Inicié mi viaje
personal hacia la escatología de señorío una noche
en la iglesia, hace como una docena de años.
El pastor, un predicador famoso por su método expositor en su
enseñanza bíblica, acababa de iniciar una serie de
conferencias sobre profecía. Mientras él defendía
elocuentemente su escatología de la derrota, me
impresionó el hecho de que parecía completamente incapaz
de desarrollar sus puntos de vista de la Biblia orgánicamente.
Oh, citaba algunos textos - un versículo aquí, uno
allá. Pero nunca pudo demostrar que su explicación del
futuro encajaba en el patrón general de la Biblia. En otras
palabras, era muy hábil superponiendo sus puntos de vista de la
realidad sobre el texto bíblico, asegurándose de que sus
versículos fueran barajados en el orden correcto. Pero no pudo
mostrar cómo sus doctrinas fluían de la Escritura; su
escatología no parecía ser una parte orgánica del
relato que la Biblia cuenta.
De lo que comencé a darme
cuenta esa noche fue que la manera de
recuperar la escatología bíblica debía ser
comprender el relato bíblico. En vez de tratar de hace encajar
la Biblia en un molde dispuesto previamente, debemos tratar de
descubrir los moldes que ya están allí. Debemos permitir
que la estructura de la propia Biblia surja del texto mismo, que se
superponga sobre nuestra propia interpretación. Debemos
acostumbrarnos al vocabulario bíblico y a los modos de
expresión bíblicos, buscando conformar nuestros propios
pensamientos a los términos de las categorías
bíblicas.
Esta perspectiva arroja
inapreciable luz sobre el antiguo debate acerca
de la interpretación "literal" versus la interpretación
"simbólica". En alto grado, ese debate está fuera de
lugar, porque el hecho es que todos los intérpretes son
"literalistas" en algunos puntos y "simbólicos" en otros.
Por ejemplo, estoy
examinando un reciente comentario sobre Apocalipsis,
escrito por un bien conocido erudito evangélico. La tapa
posterior proclama osadamente: ¡Ésta
es posiblemente la exposición más literal del Apocalipsis
que usted haya leído jamás! Sin embargo, mirado
más de cerca, el comentario en realidad enseña una
interpretación altamente simbólica de muchos puntos de la
profecía. He aquí algunos de ellos:
- Las "vestiduras manchadas" de los cristianos de
Sardis
(Apoc. 3:4).
- La promesa de que los cristianos se convertirán
en
"columnas" del templo (3:12).
- La temperatura "tibia" de los laodicenses
(3:15-16).
- El ofrecimiento de Jesús de vender "oro",
"vestiduras
blancas", y "colirio" (3:18).
- Jesús "tocando" a la "puerta" (3:20).
- El "león de la tribu de Judá" (5:5).
- El "Cordero" que tenía "siete ojos" (5:6).
- Los "olivos" y los "candeleros" (11:4).
- La "mujer vestida de sol" (12:1).
- El "gran dragón escarlata" (12:3).
- La "bestia" de siete cabezas (13.1).
- La "gran ramera que está sentada sobre muchas
aguas"
(17:1).
Pocos "literalistas"
discreparían con la idea de que estas
imágenes de Apocalipsis deben entenderse simbólicamente.
Sin embargo, lo que tenemos que reconocer es que también se usan
símbolos en todo el resto de la Escritura, al lado mismo de
lenguaje muy literal. Esto ocurre porque la Biblia es literatura:
literatura divinamente
inspirada e infalible, pero todavía literatura. Esto significa
que tenemos que leerla
como
literatura. Algunas partes tienen el propósito de ser entendidas
literalmente y, en consecuencia, han
sido escritas así - como historia, o proposiciones
teológicas, o lo que sea. Pero uno no esperaría leer los
Salmos o los Cantares de Salomón con los mismos moldes
literarios usados para el libro de Romanos. Sería como leer el
soliloquio de Hamlet "literalmente": "Las
hondas y las flechas de la fortuna agraviante ... tomar las armas
contra un mar de dificultades ...".
