MI RENUNCIA AL ADVENTISMO
DEL SÉPTIMO DÍA
Dudley Marvin Canright, 1914
Capítulo 16
LOS NUMEROSOS ESFUERZOS PARA
REVIVIR EL SÁBADO JUDÍO
Tomado de The
Interactive Bible
¿Por qué no fue
encontrado antes?
Si los sabadistas están en lo correcto acerca de
la cuestión del sábado, entonces la iglesia cristiana entera
ha quebrantado el sábado durante los últimos 1.800 años,
y en su lugar ha guardado el domingo, "una institución papal", "la
marca de la bestia". ¡Durante todos estos largos siglos, todos los
santos, los mártires, los reformadores, los comentaristas, los historiadores,
y los eruditos cristianos, a pesar de toda su búsqueda de Dios,
su investigación de la Biblia, y sus estudios de historia, nunca
descubrieron este gran error! ¿Es razonable creer que la iglesia
entera, durante toda su historia, ha estado pisoteando uno de los más
sagrados mandamientos de Dios? ¿Es posible que la ira de Dios haya
de derramarse ahora sobre la iglesia por observar el mismo día que
todos han guardado durante 1.800 años? ¿Habría bendecido
Dios a los reformadores y a su iglesia como la hecho, si la observancia
del domingo fuera un crimen tan terrible contra Dios como ahora se asegura?
Ahora, ¡sólo pensar que la iglesia entera
de Cristo, inmediatamente después de la muerte de los apóstoles,
cayera en este terrible pecado y error, y practicara este crimen sin reproche
durante la historia entera de la iglesia, hasta sólo unos pocos
días antes de que Jesús regrese, y entonces sólo unos
pocos lo encuentran y cambian! Según los Adventistas del Séptimo
Día, Lutero, Calvino, Knox, Wesley, con toda la iglesia de Cristo,
y por cientos de años, cometieron dos terribles pecados cada semana
de sus vidas; quebrantaron el santo sábado, el más importante
mandamiento del decálogo, y guardaron el domingo, la marca de la
bestia! Y sin embargo, Dios ha permitido que todo esto continuara sin ninguna
protesta, hasta el último minuto del tiempo, y ahora todos los que
no acepten esta "nueva luz" han de ser condenados sin remedio por hacer
lo que los cristianos en general han hecho siempre! Con todo candor, esta
es una píldora demasiado grande para ser tragada.
Pero los sabadistas dicen que esto no tiene nada que ver
con el caso. "Apelamos a la Biblia sola. La Biblia lo enseña claramente,
y nos atenemos a eso". Eso dicen, y eso creen; pero el hecho es que es
sólo su interpretación, su explicación de la Biblia,
lo que la hace decir eso. ¿Alguna vez se oyó hablar de alguna
secta bajo el cielo, aún la más alocada y fanática,
que no estuviera siempre lista para "probarlo todo con la Biblia"?
Sí; saben que están en lo cierto más allá de
toda duda "porque la Biblia lo dice así." Argumentan ciegamente,
y se vuelven más confianzudos cada día, y siempre terminan
diciendo: "Es cierto, no porque yo lo digo, sino porque la Biblia lo dice."
Hable con un Mormón, y tendrá la Biblia en la punta de la
lengua. Él "lo prueba todo con la Biblia". Así también
el Cuáquero, y el Swedenborgiano, y el Universalista, y el resto
de ellos, "lo prueban todo con la Biblia". ¡Cuántas personas
y sectas se han levantado en épocas diferentes en un perfecto furor
de entusiasmo acerca de alguna nueva idea además de "la antigua,
la antigua historia de Jesús y de su amor". No importa cuánto
daño se haga a otros cristianos y al evangelio, "la Biblia lo enseña,
y es suficiente. Cuando renunciamos a esto, también renunciamos
a la Biblia". Y así continúan, hasta que sólo el tiempo
demuele su teoría, y entonces de verdad renuncian a la Biblia y
a todo, mientras se pierden almas preciosas.
La observancia del sábado judío, un fracaso
Los sabadistas aparecieron en Inglaterra en la época
de la Reforma, hace más de 300 años. Tenían muchos
y capaces hombres, ministros, y escritores. Publicaron muchos libros, discutieron
el tema ampliamente, e hicieron muchos conversos. Aquí tenían
un excelente campo y un buen comienzo. ¿Cómo tuvo éxito
la observancia del sábado? ¿Qué consiguieron en Inglaterra?
Trescientos años deberían ser suficientes para saber si fueron
un éxito o no. Dejemos que el pastor Andrews cuente la triste historia:
"En el siglo diecisiete, once iglesias de los sabadistas florecían
en Inglaterra, mientras había muchos guardadores del sábado
dispersos en varias partes del reino. ¡Ahora no quedan sino tres
de esas iglesias! Y de éstas, ¡sólo hay restos!"
