EL MENSAJE DEL PRIMER ÁNGEL
o
EL JUICIO INVESTIGADOR
Parte 2
E. S. Ballenger
21
Tomado de Truth
or Fables
El J. I. se sostiene o cae a causa
del significado del término "del velo adentro". Por más de
88 años, la denominación ha enseñado que "del velo
adentro" quiere decir en el lugar santo, o primer compartimiento del templo
celestial. Las pruebas de esto forman legión, pero, a causa del
limitado espacio, presentaremos sólo un testimonio, pero uno que
ningún Adventista del Séptimo Día se atreverá
a disputar. Citamos de
El Gran Conflicto, p. 420.
"El ministerio sacerdotal durante
todo el año en el primer compartimiento del santuario, 'del velo
adentro,' que formaba la puerta y separaba el lugar santo del atrio exterior,
representa la obra del ministerio que Cristo inició a su ascensión".
Pero, si puede demostrarse por las
Escrituras que la expresión "del velo dentro" se aplica al compartimiento
santísimo del santuario, entonces Cristo entró al lugar santísimo
a su ascensión, y el argumento de que Él esperó hasta
el 22 de octubre de 1844 antes de entrar al lugar santísimo del
santuario celestial se cae por su base.
"Del velo adentro" es una expresión
bíblica. Por lo tanto, debemos ir a la Biblia para ver lo que significa.
Mi hermano Adventista del Séptimo Día, ¿está
Ud. dispuesto a poner a prueba su interpretación por medio de este
patrón y atenerse a la evidencia?
22
La frase "del velo adentro" sólo
se encuentra una vez en el Nuevo Testamento, pero aparece cinco veces en
el Antiguo. Siendo un término prestado de los tiempos del servicio
en el tabernáculo, por necesidad tenemos que ir al Antiguo Testamento
en busca de una explicación de su significado. Para comodidad del
lector, reproducimos cada uno de los ejemplos de su uso en el Antiguo Testamento
en el orden en que aparecen.
Éx. 26:33. "Y pondrás
el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo
adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación
entre el lugar santo y el lugar santísimo".
Lev. 16:2. "Y Jehová dijo
a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre
en el santuario
detrás del velo, delante del propiciatorio
que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré
en la nube sobre el propiciatorio".
Lev. 16:12. "Después tomará
un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová,
y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará
detrás
del velo".
Lev. 16:15. "Después degollará
el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y
llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará
de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá
sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio".
Núm. 18:7. "Mas tú
y tus hijos guardaréis vuestro sacerdocio en todo lo relacionado
con el altar, y del velo adentro".
23
Aquí tenemos cinco versículos
en lo cuales ocurre la expresión "del velo adentro". No hay otros
ejemplos en el Antiguo Testamento. En todos los casos, sin ninguna excepción,
el término se refiere al lugar santísimo. Desafiamos a cualquiera
a que niegue esto.
Fuera del velo
Si del velo adentro se refiere
al segundo compartimiento, entonces fuera del velo debe aplicarse
al primer compartimiento, en el cual estaban el candelabro, el altar del
incienso, y la mesa con los panes de la proposición. La expresión
se encuentra cuatro veces en la Biblia. Las reproducimos todas. Éx.
26:35. "Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero
enfrente de la mesa al lado sur del tabernáculo; y pondrás
la mesa al lado norte".
Éx. 27:20,21. "Y mandarás
a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas,
para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas.
En el tabernáculo de reunión, afuera del velo, que
está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón
y sus hijos".
Éx. 40:22. "Puso la mesa
en el tabernáculo de reunión, al lado norte de la cortina,
fuera
del velo".
Lev. 24:3. "Fuera del velo del
testimonio, en el tabernáculo de reunión, las dispondrá
Aarón [las lámparas] desde la tarde hasta la mañana
delante de Jehová; es estatuto perpetuo perpetuo por vuestras generaciones".
Tan ciertamente como el término
"dentro del velo" se refiere al lugar santísimo, el término
"fuera del velo" se refiere al lugar santo. No hay excepciones.
Delante del velo
Tanto "delante del velo" como "fuera
del velo" se refieren siempre al primer compartimiento. No se usa sino
cuatro veces, como sigue:
Éx. 30:6. "Y lo pondrás
[el altar de incienso] delante del velo que está junto al
arca del testimonio".
Éx. 40:26. "Puso también
el altar de oro en el tabernáculo de reunión, delante
del velo".
Lev. 4:6. "Y mojará el sacerdote
su dedo en la sangre, y rociará de aquella sangre siete veces delante
de Jehová, delante del velo del santuario". El versículo
17 es un duplicado del seis.
