MI RENUNCIA AL ADVENTISMO
DEL SÉPTIMO DÍA
Dudley Marvin Canright, 1914
Capítulo 13
EL SÁBADO EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO
Tomado de The
Interactive Bible
El sábado en el Génesis
El sábado no se menciona
por nombre en el libro de Génesis, ni antes del tiempo de Moisés.
Gén. 2: 1-3 dice que Dios completó la creación en
seis días y reposó en el séptimo día; y que
bendijo y santificó el séptimo día "porque en él
reposó". Acerca de esta frase: 1.) El día no era santo en
sí mismo. 2.) El reposo de Dios en ese día no lo convertía
en santo. 3.) Dios santificó, o hizo santo, el séptimo día
porque en él HABÍA reposado. Su reposo había pasado
y terminado antes de que bendijera ese día 4.) En cuanto a
exactamente CUÁNDO bendijo Dios el día, el registro no lo
dice claramente. Algunos sostienen que Dios santificó el día
allí mismo en el Edén y en ese momento. Otros argumentan
que esto no se hizo sino hasta el éxodo. Ambos lados presentan argumentos
plausibles, pero el hecho simple de que la mayoría de los hombres
piadosos y eruditos han discrepado siempre acerca de la institución
del sábado en el Edén debería enseñarnos a
ser cautos acerca de construir una teoría sobre un texto debatido
tan escaso en afirmaciones y tan lejano en el tiempo. Con toda justeza,
debería aceptarse que el tiempo específico en que el sábado
fue santificado ciertamente no puede establecerse a partir de este texto.
El Diccionario Bíblico de
Smith correctamente dice: "Es en Éx. 16: 23-29 donde encontramos
la primera incontrovertible institución de ese día". Art.
Sábado. Del argumento en Gén. 2: 1-3 para la institución
del sábado en el Edén, dice: "Todo el argumento es muy precario.
No hay mandamiento en Gén. 2 para guardar el sábado. Para
eso, tenemos que buscar en algún otro lugar. Algunos aducen que
la santificación del séptimo día que se menciona allí
ocurrió por anticipado. Como Moisés escribió estos
libros después de que llegó a Sinaí, después
de que el sábado había sido dado en el desierto, él
menciona aquí una razón de por qué Dios les dio el
séptimo día, vale decir, porque Dios mismo había dado
el ejemplo en la creación; había trabajado seis días
y descansado el séptimo. Tal uso del lenguaje es común. Decimos
que el General Grant nació en tal fecha. No queremos decir que era
general en esa fecha, sino que lo mencionamos por anticipado, usando un
título que ostentó después". Así sucede en
Gén. 3: 20: "Adán llamó el nombre de su mujer Eva,
porque ella era madre de todos los vivientes". Aquí tenemos un hecho
futuro afirmado como si ya hubiese ocurrido. Así también,
en I Samuel 4: 1, los judíos "acamparon junto a Eben-ezer". Pero
el lugar no fue llamado Eben-ezer sino hasta años después.
Véase también I Sam. 7: 12. "Judas Iscariote, que llegó
a ser el traidor". Lucas 6: 16. Aquí un hecho futuro relacionado
con Judas se menciona cuando primero se habla de él, aunque el acto
de la traición no tuvo lugar sino años más tarde.
De la misma manera, cuando el séptimo día se menciona por
primera vez, se menciona su santificación, aunque ésta no
ocurrió sino después. Debemos admitir que esto puede haber
ocurrido así.
Éx. 20: 8 dice: "Acuérdate
del día de reposo", etc. Los sabadistas afirman que esto muestra
que el sábado existía desde la creación. No lo prueba,
porque el sábado había sido dado algunas semanas antes de
que se diera el decálogo. Así que esto puede referirse sólo
a Éx. 16, cuando el sábado se menciona por primera vez. O,
lo que es evidentemente la verdad acerca de esto, puede que se refiera
a la observancia del sábado como ocurre semana tras semana. "Acuérdate",
no olvides guardar el día de sábado.
