Varias personas me han hecho saber lo que ellas consideran la
principal razón para no aceptar la interpretación de los pactos
presentada en el número de Proclamation
correspondiente a Julio-Agosto titulada "La divisoria continental de la
interpretación bíblica". Estas personas son sinceras, sus
preguntas son válidas, y merecen una respuesta bíblica
completa. Su razonamiento es como sigue: Cristo vivió en
perfecta obediencia a la ley. Cristo murió por los que han
quebrantado la ley. Así, pues, la justicia de Cristo, que es
imputada al creyente, es perfecta obediencia a la ley, incluyendo
perfecta observancia del sábado. Por lo tanto, como cristianos,
debemos modelar nuestras vidas de acuerdo con Cristo, lo que es, en
esencia, una perfecta obediencia a la ley. Esta obediencia incluye la
observancia del sábado. Por lo tanto, la ley, que incluye las
leyes relativas a la observancia del sábado, no podría
haber llegado a su fin funcional en la cruz. ¿Por qué iba
Cristo a morir por la ley y abolirla después?
Es muy tentador citar inmediatamente textos de
Romanos, 2 Corintios, Gálatas y Colosenses, etc., que afirman
claramente que la ley sí llegó a su fin funcional con
Cristo. Sin embargo, no me permitiré ese lujo sino hasta que
estudiemos los registros evangélicos para descubrir la actitud
de Cristo hacia la ley. Para poner en perspectiva este punto, responda
al siguiente examen corto de cierto y falso.
1. Cristo no guardó la ley como era interpretada por los
rabinos, sino que guardó todas las leyes bíblicas.
Cierto ____ Falso ____
2. Si Cristo no guardó perfectamente las leyes bíblicas, no podría ser mi Salvador.
Cierto ____ Falso ____
3. Cristo guardó el espíritu de la ley, pero quebrantó la letra de la ley.
Cierto ____ Falso ____
4. Cristo murió por la ley quebrantada.
Cierto ____ Falso ____
5. La justicia de Cristo es perfecta observancia de la ley.
Cierto ____ Falso ____
6. Si Cristo quebrantó el sábado, entonces no podría ser mi Salvador.
Cierto ____ Falso ____
Antes de que entremos realmente en el estudio de los evangelios,
tenemos que echar un cimiento. Si vamos a ser bíblicos en
nuestro estudio, tenemos que llegar a la conclusión de que la
ley mosaica es una ley, no dos ni tres. Es verdad que en la ley hay
aspectos morales, rituales, y sociales, pero todos ellos comprenden una
sola ley (1).
Primero examinemos la actitud y las acciones de Cristo hacia los
aspectos ceremoniales o rituales de la ley mosaica. Luego
investigaremos la disposición y la conducta de Cristo hacia los
aspectos morales de esta ley. Por último, ataremos varios cabos
sueltos relativos a este tema.
Cristo y la ley ritual
Al avanzar el registro evangélico desde el principio hasta el
fin del ministerio de Cristo, veremos el desarrollo de nuestro tema. Al
principio, hay inferencias, luego veremos alguna evidencia, y
finalmente evidencia sólida. Comenzaremos por Marcos.
Un hombre que tenía lepra
se le acercó, y de rodillas le suplicó: "Si quieres,
puedes limpiarme". Movido a compasión, Jesús
extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole:
"Sí quiero. ¡Sé limpio!". Al instante, se le
quitó la lepra y quedó sano. Jesús lo
despidió en seguida con una fuerte advertencia: "Mira, no se lo
digas a nadie; sólo ve, preséntate al sacerdote y lleva
por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que
sirva de testimonio". Marcos 1:40-44.
Si Jesús podía sanar con una orden (2), ¿por
qué decidió sanar a este leproso inmundo con un toque?
¿Por qué advirtió Jesús severamente a este
hombre que no dijera nada a nadie sobre este sanamiento? La respuesta
era obvia para los lectores originales del evangelio de Marcos, que
conocían la ley y su interpretación. Al tocar a este
leproso, Jesús se convirtió también en impuro.
Aunque no hay ninguna ley bíblica específica que diga que
quien toque a un leproso se convierte en impuro ritual, sin embargo,
esto se presupone claramente en el pasaje que sigue:
La persona que contraiga una
infección se vestirá de harapos y no se peinará;
con el rostro semicubierto irá gritando: "¡Impuro!