La palabra "velo", aplicada al tabernáculo,
se encuentra 22 veces en el Viejo Testamento, y en cada caso se aplica
a la cortina entre el primer y segundo compartimientos. Es verdad que la
puerta del tabernáculo era una cortina, pero los escritores del
Antiguo Testamento nunca la llaman velo, mucho menos "el velo".
Se la llama "colgaduras para la puerta" o "la puerta del tabernáculo";
y "delante de la puerta del tabernáculo" siempre se refiere al atrio,
enfrente del tabernáculo.
25
El velo en el Nuevo Testamento
La palabra "velo", referida al templo,
se encuentra seis veces en el Nuevo Testamento. En Mat. 27:51, Mar. 15:38,
y Luc. 23:45, encontramos el relato de la rasgadura del velo a la muerte
de Cristo. Que el velo en estos tres evangelios se refiere a la cortina
entre el primer y segundo compartimientos, ningún Adventista leal
se atrevería a negarlo, porque la Sra. White dice: "En el instante
en que Cristo murió, había sacerdotes ministrando en el templo,
delante del velo que separaba el lugar santo del lugar santísimo.
De repente, sintieron que la tierra tembló bajo sus pies, y el velo
del templo, una fuerte y suntuosa colgadura que se renovaba cada año,
fue rasgada en dos de arriba abajo por la misma mano sin sangre que escribió
las palabras de condenación sobre las paredes del palacio de Belzazar.
El lugar santísimo, al que pies humanos consagrados entraban sólo
una vez al año, quedó expuesto a la mirada del común
de las personas". Spirit of Prophecy, tomo 3, pp. 166, 167. Véase
también El Deseado de Todas las Gentes, pp. 165, 756.
Estas citas muestran que la Sra.
White enseñaba que, cuando el Nuevo Testamento usa el término
"el velo", sin describirlo específicamente, significa la cortina
entre los dos compartimientos. Y que no trate nadie de soslayar la fuerza
de este hecho afirmando que el templo en el tiempo de Cristo no tenía
sino una cortina, porque la Sra. White, por lo menos en dos ocasiones,
hablando de la cortina que se rasgó en el tiempo de Cristo, la llama
"el velo de adentro". Véase El Deseado de Todas las Gentes,
pp. 165, 765. Si era "el velo de adentro," entonces no puede haber sido
el velo exterior.
26
Los otros tres usos del velo en
el Nuevo Testamento se encuentran en la epístola a los Hebreos.
Hebreos: 9:3. "Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo
llamada el Lugar Santísimo". Todos están de acuerdo en que
esto se refiere al lugar santísimo. El hecho de que Hebreos lo llame
"el segundo velo" no tiene importancia alguna. Es sólo para mostrar
que había una cortina en la puerta, lo cual nadie niega.
Heb. 10:20. "Por el camino nuevo
y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es,
de su carne". El versículo 19 muestra que esto se aplica al "lugar
santísimo".
Ahora llegamos al clímax
de la controversia. ¿Qué significa "dentro del velo" en Heb.
6:19, 20? Dice "que penetra hasta dentro del velo; donde Jesús
entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec".
En cada lugar en la Biblia entera
en que se usa la frase "dentro del velo", se refiere sin excepción
al lugar santo. Dondequiera que la palabra "velo" se encuentra en la Biblia
entera en relación con los servicios de sacrificios, significa también,
sin excepción, la cortina entre el primer y segundo compartimientos,
a menos que sea éste en Heb. 6:19. La misma Sra. White define "el
velo", sin describirlo específicamente, como la cortina que divide
los dos compartimientos.
27
Con toda esta colección de evidencias, ¿qué
autoridad tiene alguien para enseñar que "dentro del velo" en Hebreos
6:19 se refiere al primer compartimiento? En todo el mundo religioso, no
hay una sola herejía tan desesperadamente ausente de fundamento
bíblico como la que enseña que "dentro del velo" quiere decir
en el primer compartimiento. Si los Adventistas del Séptimo Día
tienen derecho a enseñar que "dentro del velo" significa en el primer
compartimiento, entonces el que aboga por el domingo tiene igual o mayor
derecho a enseñar que "sábado" en el Nuevo Testamento significa
el primer día de la semana. Y, mi hermano, ellos pueden empujarlo
a Ud. a un rincón muy incómodo, a menos que Ud. corrija este
sobresaliente error garrafal.
¿Qué significa?