Ahora, capaces eruditos cristianos
generalmente sostienen que los días de la creación fueron
períodos indefinidos de tiempo. Hay mucho que sustenta esta idea.
Los sabadistas mismos admiten esto. Así, A. H. Lewis, D. D., Bautista
del Séptimo Día, editor y autor de varias obras críticas
acerca del sábado, dice: "Comprendemos que la semana de la creación
fue infinitamente más larga que nuestra semana de siete días
de veinticuatro horas". El Sábado y el Domingo, pág. 8. Pero
este hecho es fatal para su teoría del séptimo día
específico; porque, si los días de Dios no son días
de veinticuatro horas como los nuestros, entonces no reposamos y no podemos
reposar en el mismo día específico en que Él lo hizo.
Por eso, sólo podemos usar la semana de Dios como modelo - seis
días de trabajo, descanso el séptimo.
Los sabadistas piensan que el cuarto
mandamiento designa el día idéntico en el que Dios mismo
reposó. Pero esto no está tan claro como ellos afirman. "El
séptimo día es reposo para Jehová tu Dios". Éx.
20: 10. Esto es, el día es de reposo del Señor; por eso,
debe ser el día en el cual Él mismo reposó, dicen.
Pero eso no se infiere necesariamente. El lenguaje simplemente afirma que
ese día pertenece a Dios. Tómese, por ejemplo, el día
de la pascua: "A los catorce días del mes será la pascua
de Jehová". Núm. 28: 16. ¿Guardó el Señor
la pascua ese día? Difícilmente. Nuevamente: "Estas son las
fiestas solemnes de Jehová". Lev. 23: 4. ¿Guardó el
Señor estos días de fiesta? Ciertamente que no. El lenguaje
simplemente afirma que esos días son sagrados para Dios, y eso es
todo lo que Éx. 20: 10 afirma del séptimo día. La
versión revisada da la idea claramente: "El séptimo día
es un sábado PARA EL SEÑOR tu Dios".
Allá en el borroso pasado,
los sucesos de una época están cubiertos por una sola línea
en la Biblia. Es imposible ahora establecer exactamente cómo fue
todo aquello. Esos tiempos antes de Cristo se han comparado con las sombras,
Col. 2: 17, y con la luz de la luna, Apoc. 12: 1, mientras el evangelio
ha sido comparado con el sol. Apoc. 12: 1. ¿No es más seguro
para nosotros caminar a la luz del sol que ir tanteando a la luz de la
luna y en las sombras del pasado? Pero los sabadistas dependen mayormente
de argumentos sacados de esos remotos tiempos de oscuridad, mientras en
el Nuevo Testamento encuentran poco apoyo para sus teorías, pero
mucho que explicar.
No hay ninguna afirmación
en el sentido de que alguno de los patriarcas guardara el sábado
o supiera algo acerca de él. Los sabadistas dicen que el registro
es tan breve que esto fue omitido. ¡Entonces, su prueba es LO QUE
FUE DEJADO FUERA!
Aunque el registro desde Adán
hasta Moisés cubre un período de 2500 años; aunque
parecemos tener un relato completo de las costumbres religiosas y el culto
de los patriarcas, como Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José,
etc.; aunque se nos habla de la circuncisión, el altar, los sacrificios,
los sacerdotes, el diezmo, el juramento, el matrimonio, los días
de fiesta, etc., nunca se nos dice ni una sola palabra de que alguno de
ellos guardara el sábado. Esto no prueba positivamente que no lo
guardasen, pero muestra una fuerte probabilidad contra esta observancia.
Esta es la suma de lo que honestamente puede decirse del sábado
en Génesis. Cuando los hombres regresan al Génesis para buscar
su principal argumento en favor del sábado, ¿no es eso andar
un largo camino para encontrar poco sobre lo cual establecer un deber cristiano?
¿No sería más sabio y más seguro construir
nuestra fe sobre los claros requisitos del Nuevo Testamento?
