LA MENTIRA WHITE
Título del libro en inglés:
The White
Lie
Walter T. Rea
Capítulo 13
¿Puede ser salvado este
matrimonio?
Quizás uno de los más extraños giros
de la mentira White es que, en muchos respectos, pocos, dentro o fuera
de la Iglesia Adventista, parecen sentirse de alguna manera afectados por
los detalles específicos de Ellen y sus instrucciones, consejos,
y reprensiones. La hipocresía dentro de las filas Adventistas es
mucho mayor, y aún más, que los dobles estándares
que los Adventistas creen que otras iglesias tienen. En realidad, no muchos
prestan mucha atención al "espíritu de profecía" de
la iglesia, no importa de dónde hayan venido las ideas de Ellen.
Mucho del ruido actual en el Adventismo viene de los del superceloso margen
de la derecha, que se han abierto camino hacia posiciones en que sus plumas
y sus voces puedan ser usadas. Por eso, su ruido es amplificado fuera de
proporción con su número.
Si la continuada prueba de cualquier profeta y sus instrucciones
ha de verse en las vidas de los que lo siguen, entonces el himno evangélico
de Ford y el himno apocalíptico de Rea son sólo la endecha
final de un funeral que tuvo lugar hace mucho tiempo.
No hay evidencia abrumadora de que los miembros de la
Iglesia Adventista sigan los solemnes consejos del siglo diecinueve de
Ellen (y sus ayudantes) sobre educación, la práctica médica,
las prácticas financieras, la dieta, el estilo de vida personal,
el matrimonio, el sexo, el divorcio, el vestido, u otros de los así
llamados modelos cristianos. Ni los ministros ni los laicos Adventistas
practican ni promocionan con ningún grado de seriedad ciertos legalismos
que ellos afirman vinieron de Dios por inspiración y por la autoridad
de su profeta. Hay aún menos evidencia de que las instrucciones
de Ellen en estos campos hayan encontrado eco en ningún sentido
en ninguna parte importante del mundo.
Los supervendedores administrativos de la iglesia han
avanzado los argumentos de que las cifras de la iglesia muestran crecimiento.
La confiabilidad de las cifras de la iglesia continúan siendo dudosas.
Es dudoso que haya habido un áudito honesto en la iglesia desde
que Judas tuviera la bolsa; por eso, debemos cuestionar los informes estadísticos
de cualquier gran organización religiosa. Aunque algunas veces aparezcan
cifras verdaderas, las interpretaciones vienen de los supervendedores,
cuyo trabajo principal es proporcionar informes de vívidos colores,
siempre a favor del sistema.
La creencia Adventista de que todas las instrucciones
de la pluma de Ellen venían realmente de Dios deben ser puestas
en duda, porque ellos han decidido ignorar mucho de esas instrucciones.
Por ejemplo, la mayoría de los miembros comen algo de carne, beben
algunos estimulantes, ven algunas películas malas, actúan
de mala fe en sus contribuciones, y se mienten los unos a los otros durante
la semana, continuando sus prácticas el sábado sobre una
base más refinada. En su copiado, Ellen condenó todas estas
prácticas. Con el correr del tiempo, más del cincuenta por
ciento de los miembros abandonan la Iglesia Adventista en los Estados Unidos.
Del cincuenta por ciento restante, aproximadamente el diez por ciento participa
realmente en las actividades de la iglesia regular y completamente.
Entonces, ¿de qué le sirve al miembro de
iglesia la insignia de lealtad a Ellen y a sus escritos? Para la mayoría
de los "verdaderos creyentes", es sólo el último símbolo
que tienen de que ellos son los elegidos de Dios, el verdadero
remanente, los favorecidos del cielo. Su creencia de que Apocalipsis
12:17 y 19:10 los convierten en los primeros entre sus iguales no les permite,
según su modo de pensar, aceptar ninguna otra interpretación
que no sea una objetiva en cuanto al lugar de Ellen White en su sistema.
Por medio de esa Ellen, se les ha enseñado a estar aislados, solitarios,
y esperando ser perseguidos por su "fe" (que en sus mentes es Ellen White).
No
es a Cristo al que glorifican en su vivir; no es a Dios a quien
desafían con sus acciones. Se centran en el "espíritu de
profecía", como lo describen y lo interpretan los moldeadores de
pensamientos, los supervendedores de la iglesia, por medio de su marioneta,
Ellen White.