Si "dentro del velo" significa en
el lugar santísimo del santuario celestial, entonces Cristo estaba
en el lugar santísimo cuando Pablo escribió la carta a los
Hebreos. Si Cristo estaba en el lugar santísimo en los días
de Pablo, entonces Él
no pasó del lugar santo al lugar
santísimo en 1844.
La idea de que Cristo esperó
hasta 1844 para entrar a la presencia del Padre no sólo es un producto
de la imaginación, puro y sin adulteración, sin la más
leve sombra de apoyo en la Biblia entera, sino que es contraria a la enseñanza
unificada de las Escrituras. Dondequiera que se menciona la posición
de Cristo en el santuario celestial, siempre aparece en el santísimo.
Marcos dice: "Fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra
de Dios. Marcos 16:19. Pedro lo ubica "a la diestra de Dios". Hechos 2:33;
1 Pedro 3:22. Esteban lo vio "a la diestra de Dios". Hechos 7:55. Pablo
reconoce no menos de siete veces que Cristo está "a la diestra de
Dios". Véanse Rom. 8:34; Efes. 1:20; Col. 3:1; Heb. 1:3; 8:1; 10:12;
12:2.
Ningún estudiante bíblico
de este lado de Juan, aparte de los Adventistas del Séptimo Día,
pensó jamás en retener a Cristo en el primer compartimiento
del santuario celestial ni un sólo día después de
su ascensión. Todos los apóstoles, reformadores, y maestros
bíblicos han reconocido que Él está "a la diestra
de Dios", en la misma presencia del Padre, y hacia alli han dirigido sus
oraciones. La Sra. White ciertamente dijo la verdad cuando escribió
que Satanás contestaba todas las oraciones dirigidas al primer compartimiento
del santuario celestial. (Ver Early Writings, p. 261), porque ningún
cristiano bien informado pensó jamás en dirigir sus oraciones
a ningún otro lugar que no sea la mismísima presencia de
Dios, que ha estado siempre en el lugar santísimo. Acusar a
cualquiera que haya orado alguna vez de dirigir sus oraciones al primer
compartimiento es un insulto a su inteligencia; y el que cualquier persona
enseñe que Cristo permaneció en el primer compartimiento
hasta 1844 y que luego se trasladó al segundo compartimiento es
una desgracia para su inteligencia.
29
CAPÍTULO 4
Uso de los libros en el juicio
"El libro de la vida"
El "libro de la vida" juega un papel
importante en el estudio del juicio investigador. Esta expresión
se encuentra ocho veces en el Nuevo Testamento; siete de ellas están
en el libro de Apocalipsis.
Dios promete al "que venciere" que
Él "no borrará su nombre del libro de la vida" (Apoc. 3:5),
pero advierte que "quitará su parte del libro de la vida" a cualquiera
que quite algo de las palabras del libro de esta profecía". Apoc.
22:19.
"Todos los moradores d ela tierra
se maravillarán" (17:8) y "adorarán" a la bestia, "cuyos
nombres no estaban escritos en el libro de la vida" (13:8), y "todos los
que no se hallaron inscritos en el libro de la vida fueron echados en el
lago de fuego" (20:15). "Los que están inscritos en el libro de
la vida del Cordero" tendrán el privilegio de entrar en la ciudad.
(2:27). El libro de la vida se abre cuando los muertos son juzgados. (20:12).
El mensaje del tercer ángel
es una advertencia contra "los que adoran a la bestia y a su imagen". Esta
advertencia se da antes de que termine el tiempo de oportunidad. La entrega
de este mensaje completa la división del mundo en dos clases: aquéllos
cuyos nombres stán escritos en el libro de la vida, y los que adoran
a la bestia y a su imagen. El libro de la vida determina quiénes
han de ser salvos, sin ninguna investigación.
30
¿Cuándo son registrados
los nombres
en el libro de la vida?
Cuando los discípulos regresaron
de su viaje misionero, se regocijaron de que los demonios les estaban sujetos
en el nombre de Cristo. Jesús les dijo: "No os regocijéis
de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros
nombres están escritos en los cielos". Lucas 10:20. ¿Cuándo
habrían de regocijarse? ¿Cuándo serían sus
nombres escritos en los cielos? Seguramente tenían el privilegio
de regocijarse en ese momento, porque en ese tiempo sus nombres estaban
registrados en el libro de la vida.
Pablo escribió a los filipenses:
"Ayuda a estas mujeres que combatieron juntamente conmigo en el
evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores
míos, cuyos nombres están en el libro de la vida". Fil. 4:3.
¿Cuándo fueron sus nombres escritos en el libro de la vida?