El testimonio de hombres eminentes
Justino Mártir, que escribió
sólo 44 años después de la muerte de San Juan, y que
estaba bien familiarizado con la doctrina de los apóstoles, negó
que el sábado se originara en la creación. Así, después
de nombrar a Adán, Abel, Enoc, Lot, y Melquisedec, dice: "Además,
todos aquellos hombres justos ya mencionados, aunque no guardaban el sábado,
agradaban a Dios". Diálogo con Trifón, capítulo 19.
Ireneo dice: "Abraham creyó
a Dios sin circuncisión y sn el sábado". Adv. Hoeres, lib.
4, c. 30.
Tertuliano, en el año 200
D. C.: "Muéstreseme que Adán guardaba el sábado, o
que Abel, al presentar su santa ofrenda a Dios, le agradó por su
observancia del sábado, o que Enoc, que fue trasladado, era un guardador
del sábado". Contra los Judíos, sección 4.
Eusebio, padre de la historia de
la iglesia, dijo en el año 324 D. C.: "Por lo tanto, ellos (los
patriarcas) no acataban la circuncisión, ni guardaban el sábado,
ni lo hacemos nosotros". Hist. Ecle., libro 1, capítulo 4.
A partir de esto, se verá
que la iglesia primitiva no creía que el sábado se originó
en la creación. La misma doctrina ha sido mantenida por hombres
tan eminentes como Paley, Hessey, el obispo Bramhall, etc. Paley dice:
"Ahora, en mi opinión, las transacciones en el desierto, descritas
más arriba, constituían la primera y real institución
del sábado". Citado en los Institutos, de Watson, Vol. II, página
515. El gran John Milton dice: "No se puede establecer si esta institución
se le hizo saber alguna vez a Adán, o si algún mandamiento
relativo a su observancia fue dado antes de que la ley fuera dada en el
Monte Sinaí, mucho menos si tal mandamiento se dio antes de la caída
del hombre". Un Tratado Sobre la Doctrina Cristiana, Vol. I, pág.
299.
John Bunyan dice: "Ahora, en cuanto
a la imposición del séptimo día sábado sobre
los hombres desde Adán hasta Moisés, no encontramos nada
en las Sagradas Escrituras, ni por precepto ni por ejemplo". Obras Completas,
pág. 892. Así, pues, muchas de las mejores mentes no han
podido encontrar una prueba clara de que el sábado fuera guardado
antes de Moisés. Otros, como Clarke, Barnes, Scott, Lange, etc.,
creen que sí lo fue. Nosotros preferimos dejarlo como una cuestión
no decidida.
Concediendo que el sábado
hubiese sido dado a Adán en el Edén, no se sigue que todos
los hombres deben observarlo ahora. Primero. A Adán sólo
se le permitía comer del fruto de los árboles y las plantas.
Gén. 1: 29. El primer permiso para comer carne se le dio a Noé.
Gén. 9: 3. Segundo. Adán habría de cuidar el jardín.
Gén. 2: 15. Tercero. Se le prohibió comer del árbol
del conocimiento. Gén. 2: 17. Cuarto. Se le dio acceso al árbol
de la vida. Gén. 2: 16. Quinto. Adán estaba desnudo. Gén.
2: 25. Todo esto ocurrió en el Edén antes de la caída.
¿Deben todos los hombres comer, trabajar, y vestirse ahora tal como
lo hizo Adán en el Edén? Nadie cree eso. Entonces, no se
sigue que tenemos que guardar el séptimo día aunque Adán
lo hubiese guardado. Este simple hecho demuele el argumento del cual más
dependen los sabadistas.
El sábado en el Éxodo
La primera mención de la
observancia del sábado aparece en Éx. 16. Muchos eminentes
eruditos sostienen que aquí Dios cambió el día de
reposo del séptimo día original al sexto día de la
semana de la creación. Otros sostienen que los judíos, durante
su larga esclavitud en Egipto, habían perdido el sábado,
y que aquí fue renovado; mientras que otros más dicen que
se dio aquí por primera vez. Cualquiera que sea la posición
correcta, es claro que la observancia del sábado era nueva para
los judíos. Algunos hechos son claros. La liberación de Israel
de Egipto marcó una nueva era en la historia de la iglesia y de
Israel. Esto aparece de manera prominente a través de toda la Biblia.