Historia del Sábado, p. 491. Desde que él escribió
lo que antecede, creo que dos más de las tres han expirado, ¡y
sólo sobrevive una muy pequeña compañía de
menos de 10 miembros! Con tristeza, el pastor Andrews pregunta: "¿A
cuál causa atribuiremos este hecho doloroso?" La causa es evidente;
Dios no está en ello. Cada vez que se lo intenta, queda en la nada.
Trescientos años después de aquella época, hoy se
canta el mismo doloroso réquiem sobre la tumba del Adventismo del
Séptimo Día.
Ahora miremos la historia del esfuerzo sabadista en
los Estados Unidos
En 1664, hace más de 200 años, los Bautistas
del Séptimo Día comenzaron a enseñar esta doctrina
en los Estados Unidos en Newport, Rhode Island. La primera iglesia se organizó
el 23 de diciembre de 1671. Véase el "Manual de los Bautistas del
Séptimo Día", páginas 39, 40. Desde ese tiempo en
adelante, han enseñado industriosamente la observancia del séptimo
día, tanto en los Estados Unidos como en otras tierras, hasta en
China, mediante la predicación, folletos, libros, y publicaciones
periódicas, hasta que el mundo religioso está familiarizado
con sus puntos de vista. Eran lo bastante numerosos para organizar una
conferencia general ya en 1802. Véase
Historia de la Conferencia
General de los Bautistas del Séptimo Día, págs.
15, 238, o cualquier enciclopedia. Han tenido academias, escuelas superiores,
y universidades; eruditos, escritores capaces, y obreros celosos. ¿Qué
han conseguido? Casi nada. Ahora suman sólo como 8.000, y no se
están sosteniendo, sino que están perdiendo terreno en cada
década. Ni siquiera pueden retener a sus hijos. La mayoría
de sus jóvenes abandonan el sábado en favor del domingo.
Por comodidad, forman colonias entre ellos mismos, y así, tienen
poca influencia en el mundo. En su favor, puede decirse que son excelentes
personas, y están libres de cualesquiera ideas fanáticas
o heréticas. Nuevamente aquí, el séptimo día
ha tenido la mejor oportunidad posible para tener éxito. Sus defensores
son inteligentes, altamente educados, respetados, y viven en esta tierra
de libertad y en esta època de investigación. ¿Por
qué no ha tenido éxito? Que no ha tenido éxito, ellos
mismos deben admitirlo. Estos hechos sobrios y persistentes deberían
tener peso para nosotros. Hermanos sabadistas, deténganse y sopesen
estas cosas con justicia. ¿Qué caso tiene desperdiciar la
vida contendiendo por lo que es un fracaso práctico?
En 1846, hace casi setenta años, los Adventistas
del Séptimo Día comenzaron a enseñar el sábado.
Lo han practicado celosamente, dedicado todo a él, vertido sus tesoros
por millones de dólares, y llenado el país con su literatura.
¿Qué han conseguido? Sólo suman como 100.000 en la
actualidad. ¡Tienen 4.000 obreros en el campo y gastan anualmente
$2.000.000, y su membresía aumenta sólo a razón de
como 4.000 por año, o el equivalente de uno por cada obrero! La
mitad de éstos son de otras iglesias. El sistema carece de vitalidad
y poder evangélico.
Contrástese lo que antecede con la obra y el éxito
de los Butistas del Primer Día. ¡Qué gran obra han
hecho en favor de Cristo y las almas en los últimos doscientos años!
En vez de sumar 8.000, como los Bautistas del Séptimo Día,
suman 5.000.000. Como cuerpo, son tan piadosos y dedicados como los Bautistas
del Séptimo Día.. Ahora consideremos a los Metodistas y otras
iglesias observadoras del domingo, y veremos cómo Dios las ha bendecido
a todas ellas. La experiencia muestra que la observancia del sábado
judío empequeñece, paraliza, e incapacita a una iglesia para
la obra del evangelio.
Si ahora la observancia del sábado es tan agradable
a Dios, ¿por qué Dios no la hace prosperar más? Si
la observancia del domingo es un pecado tan grande a la vista de Dios,
¿por qué bendice tan señaladamente a los que persisten
en ella?
Lutero y el sábado
Hasta los Adventistas reconocen la grandeza de Lutero
en piedad y en su profundo conocimiento de la palabra de Dios. La Sra.
White dice de él: "Celoso, ardiente, y dedicado, no conocía
ningún temor excepto el temor de Dios, y no reconocía ningún
fundamento para la fe religiosa excepto las Santas Escrituras", etc. "Los
ángeles del cielo estaban a su lado, y rayos de luz desde el trono
de Dios revelaban a su entendimiento los tesoros de verdad". Great Controversy,
págs. 94, 97. Bien. Ahora escuchemos a Lutero. Carlstadt, un celoso
y erudito sabadista, expuso sus argumentos en favor del séptimo
día delante de Lutero, que los examinó. He aquí la
decisión de Lutero, en sus propias palabras: "La verdad es que,
si Carlstadt hubiese de escribir más acerca del sábado, el
domingo tendría que ceder, y el sábado debería ser
santificado; ciertamente él nos convertiría en judíos
en todas las cosas, y deberíamos ser circuncidados; porque esto
es verdadero, y no puede ser negado, que el que considera necesario guardar
una ley de Moisés, y la guarda como la ley de Moisés, debe
considerarla necesaria, y guardarla toda". Historia del Sábado,
p. 457.
