelly, Ph. D.
Traducción por Román Quirós M.
Capítulo 21
Primera Pedro
2:9-10
El sacerdocio de los creyentes
elimina al propósito del
diezmo
[Propósito original del plan total de Dios]
Éxodo
91:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardáreis
mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los
pueblos; porque mía es toda la tierra.
Éxodo
19:6 Y vosotros me seréis un reino
de sacerdotes, y gente santa.
Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
[Propósito
temporal del plan total de Dios]
Núm.
18:7 Mas tú y tus hijos contigo guardaréis
vuestro sacerdocio
en todo lo relacionado con el altar, y del velo adentro, y
ministraréis. Yo os he dado en don el servicio de vuestro
sacerdocio; y el extraño que se acercare,
morirá.
[Restablecimiento
del propósito original de Dios]
1 Pedro 2:9
Mas vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que
anunciéis las virtudes de aquél os llamó de las
tinieblas a su luz admirable;
1 Pedro 2:10
vosotros que en otro tiempo no érais pueblo, pero que ahora sois
pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado
misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
La doctrina del nuevo pacto del sacerdocio de los creyentes" es
otra importante doctrina que abolió las prácticas del
diezmo. Para probar esta afirmación, es necesario volver sobre
la historia del concepto de sacerdocio. Cada una de las citas en
cursiva ha sido tomada de las notas de la New Scofield Reference Bible sobre
1 Pedro 2:9.
"Antes de que diera la ley,
el cabeza de familia era el sacerdote de la familia (Gén. 8:20;
26:25; 31:54".
Los patriarcas eran pastores nómadas que se trasladaban a
dondequiera que el pasto fuera mejor. Vivían bajo la
jurisdicción de cualquier número de jefes militares, como
egipcios, filisteos, amonitas, moabitas y otros cananeos. Aunque
ocasionalmente pagaban impuestos al rey-sacerdote local, el cabeza de
familia era el sacerdote de la familia. Cada hombre construía su
propio altar y ofrecía sacrificios directamente a Dios a nombre
de él y de su familia. Puesto que no había ninguna
estructura social con la cual ayudar a los pobres, el sacerdote de cada
familia se encargaba de ayudar a los que eran menos bendecidos que
él.
"Cuando la ley fue
propuesta, la promesa de una obediencia perfecta era que Israel debía ser para Dios un 'reino
de sacerdotes' (Éxodo 19:6); pero
Israel violó la ley, y Dios limitó el oficio de sacerdote
a la familia aarónica, designando la tribu de Leví para
que ministrase para Israel, constituyendo así el sacerdocio
típico (Éxodo 28:1)".
En otras palabras, el sacerdocio levítico, como la
totalidad del pacto antiguo, nunca fue
el propósito final de Dios para Israel. Aun antes de que se
dieran los Diez Mandamientos, las ordenanzas y los juicios de la ley,
Dios había declarado su deseo último de que Israel fuese
un "reino de sacerdotes" (Éxodo 19:5, 6).
Sin embargo, en vez de progresar
del sacerdocio del cabeza de familia al sacerdocio de cada creyente,
Israel demostró que era indigno y perdió el sacerdocio
universal que Dios había tenido en mente originalmente. El
sacerdocio levítico era en realidad una digresión
a causa del pecado de Israel al adorar ídolos mientras
Moisés estaba fuera recibiendo los Diez Mandamientos. Esta
triste historia se encuentra en Éxodo 32. El resultado del
pecado de Israel fue el limitado sacerdocio levítico, con su
decreto de muerte contra cualquier persona que se atreviera a
"acercarse" para ofrecer sacrificios a Dios directamente.
"Di
a
los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo
varón que la diere de su voluntad, de corazón,
tomaréis mi ofrenda" (Éxodo 25:2). "Y tomarás de
los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás
para el servicio del tabernáculo de reunión"
(Éxodo 30:16).
¿Qué habría sucedido si Israel no hubiese
pecado al fabricar y adorar los becerros de oro? La secuencia de
eventos no es difícil de imaginar.
Uno:
Israel se habría convertido inmediatamente en un "reino de
sacerdotes", cumpliendo lo dicho en Éxodo 19:5, 6.
Dos:
Si todos hubiesen sido sacerdotes, entonces todos habrían
heredado la tierra por partes iguales. Los diezmos no habrían
reemplazado la herencia de la tierra.