Aquí Dios les da un nuevo año y un nuevo principio de los
meses. "Este mes os será principio de los meses; para vosotros será
éste el primero de los meses del año". Éx. 12: 2.
Por eso, es muy probable que les haya dado un nuevo día de sábado
o que les haya dado uno por primera vez. El relato de su primera observancia
del sábado muestra claramente que no estaban acostumbrados a él.
El Dr. H. C. Benson, el eminente
editor M. E., erudito y autor, dice de Éx. 16: "Es tan explícito
que no deja dudas en cuanto al hecho de que el sábado, como se observó
en el desierto del pecado, no había sido un día santificado
por el Señor antes de ese tiempo". Citado y aprobado por el Dr.
Potts y el Obispo Harris en El Día del Señor Nuestro Sábado,
pág. 15.
John Milton dijo hace más
de 200 años: "Que los israelitas ni siquiera habían oído
hablar del sábado antes de ese tiempo parecen confirmarlo varios
pasajes de los profetas". Tratado de Doctrina Cristiana, Vol. I, libro
2, capítulo 7.
John Bunyan también dijo:
"Por lo tanto, el séptimo día sábado no vino del paraíso,
ni de la naturaleza, ni de los padres, sino del desierto y de Sinaí".
Obras Completas, página 895.
Era nuevo para ellos. Léalo:
Moisés dijo el viernes: "Mañana es reposo solemne, santo
sábado para el Señor". El último versículo
da la conclusión de todo el asunto. "Así el pueblo reposó
el séptimo día". Esto es, así y por esta razón,
el pueblo comenzó aquí a reposar el séptimo día.
No hay sentido en el lenguaje si éste no es el significado. Varios
pasajes armonizan bien con esta idea. Así, Neh. 9: 13- 14. "Sobre
el monte Sinaí descendiste... y LES ORDENASTE EL DÍA DE REPOSO".
Esto implica que no se conocía antes. En armonía con esto,
Eze. 20: 10-12 dice: "Los saqué de la tierra de Egipto y los traje
al desierto". "Y les di también mis días de reposo, para
que fuesen por señal entre mí y ellos". ¿Cuándo
les dio Dios el sábado? Cuando los sacó de Egipto. ¿Dónde
se los dio? En el desierto. ¿Para qué? Para que fuesen señal
entre Él y ellos.
No dice que Dios RESTAURÓ
el sábado, sino que les dio el sábado. "Les di mis sábados"
implica el acto de entregárselos, mostrando que no lo tenían
antes. Cierftamente, estos hechos se expresan claramente. Muestran que
la observancia de este día era nueva para ellos, y sólo pàra
ellos. Deut. 5: 15 dice que el sábado había de ser un recuerdo
de Egipto. "Acuérdate que fuiste siervo en la tierra de Egipto,
y que el Señor tu Dios te sacó de allí; ... por lo
tanto, el Señor tu Dios te mandó que guardes el día
de sábado". Esto indica que el sábado era una institución
judía. Una razón que se da de por qué ellos debían
guardarlo es que habían sido librados de Egipto. Por supuesto, no
lo iban a guardar sino hasta que hubiese una razón para guardarlo.
Las leyes que regulaban cómo debía ser guardado muestran
que era una institución local adaptada sólo al culto judío
y a ese clima cálido. 1.) No se encendería fuego en sábado.
Éx. 35: 3. 2.) No debían ni hornear ni hervir nada ese día.
Éx. 16: 23. 3.) No deberían salir de sus casas. Éx.
16: 29. 4.) Sus sacerdotes debían ofrecer dos corderos ese día.