Si los estudios de las décadas de 1960 y 1970 prueban
algo, es que el concepto de una Ellen White del siglo diecinueve como una
infalible, original, independiente, y literal profeta de Dios, está
muerto. Entonces, se comprende que hay mucho sufrimiento y tristeza
en el velorio. Robert Brinsmead ha tratado de enfocar este asunto en su
capítulo "The Legend of the Impeccable Ellen G. White" [La Leyenda
de la Impecable Ellen G. White]:
Al discutir el lado humano de la Sra. White,
sería fácil deformar el cuadro enfatizando ciertas características
y minimizando otras. Está fuera del alcance de esta revisión
del Adventismo producir un tratamiento "balanceado" de la Sra. White como
persona. Uno debe recordar la masa de evidencia positiva, que indica cuán
gran mujer fue realmente la Sra. White. No es leyenda que ella fue una
cristiana dedicada, bendecida por el Espíritu Santo, y que reforzó
la prodigiosa obra de su vida con una gran piedad.
Los Adventistas no son el único grupo religioso
que magnifica las virtudes y ocultan las debilidades humanas de su fundadora.
Los luteranos, los calvinistas, y los wesleyanos han hecho lo mismo - al
menos durante varias generaciones después del fallecimiento de sus
grandes fundadores. Al comenzar a saberse la verdad acerca de sus héroes
religiosos, hubo el temor de que estos hombres no fueran a ser tenidos
en alta estima. Pero, si algo ocurrió, fue que Lutero y Wesley fueron
más apreciados. Creo que lo mismo será cierto de Ellen White
cuando los Adventistas caigan en la cuenta de que ella era un ser humano
como el resto de nosotros. 1
Sin embargo, a pesar de la evidencia, hay quienes no aceptan
el hecho de su fallecimiento. Han oído la música , ven las
coronas, y notan que los dolientes se han reunido. Pero rehusan creer que
Ellen ya no es una fuerza viviente entre ellos. Para ellos, los dones espirituales
de ella no reemplazan sus interpretaciones literales y su presencia. A
menudo, estos dolientes son los veteranos, los extremistas, los temerosos,
los ignorantes. Son aquéllos de los cuales los supervendedores de
lo psíquico han abusado más. Ellos son los que han sido sacudidos
más severamente por la muerte de Ellen. Los veteranos han sido ignorados,
a los extremistas se les ha atendido, los temerosos han sido estimulados
en sus temores, y los ignorantes han sido dejados en la oscuridad.
Este escandaloso estado de cosas debe atribuírse
mayormente a los supervendedores de la iglesia, que han estado decididos,
por la razón que sea, a perpetuar la mentira White.
Un supervendedor preocupado por lo que había visto
y experimentado, 2 William Colcord, habría de escribir más
tarde (en 1933):
Mi remedio para los males de la denominación
es que admita la verdad, sin importar los resultados que sigan a
la admisión. Aferrarse a la inspiración y a la infalibilidad
de la Sra. White, como se ha hecho, ha sido una maldición para la
denominación. Ha evitado una investigación honesta. Ha estimulado
la dominación eclesiástica, la persecución, y las
excomuniones injustificadas. Ha estimulado la mentira y el engaño
y la práctica de la hipocresía.
Muchos de los veteranos, como sabemos, eran renuentes
a renunciar a sus reclamos en absoluto, porque conocían la influencia
que tenían sobre la iglesia mientras pudieran mantener las afirmaciones
de Ellen. También, temían que se rompiera la base de todo
si las afirmaciones de ella eran de alguna manera alteradas o echadas abajo,
tan encadenados estaban sus escritos a la denominación y sus doctrinas.
3
Otros dolientes en el velorio, como todas las lloronas pagadas,
sólo lanzan agudos gritos de angustia. No sienten verdadera tristeza
por la difunta. No tienen ninguna verdadera simpatía ni solaz que
dar a los vivos. Sólo les preocupa que les paguen por su parte en
el servicio. Estos dolientes sólo confunden las cosas que están
en juego y se aglomeran en el vestíbulo. Cuando el servicio termine,
derivarán hacia otro, en el cual se sentirán contentos de
derramar sus hipócritas lágrimas nuevamente para obtener
alguna forma de compensación personal por ello.