Tres:
Puesto que habría habido millones de sacerdotes para ayudar a
Aarón y su familia, nadie habría estado fuera de su casa
el tiempo suficiente para necesitar que se le sostuviera por medio de
los diezmos.
Cuatro:
La ordenanza del diezmo en
Números 18 nunca habría sido puesta en vigor.
Cinco:
Los deberes de siervos desempeñados por los levitas que no eran
sacerdotes habrían sido compartidos por todos los sacerdotes de
todo el pueblo.
Seis:
Las ofrendas voluntarias y el siclo del santuario habrían
proporcionado fondos suficientes. Este era el plan de Dios antes de que los levitas fueran
escogidos para tomar el lugar de todos sus hermanos
(especulación mía).
"En
la era de la iglesia, todos los cristianos son incondicionalmente
constituidos miembros del 'reino de sacerdotes' (1 Pedro 2:9; Apoc.
1:6), la distinción que Israel fracasó en alcanzar por
medio de las obras. En consecuencia, el sacerdocio del cristiano es un
derecho de primogenitura, del mismo modo que cada uno de los
descendientes de Aarón nacía al sacerdocio (Heb. 5:1)".
El diezmo no se menciona en el libro de Éxodo, que
asignaba deberes sacerdotales sólo a Aarón y sus hijos,
pero no detallaba el sistema o a los ayudantes. Puesto que era
imposible que tres sacerdotes atendieran a millones de
adoradores, la lógica dicta que seguiría un sacerdocio
más complejo. En el propósito original de Dios, este
"sacerdocio más complejo" era un sacerdocio de cada creyente
(Éxodo 19:5-6) para que se acercase. Sin embargo, cuando Israel
pecó, este propósito fue reemplazado temporalmente por el
sacerdocio levítico, y la ordenanza del diezmo en Números
18 fue puesta en vigor para sostener a los sacerdotes. Por
consiguiente, el diezmo sólo se puso en vigor como ordenanza de
la ley después de que
Dios reemplazó su propósito de un sacerdocio nacional con
el muy limitado sacerdocio de los levitas.
En consecuencia, puesto que el diezmo no fue una ordenanza de
Dios sino hasta
que los levitas tomaron el lugar del concepto de sacerdocio universal,
¡no hay ninguna razón válida para creer que el
diezmo debía existir bajo el concepto
cristiano de regreso al propósito original de Dios para el
sacerdocio universal de los creyentes! Ahora el creyente-sacerdote
está en la misma posición en la cual Dios quería
originalmente que todo Israel estuviese en Éxodo 19:6.
"El
principal privilegio de un sacerdote es tener acceso a Dios. Bajo la
ley, sólo el sumo sacerdote podía entrar al 'Lugar
Santísimo' y eso sólo una vez al año (Heb. 9:7);
pero, cuando Cristo murió, el velo, un tipo del cuerpo humano de
Cristo (Heb. 10:20), se rasgó, de modo que ahora los
creyentes-sacerdotes, junto con Cristo el Sumo Sacerdote, tienen acceso
a Dios en el Lugar Santísimo (Heb. 10:19-22). El Sumo Sacerdote
está allí corporalmente (Heb. 4:14-16; 9:24; 10:19-22)".
No es sólo que el creyente-sacerdote toma el lugar de los
sacerdotes levitas, sino que tiene los mismos privilegios que el sumo
sacerdote aarónico. El sacerdocio aarónico
precedió al sistema levítico y a la ordenanza del diezmo.
Aunque la extensión de este concepto de abolir el diezmo nos
parece raro a la mayoría de nosotros, esto es porque hemos
construido un sistema de salarios, edificios, y dependencias más
allá de lo que se enseña o está implícito
en el nuevo pacto. Aunque el apóstol Pablo fue un gran
evangelista que estableció muchas iglesias en casas
particulares, trabajó como fabricante de tiendas para sostenerse
y nunca se quejó seriamente. En realidad, lo prefirió de
ese modo. (Véanse los capítulos sobre 1 Corintios 9 y
Hechos 20).
"En
el ejercicio de su oficio, el creyente-sacerdote del Nuevo
Testamento es una persona que ofrece un sacrificio cuádruple:
(1) su propio cuerpo vivo (Rom. 12:1; Fil. 2:17; 2 Tim. 4:6; Sant.
1:27; 1 Juan 3:16); (2) alabanza a Dios, "el fruto de nuestros labios
dando gracias a su nombre, para que sean ofrecidas continuamente (Heb.