Núm. 28: 9. 5.) Debían obligar a todos los que vivieran en
su tierra a guardarlo. Éx. 20: 10. 6.) Debían apedrear a
todos los que lo quebrantaran. Éx. 31: 14. 7.) Debía ser
guardado de puesta de sol a puesta de sol. Lev. 23: 32. 8.) Su ganado debía
descansar. Éx. 20: 10. Ninguna reunión estaba señalada
para ese día. Habría de ser un día dedicado enteramente
al descanso.
Los Adventistas del Séptimo
Día no observan ninguna de estas cosas. En realidad, sería
imposible para ellos hacer la mayoría de estas cosas. Se congelarían
sin fuego y sufrirían sin alimento. Viajan millas y millas en sábado,
manejando los caballos que tiran de sus carruajes; no sacrifican ningún
cordero; no pueden obligar a nadie a guardar el sábado; ni apedrean
a los que lo quebrantan. En el extremo norte y viajando alrededor de la
tierra, no se rigen por la puesta de sol, porque no pueden. Su observancia
del sábado no es más parecida a la del Antiguo Testamento,
como la ley lo exigía, de lo que se parece la oscuridad a la luz.
Muestra la estupidez de su esfuerzo por guardar un día judío
anticuado. En ninguna parte se les requiere a los gentiles guardarlo, excepto
a los que moran entre los judíos. También se les requería
guardar los otros días festivos. Lev. 16: 29. A través de
todo el Antiguo Testamento, los gentiles son denunciados una y otra vez
por todos los otros pecados, pero ni una sola vez por quebrantar el sábado,
aunque ninguno de ellos lo guardaba. La razón de esto debe ser que
no era obligatorio para ellos. John Bunyan dice: "No leemos que Dios se
lo diera a nadie sino a la simiente de Jacob". Obras Completas, página
895.
"El sábado judío"
- Un término adecuado para el s&eacuute;ptimo día
Los sabadistas nos objetan vehementemente
que llamemos "sábado judío" al séptimo día.
Preguntan: "¿Dónde lo llama la Biblia el sábado judío?
Es 'el sábado del Señor tu Dios'". Este simple argumento
tiene gran fuerza para muchos. Pero yo estoy satisfecho de que es perfectamente
apropiado designar al séptimo día como el sábado judío.
Los hermanos del séptimo día están constantemente
hablando y escribiendo sobre "la ley ceremonial" y "la ley moral", y ni
siquiera pueden expresar apropiadamente sus ideas de "las dos leyes" sin
usar estos términos. Pero ninguno de ellos es usado ni una sola
vez en toda la Biblia. ¿Cómo es esto? ¿Admitirán
que su idea no es bíblica porque estas palabras exactas no se usan
en la Biblia? No. Usan libremente los términos "festividades judías",
"sábados judíos", "sábados anuales", "sábados
de los hebreos", etc. Véase "Historia del Sábado", páginas
82, 83, 84, etc. Y, sin embargo, ninguno de estos términos se encuentra
en la Biblia, aunque los Adventistas no pueden pasársela sin ellos.
Sería divertido confinar a un sabadista estrictamente al idioma
bíblico y luego oírle intentar predicar sobre las dos leyes
y los diferentes sábados. "Los que viven en casas de vidrio no deberían
tirar piedras".
1. "Sábado" es puramente
una palabra hebrea que nunca se encuentra en la Biblia sino hasta el tiempo
de Moisés. Éx. 16: 23. 2. La palabra sábado no se
usa nunca en la Biblia en relación con algún tiempo santo
judío. 3. No hay registro de que el sábado fuera guardado
jamás antes de que los judíos lo guardasen. Éx. 16.
4. El sábado fue dado a los judíos. "Y les di mis sábados".
Eze. 20: 12. Si Dios lo dio a los judíos, ¿no era su sábado,
no era el sábado judío? Yo le doy un cuchillo a Fred. ¿No
es el cuchillo de Fred? 5. Nótese cuán sencillo es el registro
de que Dios dio el sábado a los judíos, pero a nadie más.
"Dios OS dio el día de reposo". Éx. 16: 29. "Hablarás
a los HIJOS DE ISRAEL, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis
días de reposo". Éx. 31: 13. ¿A quiénes se
les dijo que guardaran el sábado? A los hijos de Israel, los judíos.