¡Impuro!", y será impuro todo el tiempo que le dure la
enfermedad. Es impuro, así que deberá vivir aislado y
fuera del campamento. Lev. 13:45-46.
Esto explica Marcos 1:45:
"Pero él salió y
comenzó a hablar sin reserva, divulgando lo sucedido. Como
resultado, Jesús ya no pudo entrar en ningún pueblo
abiertamente, sino que se quedaba afuera, en lugares solitarios.
Aún así, gente de todas partes seguía acudiendo a
él".
Es evidente que la razón de que Jesús estuviera obligado
a permanecer fuera en áreas despobladas era que era considerado
impuro a causa de su contacto con el leproso.
Para el siguiente ejemplo de la relación de Cristo con la ley
ritual, veamos el episodio del sanamiento de la hija de Jairo en Marcos
5:21-43. A Jesús se le acerca un oficial de la sinagoga, que le
imploró que fuera y sanara a su hija que estaba "a punto de
morir". Cuando Jesús y la muchedumbre que le seguía iban
en camino, una mujer ritualmente impura tocó su manto. Esto iba
contra la costumbre, y se entendía que hacía a a
Jesús ritualmente impuro (3). En este punto, algunos de la casa
del oficial de la sinagoga anunciaron que la niña había
muerto, a lo cual Jesús respondió: "No tengas miedo,
sólo cree".
Cuando llegaron a la casa, Jesús dijo: "¿Por qué
tanto alboroto y llanto? La niña no está muerta, sino
dormida". Y comenzaron a burlarse de él. Entonces Jesús,
tomando sólo los tres discípulos que estaban más
cerca de él, y la madre y el padre de la niña,
entró a la habitación donde estaba la niña.
La tomó de la mano y le dijo: Talitha cum
(que significa, Niña, a ti te digo, ¡levántate!).
La niña, que tenía doce años, se levantó en
seguida,y comenzó a andar. Ante este hecho, todos se llenaron de
asombro. Él dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de lo ocurrido ... Mar. 5:41-43.
Nuevamente, obsérvese que Jesús tomó a la
niña de la mano y el escritor evangélico, bajo la
guía del Espíritu Santo, decidió registrar este
hecho. Vemos casi las mismas instrucciones que se dieron a los padres
en cuanto al leproso: "Y les dio órdenes estrictas de que nadie
debería saber esto". En este incidente, ahora hemos pasado de la
inferencia al hecho. Note lo siguiente:
"Quien toque el cadáver de
alguna persona, quedará impuro por siete días. Para
purificarse, los días tercero y séptimo usará el
agua de la purificación, y así quedará puro. Pero
si no se purifica durante esos días, quedará impuro.
Quien toque el cadáver de alguna persona, y no se purifique,
contamina el santuario del Señor. Tal persona será
eliminada de Israel, pues habrá quedado impura por no haber
recibido las aguas de la purificación". Núm. 19:11-13.
Según esta ley bíblica, Jesús se hizo impuro al
tocar a la niña muerta. Además, de acuerdo con esta ley,
"contaminó el santuario del Señor" y debería haber
sido "eliminado de Israel".
Algunos argumentarán que la niña no estaba realmente
muerta, porque Jesús dijo: "No está muerta, sino que
duerme". Sin embargo, éste es el mismo término que
Jesús usó cuando describió a Lázaro, que
claramente estaba muerto (4). En el relato de Lucas, leemos: "La
tomó de la mano y clamó, diciendo: '¡Niña,
levántate!', y su espíritu retornó a ella ...",
indicando que la niña había vuelto a la vida.
En Marcos 7:14-23, Jesús pasa de hacer cosas contrarias a la ley
ritual a enseñar cosas que contradicen la ley ritual
bíblica.
"De nuevo Jesús
llamó a la multitud. 'Escúchenme todos', dijo, 'y
entiendan esto. Nada de lo que viene de fuera puede contaminar a una
persona. Más bien, lo que sale de la persona es lo que la
contamina'. Después de que dejó a la gente y entró
en la casa, sus discípulos le preguntaron sobre la
comparación que había hecho. '¿Tampoco ustedes
pueden entenderlo? ¿No se dan cuenta de que nada de lo que entra
en una persona puede contaminarla? Porque no entra en su
corazón, sino en su estómago, y después va a dar a
la letrina'. Con esto, Jesús declaraba limpios todos los
alimentos. Luego añadió: 'Lo que sale de la persona es lo
que la contamina, porque de adentro, del corazón humano, salen
los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los
homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño,
el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia, y la necedad.
Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona'". Mar.
7:14-23.
La afirmación: "Con esto, Jesús declaraba limpios todos
los alimentos" está en los mejores manuscritos y, por lo tanto,
no debería ser tratada como alguna inserción posterior
por los escribas. Esta enseñanza contradice directamente las
leyes alimentarias de Lev. 11, pero está en armonía con
la interpretación del nuevo pacto (5).
Ahora volvemos al bien conocido del sanamiento en el estanque de
Betesda en Juan 5. Jesús ve a un hombre que ha sido
paralítico por 38 años y que yace sobre su jergón.
No hay ninguna indicación en el registro de que ésta era
una urgencia. Jesús le dijo a este hombre que recogiera su
jergón y anduviera. Esto ocurría en sábado, y los
judíos inmediatamente acusaron a Jesús de quebrantar el
sábado.
"Precisamente por esta
razón los judíos perseguían a Jesús, pues
hacía tales cosas en sábado. Pero Jesús les
respondía: 'Mi Padre aun hoy está trabajando y yo
también trabajo'. Juan 5:16-17.
"Está trabajando", en la frase que antecede, está en el
tiempo imperfecto continuo en griego y podría traducirse:
"estaba haciendo estas cosas continuamente". Si las acciones de
Jesús estaban dentro de la ley sabática bíblica y
él respaldaba la obediencia a la ley, nosotros
esperaríamos que explicara a los judíos por qué
sus acciones estaban dentro de la ley sabática. Sin embargo, su
respuesta nos deja atónitos: "Mi Padre aun hoy está
trabajando y yo también trabajo". Juan ahora registra la
siguiente frase cargada de significado.
"Así que los judíos redoblaban sus esfuerzos para
matarlo, pues no sólo quebrantaba el sábado sino que
incluso llamaba a Dios su propio Padre, con lo que él mismo se
hacía igual a Dios". Juan 5:18.
Nuevamente, "quebrantaba" está en tiempo continuo en griego. La
raíz usada aquí para "quebrantaba" es la misma que para
"destruir" y a menudo se traduce así. Este versículo
podría traducirse correctamente así: "Destruía el
sábado constantemente".
Aunque hay muchos ejemplos más que podríamos examinar (6), ahora podemos lleagr a algunas conclusiones.
A veces, parece que Jesús a propósito hacía todo
lo posible para violar la ley ritual. A menudo, sanaba mediante una
orden verbal, cuando un toque habría sido apropiado. Pero,
cuando un toque lo habría hecho ritualmente impuro, a menudo
decidía sanar de esa manera. Nuevamente, podía sanar
mediante su palabra, pero en sábado decidió sanar
"haciendo lodo" (7) y diciéndole al hombre que "recogiera su
camastro y se anduviera". Cuando fue confrontado por los judíos
en relación con su cuestionable observancia del sábado,
su respuesta fue: "Mi Padre hasta ahora está trabajando, y yo
también" (8).
Algunos de nuestros lectores podrían sentirse muy confundidos en
este punto. Por favor, continúen leyendo, porque lo que ahora
parece confuso se verá claro como el agua muy pronto.
Cristo y las leyes morales del código de Moisés
¿Cuál era la actitud de Cristo hacia las leyes morales
del código mosaico? Probablemente los mejores ejemplos se
encuentran en el Sermón del Monte en Mateo 5. Las limitaciones
de espacio sólo permiten unos pocos ejemplos.
Ustedes han oído que se
dijo a sus antepasados: "No matarás, y todo el que mate
quedará sujeto al juicio del tribunal". Pero yo les digo que
todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al
juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su
hermano, quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera
que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno". Mat.
5:21-22.
Aquí Jesús se refiere al sexto mandamiento. Esta no es
una cita exacta porque la frase "quedará sujeto al juicio del
tribunal" no está en el AT. Sin embargo, la Escritura es
apropiada y era correcta en la ley judía. Nótese
cómo Jesús modifica y expande esta ley moral mostrando
que las perversas pasiones de la ira y la furia, así como el
lenguaje insultante, son pecados que, cuando hacen al que los comete
merecedores del fuego del infierno.