Vea usted, no podemos
entender lo que la Biblia realmente significa
(literalmente) a menos que apreciamos la manera en que usa los estilos
literarios. ¿Entenderíamos correctamente el Salmo 23 si
lo tomáramos "literalmente"? Si lo hacemos, ¿no
sonaría un poco tonto? En realidad, si se toma literalmente, no
sería verdadero:
porque me atrevo a decir que el Señor no
hace que cada cristiano yazca en pastos verdes literales. Pero, por lo
general, no cometemos esos toscos errores al leer la poesía
bíblica. Sabemos que está escrita en un estilo que a
menudo utiliza lenguaje simbólico. Pero tenemos que darnos
cuenta de que lo mismo ocurre con los profetas: ellos también
hablaban en poesía, en figuras y símbolos, utilizando la
rica herencia de imágenes bíblicas que, como veremos, en
realidad comenzaron en el paraíso original - el huerto de
Edén.
Y, ciertamente, es allí
donde comienza la profecía. Y
vale la pena observar que la primera promesa del Redentor venidero se
expresó en términos altamente simbólicos. Dios
dijo a la serpiente:
Enemistad pondré entre tí y la mujer, y entre tu simiente
y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y
tú le herirás en el calcañar (Gén. 3:15).
En consecuencia, la
verdadera pregunta con la que hay que comenzar no
es algún debate artificial entre simbolismo y literalismo, sino
un punto mucho más básico: ¿Debe nuestra
interpretación ser bíblica
o especulativa?
En otras palabras, cuando trato de entender o explicar algo de la
Biblia, ¿debo ir a la misma Biblia para encontrar las
respuestas, o debo inventar algo "creativo" por mi propia cuenta?
Plantear la pregunta de esta manera es mucho más exacto, y
producirá resultados más fructíferos.
Permítaseme usar un
ejemplo extremo para explicar lo que quiero
decir. El libro de Apocalipsis describe a una mujer vestida de sol, de
pie en la luna, y en labores de parto, mientras un dragón
revolotea cerca para devorar al hijo. Probablemente, un
intérprete radicalmente especulativo
se volvería primero a las noticias sobre los experimentos
genéticos más recientes para establecer si el
tamaño y la composición química de la mujer
podría alterarse lo suficiente como para vestirse de sol;
también averiguaría si el monstruo de Loch Ness ha salido
a la superficie recientemente. Por otra parte, un intérprete bíblico
comenzaría por preguntarse: ¿De qué parte de la
Biblia procede esta imagen? ¿Dónde habla la Biblia de una
mujer en labores de parto, y cuál es su importancia en esos
contextos? ¿Dónde habla la Biblia de un dragón?
¿Dónde habla la Biblia de alguien que trata de asesinar a
un bebé? Si vamos a entender el mensaje de la Biblia, tenemos
que adquirir el hábito de hacer preguntas como éstas.
Por supuesto, cada enfoque
tiene sus inconvenientes. Los principales
inconvenientes del método bíblico
es que, por lo general, requiere más trabajo, y se necesita
estar más familiarizado con la Biblia. El principal
inconveniente del método especulativo, con todo su
sensacionalismo, es que simplemente no es bíblico.
El
lenguaje de los profetas
Como mencioné
más
arriba, gran parte de la Biblia se escribió en símbolos.
Una manera útil de entender esto, quizás, sería
hablar de estos símbolos como una serie de moldes y asociaciones. Con
esto quiero decir
que el simbolismo
bíblico no
es un código.
En vez de eso, es una manera de ver, una perspectiva. Por ejemplo,
cuando Jesús habla de "agua de vida" (Juan 4:10), reconocemos
correctamente que está usando el agua como símbolo.
Entendemos que, cuando le habló a la mujer junto al pozo, no le
estaba ofreciendo sólo "agua". Le estaba ofreciendo la vida
eterna. Pero la llamó
"agua".
Inmediatamente, debemos preguntar: ¿Por qué hizo eso?