"Señal es entre mí y los HIJOS DE ISRAEL", los judíos.
Versículo 17. 6. Dios mismo llama al sábado "los días
de reposo de ella". Oseas 2: 11. "Haré cesar todo su gozo, sus nuevas
lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades". ¿No
es entonces el sábado judío? 7. El sábado no fue dado
nunca a ninguna otra nación. 8. "Guardarán, pues, el día
de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones".
Éx. 31: 16. ¿A quiénes estaba limitado? A la generación
de los judíos. 9. "Señal es entre mí y LOS HIJOS DE
ISRAEL". Éx. 31: 17. Era exclusivamente de ellos, era judío.
10. El sábado está clasificado junto con los otros días
santos y sacrificios judíos. Véase Lev. 23: 1-44; Núm.
28: 2, 16; I Crón. 23: 29-31; II Crón. 2: 4; 8: 13, etc.
Fue abolido junto con ellos. Colo. 2: 14-17. 12. Los judíos abarcan
a casi todos los que guardan el séptimo día; por eso, el
"sábado judío" es una designación natural e inteligente
de ese día. 13. Los cristianos guardan unánimemente el primer
día en distinción de los judíos, que comprenden a
casi todos los que guardan el séptimo día. Por esto, el sábado
judío es nuevamente una designación inteligente y apropiada.
14. Los pocos cristianos que guardan un día diferente del que guarda
el cuerpo principal de la iglesia, guardan el sábado que guardan
los judíos. Por eso, nuevamente, es significante y adecuado designarlos
como los guardadores del sábado judío. 15. Pero los sabadistas
dicen que el séptimo día es llamado "el sábado del
Señor tu Dios". Éx. 20: 10, y "mi día santo", Isa.
58: 10, y que, por lo tanto, no es correcto llamarlo "un sábado
judío". Respuesta: Cada temporada santa, lugar, persona, o artículo
era llamado del Señor, como "la pascua del Señor". Éx.
12: 11. Y sibn embargo, leemos: "La pascua, una fiesta de los judíos".
Juan 6: 4. Así que es "el sábado del Señor" en un
lugar, y "sus sábados" en otro. Oseas 2: 11. Por eso, es correcto
y bíblico llamar al séptimo día "el sábado
judío".
Éxodo 31: 16-17, el sábado
perpetuo
Aquí los sabadistas encuentran
tres expresiones que, según ellos arguyen, indican que el sábado
no puede terminar nunca. 1.) "Por sus generaciones". 2.) "Perpetuo". 3.)
"Para siempre". Así: "Guardarán, pues, los hijos de Israel
el día de reposo, celebrándolo por sus generaciones, por
pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos
de Israel". Ellos preguntan: "¿Cuándo termina lo que es PERPETUO
y PARA SIEMPRE? Estas expresiones muestran que la generación de
los judíos todavía continúa; por eso el sábado
todavía debe ser guardado".
Pero este argumento también
perpetuaría toda la ley levítica, la circuncisión,
el incienso, la pascua, el sacerdocio, etc. La pascua: "Lo celebraréis
como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por
estatuto perpetuo lo celebraréis". Éx. 12: 14. Debía
ser guardada "POR VUESTRAS GENERACIONES" y "PARA SIEMPRE", exactamente
igual que el sábado. Lo mismo sucede con la ofrenda de incienso.
"Incienso PERPETUO delante del Señor POR VUESTRAS GENERACIONES".
Éx. 30: 8. Ahora, si el argumento Adventista en favor del sábado
y basado en los términos "perpetuo", "para siempre", y "por vuestras
generaciones" es bueno, ¡entonces deberían guardar la pascua
y ofrecer incienso! Ésta es una buena muestra de la debilidad de
los argumentos de los sabadistas. El mismo argumento probaría la
perpetuidad de los holocaustos, Éx. 29: 42; la expiación,
Éx. 30: 10; el lavamiento de las manos y los pies, Éx.