Otros más, vienen a expresar odio y venganza. Si
sólo pudieran afirmar que la muerte de Ellen ocurrió a causa
de alguna persona o algún grupo, sentirían que su presencia
en el funeral estaba justificada. Para ellos, la muerte de ella es una
realidad, pero la naturaleza de ellos es tal que tienen que culpar a alguien
- y para culpar a alguien, necesitan otro ccuerpo, un mártir. El
odio y la venganza no nacen de mentes racionales, sino que brotan de las
emociones. Por eso, los que caen en esta categoría no procuran ni
la razón ni el entendimiento. Sólo quedarán satisfechos
con la sangre y la venganza.
Pero, afortunadamente, en todo momento hay los que tienen
mentes para ver la realidad, y el valor y la gracia para aceptar el cambio.
Éstos no son los supervendedores de lo psíquico. Son los
verdaderos pastores del rebaño. Aceptan su papel y reconocen su
responsabilidad para apacentar y guiar a las ovejas - no empujarlas - hacia
los verdes pastos. Con gusto, administrarán el bálsamo de
Galaad y guiarán las ovejas a las Aguas Vivas. Su gozo y su satisfacción
se producen cuando el rebaño es apacentado. Obtienen su paz cuando
todas las ovejas están a salvo dentro de la protección del
redil.
Son los que saben que el cuadro de su esfuerzo no siempre
ha estado colgado de los ventanales de la Iglesia Adventista. Saben también
que Ellen y sus pronunciamientos a menudo han sido usados para difuminar
y desfigurar ese trabajo. Demasiado a menudo, se ha oído la voz
de algún supervendedor de lo psíquico y ha sido tomada por
la voz del verdadero pastor, cuando en realidad era la voz de un equipo
de demolición. A los que siguieron a los supervendedores por un
tiempo les puede haber parecido que se dirigían hacia alguna luz
celestial, simplemente porque algo fue citado como testimonio de Ellen.
Pero lo que habrían de encontrar, para su pesar, fue que en realidad
estaban perdiendo terreno en el nombre de Dios.
El progreso siempre ha significado cambio y crecimiento
- especialmente en religión. Pablo ddecía que moría
cada día, 4 una expresión que significa disposición
para aceptar la realidad del cambio en la experiencia personal. No implicaba
tanto un cambio físico, como un cambio espiritual - una limpieza
de la mente y del alma. Pablo sabía que cualquier cambio debe originarse
siempre en un genuino cambio espiritual (subjetivo) en el ser más
interior si ha de tener algún significado y valor. Si la conducta
humana ha probado algo, es que podemos efectuar, y a menudo efectuamos,
un cambio exterior (objetivo) sin valor espiritual. Pero el cambio espiritual
es motivado espiritualmente - no por un profeta y sus obras, no por un
moldeador de pensamientos o un supervendedor como intérprete, sino
por la obra del Espíritu Santo en la mente y el corazón humanos.
La vida debería enseñarnos que Dios no busca a los hombres
por medio de la persuasión del temor y la culpa y la autoridad de
un "profeta". Las cosas espirituales todavía se disciernen espiritualmente
- por medio de una relación directa entre Dios y el hombre. 5
El genio de un experto en demolición es saber qué
salvar para volver a construir sobre el sitio, saber qué no puede
ser salvado, y qué debe ser descartado. Si se salva demasiado, lo
viejo simplemente permanece en una forma renovada pero inestable. Si se
descarta demasiado, más vale que uno comience desde el principio
y que construya algo completamente nuevo.
El Adventismo está ahora evaluando sus escombros
y preguntándose qué, en cuanto a Ellen White, debe ser salvado
y qué no. Hay los que querrían descartar todo y comenzar
algo enteramente nuevo. Otros más prefieren guardar casi todo lo
viejo, aunque tengan que darle una nueva fachada y algún otro nombre.