13:15; comp. Éx. 25:22: 'Desde encima del propiciatorio me
declararé a tí'); (3) su substancia (Rom. 12:13;
Gál. 6:6, 10; Tito 3:14; Heb. 13:26; 3 Juan 5-6); y (4) su
servicio, es decir, 'hacer el bien' (Heb. 13:16). Segundo, el sacerdote
del Nuevo Testamento es también un intercesor (Col. 4:12; 1 Tim.
2:1)". (80)
Es importante darse cuenta de que, en el Nuevo Pacto, Cristo es
el sumo sacerdote, y todo creyente es un sacerdote (1 Pedro 2:9-10;
Heb. 10:19-22; Apoc. 1:6). El primer maestro de la iglesia no es ni el
sacerdote ni el predicador, sino el Espíritu Santo (Juan
14:15-17; 16:12-14). Dios dijo: "Pondré mis leyes en su mente, y
en su corazón las escribiré" y "ya no
enseñará ninguno a su prójimo" porque "todos me
conocerán" (Heb. 8:10-11).
¡El creyente-sacerdote está en el corazón
del Nuevo Pacto! En vez de que los sacerdotes sean responsables de
enseñar la ley mosaica, cada creyente es responsable por buscar
espiritualmente la voluntad de Dios. Cada
función llevada a cabo por el sacerdote del pacto antiguo que
recibía diezmos es llevada a cabo AHORA por cada creyente
sacerdote. Nuevamente, ¡el creyente-sacerdote, NO el
pastor-maestro, tomó el lugar del sacerdote del pacto antiguo!
Lo que esta verdad le hace a la ordenanza del diezmo en la ley mosaica
debería explicarse por sí solo.
El "pastor-maestro" de la iglesia del nuevo pacto
desempeña un oficio enteramente nuevo, que no se encuentra en
los reglamentos para sacerdotes en el pacto antiguo (Heb. 7:14-15).
Este oficio NO existe a causa de las provisiones de la ley mosaica,
sino que funciona bajo principios de gracia y fe (Heb. 7:16). Puesto
que la conexión no es lineal (en línea recta), no hay
ninguna justificación bíblica para trasladar el diezmo de
la ley a los pastores-maestros. En realidad, hay justificación
bíblica para no
trasladar las obligaciones del diezmo de los sacerdotes del pacto
antiguo a los pastores-maestros (Heb. 7:14-19). Además, el
diezmo no está incluido en la lista de requisitos para los
ancianos y diáconos en Timoteo y Tito.
El pastor-maestro del nuevo pacto tiene más en
común con el profeta y, más tarde, con el rabino, que su
sacerdote. Muchos profetas del pacto antiguo no eran levitas.
Ministraban por fe, dependiendo de las provisiones de Dios y sus
propias manos en un oficio. Por consiguiente, es erróneo actuar
como si el pastor del nuevo pacto hubiese reanudado actividades en el
punto en que el sacerdote del pacto antiguo cesó y, por lo
tanto, tuviese derecho al "diezmo" del sacerdote.
Hay que hacer un importante comentario final sobre la doctrina
del sacerdocio de los creyentes. Los padres de la iglesia primitiva y
los historiadores de la iglesia dan amplia evidencia de que no hubo
ninguna distinción entre el laicato y el clero durante casi
doscientos años. Cuando esta falta de distinción se
perdió, cuando el clero evolucionó hacia una
jerarquía superior, cuando el obispo local se transformó
en un "sacerdote-obispo", cuando la doctrina del sacerdocio de los
creyentes fue hecha a un lado, comenzó a surgir en la historia
de la iglesia un clero pagado, de tiempo completo, lo cual
preparó el camino para que el diezmo volviera a entrar
mucho más tarde en apoyo de un exclusivo "sacerdocio"
antibíblico en la iglesia. Desafortunadamente, aun la
mayoría de las iglesias protestantes tratan a sus
predicadores y pastores como "sacerdotes" al esperar que ellos lleven a
cabo la mayoría de las funciones sacerdotales en nombre de los
laicos.
Aunque no hay nada incorrecto de suyo en un clero de tiempo
completo y pagado, sostenido por ofrendas voluntarias, los defensores
originales del diezmo en la iglesia (como Cirpriano) lo hacían
basándose en la falsa premisa de que el sacerdocio de los
creyentes había sido reemplazado por un equivalente del Antiguo
Testamento del sacerdocio y sus ritos.