30: 21; las primicias, Lev. 23: 13; las ofrendas encendidas, Lev. 6: 18;
el aceite para las lámparas, Lev. 24: 3; las franjas en los bordes
de los vestidos, Núm. 15: 38; el pentecostés, Lev. 23: 21;
la fiesta de los tabernáculos, Lev. 23: 41. Véanse también
Éx. 40: 15; Lev. 3: 17; 7: 36; Núm. 10: 8.
La aplicación de estos términos
a la observancia del sábado es prueba de que habría de cesar.
¿Por qué? Porque en cada caso en que estos términos
se aplican a la observancia de cualquier ordenanza, esa ordenanza ha cesado.
Los Adventistas mismos concuerdan con esto en todo, excepto en relación
con el sábado. Ninguno de estos términos se aplica jamás
a las las leyes o a los deberes morales. ¿Dónde dice "no
matarás por vuestras generaciones"? ¿"Estatuto perpetuo será
que no robarás"? "¿Estatuto perpetuo será que no tendrás
otros dioses?" Este texto, pues, prueba que el sábado habría
de cesar junto con las otras ceremonias judías.
"Los cristianos gentiles deben convertirse
en judíos, israelitas, y caer así bajo la obligación
de guardar el sábado, porque el sábado fue dado a Israel
para siempre, por sus generaciones". Este es un argumento favorito de los
Adventistas en favor de la ley y el sábado. Pero vea su completa
falacia: Ofrendas quemadas, incienso, lavamiento de pies y manos, bordes
de los vestidos, el sacerdocio, la circuncisión, la pascua, y todas
las leyes judías fueron también dadas a ISRAEL para que fueran
guardadas para siempre a través de sus generaciones. Véase
más arriba. Por esto, ¡el argumento demuestra que tenemos
que guardar todo esto, como también el sábado! ¿Guardan
los Adventistas alguna de estas cosas? No.
Se argumenta que el sábado
debe ser obligación perpetua porque en el decálogo está
asociado a los mandamientos de esa naturaleza. Pero también está
asociado, una y otra vez, con los ritos ceremoniales, los tipos, y las
sombras que eran peculiarmente judíos. Así: "Mis días
de reposo guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia".
Lev. 19: 30. "El séptimo día será de reposo". Lev.
23: 3. "Entre las dos tardes, pascua es de Jehová". Versículo
5. "La fiesta de los panes sin levadura". Versículo 6. En el versículo
38, al sábado se lo nombra junto con los "dones", "los votos", y
las "ofrendas". En Lev. 24: 1-8, al sábado se lo menciona junto
con las ofrendas de aceite, el pan, y el perfume. En Núm. 28: 9-10,
se lo clasifica junto con las ofrendas de corderos, holocausto, etc. En
I Crón. 23: 29-31, al sábado se lo clasifica junto con los
holocaustos, los sacrificios, las lunas nuevas, las fiestas, etc. Este
hecho cancela todo el argumento sacado del lugar que el sábado ocupa
en el decálogo.
El sábado en los libros
históricos
Desde Josué hasta Job, no
se dice ni una sola palabra que indique que el sábado era para nadie
excepto los judíos; por esto, ningún argumento puede inferirse
de esta fuente para hacerlo obligatorio para los cristianos gentiles.
El sábado en los profetas
El sábado no se menciona
en Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Daniel, ni en la mayoría
de los profetas menores. Nada dice acerca de él ninguno de los profetas
que en justicia se pueda aplicar a los cristianos. Los Adventistas aplican
varios textos a nuestro tiempo, pero todos son suposiciones sin pruebas.