Así que, la "luz" sobre la cuestión del
sábado le fue presentada a Lutero, y la rechazó, tal como
el gran cuerpo de los cristianos lo hace en la actualidad. Los otros dirigentes
de la reforma estaban también familiarizados con los argumentos
en favor del séptimo día, pero, como lo confiesa el pastor
Andrews, ellos "como cuerpo no eran amigos de esos puntos de vista". Historia
del Sábado, p. 460.
Estos hechos muestran cuán incorrecto es decir
que la gente no estaba familiarizada con esta cuestión del sábado
antes.
John Milton acerca del sábado
El gran John Milton, autor de "El Paraíso Perdido",
ha comentado extensamente toda la cuestión del sábado, usando
los mismos argumentos que usamos ahora para mostrar la abolición
del sábado judío. Citaré algunas frases de su "Tratado
sobre Doctrina Cristiana", Vol. I, Libro 2, Cap. 7. "Es evidente en más
de un pasaje de las Escrituras que el sábado original fue abrogado".
"Entonces, si el mandamiento del sábado fue dado sólo a los
que Dios sacó de la tierra de Egipto y de casa de servidumbre, es
evidente que no es aplicable a los cristianos". De esta manera, argumenta
la cuestión bastante extensamente.
Richard Baxter acerca del sábado
Este gran teólogo, autor de "El Reposo de los Santos",
"Llamado a los Inconversos", etc., escribió en 1671 su obra
"Designación Divina del Día del Señor" contra los
defensores del séptimo día de su tiempo. Gilfillan dice:
"Baxter (1671) y Bunyan (1685) escribieron sus interesantes defensas del
día del Señor para aliviar las perplejidades que angustiaban
a algunas buenas personas de su tiempo a consecuencia del celo proselitista
de los sabadistas". El Sábado, pág. 144. Así
que, hace más de 200 años, los sabadistas estaban propagando
la misma "luz" y haciendo la misma obra de proselitismo que ahora. Les
respondieron hombres como Baxter, Bunyan, Milton, etc.
Daré algunas palabras de Baxter: "Se confiesa también
que, desde los días de los apóstoles hasta ahora, la iglesia
universal ha guardado constantemente el día del Señor en
conmemoración de la resurrección de Cristo, día que,
por la voluntad de Cristo, fue entregado a ella por los apóstoles;
que yo sepa, ningún cristiano ortodoxo, ni hereje, jamás
se opuso a él, ni lo cuestionó, ni tuvo objeciones acerca
de él, hasta el presente". Parte 2, Cap. 18. De él, hasta
la Sra. White dice: Baxter, un hombre "de talento, educación, y
profunda experiencia cristiana, se levantó en valiente defensa de
la fe que una vez fue entregada a los santos". Great Controversy,
pág. 175. Sí, hombres como éstos se levantaron y se
opusieron a la herejía del sábado judío.
Oigamos a la Sra. White acerca de Bunyan: "John Bunyan
respiraba la misma atmósfera del cielo". Great Controversy,
pág. 174. Bien, ahora escuchemos a Bunyan: "En cuanto al séptimo
día sábado, como vemos, ha bajado a la tumba junto con las
señales y las sombras del Antiguo Testamento; sí, y la autoridad
apostólica le ha dejado una marca tal, que es suficiente para que
un cristiano huya de él para siempre. 2 Cor.3". "Nuevamente, el
apóstol golpea en la boca a los maestros de la ley, diciendo: 'no
entienden ni lo que dicen ni lo que afirman'". Obras Completas,
pág. 915.
Si algún hombre de este lado de los apóstoles
alguna vez vivió cerca de Dios, bebió de su espíritu,
y conoció el verdadero propósito de la Biblia, ese hombre
fue Bunyan, autor de la obra inmortal El Progreso del Peregrino. Se enfrentó
a estos sabadistas y a su obra en su día. Estudió el tema
a fondo y escribió un libro contra ellos, del cual he tomado estas
citas.
Los consideraba tal como son considerados en la actualidad:
legalistas, fanáticos ciegos, y perturbadores de la iglesia.
Así que todo este decir que la iglesia no tuvo
luz sobre la cuestión del sábado sino hasta que los Adventistas
se levantaron para darla, es contrario a los hechos, como lo prueba lo
que antecede. Son simplemente los antiguos argumentos de hace 200 años,
repetidos.
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