Más y más, la evidencia dice que algo debe hacérsele
a la estructura para salvarla. 6
A menudo, los escritores denominacionales han sostenido
ciertas cualidades básicas que eran sus pruebas de que Ellen tenía
que ser reconocida como profeta de Dios y que sus obras y sus escritos
eran la autoridad final. Es necesario examinar algunas de esas pasadas
"pruebas" para ver si pueden sobrevivir a los equipos de demolición
que ya están trabajando:
Primera: Se creía que Ellen tenía
la cualidad de conocer de primera mano, o que era testigo, de la historia,
los sucesos, y la teología.
Arthur White, el nieto de Ellen, ha sido uno de los que
más han ofrecido el argumento de que Ellen "escribe como espectadora."
En su serie de artículos de 1979, tres de los siete adelantan la
tesis de que el lector se impresionará con el hecho de que Ellen
White era una espectadora de primera mano, una testigo - que ella estaba
"allí". 8 El lector, decía, reconocerá que las
obras históricas le dieron a ella el vocabulario de expresiones
que usaba, y las fechas de los sucesos, ciertas descripciones geográficas,
muchos detalles, la secuencia de la historia eclesiástica, y muchos
eslabones narrativos. Pero, dice Arthur, "las descripciones frecuentes
de sucesos en casi cada página dejan al lector con la ineludible
convicción de que ella presenció las escenas en visión".
9 A él le gusta sostener que
ya fuera que Ellen White obtuviera información
objetiva y descriptiva de una clase o de la otra de Hanna, Geikie, y otros,
la fuente de sus visiones le dio informaciones acerca de la vida de Cristo,
de las cuales no estaban enteradas otras personas. Tales descripciones
dan una impresión de autenticidad que sólo podría
habérselos dado un testigo. Los escritos de ella abundan en datos
frescos y recientes. 10
Las investigaciones de la década de 1970 indican claramente
que este concepto debe desaparecer. Está demasiado lleno de huecos
de termitas para soportar cualquier construcción o presiones sobre
él. La obra de McAdams, Graybill, Peterson, el Comité de
Glendale, y otros dicen bien claramente que un matrimonio que espere durar
sobre esta falsa premisa ya no puede sobrevivir.
Segunda: Se creía que Ellen tenía
la cualidad de "inspiración", que la protegía de escribir
errores.
Francis D. Nichol fue uno de los firmes defensores de
esta posición, que es ahora insostenible. Dijo que "lo singular
de la profeta es que, de manera completamente distintiva, su mente es iluminada
por Dios para que escriba sólo la verdad" [la cursiva es nuestra].
11 Cuando Nichol habla del mensaje sobre la salud, pregunta retóricamente:
"¿Cómo sabría la Sra. White escoger de entre los varios
puntos de vista de los reformadores lo que era bueno y descartar lo que
era malo?" 12 Su conclusión es que "sólo un profeta de Dios
sabría con certeza si una afirmación particular de algún
escritor presentaba una gran verdad en una forma absolutamente exacta".
13
Arthur White cita una carta de su padre, W. C. White,
que apoya la posición de Nichol:
Cuando ella encontraba en el lenguaje de otra
persona una representación
correcta del pensamiento que le
había sido presentado a ella, algunas veces copiaba ... pensando
que tenía perfecto derecho a hacerlo; que era su privilegio utilizar
afirmaciones correctas de otros escritores en cuanto a escenas que
se le habían presentado a ella. [La cursiva es nuestra]. 14
Raymond Cottrell también se sentía cómodo
con el mismo punto de vista de Ellen:
Es posible que el contenido derivado de la reserva
de conocimientos y experiencia del propio profeta en cosas espirituales
esté errado, porque es humano.... En tales casos .... el Espíritu
Santo entra en escena, como influencia controladora, para salvaguardar
las expresiones del profeta, para protegerlo o protegerla de representar
erróneamente a Dios.... Esta inspiración del Espíritu
Santo imparte a las declaraciones proféticas la cualidad de ser
auténticas,
autorizadas, e infalibles por cuanto expresan la voluntad, el propósito,
y los modos de Dios. Esta inspiración protege el mensaje del profeta
de humanas influencias que podrían distorsionarlo o pervertirlo.
[La cursiva es nuestra]. 15
Afirmaciones más recientes de los del White Estate
asumen un punto de vista diferente acerca de esta cualidad de Ellen
y su capacidad para ser siempre exacta en lo que decía que veía.