En Mat. 27-28, Jesús hace lo mismo con el séptimo
mandamiento. Modifica y amplía el acto de adulterio incluyendo
hasta la mirada y el pensamiento de la lascivia. De especial
interés es Mat. 5:33-37, donde Jesús se refiere a la ley
de los votos que se encuentra en Núm. 30:2 y Deut. 23:21-23. Yo
incluyo esto en la sección de las "leyes morales" porque hacer
un voto (prometer) a Dios es ciertamente un acto moral y debe verse
como una expansión del mandamiento que dice: "No dirás
falso testimonio contra tu prójimo" que, en sí misma, es
una ley muy estrecha.
También han oído que
se dijo a sus antepasados: "No faltes a tu juramente, sino cumple con
tus promesas al Señor". Pero yo les digo: No juren de
ningún modo, ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por
la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén,
porque es la ciudad del gran Rey. Tampoco jures por tu cabeza, porque
no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o
negro. Cuando digan "sí", que sea realmente sí; y cuando
digan "no", que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del
maligno". Mat. 5:33-37.
Seguramente, los judíos de su tiempo abusaban de sus votos; sin
embargo, una lectura cuidadosa de las afirmaciones que anteceden
comparándolas con la ley del AT indican que Jesús
condenaba algo permitido, hasta aprobado, en la ley. Pero,
¿cómo lo cambió? Lo modificó y lo
amplió de tal modo que corrigió el abuso que lo
judíos cometían al hacer votos que estaban dentro de la
letra del código mosaico. En Mat. 5:43-48, dice Jesús:
Ustedes han oído que se
dijo: "Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo". Pero yo les digo:
Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean
hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga
el sol sobre buenos y malos, y que llueva sobre justos e injustos.
Porque si ustedes aman solamente a los que los aman, ¿qué
recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los
recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente,
¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen
esto hasta los gentiles? Por tanto, sean perfectos, así como su
Padre celestial es perfecto.
Aunque la Escritura no dice "odia a tu enemigo", no debemos ser
rápidos en condenar a los dirigentes judíos por
enseñar esto, porque podría inferirse de otras porciones
de la ley. Hay muchas afrmaciones en laley que muestran una
distinción entre la naturaleza ética y la naturaleza
moral de cómo un israelita debía tratar a un extranjero.
Por ejemplo:
No le cobres intereses a tu
hermano sobre el dinero, los alimentos, o cualquier otra cosa que
devengue intereses. Cóbrale intereses a un extranjero, pero no a
un hermano israelita ... Deut. 23:19, 20.
Por lo tanto, cuando Jesús habla de amar a nuestros enemigos,
modifica y amplía la ley moral mosaica más allá de
los linderos étnicos para incluir a los enemigos (extranjeros)
que nos persiguen. Puede ser de interés para nuestros lectores
cómo interpretó Ellen White este versículo (amar a
nuestro prójimo) según "se le mostró en
visión". Véase http://www.ratzlaf.com/downloads.htm.
Aunque hay muchos otros ejemplos que podrían citarse, ahora
podemos hacer un resumen generalizado de la actitud de Cristo hacia las
leyes morales en el código mosaico.
- Jesús modificó y amplió las leyes
morales del Antiguo Testamento, elevando sus consideraciones morales y
éticas más allá de la ley escrita.
- Jesús modificó y amplió las leyes
morales del Antiguo Testamento, cambiándolas de reglas legales a
principios morales y éticos.
- Jesús modificó y amplió el alcance de
las leyes morales del Antiguo Testamento, moviéndolas más
allá de las leyes solamente para Israel, para convertirlas en
principios éticos y morales para toda nación, tribu, y
lengua. (9)
La justicia más allá de la ley - el acuerdo del Nuevo Testamento
Algunos han definido la justicia como "perfecta obediencia a la ley".
Esto puede ser cierto para la justicia del pacto antiguo, pero es muy
inferior a la que se presenta en el nuevo pacto. Nótese
cómo las siguientes referencias del Nuevo Testamento asocian ley
y justicia.