Evidentemente, antes de que el apóstol Pablo escribiera esa carta.
Si permanecieron fieles hasta la muerte, entonces sus nombres todavía
están allí. Entonces, ¿está Dios obligado a
examinar cada obra de sus vidas para decidir si estas personas "son dignas
de tomar parte en la primera resurrección?"
Daniel dice: "En aquel tiempo será
libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro". 12:1.
Si el nombre de cada uno que ha
creído es escrito en el libro de la vida cuando cree, y el libro
de la vida determina quién se salvará, entonces ¿cuál
es el propósito de que Dios tome tiempo para examinar el registro
de cada nombre, y determinar quién será salvo?
"Los
libros se abrieron"
La Palabra de Dios enseña
claramente que habrá un juicio, y que se usarán libros en
ese juicio. Este hecho aparece claro tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamentos. En Apoc. 11:18, Juan nos describe este juicio con los sucesos
relacionados. "Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo
de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los
profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños
y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra".
Este juicio se describe nuevamente
en Apocalipsis 20:12: "Y vi los muertos, grandes y pequeños, de
pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto,
el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas
que estaban escritas en los libros, según sus obras". Daniel traza
otra imagen de la misma escena. Véase Dan. 7: 9,10.
Nótese que son los muertos,
y los muertos solamente, los que han de ser juzgados cuando se abran los
libros. James White enseñó la verdad cuando escribió
que este juicio no comenzó sino hasta después de la resurrección.
Este juicio no comienza sino hasta que el cielo declare: "El que es injusto,
sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía;
y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo,
santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto". Apoc.
22:11,12. Este decreto sale antes del regreso del Maestro y ciertamente
falla cada caso en cuanto a la salvación. Por lo tanto, cuando los
libros se abran, no será para decidir quiénes habrán
de ser salvos.
32
¿Con qué propósito
se llevan los libros?
Si los libros no se llevan con el
propósito de determinar quiénes han de ser salvos, entonces,
¿para qué son? Ciertamente Dios no necesita un juego de libros
como guía para tomar decisiones, porque, como dijo el pastor White,
"los nombres de los santos están escritos en el cielo, y Jesús
y los ángeles ciertamente saben a quiénes habrán de
levantar y reunir en la Nueva Jerusalén".
"Hemos llegado a ser espectáculos
para el mundo, los ángeles, y los hombres". 1 Cor. 4:9. Las inteligencias
en el cielo, no sólo comprenden nuestras acciones, sino que pueden
leer los pensamientos y los motivos que dan lugar a nuestras acciones.
No así el hombre, que no puede ver detrás de las acciones,
ni puede ver los esfuerzos del Espíritu de Dios con los hombres
pecadores. Muchos hombres y mujeres aparecen a nuestros ojos como muy santos,
mientras de corazón son de lo más corruptos. Si, cuando lleguemos
al cielo, algunos de nuestros seres queridos o amigos, que nos parecían
honestos cristianos, no están allí, nos sentiremos perplejos
y preguntaremos por qué.
33
Si no tuviéramos manera de
enterarnos de los hechos, tendríamos razón en preguntarnos
si Dios fue justo al excluirlos. El propósito de los libros es el
de instruir a los redimidos; y cuando hayamos examinado sus registros,
y hayamos visto cómo Dios hizo todos los esfuerzos posibles por
salvarlos y ellos rechazaron todos Sus esfuerzos, entonces nos sentiremos
satisfechos con la justicia de Dios y cantaremos al unísono: "Justo
eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios". Sal. 119:137.
Los santos han de tomar parte en
el juicio. (Véase 1 Cor. 6:3). Este hecho nos obliga a una de dos
conclusiones: O la gente a quienes Pablo les escribía se fueron
al cielo antes de 1844, o el Juicio Investigador no comienza sino hasta
después de la resurrección.
Oigo a alguien citar Romanos 14:10:
"Todos compareceremos ante el tribunal de Cristo," y a partir de allí
argumentar que tanto los justos como los impíos deben ser juzgados.
Si un juzgado tuviera sólo la función de investigar o sopesar
evidencia, tal aplicación se justificaría; pero un juzgado
es tanto un lugar donde se dicta sentencia como un lugar donde se investiga.
Debemos comparecer delante de Cristo para que recibamos nuestra sentencia.