Robert Olson escribió:
Al seguir a Wylie, la Sra. White parece haber
hecho varias afirmaciones históricas erróneas, [acerca de
Huss en The Great Controversy] que ahora se consideran históricamente
inexactas...
Acepto el hecho de que la Sra. White siguió a
Wylie bastante de cerca - muy de cerca - desde la página 97 hasta
la página 110 de The Great Controversy.
Me resulta difícil creer que el Señor le
diera a la Sra. White una visión o una serie de visiones que, a
lo largo de catorce páginas, coincidiera con Wylie en tantos detalles.
16
Tercera: Se dice que Ellen tenía la cualidad
singular de transmitir la voluntad de Dios.
Don McAdams y Francis D. Nichol, capaces voceros de esta
posición, parecen pensar lo mismo. En su manuscrito no publicado
sobre Huss y la Sra. White, McAdams dice:
Ellen White, con la ayuda del Espíritu
Santo, creó sus propias obras originales...
Después de haber leído The Great Controversy,
cualquier crítico honesto debe quedar impresionado con el poder
de su mensaje...
Es posible mostrar la originalidad creativa de The
Great Controversy....
The Great Controversy tiene "una totalidad de
pensamiento que es única". ....
Pero ella usaba hechos bien conocidos para llevar a los
hombres a Cristo. A pesar de todas sus convicciones, Wylie no deja al lector
sintiendo la necesidad de arrepentirse, ni la confianza de que los ángeles
ministrarán a favor de él en su hora de crisis. Ellen White
lo hace. Con su propósito general y sus poderosos capítulos
finales para dar significado a la historia, Great Controversy clama
a nuestro espíritu como ninguna otra obra de la historia. Ellen
White, guiada por el Espíritu Santo, ha creado un libro, que en
su totalidad no puede ser confundido con ningún otro, excepto con
una obra de singular poder. 17
Nichol encuentra que, para él, hay la misma evidencia
convincente:
Creemos que el lector desprejuiciado de The
Great Controversy .... no tendrá dificultades en llegar a
la conclusión de que el libro da evidencia de un gran plan
que no fue copiado de escritos humanos .... Hay en ese libro una vida
palpitante que no se puede encontrar en historias seculares o eclesiásticas...
Creemos que la vida que late en ese libro fue inspirada por Dios. En realidad,
el hecho de que existiera el toque humano de manos humanas antes de este
milagro de la vida habla a los hombres, y no rebaja para nada el milagro.
[La cursiva es nuestra]. 18
Este tablón de la plataforma es uno de los más
difíciles de manejar. Es uno de los más difíciles
acerca de los cuales cambiar pasadas maneras de pensar porque conlleva
el elemento de "autoridad" - una palabra que nunca ha sido bien definida
en el pensamiento Adventista acerca de Ellen G. White. Los Adventistas
profesan que ellos no prueban la Biblia por medio de Ellen White, sino
todo lo contrario. Hasta Questions on Doctrine sostiene esto. 19
Pero la oposición contra Questions on Doctrine por los supervendedores
de la extrema derecha de la iglesia comenzó casi tan pronto como
el documento salió a la luz pública. Pero ahora, sin embargo,
a pesar del libro o sus oponentes, ha habido, y todavía hay, mucho
de postura hipócrita cuando el supervendedor Adventista dice lo
que dice en cuanto a Ellen y su relación con la Biblia. Como lo
explica un escritor:
Él [el Adventista] quiere decir que él
usa la Biblia para establecer si Ellen White es una legítima mensajera
de Dios. Una vez que ha establecido que lo es, le da a ella autoridad para
decirle a él lo que la Biblia está diciendo realmente. 20
Un estudio honesto muestra que éste ha sido un concepto
evolutivo para la iglesia. No era el concepto de los padres de la iglesia
en los tiempos de Ellen. Pero se sintieron obligados a tomar una posición
a causa de Ellen misma - y esa posición los ha metido en el lío
en que se encuentran hoy día. 21 Ellos simplemente tomaron la
vía extrema en la bifurcación del camino al principio:
Los primeros Adventistas del Séptimo Día
se vieron confrontados con el fenómeno de Ellen White. Tenían
que decidir si ella era una persona genuina o un fraude, si su obra era
de Dios o del diablo. Decidieron que su ministerio era una manifestación
de los dones espirituales. Pero, habiendo emitido tal juicio, poco a poco
se vieron constreñidos a tomar una posición de "todo o nada"
sobre la cuestión. Arguyeron que Dios y Satanás no son socios.