Pero ahora, sin la
mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de
la que dan testimonio la ley y los profetas (Rom. 3:21). En efecto, no
fue mediante la ley como Abraham y su descendencia recibieron la
promesa de que él sería heredero del mundo, sino mediante
la fe, la cual se le tomó en cuenta como justicia. Porque, si
los que viven por la ley fueran los herederos, entonces la fe no
tendría ya ningún valor y la promesa no serviría
de nada (Rom. 4: 13-14). ¿Qué concluiremos? Pues que los
gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a
la justicia que es por la fe. En cambio Israel, que iba en busca de una
ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia (Rom. 9:30-31).
No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer
la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. De hecho,
Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la
justicia (Rom. 10:3-4). No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se
obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano
(Gál. 2:21). Aquellos de entre ustedes que tratan de ser
justificados por la ley, han roto con Cristo; han caído de la
gracia (Gál. 5:4). ... y encontrarme unido a él. No
quiero mi propia justicia, que procede de la ley, sino la que se
obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios,
basada en la fe (Fil. 3:9).
Ilustraciones personales
Cuando fui estudiante de seminario, trabajaba por las noches en la YMCA
en Benton Harbor, Michigan. Como a la medianoche una fría noche
de invierno, cruzaba la calle con el administrador de la YMCA. Llegamos
a una intersección en que la luz del semáforo que estaba
en frente estaba en rojo. No había ningún auto a la vista
en ninguna dirección. Sin embargo, yo, un buen observador de la
ley, permanecí allí esperando que la luz cambiara a
verde. De pronto, me di cuenta de que mi amigo iba caminando hacia la
luz roja. Me dijo: "Todavía estás bajo la ley. Yo estoy
bajo la gracia". Aunque esta declaración no se aplique por
completo, era instructiva. La ley de las luces roja y verde fue
concebida para evitar accidentes. Sin embargo, en nuestro caso, no
había ninguna oportunidad de que fuésemos atropellados
por un auto que pasaba porque no había ninguno a la vista. Por
lo tanto, era apropiado violar la letra de la ley mientras ésto
no violase el principio de la seguridad, mientras ningún
policía legalista estuviese mirando.
El otro día, estaba en la concurrida oficina postal recogiendo
el correo de LAM. Una madre estaba allí con dos niñitas.
Al acercarse al estacionamiento, ella dijo: "Ahora ustedes tienen que
tomar la mano de mamita, pues hay muchos autos aquí".
Ésta era una ley muy buena para las dos niñitos; sin
embargo, ¡no ponga a su hijo de 16 años bajo la misma ley!
Más bien, tan pronto como sea lo bastante mayor,
enséñele el principio de "seguridad primero". Ese
principio le servirá bien el resto de la vida, sin importar las
circunstancias.
Creo que ésta es la manera en que debemos considerar las leyes
del pacto antiguo. Son santas, justas, y buenas para las condiciones y
las personas para las cuales fueron dictadas. Sin embargo, ahora la
vida en el Espíritu nos mueve a vivir más allá de
la letra de la ley para seguir los principios enseñados por
Cristo y escritos en nuestros corazones por el Espíritu Santo.
Ya no somos niños. Somos hijos e hijas de Dios.
La enseñanza bíblica
Pero antes de venir esta fe, la
ley nos tenía presos, encerrados hasta que la fe se revelara.
Así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de
conducirnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe.
Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos sujetos al guía.
Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús
(Gál. 3:23-26). Cuando se cumplió el plazo, Dios
envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, a fin
de que fuéramos adoptados como hijos (Gál. 4:4-5). Pero
ahora que conocen a Dios - o más bien, ahora que Dios los conoce
a ustedes - ¿cómo es que quieren regresar a esos
principios ineficaces y sin valor? ¿Quieren volver a ser
esclavos de ellos? ¡Ustedes siguen guardando los días de
fiesta, los meses, las estaciones, y los años! Temo por ustedes,
que tal vez me haya estado esforzando en vano (Gál. 4:9-11).
La justicia más allá de la ley - lo moral más allá de lo ritual
Los cristianos del nuevo pacto deben ser diligentes aquí. Es de
naturaleza humana dar importancia moral a las costumbres rituales
establecidas. A mí se me enseñó que el pan de la
comunión debe ser hecho de trigo integral y aceite de
oliva. Casi me escandalicé cuando visité una iglesia que
usaba harina blanca. Fue instructivo para mí que se diera una
receta detallada en la ley del pacto antiguo para el pan de la
presencia y cómo debe ser extendido como "pacto eterno" (10).