Los justos reciben sus coronas y
los impíos sus sentencias de muerte. Si Ud. objeta esta explicación
porque los dos sucesos están separados por mil años, entonces
explique Juan 5:28,29. "Vendrá hora cuando todos los que están
en los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno, saldrán
a resurrección de vida, mas los que hicieron lo malo, a resurrección
de condenación". Aquí las dos resurrecciones, que están
separadas por mil años, son descritas como teniendo lugar en una
hora. Vale la pena notar que la palabra "condenación" en este texto
fue traducida de la misma palabra griega que se traduce como "juicio" en
el mensaje del primer ángel.
CAPÍTULO 5
El juicio investigador
desnaturaliza el Evangelio
El que cree en el juicio investigador
como lo enseña la denominación no puede tener un concepto
del evangelio, mucho menos disfrutar de sus bendiciones. Los dos son tan
opuestos entre sí como el pecado y la justicia.
El evangelio es la buena nueva de
la salvación del pecado por medio de la fe en los méritos
redentores de Cristo. Todo el que conoce y acepta el evangelio tiene la
certeza de que es "acepto en el Amado;" sabe que tiene la salvación.
¿Cómo puede alguien disfrutar de la buena nueva, si tiene
que esperar hasta que Dios examine los libros para ver si la persona es
digna de la salvación? Si Dios no sabe quiénes han de ser
salvos sino hasta que Él examine los libros, entonces ciertamente
ninguno de Sus hijos puede saberlo sino hasta que el J. I. haga su informe.
35
Esta es una de las razones -- si
no la razón -- de que la denominación nunca supiera
nada acerca de la "justificación por la fe por cuarenta y cinco
años, y luego cuando les fue presentada en la Conferencia de Minneapolis
en 1888, no la aceptaron". (Para leer acerca de que fue rechazada, véase
Christ
Our Justice [Cristo Nuestra Justicia], p. 86, y Testimonies to Ministers,
pp. 79, 80, 97, 401). Los que rechazaron la "justificación por la
fe" ejercitaron su buen juicio mientras creían y enseñaban
el J. I.
Lector, pídale a sus dirigentes
que armonicen su teoría del J. I. con los siguientes textos:
"El que tiene al Hijo tiene la vida;
y el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida". 1 Juan 5:12.
"De cierto, de cierto os digo: El
que cree en mí, tiene vida eterna". Juan 6: 47.
"El que cree en el Hijo tiene vida
eterna; pero el que rehusa creer en el Hijo de Dios no verá la vida,
sino que la ira de Dios está sobre él". Juan 3: 36.
"El que en él cree no es
condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído
en el nombre del unigénito Hijo de Dios". Juan 3:18.
"De cierto, de cierto os digo: El
que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y
no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida".
Juan 5:24, American Standard Version.
36
Los dos versículos de la
American Standard Version son fieles al original griego. La palabra "condenación"
en Juan 5:24 fue traducida de la misma palabra griega que se tradujo "juicio"
en el mensaje del primer ángel.
"El que cree en el Hijo tiene
vida eterna," y "no vendrá a condenación"; mientras
"el que no cree en el Hijo no tiene la vida," y "ya ha sido condenado".
Esta es una condición presente, cuando uno "cree," y no algo que
uno anhela después del juicio investigador.
Si los creyentes ya tienen "vida
eterna", y los incrédulos "ya han sido condenados", Dios seguramente
lo sabe. Entonces, ¿cuál es el propósito de que Dios
se pase más de 100 años examinando los libros "para determinar
quiénes están preparados para el reino de Dios," como enseña
la denominación?
El J. I. le roba a uno el gozo del
evangelio, y empequeñece a Dios, reduciéndolo a un mero hombre,
y un hombre de segunda categoría además, porque todo negocio
bien administrado lleva las cuentas de sus servidores o patrocinadores
estrictamente al día.
Hablando del J. I., la Sra. White
dice: "Al abrirse los libros de registro en el juicio, las vidas de los
que han creído en Jesús pasan en revista delante de Dios.
Comenzando por los que primero vivieron en la tierra, nuestro Abogado presenta
los casos de cada generación sucesiva, y cierra con los vivos. Cada
nombre es mencionado, cada caso investigado minuciosamente". Gran Conflicto,
p. 493. De acuerdo con esto, los nombres de todas las personas dignas,
desde Abel hasta Juan, tendrán que ser examinados en el J. I., que
comenzó en 1844.
37
De acuerdo con Pablo, Abel no sabía
nada del J. I. o bien tenía el "testimonio" equivocado. Escuchemos
el testimonio de Pablo: "Por la fe Abel ofreció
a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó
testimonio de que era justo". Heb. 11:4. De hecho, lo mismo se dice de
la lista entera que se menciona en este capítulo once. "Y todos
éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe ... Versículo
39. ¿Qué era falso testimonio? "Dios no lo quiera". Cuán
ridículo es enseñar que los nombres de Abel, Abraham, José,
Moisés, los dos Juanes, Pedro, Pablo, Timoteo, y todos los otros
a quienes Dios usó con poder, tienen que ser examinados en el J.