Podría haber dicho simplemente "vida eterna". ¿Por
qué habló en metáforas? ¿Por qué
quería que ella pensara en agua?
Ahora bien, aquí es donde
podemos cometer un grave error, y
éste es el principal error de algunos intérpretes que
tratan de utilizar un enfoque "simbólico". Es creer que el
simbolismo bíblico es principalmente un rompecabezas que
nosotros tenemos que resolver. Y de pronto tenemos que decidir:
"¡Ajá! Agua
es
una palabra clave especial que significa vida eterna. Eso
significa que,
cada vez que la Biblia de agua simbólicamente, en realidad está
hablando de
la vida eterna; cada vez que alguien bebe algo, en realidad
se está convirtiendo en cristiano". Simplemente, no funciona
así (como usted lo verá si trata de aplicar esto en toda
la Biblia). Además, ¿qué sentido tendría
que la Biblia simplemente pusiera todo en clave? La Biblia no es un
libro para espías ni sociedades secretas; es la revelación
de Dios acerca de Sí mismo para su pueblo del pacto. La
interpretación mística, como de resolver un acertijo,
tiende a ser especulativa; no presta suficiente atención a la
manera en que la Biblia misma habla.
Cuando Jesús le ofreció
"agua" a la mujer, quería
que ella pensara en las múltiples imágenes relacionadas
con el agua en la Biblia. Por supuesto, en sentido general, sabeoms que
el agua está asociada con el refrigerio espiritual y la
sustentación de la vida que viene con la salvación. Pero
las asociaciones bíblicas con el agua son mucho más
complejas que eso. Esto es porque entender
el simbolismo bíblico no significa descifrar una clave.
Se parece mucho más a leer buena poesía.
El simbolismo de la Biblia
no está estructurado en un estilo
llano, de esto
significa
aquéllo. En su lugar, se ha de leer visualmente.
Debemos ver las imágenes surgir delante de nosotros en
sucesión, capa tras capa, permitiéndoles que evoquen una
respuesta en nuestras mentes y nuestros corazones. Los profetas no
escribieron para crear estimulantes ejercicios intelectuales.
Escribieron para enseñar.
Escribieron en símbolos visuales, dramáticos; y si
queremos entender plenamente su mensaje, tenemos que apreciar su
vocabulario. Tenemos que leer la Biblia visualmente. Los
símbolos visuales mismos, y lo que la Biblia dice acerca de
ellos, son aspectos importantes de lo que Dios quiere que aprendamos;
de lo contrario, no habría hablado de esa manera.
Así que, cuando la Biblia
nos cuenta una historia sobre agua,
"en realidad" no nos está hablando de nada más; nos
está hablando de agua.
Pero, al mismo tiempo, se espera que veamos
el agua y que pensemos en las asociaciones
bíblicas
con respecto al agua. El sistema de interpretación ofrecido
aquí no es ni "literalista" ni "simbólico"; toma el
"agua" en serio y literalmente, pero tambié toma en serio lo que
la palabra de Dios asocia con el agua a través de toda la
historia de la revelación bíblica.
¿Cuáles son algunas de las
asociaciones bíblicas
que se le podrían haber ocurrido a la mujer junto al pozo, y a
los discípulos? He aquí algunas de ellas:
- La masa acuosa, fluida, que era la naturaleza
original de la
tierra en la creación, y de la cual Dios creó toda la
vida (Gén. 1);
- El gran río de Edén que regaba toda la tierra
(Gén. 2);
- La salvación de Noé y de su familia por medio
de las aguas del diluvio, de las cuales la tierra fue re-creada
(Gén. 6-9).
