¿DEBE
LA IGLESIA CRISTIANA
ENSEÑAR EL DIEZMO?
CONCLUSIONES DE UN TEÓLOGO
SOBRE UNA DOCTRINA TABÚ
Russell Earl Kelly, Ph. D.
Traducción por Román Quirós M.
Capítulo
31
Difundir el evangelio sigue
siendo nuestro llamamiento
Rom.
1:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de
Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío
primeramente, y también al griego.
Rom. 1:17
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
1 Cor. 1:18
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los
que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
2 Cor. 3:18
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo
la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en
la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
El evangelio ES "Jesucristo" - su preexistencia, nacimiento
virginal, vida, muerte, resurrección, ascensión e
intercesión - ¡nada más, nada menos!
(Compárese también Rom. 1:1-5; 1 Cor. 17-18; 1 Cor.
15:1-4). Cualquier cosa,
incluyendo principios sobre el dar, que se añada al evangelio del nuevo
pacto es meramente "fruto" del evangelio y alimento para el crecimiento
espiritual. "Contra los tales no hay ley" (Gál. 5:23) significa
que no hay "ninguna ley" que contarreste, o niegue, los frutos del
Espíritu. Cualquier cosa, incluyendo el diezmo, que se
añada al evangelio, procedente del pacto antiguo, sin
reautorización del nuevo pacto no es ni el evangelio ni su
fruto.
"Estoy maravillado de que tan
pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia
de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino
que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo" (Gál. 1:6-7). Por Gálatas,
capítulos 2-4, es claro que estas "distorsiones" eran adiciones
de la antigua ley al evangelio predicado por Pablo.
Una iglesia muerta o moribunda no puede ser revivida
predicándole la ley, sea ésta la ley del diezmo o la de
los Diez Mandamientos, con sus "no harás". ¡El mensaje de
reavivamiento DEBE ser el Cristo del Calvario! En comparación
con el poder del Espíritu y el evangelio, la ley ha perdido
completamente toda su gloria y su poder (2 Cor. 3:10). El reavivamiento
permanente y la mayor dadivosidad sólo ocurrirán cuando
el pastor y su iglesia escuchen y respondan al evangelio y a todo lo
que él diga sobre el amor de Cristo. "El evangelio es poder de
Dios" y el evangelio revela la justicia de Dios "por fe y para fe"; "no
por fe para la ley"; ni "por fe y la ley para fe y la ley". Pablo era
sostenido sólo por fe, confiando en la capacidad de Dios para
hacer provisión para él.
Cuando los filipenses vieron la necesidad de Pablo, le enviaron
ayuda una y otra vez (Fil. 4:16). Cuando Cristo es predicado, los
creyentes verán las "necesidades" de un mundo perdido sin
Cristo. También verán y tratarán de satisfacer las
necesidades de los obreros del evangelio y de otros creyentes.
Inspirado por el Espíritu Santo, Pablo dijo a los filipenses: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que
os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús"
(Fil. 4:19). Esta es una promesa condicional, pero segura, sólo para los que ven la
necesidad del pueblo de Dios y responden dando por amor creado por el
evangelio.
De acuerdo con el nuevo pacto, las riquezas espirituales
eternas, no las riquezas físicas, fluyen de un conocimiento y
del amor de Dios en Cristo. Cuando la Escritura es comparada con la
Escritura, la "riqueza al ciento por uno" no es dinero. Moisés
dejó su dinero y estimó "el vituperio de Cristo como
mayores riquezas que los tesoros de Egipto" (Heb. 11:26). Dios abunda
en esas riquezas para todos los que le invocan (Rom. 10:12). Pablo le
dice al verdadero creyente: "Ya estáis saciados, ya
estáis ricos" (1 Cor. 4:8). Ls riquezas de la gracia de Dios
vienen, no como dinero, sino en la certeza de la
"redención por medio de su sangre, el perdón de pecados,
según las riquezas de su gracia" (Efe. 1:7). La misericordia, la
bondad, el amor fluyen de la riqueza de Dios hasta el creyente por toda
la eternidad (Efe. 2:4, 7; 3:16). Este era el mensaje de las riquezas
predicado por Cristo (Rom. 3:8; Col. 1:27).
Colosenses 2:2 describe a la iglesia y al creyente como que
están "unidos
en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a
fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y el de Cristo".
Una sociedad libre y democrática dará más (y
producirá más) que una sociedad de trabajos forzados. El
apóstol Pablo no recibió ni diezmos ni ningún otro
sostenimiento a tiempo completo. Usó su libertad en el evangelio
para rehusar salario, pero fue quizás el más exitoso
constructor de iglesias y evangelista de la historia. De la misma
manera, la iglesia cristiana, con su libertad en Cristo, dará
más y servirá más que el Israel del pacto antiguo.
Dios salva, bendice, y llena al creyente con su Espíritu
Santo solamente a causa de la fe del creyente en Cristo Jesús.
Habiéndolo hecho así, continúa usando los
principios de la gracia, no de la ley, para suplir las necesidades de
su iglesia (2 Cor. 8:1-15; 9:6-8; 1 Cor. 16:1-2; Gál. 3:1-5).
Cuando Cristo es predicado, toda doctrina debe estar a la luz de
su relación con él. Un cristiano no obedece a Dios para
complacerlo. En vez de eso, un cristiano obedece a Dios porque
ha sido salvado, porque su naturaleza ha sido cambiada, porque estudia
para conocer la voluntad de Dios, y porque se ha rendido al
Espíritu Santo. Los creyentes que están siendo
transformados a la semejanza de Cristo al aprender la sana doctrina
desean dar como Cristo dio. Con una responsabilidad por las almas
perdidas, responden dando por un sincero deseo y lo mejor que pueden.
Dan sus vidas, su tiempo, y su dinero.
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