I. para determinar si están "preparados para el reino de Dios".
Es aún más ridículo pensar que Dios tuvo que esperar
hasta Oct. 22 de 1844 para saber si Abraham, Moisés, y Pablo estaban
"preparados para el reino".
Si los escritores bíblicos
se hubieran enterado del J. I., ciertamente habrían puesto un codicilo
a algunas afirmaciones. Pablo debería haber dicho: "Todo el que
invocare el nombre del Señor será salvo" si no se cae en
el J. I. Rom. 10:13.
38
"He peleado la buena batalla, ha acabado la carrera, he
guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona
de justicia", si no la pierdo en el J. I. 2 Tim. 4: 7,8.
Y Juan debería haber dicho: "Bienaventurados los
muertos que mueren en el Señor", si pasan el J. I. Apoc. 14: 13.
"Vi bajo el altar las almas de los que habían sido
muertos por causa de la palabra de Dios, y por el testimonio que tenían
... Y se les dieron vestiduras blancas" después de 1844, si pasan
el J. I. Apoc. 6: 9,11.
Sin duda algunos de nuestros críticos nos acusarán
de ser sacrílegos; pero, si aplicar un dogma es sacrilegio, qué
diremos del dogma que requiere una aplicación tal? De ninguna otra
manera puede hacerse que estos y otros textos se ajusten al dogma del J.
I.
Si el J. I. es un hecho, entonces los cristianos a través
de las edades han estado engañados al regocijarse en las promesas
de Dios. ¿De qué le sirven las siguientes promesas a alguien
que cree en el J. I.?
"Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo
alejar de nosotros nuestras rebeliones". Sal. 103:12.
"Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla
tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí".
Isa. 44: 22.
"Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus
pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá
de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio
en perdonar". Isa. 55: 7. El propósito es que esta promesa se aplique
mientras el penitente puede pensar, y no está restringida al período
después de 1844.
"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". 1 Juan 1:9.
¿Cuándo? Con toda seguridad, cuando uno confiesa, no durante
el J. I. Si un pecador es perdonado y limpiado cuando confiesa, ¿deben
Dios y él esperar hasta que su caso sea decidido en el J. I. antes
de poder regocijarse por haber sido perdonado y limpiado?
¿Cuándo hay "gozo en el cielo por un pecador
que se arrepiente", cuando se arrepiente o después de que pasa la
prueba del J. I.?
Capítulo 6
CONCLUSIÓN
Construyendo sobre una traducción
defectuosa
Los Adventistas del Séptimo
Día han sido confirmados en su error por un estudio superficial
de Hechos 3:19: "Así que, arrepentíos y convertíos,
para que sean borrados vuestros pecados; cuando vengan de la presencia
del Señor tiempos de refrigerio". Sobre esta desafortunada traducción,
han fortalecido su creencia de que los pecados de los justos no son borrados
sino hasta justo antes de la venida del Señor, o durante el J. I.
Si
hubiesen consultado cualquier traducción fiable, habrían
descubierto su error.
40
La Revised Version y la American Standard Version
vierten este pasaje así: Arrepentíos, por lo tanto, y volveos,
para que vuestros pecados puedan ser borrados, para que vengan tiempos de
refrigerio de la presencia del Señor". Con esto concuerdan no menos
de una docena de otras traducciones que hemos consultado; de hecho, la
traducción católica es la única que concuerda con
la Authorized Version.
"Los tiempos de refrigerio de la presencia del Señor"
es una inmediata y frecuente bendición para cada cristiano, y no
un suceso futuro asociado solamente con la venida del Señor. El
que nunca ha experimentado un "tiempo de refrigerio del Señor" y
lo está postponiendo hasta que venga el Maestro, sabe poco del gozo
de la vida cristiana.
En Gospel Workers, p. 302, la Sra. White dice:
"Hemos de ser establecidos en la fe, a la luz de la verdad que se
nos ha dado en nuestras primeras experiencias ... Escudriñamos las
Escrituras con mucha oración, y el Espíritu Santo trajo la
verdad a nuestras mentes ... El poder de Dios vino sobre mí, y pude
definir claramente lo que es verdad y lo que es error.