Todo
lo que ella escribía o era de Dios o era del diablo. No había
medias tintas. Habiendo decidido que su obra era de Dios, los Adventistas
creyeron que ofenderían a Dios si no aceptaban completamente todo
lo que la Sra. White decía. Y entre los fieles, esta situación
ha continuado hasta este día. 22
Este modo de pensar ha conducido a más y más
control por medio de la culpa y el temor usando mal el nombre de Ellen
y sus escritos. Y a menudo, ese control ha sido efectivo para alcanzar
cualesquiera metas que los supervendedores de la iglesia han querido alcanzar.
Después de todo, el temor puede quitar ese "monte" tan rápidamente
como la fe proverbial , o más rápido. La iglesia siempre
muestra una notable capacidad para encontrar nuevos montes que quiere que
se quiten - sobre todo de sobre las espaldas de los pobres e ignorantes,
y a menudo de sobre el dinero de los ricos.
No hay ninguna señal en absoluto de que los empujones
y los aguijonazos de los miembros del sistema, a través de todas
las décadas, hayan producido un pueblo superior en las cosas espirituales
o en los conceptos de los frutos del espíritu en el Nuevo Testamento
- amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bbondad, fe, mansedumbre, o siquiera
templanza. 23 Lo que se ha producido es un sistema eclesiástico
manejado por supervendedores de lo psíquico, hábiles en ocultar
los hechos acerca de sí mismos y sus relaciones con la iglesia,
y en esconder los falaces métodos de su profeta Ellen.
Nuevamente, aquel príncipe de la iglesia, quizás
más honesto que algunos, lo dijo claramente en la Consulta Teológica
de Glacier View en 1980:
La pregunta quemante es, no cómo proveer
más controles, sino cómo desarrollar cristianos maduros.
Una teología para el crecimiento está implícita en
la instrucción bíblica de pasar de la leche al alimento sólido.
Esta instrucción nos desafía a volver a estudiar nuestros
sistemas educativos y nuestras prácticas de la crianza de nuestros
niños. También nos desafía a aprender cómo
delegar autoridad y reducir los controles. 24
Pero, obviamente, no podía hablar en nombre de la
mayoría. Los supervendedores de hoy día (como los padres
de la iglesia antes que ellos) saben bien por qué precio se venden
sus franquicias celestiales, y no están dispuestos a renunciar a
sus concesiones celestiales, que se han estado vendiendo por medio de la
tienda de empeños de Ellen durante el siglo pasado y después.
Si el matrimonio de la iglesia y el pueblo ha de sobrevivir,
esos supervendedores deben comenzar a repartir el poder al pueblo. El que
sean una iglesia digna de cualquier llamado celestial depende de la calidad
que los comunicadores puedan traer a la iglesia. Deberían ser gente
libre para buscar y encontrar la verdad por sí mismos; gente que,
voluntaria e individualmente, responda a Dios y a Cristo Jesús,
el portador de las buenas nuevas; y gentes que estén dispuestas
y puedan tomar sus propias decisiones y actuar responsablemente como cristianos.
Ellen está muerta, y mucho de su autoridad murió
con ella, aunque los supervendedores de la iglesia han hecho un notable
trabajo de ocultar a sus miembros la noticia de su fallecimiento. Seguramente,
hace tiempo que es tiempo de examinar los hechos:
Ya el 9 de junio de 1853, James White advertía
a la iglesia que los dones espirituales podrían quedar fuera de
control y convertirse en una maldición para la iglesia. Con la muerte
de James White en 1881, nadie en la iglesia era lo bastante fuerte para
mantener los dones espirituales dentro de límites adecuados. La
palabra de la Sra. White se convirtió en la autoridad absoluta
para todo, desde grandes cuestiones doctrinales hasta cosas de poca
monta, como si dos comidas al día eran mejores que tres. Y la Sra.