Sin embargo, en el nuevo pacto, no se da ningún detalle. La
justicia del nuevo pacto trata de cosas del corazón, no ritos.
Algunos argumentarán sobre cómo bautizar: hacia adelante,
hacia atrás, tres veces, en el nombre de Jesús solamente
o en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Hasta
podríamos hacer extensivo esto al rociamiento o la
inmersión (11). Nuevamente, lo más importante es nuestra
entrega a Cristo, invitándole a ser Señor y Amo de
nuestras vidas. En el momento en que los ritos se convierten en lo
importante, la naturaleza moral y ética de la justicia del nuevo
pacto queda comprometida.
La justicia más allá de la ley - se encuentra sólo en Cristo
Los cristianos del nuevo pacto tienen un modelo mucho más alto
que seguir que la ley del pacto antiguo. No hay nada en el nuevo pacto
o en el "vivir bajo la gracia" que abra cualquier puerta a una vida
voluntaria en pecado. Más bien, la moralidad del nuevo pacto
está por encima y va más allá de la de la ley.
Cuando decimos esto, hay dos consideraciones que deben ser subrayadas
no sea que malentendamos las buenas nuevas del evangelio. La primera es
el motivo. Cuando se vive bajo la ley, hay un motivo en tratar de
guardar la ley para ser aceptados. Como muchos pueden atestiguar, esto
es constantemente frustrante si tomamos en serio la ley, ya sea la ley
bíblica o los escritos de Ellen G. White. Hay muchos que
enseñan a otros a "guardar el sábado" cuando hay pocos -
probablemente no hay nadie - que lo han guardado de acuerdo con la ley
bíblica, para no hablar de las numerosas leyes de Ellen White
relativas a la observancia del sábado (12). Sin
embargo, el motivo del nuevo pacto es diferente. Nuestra vida
santificada no se vive por el motivo de tratar de ser lo bastante
buenos para ser aceptados. Más bien, nace del hecho de la
aceptación. Vivimos como hijos e hijas de Dios porque eso es lo
que somos. Nuestra meta es vivir como la clase de persona que ahora
somos en Cristo.
La segunda consideración que tenemos que entender es que la
justicia del nuevo pacto se encuentra sólo en Cristo. Lo miramos
a Él, y a él solamente, como nuestro Representante y
Sustituto. Si somos de Cristo, nosotros, junto con el apóstol
Pablo, podemos decir:
Es más, todo lo considero
pérdida por razón del incomparable valor de conocer a
Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo,
y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme
unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley,
sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que
procede de Dios, basada en la fe (Fil. 3:8-9).
Esperamos haber respondido las preguntas relativas a la "justicia que
es por la ley", para los sinceros buscadores de la verdad. Creemos que
el Nuevo Testamento enseña que la ley llegó a su fin
funcional con Cristo. Ahora tenemos principios morales y éticos
que están por encima y van más allá de los de la
ley. Tenemos vida en el Espíritu que nos da el poder para seguir
el ejemplo de Cristo. Sólo por fe podemos reclamar la justicia
de Cristo, que sobrepasa con mucho la justicia de la ley. Sí,
podemos entrar en el verdadero reposo en Cristo, el reposo que queda
para los que creen.
Notas:
(1) Véase de Riggle,
The Sabbath and the Lord´s Day, pp. 51-61, para el apoyo bíblico para esta afirmación.
(2) Ver Marcos 1:25.
(3) Véase Lev. 15:19-25.
(4) Juan 11:11.
(5) Hechos 10,11; Rom. 14:14.
(6) Véase de Alan Watson,
Jesus and the Law (University of Georgia Press, 1996) para ver muchos más ejemplos.
(7) Juan 9:6.
(8) Nótese el énfasis en "trabajando" en Juan 5:17; 9:3-6.
(9) Ver Mat. 28:18-20.
(10) Lev. 24:5-8.
(11) Como pastor, siempre he bautizado por inmersión, pues creo
que éste es el modelo bíblico y sigue más de cerca
del símbolo de la realidad. Sin embargo, tenemos que mantener el
rito en su lugar y no permitir que tenga prioridad sobre la entrega
ética y moral de la persona que está siendo bautizada.
(12) Véase de Ratzlaff,
Sabbath in Crisis, pp. 57-59; 306-309.