"Al ser establecidos así los puntos de nuestra
fe, nuestros pies fueron colocados sobre un sólido fundamento. Aceptamos
la verdad punto por punto, bajo la demostración del Espíritu
Santo. Fui arrebatada en visión, y se me dieron explicaciones".
41
Aquí tenemos un cuadro de
los pioneros, incluyendo a la Sra. White, que pasaban, como ella dice,
noches enteras en oración y estudio de la Palabra, y entonces el
Espíritu Santo trajo la verdad a sus mentes, y la Sra. White fue
arrebatada en visión y fue capacitada para "definir claramente lo
que es verdad y lo que es error". El Sr. y
la Sra. White, y otros, estudiaron las Escrituras con mucha oración,
y, como ellos afirman, el Espíritu Santo les reveló que el
J. I. "ciertamente es sin fundamento en la palabra de Dios"; y
que los que enseñaban que este juicio comenzó en 1840 o 1844
estaban equivocados; que el Espíritu Santo les reveló lo
que le fue revelado a Daniel (7:9-11) que el juicio no podía comenzar
sino hasta que los santos fuesen hechos inmortales, y viniera el "Anciano
de Días", y el "cuerno pequeño"
dejase de prevalecer, lo cual no será hasta que sea destruído
por el resplandor de la venida ded Cristo"; que el Señor le reveló
a Pablo que "el Señor Jesucristo juzgará a los vivos y
a los muertos cuando apareciere (no antes)", y que por lo tanto el mensaje
del primer ángel "no prueba que el día del juicio vino en
1840 o 1844, ni que ocurrirá antes de la segunda venida".
Así, fue establecido en "los
primeros días del mensaje" por "los pioneros" bajo "el poder del
Espíritu Santo", y fue confirmado por la Sra. White en visión,
así como por Pablo y Daniel, que el
J. I. "es ciertamente sin fundamento en la palabra de Dios", y que el mensaje
del primer ángel no enseña que el J. I. ocurrirá "antes
del segundo advenimiento" porque tal juicio es innecesario, puesto que
Jesús y los ángeles ciertamente sabrán a quién
habrán de resucitar y reunir en la Nueva Jerusalén, sin un
juicio investigador.
Así, se ve claro, a partir
de sus propias enseñanzas, que estamos sobre el "firme fundamento"
establecido por "los pioneros" en los "primeros días del mensaje"
y que estamos "contendiendo ardientemente por la fe que una vez fue entregada
a 'los pioneros', mientras que los White y sus seguidores, desde 1858,
son los "herejes," que se han apartado del seguro fundamento establecido
por los pioneros y su profeta. Es contra ellos, no contra "la Reunión
de los Llamados Herejes,"contra quienes se debería proclamar una
advertencia de que no están sólidamente asentados en la fe.
De acuerdo con sus enseñanzas
actuales, el único suceso que marcó la terminación
del gran período profético de los 2,300 días fue el
anuncio del paso de Cristo del primer al segundo compartimiento en el santuario
celestial para comenzar la purificación del santuario celestial
y un J. I. De acuerdo con sus enseñanzas, éste es el período
profético más importante enla Biblia entera. Este sucso entronizó
"el más grande y más importante movimiento religioso que
el mundo haya presenciado jamás".
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Sin embargo, la piedra angular de
éste, el mayor movimiento en la historia del mundo, no fue creído
ni enseñado por la denominación durante doce años
después de la terminación de este gran período. Este
gran movimiento había pasado a la historia por doce años,
antes de que la organización respaldara la invención del
J. I.
De acuerdo con la posición
presente de ellos, el gran despertar religioso que Dios instituyó
bajo el liderazgo de William Miller, el movimiento que Dios había
bendecido y dirigido tan maravillosamente, que marcó el comienzo
del "mayor movimiento religioso que este mundo jamás hubiese presenciado",
nunca siquiera avistó el gran suceso que marcó la terminación
de los 2,300 días hasta años después de que el movimiento
había pasado a la historia como un gran engaño. No sólo
no fue dado al mundo, sino que fue firmemente combatido por los pioneros
por lo menos por seis años después de 1844; y no fue enseñado
por la organización por 12 años después de que el
gran suceso había pasado a la historia. ¿Puede algo ser más
inconsistente? ¿Podía Dios ser puesto en una posición
más ridícula que la de registrar en Su Palabra el período
profético más largo y más importante en la Biblia
entera, y luego iniciar un gran movimiento mundial para proclamar la terminación
de ese período sin revelarles a sus mensajeros, que estaban anunciando
el mensaje al mundo, el suceso que Dios tenía el propósito
de que marcara la terminación de éste, el "mayor y más
importante" período, por 12 años después de que el
período terminó?