White no estaba dispuesta a dejar que nadie pusiera en duda su palabra
, como Uriah Smith y otros pronto lo averiguaron. Ella veía su obra
como una con la obra de Dios. Se consideraba que cuestionarla a ella era
cuestionar a Dios mismo. Si Smith o Kellogg o cualquier otra persona cuestionaba
alguno de los Testimonios, sentían la ira de la profeta. La leyenda
de su autoridad profética creció, y ella no solamente la
aceptaba, sino que jugó un papel significativo en su creación.
[La cursiva es nuestra]. 25
La creciente evidencia de que ella, en grandes cantidades
y consistentemente, tomaba las ideas y el lenguaje de otros sin darles
crédito no permite que sobreviva el infantil concepto de su autoridad
- excepto principalmente en las mentes de llos supervendedores, porque ellos
mismos carecen de un adecuado fundamento en Dios. Si hubiesen estado preparados,
y hubiesen sido fieles a la tarea de predicar y sustentar al Cristo de
la Escritura, el pueblo no tendría que enfrentarse a una transición
de fe de Ellen al Cristo bíblico. Ese cambio será de lo más
doloroso ahora, a estas tardías fechas - si es que puede hacerse.
Hay un vasto desierto que cruzar desde el sistema de salvación
por obras (por medio de Ellen White) hasta la gracia y la salvación
ofrecidas - sin el precio ni del dinero ni de las obras - por medio de
ese Cristo bíblico.
El Adventismo ha estado en la encrucijada antes. Aquellos
pobres niños de los comienzos de 1844 cerraron la puerta de la misericordia
para todos, menos para sí mismos. Hay mucha evidencia ahora que
dice que, con muy poca ayuda, Ellen misma empujó la puerta para
cerrarla. Desde entonces, esa puerta en realidad nunca ha estado abierta
de par en par, a pesar de la propaganda en ese sentido vomitada a través
de la organización mundial de la iglesia. La concesión de
la misericordia fue sólo transferida a algún tribunal celestial,
donde a los creyentes les sería permitido el acceso selectivo a
Cristo por medio de Ellen y sus escritos.
Así que, nuevamente, el Adventismo estuvo en la
encrucijada en 1888. Esta vez, la salvación por las obras
(por medio del énfasis sobre la ley y los escritos de Ellen White)
versus la salvación por gracia (ya provista por Cristo en
la cruz) era el centro del conflicto. Mucho se ha escrito sobre si la iglesia
tomó o no el camino correcto en la encrucijada. 26 La misma
Iglesia Adventista ha enseñado que, si la respuesta hubiese sido
realmente que sí, la obra de la iglesia se habría llevado
a cabo, el mundo habría sido advertido, y los santos habrían
estado en la gloria. 27 Pero, nuevamente, la puerta se cerró. Desde
entonces, sólo los Adventistas, de entre todas las principales iglesias
protestantes, han permanecido de pie afuera en el frío todos estos
años. Sin Cristo y el Evangelio de la gracia gratuita, las gentes
se han convertido en víctimas de la leyenda de Ellen White.
Ahora Cristo toca otra vez a la puerta cerrada. El matrimonio
de su iglesia con Cristo puede consumarse solamente si esa novia abre la
puerta y deja entrar a Cristo. La iglesia debe descontinuar la ilícita
relación con la profeta Ellen y sus escritos, para permitir que
Cristo se convierta en el verdadero esposo del matrimonio. No hay ni un
ápice de evidencia de que esto se haya hecho. Pero hay montañas
de evidencia que indican que esto debe hacerse para corregir lo que obviamente
es una relación falaz.
Si la Iglesia Adventista puede colocar a Ellen en su correcto
papel subordinado - esto es, usar sus escritos como inspirados principios
pastorales, pero no como pronunciamientos divinos del Todopoderoso,
sin obligar a todos los miembros y a todas las personas a aceptar la reconfiguración
de la historia por parte de Ellen, el desarrollo de los eventos futuros
por parte de Ellen, y sin que Ellen dicte las decisiones diarias que afectan
a todas las fases del estilo de vida y la existencia - sólo entonces
puede comenzar este verdadero matrimonio. Sin embargo, si esa puerta permanece
cerrada para el Verdadero Esposo, Cristo Jesús, entonces el desastre
que acecha al Adventismo tiene que alcanzarlo.
