MI RENUNCIA AL ADVENTISMO
DEL SÉPTIMO DÍA

Dudley Marvin Canright, 1914

Capítulo 20

BAJO QUÉ LEY ESTÁN LOS CRISTIANOS

Tomado de The Interactive Bible


¿Bajo qué ley están los cristianos?

Cuando Dios habla, ¿no es pecado desobedecer? Claro que sí. Pablo dice: "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo".  Heb. 1: 1, 2. Esto dice que Dios ha hablado a los hombres de varias maneras en diferentes ocasiones. Sin importar de qué modo Dios se haya expresado, habría sido pecado desobedecer. "Si la ley de Sinaí ha desaparecido, entonces no hay ley, no hay pecado", dicen los Adventistas. ¡Efectivamente, entonces es imposible que Dios revele a los hombres su voluntad, excepto por medio de esas palabras exactas, letra por letra! ¿Quién cree semejante absurdo? Toda la controversia se reduce simplemente a esto: ¿Ha revelado Dios clara y plenamente su voluntad a los hombres en el Nuevo Testamento, y les ha dicho lo bueno y lo malo? ¿Tiene la voluntad de Dios revelada por medio de su Hijo en el Nuevo Testamento mayor autoridad que el Antiguo Testamento, o no? ¿Han de ser modificadas las enseñanzas del Nuevo Testamento para que armonicen con la letra de la ley en el Antiguo Testamento, o han de ser modificados los preceptos del Antiguo Testamento para que armonicen con el evangelio? Ésto último, ciertamente. Pero el evangelio no impone la observancia del séptimo día en ninguna parte.

Entonces, ¿no es ley la palabra del Señor Jesucristo? ¿Podría haber alguna ley superior? Dijo Jesús: "Yo y mi Padre uno somos".  Juan 10:30, y "Todos deben honrar al Hijo como honran al Padre".  Juan 5:23. Entonces, las palabras de Jesús han de ser honradas tanto como las palabras de Dios. Son ley, lo mismo que las palabras de Dios. Dios prometió resucitar a Jesús y poner sus palabras en su boca, y Jesús debía hablar como Dios le había ordenado, Deut. 18:18. Jesús dijo que su Padre le había enviado y le había ordenado lo que tenía que decir, Juan 12:49,50. "La palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero", versículo 48. Entonces, seremos juzgados por las enseñanzas de Cristo, no por la antigua ley. Los cristianos serán juzgados por el evangelio. "En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio".  Rom. 2:16. Dios dijo: "A él oíd".  Mat. 17:5. Toda potestad le es dada en el cielo y en la tierra. Mat. 28:18. "Les enseñaba como quien tiene autoridad", Mat. 7:29. Él tiene una ley, Gál. 6:2. "Cumplid la ley de Cristo". "Las costas esperarán su ley", Isa. 42:4. Estamos bajo su ley, 1 Cor. 9:21. "Bajo la ley de Cristo", Versión Revisada. "Bajo la ley de Cristo", Diaglott. "Bajo la ley del Mesías", Siríaca. El Sermón del Monte es el más grande resumen de verdad moral y religiosa que el mundo haya conocido jamás. Mateo 5-7. Es tan superior al decálogo como el evangelio es superior al judaísmo. Aquí Jesús prohibe el asesinato, versículos 21, 22; el adulterio, versículos 27, 28; los juramentos, versículo 34; la hipocresía 6:1-5; la codicia, 6:19-34; y toda acción  incorrecta, 7:12. ¿No sería pecado desobedecer los preceptos de Jesús?

Jesús dio mandamientos a sus discípulos, Hechos 1:2, y y les mandó que los enseñaran a todas las naciones. Mat. 28: 18-20. Hemos de guardar sus mandamientos. Juan 14: 15,21; 15:10. Entonces, ¿no es pecado quebrantarlos? ¿Quién se atrevería a negarlo? "Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios", Efe. 1:1, dijo: "Desechad la mentira," "no pequéis", "no hurtéis más", Efe. 4:25-28, y "Lo que os escribo son mandamientos del Señor". 1 Cor. 14:37. Y todavía los Adventistas dicen que, si la ley ha desaparecido, no hay mandamientos contra la mentira, el robo, etc. Sabemos que no es así, como enseña lo que antecede. De hecho, Pablo dice: "Nada que fuese útil he rehuído de anunciaros y enseñaros", "porque no he rehuído anunciaros el consejo de Dios". Hechos 20: 20, 27. Cada uno de los pecados de los cuales puede ser culpable el corazón humano, está claramente prohibido en el Nuevo Testamento una y otra vez por la autoridad de Jesús y sus apóstoles, como saben todos. ¡Y todavía nada condena el pecado excepto el decálogo!

El espíritu de la ley mosaica, cada principio moral de ella, está reiterado una y otra vez en el evangelio, con toda la autoridad del Hijo de Dios. No puede nombrarse ni un solo deber cristiano que no esté enseñado en el Nuevo Testamento. No hay ni una sola cosa prohibida en el Antiguo Testamento, y que sería erróneo que la hiciera un cristiano, que no esté también prohibida en el Nuevo de alguna manera. Exceptuando el sábado, los otros nueve mandamientos están en el Nuevo Testamento, ya en la mismas palabras, ya en sustancia.

Entonces, ¿ha de ser echado a la basura el Antiguo Testamento? Dios no lo quiera. Debería ser recibido como la palabra inspirada de Dios, una mina de preciosas verdades; pero debe ser estudiado a la luz del Nuevo Testamento, y modificado por él. No debería requerirse nada de los cristianos simplemente porque se encuentra en la ley del Antiguo Testamento. Para obligar nuestras conciencias, debe ser requerido por el Nuevo Testamento. Aquí falla el séptimo día por completo, porque no hay ningún requerimiento en todo el Nuevo Testamento para guardarlo; pero su abrogación se enseña claramente.