Por ejemplo, Isa. 56 es usado para probar que los gentiles cristianos deberían
guardar el sábado. Dice: Al extranjero, al gentil "que guarden el
día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré
a mi santo monte y los recrearé en mi casa de oración; sus
holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar". Versículos
6, 7. Si esto prueba que los gentiles deben guardar el sábado, también
prueba que deben ofrecer holocaustos y sacrificios sobre el altar de Dios
en el templo en el Monte Sión en Jerusalén, porque todos
éstos son mencionados tan claramante como el sábado. Entonces,
o esto se aplica a la época de los judíos y a los prosélitos
que abrazaban el judaísmo y eran circuncidados, Éx. 12: 48,
y abrazaban todos los ritos judíos; o, si se aplica a la época
cristiana, entonces estos términos "sábado", "altar", "sacrificio",
"mi casa", "mi santo monte", deben ser tomados figurativamente, porque
los cristianos no ofrecen sacrificios, ni tienen un altar literal, ni van
a Jedrusalén a adorar en esa casa o en ese monte.
Así, Isa. 58: 12-13 es aplicado
osadamente a nuestros días y a la obra de los Adventistas de urgir
a todos a guardar el sábado judío. Pero no hay ni una sola
palabra en todo el capítulo que siquiera intime tal cosa. Ellos
asumen todo esto sin ninguna prueba, y luego aplican las palabras para
adaptarlas a su propósito. Yo hice eso un centenar de veces mientras
estuve con ellos, tal como lo hacían los demás. Sé
exactamente cómo lo hacen. Por fin, perdí toda confianza
en esta manera imprudente de manejar la palabra de Dios. Entonces, tuve
que renunciar, usando la mayoría de sus textos de prueba sobre el
sábado, y otros. Mirémoslo. El capítulo entero está
dirigido a los judíos, "la casa de Jacob", versículo 1, la
"nación", versículo 2, y así sucesivamente. A menudo,
en la era judía, Dios los llamaba a reformar sus negligentes formas
de guardar el sábado, así como en otras cosas. Este es uno
de esos casos. Isa. 66: 22-23. En la nueva tierra "sucederá que
de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrá
toda carne a adorar delante de mí, dijo Jehová". Esto muestra,
dicen, que el sábado será guardado en el mundo nuevo, que
por eso es perpetuo, y que debería ser guardado ahora. Pero lo mismo
dice de las lunas nuevas, y las coloca delante del sábado. Así
que, si este texto prueba que tenemos que guardar el sábado, prueba
que tenemos que guardar las lunas nuevas también. ¿Guardan
los Adventistas las lunas nuevas?
Eze. 22: 26: "Sus sacerdotes violaron
mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron
diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días
de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos".
Este texto también lo aplican a su obra ahora y a los ministros
que se oponen al sábado judío. Pero no hay ni una sola palabra
en el capítulo entero que siquiera deje entrever que esto se aplica
a estos tiempos del evangelio y a los gentiles. Pero Dios mismo lo aplica
a la nación judía cuando fueron vencidos por Babilonia varios
cientos de años antes de Cristo. Léase el capítulo
entero y compáreselo con Neh. 13: 17-18. Véanse los versículos
2, 6, 18, y 19, etc. "¿No juzgarás tú a la ciudad
derramadora de sangre?", etc. "He aquí que los príncipes
de Israel". "La casa de Israel se me ha convertido en escoria". "Por tanto,
he aquí yo os reuniré en medio de Jerusalén". La evidencia
es clara que se aplica aquí, mientras que no se puede proporcionar
ninguna prueba en absoluto para mostrar que pertenece a la actualidad,
donde los Adventistas lo aplican. Yo me convencí plenamente de que
es por medio de suposiciones sin fundamento como éstas, por medio
de argumentos rebuscados y traídos por los cabellos, por los que
se sostiene la teoría del séptimo día. Cuando uno
busca una afirmación clara y directa en toda la Biblia que requiera
que los cristianos gentiles guarden el sábado, no la encuentra.
Tiene que ser INFERIDO de esto; ADIVINADO de aquéllo; y una conclusión
SACADA de lo de más allá; todo son inferencias, nada es directo.
Así, pues, el Antiguo Testamento no proporciona evidencia alguna
de que los cristianos deben guardar el sábado judío. Si tal
prueba se ha de encontrar, debe ser en el Nuevo Testamento mismo.
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