LA PARUSÍA
o
La Segunda Venida de Nuestro
Señor Jesucristo
James Stuart Russell
(1816-1895)
Tomado de The
Preterist Archive
LA PARUSÍA EN LAS EPÍSTOLAS
APOSTÓLICAS:
EN LA EPÍSTOLA A LOS FILIPENSES
El Día de Cristo
Fil. 1:6.
"El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo".
Fil. 1:10. "A fin
de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo".
Evidentemente, el día de Cristo es considerado por
el apóstol como la consumación de la disciplina moral y el
período de prueba de los creyentes. No puede haber duda de que él
tiene en mente el día de la venida del Señor, cuando Él
"dé a cada uno según sus obras". Suponiendo que el día
de Cristo esté todavía en el futuro, se deduce que la disciplina
moral de los filipenses no se ha completado todavía; que su tiempo
de prueba no ha concluído; y que la buena obra comenzada en ellos
todavía no ha sido perfeccionada.
La nota de Alford sobre este pasaje (cap. 1:6) merece
ser notada: "Esto supone la cercanía de la venida del Señor.
Aquí, como en otros lugares, los comentaristas han tratado de escapar
de esta inferencia", etc. Esto es justo; pero la inferencia del propio
Alford, de que Pablo estaba errado, es igualmente insostenible.
LA EXPECTACIÓN DE LA PARUSÍA
Fil. 3:20,21.
"Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también
esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará
el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo
de la gloria suya", etc.
Estas palabras dan testimonio decisivo de la expectación
acariciada por el apóstol, y por los cristianos de su tiempo, acerca
de la pronta venida del Señor. No era la muerte lo que esperaban,
como nosotros, sino lo que sorbería la muerte en victoria: la transformación
que superaría la necesidad de morir. La nota de Alford sobre este
pasaje es como sigue:
"Las palabras presuponen, como Pablo siempre
lo hace cuando habla incidentalmente, que él sobreviviría
para presenciar la venida del Señor. El cambio del polvo de la tierra
en la resurrección, como quiera que acomodemos la expresión
a él, no estaba originalmente contemplado por él".
LA CERCANÍA DE LA PARUSÍA
Fil. 4:5.
"El Señor está cerca".
Aquí el apóstol repite la bien conocida consigna
de la iglesia primitiva: "El Señor está cerca", equivalente
al "Maranatha" de 1 Cor. 16:22. Dudar de su plena convicción de
la cercanía de la venida de Cristo es incompatible con el debido
respeto al claro significado de las palabras; poner esta convicción
como un error es incompatible con el debido respeto por su autoridad e
inspiración apostólicas.
Volver