"Los mandamientos de Dios" en el Nuevo Testamento

Los Adventistas del Séptimo Día tienen mucho que decir acerca de "los mandamientos de Dios", Apoc. 14:12, y aseguran que éstos son los diez mandamientos. Para ellos, "los mandamientos" siempre significa sólo el decálogo, y nada más. Dondequiera que encuentran este término, lo aplican de esta manera. Pero esa posición es enteramente errónea. Hay más de 800 textos en que se usa la frase "los mandamientos" en varias formas. Yo he examinado cuidadosamente cada una de ellas. He encontrado que es un término general para todos los requisitos de la Biblia. De acuerdo con mi mejor juicio, en cuarenta y nueve casos de cada cincuenta significa más que los diez mandamientos. Que el lector examine los siguientes textos:

Lev. 22 se refiere enteramente a los deberes de los sacerdotes y a la ofrenda de los sacrificios. Lo que el Señor mandó acerca de esto él lo llama sus "mandamientos". Versículo 31. En Deut. 11: 27,28, lo que Moisés mandó es llamado "los mandamientos de Dios".  En Deut. 26:12, 13, el término es usado en relación con la ley del diezmo. En Deut. 28:1, se aplica a todo lo que Moisés les mandó. Con una concordancia, cualquier persona puede encontrar en seguida cientos de casos en que este término significa algo más que el decálogo. Cuando se le preguntó a Jesús acerca de la ley, mencionó como los "mandamientos" más grandes, dos que estaban enteramente fuera de los diez. Véase Mat. 22: 35-40.

Así que los preceptos de Cristo y sus apóstoles a menudo son llamados mandamientos. Jesús dice: "El Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar".  Juan 12:49. Si Dios le dio mandamientos a Jesús, y Él se los dio a su iglesia, ¿no serían mandamientos de Dios? Ciertamente. La antigua dispensación estaba feneciendo, y el Señor estaba proclamando los mandamientos de Dios para la nueva dispensación, el evangelio. Así que, en la gran comisión, dijo: "Enseñándoles todas las cosas que os he mandado".  Mat. 28:20.

Nuevamente, dice Jesús, Juan 14:15,21: "Si me amáis, guardad mis mandamientos".  "El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él". En vista de estos claros textos, ¿cómo podemos nosotros decir que Jesús no dio ningún mandamiento? ¿Quién es el que ama a Cristo? El que guarda sus mandamientos. Esto es lo que en el Nuevo Mandamiento significa ser guardador de los mandamientos. Por eso se dice nuevamente en Juan 15:10, 14: "Si guardáreis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor".  "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando".

Entonces, si hacemos lo que Jesús nos manda, ¿no es eso suficiente? ¿Y no estaremos a salvo y seguros de su amor y del amor del Padre? Pero, ¿dónde mandó Jesús alguna vez a guardar el séptimo día? En ninguna parte. Así, Lucas dice que Jesús "fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido". Hechos 1:2. Si Jesús dio mandamientos por medio del Espíritu Santo, ¿no son mandamientos de Dios? ¿No son éstos iguales a los que fueron dados por medio de Moisés? Ahora oigamos a Pablo hablar de la naturaleza de los mandamientos en el evangelio: "Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor". 1 Cor. 14:37.

Entonces, todos los escritos de Pablo son "mandamientos de Dios". Y el Apóstol dice: Que los que son espirituales lo reconozcan. ¿Lo reconocerán nuestros hermanos del Séptimo Día? Puede que vean un nuevo significado en "los mandamientos de Dios", Apoc. 14:12, si quieren. Nuevamente dice Pablo: "Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús". 1 Tes. 4:2. Así que los Apóstoles sí dieron mandamientos por autoridad del Señor Jesús. Pedro da un testimonio similar. 2 Pedro 3:2. "Para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles". *Entole*, la palabra griega para mandamiento, ocurre en el Nuevo Testamento, en sus formas singular y plural, sesenta y ocho veces. Por lo menos en cuarenta y ocho de estos casos, no puede significar el decálogo, y en más de la mitad de los demás se usa de modo general. Ni en un solo caso es seguro que signifique todos los diez y nada más. No hay ni una insinuación de que signifique el decálogo en cualquiera de los tres pasajes donde ocurre en Apocalipsis. Afirmar que significa el decálogo es suponer sin evidencia el punto mismo que se quiere probar. Juan, que escribió el libro de Apocalipsis, también escribió el evangelio de Juan y las tres epístolas de Juan. Usa la palabra "mandamientos", en plural y en singular, veintiocho veces, y ni en un solo caso se refiere a los diez mandamientos; pero en casi todos los casos, si no en todos, se refiere a los mandamientos de Jesús. Véase Juan 14:15,21; 15:10; 1 Juan 2:1-5; 3:22-24; 4:21; 5:1-3. Y naturalmente supondríamos que quiere decir la misma cosa que mandamientos en Apocalipsis 14:12.

Como Cristo es nuestro "Señor y Maestro", Juan 13:13, la "Cabeza· de la iglesia, Efe. 1:22; "Todo en todos", Col. 3:11; teniendo "todo poder en el cielo y en la tierra", Mat. 28:18; y ha de juzgar al mundo, Juan 5:22, en su tribunal, rom. 14:10; cuán razonable es que dé las leyes a esa iglesia. Esto es exactamente lo que hizo. Mat. 28:18-20; Hech. 1:1,2. Si alguno quiere obedecer las enseñanzas de Cristo, no necesita temer acerca de su salvación.


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