La base de toda unión, y especialmente la unión
espiritual, es la honestidad. El Adventismo ha fracasado en fomentar esta
gran cualidad, tanto dentro como fuera de la iglesia. Creyendo, como creen
los miembros, que ellos, Los Escogidos, están por encima de la mayoría
de las leyes humanas, si no de todas; siendo continuamente convencidos
por sus supervendedores de que no son seres humanos maduros, responsables,
y capaces listos para enfrentarse a las realidades o la verdad del futuro;
habiendo pasado poco tiempo mirando hacia adentro para ver la viga en su
propio ojo (han estado muy ocupados juzgando la mota en el ojo ajeno) -
la Iglesia Adventista está mal preparada para cambiar de opinión
y moverse hacia la certeza de la paz y el amor del Señor, Cristo
Jesús.
Referencias y Notas
1. Robert D. Brinsmead, Judged by the Gospel (Fallbrook, CA.,
Verdict Publications, 1980), p. 157.
2. Véase el capítulo nueve (material sobre Willard
A. Colcord).
3. De W[illard] A[llen] Colcord para W. A. Hennig, 14 de septiembre
de 1933, SDA Encyclopedia, s.v. Colcord, Willard Allen (sic). De
acuerdo con este breve bosquejo, "Por este tiempo (1914), perdió
la fe en las doctrinas y la dirigencia de la Iglesia Adventista y se separó
de la iglesia. Como 20 años más tarde, en 1934, publicó
una retractación de su posición en la Review and Herald
y fue recibido de vuelta en la membresía de la iglesia".
4. I Corintios 15:31.
5. I Corintios 2:13-14.
6. Evangelica, octubre de 1980. Esta es la primera edición
de una publicación para los evangélicos.
7. Arthur L. White, "Completing the Desire of Ages", Adventist
Review (23 de agosto de 1979), pp. 6-9.
8. ALW, "Ellen G. White´s Sources for the Conflict Series
Books"[Fuentes de Ellen G. White para los Libros de la Serie Conflicto],
Review (12 de julio de 1979), pp. 4-7; "Writing on the Life of Christ",
(2 de agosto de 1979), p. 11; "Completing The Desire of Ages", (23
de agosto de 1979), p. 7.
9. ALW, "EGW´s Sources", Review (12 de julio de 1979),
p. 7.
10. ALW, "Writing on the Life of Christ", Review (2 de
agosto de 1979), p. 11.
11. Francis D. Nichol, Ellen G. White and Her Critics (Washington:
RHPA, 1951), p. 460.
12. Ibid., pp. 393-94.
13. Ibid., p. 461.
14. ALW, "Historical Sources and the Conflict Series", Review
(26 de julio de 1979), pp. 5-10.
15. Raymond F. Cottrell y Walter F. Specht, "The Relationship
Between The Desire of Ages, by Ellen G. White, and The Life of
Christ, by William Hanna", fotocopiado (Universidad de Loma Linda,
División de Religión, 1979), pp. 32-33.
16. Robert W. Olson, "Questions and Problems Pertaining to Mrs.
White´s Writings on John Huss", fotocopiado (Washington: EGW Estate,
1975), p. 6.
17. Donald R. McAdams, "Ellen G. White and the Protestant Historians",
sin publicar (Universidad de Andrews, 1974), pp. 232-33.
18. Francis D. Nichol, EGW and Her Critics, p. 463.
19. [Seventh.day Adventists], Seventh-day Adventists Answer
Questions on Doctrine (Washington: RHPA, 1951), pp. 89-92.
20. Brinsmead, Judged by the Gospel, pp. 188-89.
21. Ingemar Linden, The Last Trump, cap. 4, "The Mature
Prophet", pp. 187-239.
22. Brinsmead, Judged by the Gospel, p. 189.
23. Gálatas 5:22-23.
24. Earl W. Amundson, "Authority and Conflict - Consensus and
Unity", trabajo leído en la Consulta Teológica, 15-20 de
Agosto de 1980, Glacier View Ranch, Ward, CO, p. 4.
25. Brinsmead, Judged by the Gospel, pp. 189-190.
26. Robert J. Wieland y Donald K. Short, 1888 Re-examined
(1950). Véase también, Norval F. Pease, By Faith Alone
(Mountain View: PPPA, 1962).
27. Ellen G. White, Testimonies for the Church, tomo 9,
p. 29; tomo 6, p. 450.