- Las revelaciones de Dios por gracia a Agar al
lado de una
fuente (Gén. 16) y de un pozo (Gén. 21);
- El pozo llamado Rehoboth, donde Dios dio
señorío a Isaac (Gén. 26);
- El río del cual el bebé Moisés, el
futuro liberador de Israel, fue sacado y se convirtió en
príncipe (Éx. 2);
- El cruce redentor del Mar Rojo, donde Dios
nuevamente
salvó a su pueblo por medio de agua (Éx. 14);
- El agua que fluyó de la Roca golpeada en
Sinaí, dando vida al pueblo (Éx. 17);
- Los muchos rociamientos rituales en el Antiguo
Testamento,
significando la remoción de la suciedad, la
contaminación, la enfermedad y la muerte, y la imposición
del Espíritu a los sacerdotes (por ejemplo, Lev. 14; Núm.
8);
- El cruce del río Jordán (Josué 3);
- El sonido del estruendo de aguas causado por la
columna de
nube (Eze. 1);
- El río de vida que fluía desde el templo y
saneaba el Mar Muerto (Eze. 47).
Así que, cuando la Biblia
habla de agua,
se supone que tengamos en mente una vasta hueste de conceptos
asociativos, una complejidad de imágenes bíblicas que
afecta nuestros pensamientos sobre el agua. Para decirlo de manera
diferente, se supone que el agua sea como un "murmullo", un
término que evoca muchas asociaciones y connotaciones. Cuando
leemos la palabra agua,
debe
recordarnos los actos salvadores y las revelaciones salvadoras de Dios
por medio del agua a través de la Escritura. La Biblia usa
muchos de estos "murmullos", y el número de ellos aumenta a
medida que se avanza hasta que, para cuando llegamos al Apocalipsis (la
cabeza de ángulo de la profecía), todos ellos vienen a la
vez hacia nosotros a gran velocidad, en una ventarrón de
referencias asociativas, algunas de las cuales son obvias, otras
oscuras. Para el que conoce realmente su Biblia y ha observado los
patrones literarios y las imágenes literarias, gran parte del
libro aparecerá familiar; para el resto de nosotros, es confuso.
En Apocalipsis, somos confrontados por todas las connotaciones
bíblicas de numerosas imágenes: no sólo de agua,
sino también de luz, fuego, nubes, ángeles, estrellas,
lámparas, alimentos, rocas, espadas, tronos, arcoiris,
vestiduras, truenos, voces, animales, alas, aves de rapiña,
ojos, llaves, trompetas, plagas, montañas, vientos, mares,
altares, sangre, langostas, árboles, cabezas, cuernos, y
coronas.
Apocalipsis también nos
presenta imágenes de una mujer,
un dragón, un desierto, una marca en la frente, una hoz, perlas,
un lagar, una copa de vino, una ramera, un río, Sodoma, Egipto,
Babilonia, resurrección, una boda, una cena de bodas, el Esposo,
y la ciudad/esposa en forma de una pirámide. Y luego está
al uso de números simbólicos: dos, tres, cuatro, siete,
diez, doce, y múltiplos de ellos - 24, 42, 144, 666, 1000, 1260,
7000, 12000 y 144000.
Por eso es necesario
entender la Biblia y el uso que ella hace de
símbolos y patrones si es que alguna vez vamos a entender el
libro de Apocalipsis. Los siguientes capítulos sobre el tema del
paraíso en la Escritura están diseñados para
introducir al lector al uso que la Biblia hace de imágenes.
Esencialmente, esto es un ejercicio en teología bíblica,
el término técnico para designar el estudio de la
revelación progresiva de Dios sobre la salvación. En
principio, toda la historia de la redención se enseña en
los primeros capítulos de la Biblia: el resto simplemente se
construye sobre el fundamento echado allí. Por eso, como veremos
más adelante, las revelaciones posteriores dependen en gran
medida del tema del huerto de Edén.
Al entrar en este estudio
de las imágenes bíblicas,
revisemos las reglas básicas:
- Lea
visualmente;
trate de representarse
lo que
la Biblia está diciendo.
- Lea
bíblicamente,
no especule ni haga abstracciones, sino preste mucha atención a
lo que la Biblia misma dice sobre sus propios símbolos.
- Lea
el relato;
trate de pensar en cómo contribuye cada elemento de la Biblia a
su mensaje de salvación como un todo.
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