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Entonces, cuando por fin se decidieron
por un suceso que marcara la terminación de este período,
doce años después del fracaso del gran despertar, fue "sin
fundamento en la Palabra de Dios". Era, no sólo sin fundamento en
la Palabra de Dios, sino directamente contrario al espíritu del
evangelio. No se debe perder de vista el hecho de que, de acuerdo con su
propia actual enseñanza, el único suceso que marca la terminación
de los 2,300 días es el J. I. Hay que recordar también que
James White usó todos los textos bíblicos, que ahora se usan
para sustentar el J. I., para mostrar que ningún juicio comenzó
en 1840 o 1844.
La invención anti-bíblica
del J. I. ha llevado a muchos hombres inteligentes a las meteduras de pata
más inexcusables. De hecho, su posición acerca del mensaje
del primer ángel ha producido una abundante cosecha de posiciones
insostenibles. Principal entre éstas es su posición sobre
la expiación, que los conduce a enseñar que: El día
de expiación comenzó en 1844.
"La intercesión de Cristo
a favor del hombre en el santuario celestial es tan esencial al plan de
salvación como su muerte en la cruz". El Gran Conflicto,
p. 489.
Cristo no hizo la expiación
cuando derramó su sangre en la cruz. Que este hecho quede fijado
en la mente para siempre". Uriah Smith, Looking
Unto Jesus, p. 237.
"De hecho, nuestros pecados son
transferidos al santuario celestial por la sangre de Cristo," contaminando
así el santuario". Spirit of Prophecy, tomo 4, p. 266.
Esta misma "sangre borra los pecados
de su pueblo del santuario celestial," purificando así el santuario".
Do.,
p. 267. Sp. of P., tomo 4, p. 266.
Satanás lleva los pecados
de los redimidos.
Do. p. 267, El Gran Conflicto, p. 422.
Esta lista podría continuar
a discreción, pero nuestro limitado espacio no lo permite.
Hemos mostrado que ningún
tipo de juicio comenzó en 1844; que ningún tipo de mensaje
angélico se dio durante el movimiento de Miller. Por lo tanto, el
mensaje del primer ángel nunca se ha dado, y, en consecuencia, no
hay nada que marque la terminación de ningún período
profético en 1844. Si el mensaje del
primer ángel no ha sido dado, ¿qué acerca del segundo
y el tercero?
Nadie puede obtener una correcta
interpretación del comienzo de la historia de la denominación
sin leer los primeros tres documentos publicados conjuntamente por los
pioneros. Estos documentos representan las enseñanzas y actividades
de los dirigentes Adventistas durante por lo menos los primeros siete años
después del gran chasco. Nunca han sido honestamente presentados
al laicato, ni correctamente reproducidos en sus publicaciones o los libros
anunciados comúnmente. Contienen hechos negados por muchos de sus
dirigentes y groseramente desfigurados por su primer historiador. Estos
documentos son:
A Word to the Little Flock: Un
folleto de 24 páginas, publicado por James White en 1847. Contiene
la primera visión de la Sra. White completa, e incluye porciones
que fueron dejadas fuera de todas las primeras ediciones de Early Writings
[Primeros Escritos].
The Present Truth: Una serie
de once números de una publicación periódica de 8
páginas, editados por James White desde julio de 1849 hasta noviembre
de 1850. También contiene algunas visiones de la Sra. White, que
nunca han sido republicadas completas en ninguno de sus libros.
The Advent Review: Publicado
por James White y otros cuatro pioneros, en 1850. Contiene 48 páginas,
y en su mayor parte está dedicado a acusar a los Adventistas del
Primer Día de apartarse de la verdad porque rehusaron creer que
"la puerta de la misericordia" se había cerrado para todo el mundo
el 22 de octubre de 1844, y estaban trabajando por la salvación
de los pecadores.
NOTA: Por Robert K. Sanders.
De acuerdo
con la enseñanza anti-bíblica de Ellen G. White, el juicio investigador ha estado
teniendo lugar por 155 años, hasta el año de 1999. ¿Cree
Ud. realmente que Dios necesita 155 años o más para juzgar
al mundo y determinar quiénes serán salvos y quiénes
se perderán? ¿Notó Ud. que los santos enumerados en
Hebreos 11 fueron juzgados dignos de entrar en la ciudad construída
no con mano antes del juicio investigador de Ellen G. White? Efe. 1:4 da
a entender claramente que Dios conoce a los salvados antes de la creación
del mundo. "Según nos escogió
en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos
santos y sin mancha delante de él".
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